El Chico Del Call Center
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por newaxl04.
Hola, empezare por decir que me llamo Axel, tengo 25 años y trabajo a medio tiempo en un call center donde recibo llamadas para una línea de buses, toda una hazaña. Soy alto, relativamente atlético, piel blanca pálida y con algunas pecas; tengo cabello negro y ojos oscuros. Mis amigos me llaman vampiro, tengo ojeras todo el tiempo. Podría decirse que soy bastante normalito.
Bien, llevaba cerca de un año trabajando en dicho call center en la ciudad de Bogotá, Colombia. Había hecho buenos amigos, pero la razón de que llegara puntual cada día, aun cuando dormía poco por estudiar al tiempo que trabajaba, era un chico llamado Felix. Era “El chico”. Era perfecto, a mi parecer; de cabello negro corto, piel blanca sin una peca, un poco más bajo que yo pero con un cuerpo más definido. Mandíbula fuerte, sonrisa encantadora y personalidad arrolladora. Creo que no había chica en el call que no estuviera prendida de él. Había escuchado que tenía novia, pero yo tenía esporádicas dudas sobre su sexualidad por su apego hacia mí. Yo no era de lo más popular en el piso, no por ser borde o nada de eso, sino por ser muy callado y algo inseguro, no hacia amigos con mucha facilidad. Llevaba más tiempo en el call que yo, casi dos años, y habíamos sido buenos compañeros desde que yo entre a producción, se sentaba junto a mí o yo junto a él, dependiendo de quién llegara primero, hacíamos bromas con el mismo nivel de humor blanco e infantil y que solo a nosotros nos causaba gracia.
Cierto día de verano, luego de mis vacaciones, lo note raro al sentarme junto él. Según escuche había terminado con su novia, pero ni a su amigo más cercano e había dicho por qué. A medio turno coincidimos en nuestro break, comimos algo juntos en la cafetería pero aun así no soltaba nada, ya en el baño a 5 min de entrar se puso a mi lado en el urinal, note que me miraba. Yo fingía tararear y mirar la pared, pero con el rabillo del ojo vi que desviaba su mirada hacia abajo. Me tomo toda mi concentración evitar una erección, así que apure como pude, me lave las manos y salí huyendo. No tenía idea de que carajos fue eso pero preferí ignorarlo, o no hacerme ilusiones, en todo caso.
Al día siguiente, ya casi a final del turno, me pidió que lo esperara para nuestro último break, que quería decirme algo. Con los nervios me hice el tonto y decidí salir antes sin decirle. El call tenía un piso a medio construir, así que fui a refugiarme allí para fumar tranquilo.
– ¿Crees que yo te conozco bien?- dijo una voz en las sobras. Casi suelto el encendedor del salto que di.
– Pero que mierda, casi me matas de un susto- le recrimine.
– Aja
Notaba algo de desdén en su actitud y eso prendió mi curiosidad. Notaba algo raro desde mi regreso de vacaciones y quería averiguar que era.
– ¿Que con esa actitud?- le pregunte directo. Sonrió.
– Oh, nada. Estoy de buen genio
– Tú nunca andas de buen genio, menos últimamente. No habrás vuelto con la weed, ¿o sí?
– Sí, pero no estoy drogado… hoy.- se me acerco lentamente, como desafiándome con la mirada.
Y solo basto eso para disparar mi pulso; ya a dos pasos de mi tomo el cigarrillo de mis labios y se lo puso en la boca dando una profunda calada, como si respirara el más puro oxigeno luego de haber aguantado la respiración por mucho tiempo. Exhalo en mi cara con exagerado placer.
– Es solo nicotina, Felix.
– Hace rato que no lo probaba- sonrió de nuevo con algo de regodeo, como si tuviera toda la situación en el bolsillo. Aunque yo aun desconocía qué, exactamente.
A este punto, mi erección tiraba dolorosamente en mi bragueta, como cada vez que lo tenía cerca. Le arrebate el cigarrillo y le di una buena calada buscando tranquilizarme. Devolví el humo en su cara en respuesta a su anterior acción.
– ¿Qué te traes hoy entre manos?- le pregunto- andas muy raro.
– Nada, solo que me he planteado un par de cosas en el último mes y creo que quiero echarle una revisada a varias cosas en mi vida.
– Pero que filosófico. – me burlé- y ¿cómo que cosas?
– Quiero probar algunas cosas nuevas
– Como…- apremie con un movimiento de muñeca. Sonrió pícaro.
– Pues, veamos- y me besó.
La sorpresa fue tal que solté el cigarrillo y no atine a responder por varios segundos. Cuando quise devolver el beso él se retiraba, pero yo no estaba dispuesto a dejarlo ir. Tire de su camisa y le estampe el beso que había fantaseado desde que le conocí. Lo sentí sonreír contra el beso y luché con la urgencia de preguntarle por qué. Me apreté a él y sentí el indicio de una incipiente erección contra mi muslo, estaba seguro de que él podía sentir la mía contra su cadera. Profundice el beso y deje entrar su lengua para acariciarla con la mía, el suspiro fue mutuo. Puse mis manos en su cuello y dirigí su cabeza mientras él se aferraba de mi cadera y tiraba de mi camisa. Cuando se nos acabó el aire le deje ir con un pequeño mordisco en su labio inferior, arrancándole un pequeño gemido. Sonrió sin abrir sus ojos, hoy le había visto sonreír mucho.
– Wow- se limitó a decir.
– Wow- respondí.
– Pues menos mal que se me dio por replantearme esas cosas de las que te hable.
– Bendita idea.
– Y… ¿qué hacemos con esto?- apretó mi erección con su mano. Apreté la mandíbula y me mordí el labio tratando de no gemir.
– Alguna idea- entrecerró los ojos y por toda respuesta se arrodillo ante mí. Mi corazón se disparó.
Bajó el cierre y metió su mano directamente dentro del bóxer hasta dar con mi verga dura y caliente. Ahí no puede retener el gemido ganándome una sonrisa suya cargada de lascivia. Saco mi pene y lo detallo de cerca. Suspiró.
– Al fin.
Paso la lengua desde el inicio del tronco hasta el glande y yo estuve a punto de perder toda mi fuerza de voluntad y correrme allí mismo. Empezó al lamer la cabeza como si fuera una paleta mirando solo mi verga. Pareció perder la paciencia y se metió todo lo que pudo hasta casi tocar su garganta. Esta vez gemimos ambos. Agarre su pelo y ayude a llevar el ritmo de lo que en ese instante me parecía la mejor mamada de todas. Yo ya gemía como loco y mi verga entraba y salía con una velocidad considerable, hasta casi follar su boca… su deliciosa y tibia boca.
– Creo que ya no puedo más- supiere, pero él siguió en lo suyo- me voy a correr
– Hazlo.
Apretó la base y succiono con fuerza. Ya fuera de mi dispare en su boca varios chorros de semen caliente que lamentablemente no trago; cuando lo tuvo todo en su bocas lo escupió a un lado, pero siguió mamando hasta dejar limpia mi verga y esta empezará a bajar de tamaño.
– Aparentemente soy bueno, huh?- lo levante de la camisa y le plante un beso con furia.
– Sabes delicioso
– Tengo el sabor de tu corrida, engreído
– Lo sé, ¿quieres probar el sabor de la tuya?- le dije agarrando su verga a través del jean.
– Me encantaría, pero se nos acabó el break hace como 2 min, estaremos tarde.
– Mierda- iba a besarlo otra vez…
…
– Axel!- dijo mi jefe- le dije que tomara su break temprano.
Desperté de mi ensoñación de un sobresalto causando la risa de Felix al lado mío. Le fruncí el ceño y me dispuse a salir, pero cambie de idea al recordar mi notable erección, que estoy seguro Felix notó también.
– Creo que me quedare aquí unos minutos.
– ¿Sigue en pie la conversación?-pregunto
– Sí, pero creo que al final de turno, en mi casa con unas cervezas, ¿te parece?
– Seguro.
Quería ver qué tanto de mi fantasía podía hacer realidad.
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