EL CHICO TÍMIDO DE LA OFICINA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Alessandro es un chico muy bello. A él le gusta usar la cabeza rapada como si fuera un recluta del ejército. Sus facciones son bellas, ojos color miel, labios finos, cejas espesas. Y su manera de ser discreta, tanto que parece que fuera tímido. Suerte la mía pues este bello pibe siempre simpatizó conmigo. Siempre me sonreía cuando por casualidad nos encontrábamos en el restaurante de la empresa. Una vez lo invité a tomar unas copas y él aceptó. Después de pasar un buen rato en un bar yo fui directo al asunto y le pregunté:
-¿Qué te parece si nos vamos a un motel?-
-aha- fue su corta respuesta. Y nos fuimos.
Ya sin ropa fui descubriendo a este bello chico. Yo tomé la iniciativa. Desnudo en la cama lo colmé de besos. Le besé en la boca, en el cuello, en la barriga, en los pies. Le chupé los huevos, la verga, le mordí las tetillas, Alessandro gemía y se retorcía del placer que yo le daba. Le abracé fuertemente le hice sentir que me gustaba. Entonces fue la vez de él. Comenzó por morderme y lamerme las tetillas. Que deliciosa sensación. Yo podía verle la cabeza rapada mientras él me besaba las tetillas. Que hermoso chico es Alessandro, yo pensé.
Entonces llegó la hora de la verdad. Estaba claro lo que íbamos hacer. Le mandé quedarse de cuatro patas. Él obedeció y abrió bien las piernas. Yo le arrimé un dedo al culito que pulsaba anhelante. Comencé a chupárselo. Se lo chupé un buen rato. Después le puse un poco de lubricante. Arrimé mi verga, empujé. Hallé resistencia. Alessandro empujaba su culo para ayudar. La cabeza de mi miembro por fin entró, ahhhhhhhhhh, fue el grito de Alessandro. Yo se la fui metiendo despacito para no lastimarlo visto que mi verga es gruesa. Se la metí toda. Alessandro tenía un culo tan apretado que parecía virgen. Entonces comencé el metisaca. Que rica sensación, caramba. Alessandro venia a mi encuentro a cada embestida mía. Plop, plop, se oía al choque de sus nalgas con mis muslos. Y mientras cogíamos Alessandro me dijo:
-hace tiempo que quería sentir esa verga rompiéndome el culo, ¿por qué no me invitaste antes?-
-porque soy un retardado. Me tardo para entender insinuaciones. Pero no te preocupés que vamos a recuperar el tiempo perdido, que rico culo tenés. Quiero ese culito solo para mí. Prométeme que no se lo vas a dar a otro. Ah, que culo más rico-
-te lo prometo-.
Después de un rato cogiendo ambos eyaculamos profusamente. Y cogimos hasta el amanecer. Ahora casi toda semana nos saciamos uno del otro. Y no nos empalagamos. Después de cinco días yo quiero encontrármelo para coger. Y él también. Yo sé. Ahora interpreto rápido sus miradas. Le pego unas arrinconadas cuando bajamos a la bodega. Rápido le suelto unos besos con lengua y le abrazo. Parece que hasta me estoy enamorando de este chico. Con él no existe intercambio. Me gusta así. Que él sea mi mujercita y yo su macho cogedor.
FIN
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