EL CINE
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
“Me habían contado otros compañeros lo de aquel cine: te sentabas solo en la última fila y te dejabas observar por hombres que recorrían con su mirada a los que estaban sentados en ellas…
Era un verano caluroso y después de haber pasado la mañana en la piscina de la Casa de Campo, me había entrado el calentón propio de mi iniciada adolescencia.
Lo pensé y me fui a aquel cine del centro con fama de “pajilleros”.
Vestía pantalones cortos y una camiseta playera de tirantes, pensando que eso me hacía más atractivo para provocar la atención. No llevaba nada debajo del pantalón lo que me convertía en una imagen exhibicionista unida al cuerpo muy broceado y la postura “despatarrado” en la butaca.
Me había convertido en una “carnada” apetitosa para tanto vicioso que ya miraban desde las filas próximas.
Primero se sentó a mi lado un hombre de unos 30 o 40 tacos, que puso disimuladamente su mano rozando mi muslo.
Yo me quedé quieto y reconozco que con fuertes palpitaciones y nerviosismo.
Al poco rato su mano me presionaba, provocando que me empalmara, cosa que descubrió apoyando su mano sobre mi bulto, y ladeándose con la otra mano que introdujo por debajo del pantalón que no llevaba bragueta…
Yo me dejaba hacer inactivo, aunque me parece que elevaba mi cuerpo como ofreciéndole…
Al iniciar el palpado de mi picha, se ensalivó una mano con la que me acariciaba suavemente mi capullo. Yo me estaba volviendo loco y a punto de correrme.
Me empezó a bajar los pantalones, para facilitarle el movimiento muy pausado de esa mano que me descapullaba con extrema suavidad.
De forma brusca arrojé dos fuertes chorros de lefa contra el respaldo de la butaca delantera, y aquel hombre limpiándose la mano con un pañuelito me dejó solo.
No tuve mucho tiempo en esa situación pues antes de subirme siquiera los pantalones ya tenía a mi lado otro hombre algo más mayor, que colocándose a mi lado se agachó tomando entre sus labios mi escurrido miembro.
No se deba por vencido y su objetivo se centraba en reanimar la flaccidez, con la suavidad de una boca que succionaba y una lengua que acariciaba mis testículos.
Creo que transcurrieron diez minutos hasta que aquello empezó a crecer de nuevo, y ya actuaba también con su mano produciendo ligeras sacudidas, mientras que yo empezaba a emitir involuntarios suspiros y jadeos.
Noté con cierto temor que otra persona más se había unido al espectáculo, quedándose entre ambos.
Me pareció que se conformaba en complementar la acción del primer acompañante, limitándose a acariciar mi piernas y especialmente el pecho y los pezones con caricias circulares.
El ambiente empezaba a ser como un espectáculo erótico, pues había dos o tres más en pie rodeándonos.
Uno tiró de mi colocándome de pie, mientras varias manos recorrían mi cuerpo y el primero no dejaba de masajear con intermitencias mi polla, a la vez se colocaba también de pie dejando al descubierto su enorme polla que me frotaba.
Alguien le bajó sus pantalones colocándolo con su culo apoyado en mí y otras manos enfilaban hacia un ano que me traía un olor a perfume caro.
Sentía como un tubito arrojaba una crema sobre toda mi polla y me apoyé con fuerza sobre una ano al parecer acostumbrado me habría el paso con una insospechada facilidad.
Sentía la polla más tiesa que nunca y empujé a fondo, pero lejos de penetrar la mitad, llegó al fondo que no pudiendo traspasar más me animó a hacer un movimiento como de sacacorchos y no queriéndome correr todavía me quedaba quieto mientras su culo palpitaba y su ano contrayéndose con fuerza impidiéndome que la sacara.
Viendo a los que estaban de pie como se masturbaban y mi primer “acompañante” se doblaba contra la butaca delantera y agarrándome las nalgas facilitaba penetraciones más rápidas y profundas.
Habría transcurrido ya una media hora y empecé a “bombear” mi leche en su culo, que se derramaba por ambos lados con un grito que me asustó, provocando mas miradas en la sala.
Subiéndome los pantalones salí precipitadamente de aquel cine… pero volví a las dos semanas, motivado para tener experiencias más activas por mi parte.”
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