EL CLIENTE QUERÍA MÁS QUE DEDO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
En una ocasión que un primo mío me dejó cuidando de un hotel que más parecía un motel en el interior del estado, sucedió que llegó un hombre de unos veinticinco años diciendo que quería un cuarto para pasar la noche. Yo lo atendí, le mostré uno de los cuartos el cual él concordó en alquilar. Pidió una cerveza y se trancó.
Después de una media hora él sale del cuarto para pedirme que le ponga una película porno en la televisión. Yo lo atiendo. Él también pide otra cerveza. Yo voy a buscar la cerveza al bar, cuando regreso el pibe no está más en la sala. Me dirijo al cuarto que está con la puerta entreabierta. Por la abertura yo puedo ver al tipo acostado en la cama con las piernas bien abiertas, metiéndose un dedo en el culo mientras ve la película. Me quedo excitado con la escena. Toco la puerta y finjo que no vi nada.
-aquí está la cerveza-, digo
-gracias ¿usted vio alguna cosa?-
-¿ver qué? ¿verlo a usted metiéndose un dedo en el culo?-
-si hombre, es que no aguanto la gana de sentir una verga en el culo. Conseguime una ¿es posible?-
-a esta hora solo si es la mía-
-entonces entre-. Voy rápido a buscar un condón y entro en el cuarto. Daniel ya está en posición de recibir poronga, está de cuatro patas con el culo en pompa. Cierro la puerta y me arrodillo atrás de aquel culito y le aplico una buena dosis de verga. Se la meto de una sola vez.
-ayyyy, que rico, cogeme rico, cogeme rico, rompeme el culo por favor-, suplica el cliente.
Yo no me hago de rogado y le zampo mi pene sin misericordia. Rompo aquel orto apretado. Daniel parece una Tongolele bailando mambo, mueve su culo de un lado para otro para arriba y para abajo. Parece como si estuviera licuando mi pija. La sensación es muy buena. Que rico da el culo este cliente fogoso. Yo para animar más le suelto una nalgadas. Lo agarro de las caderas y le hago un rico metisaca. Daniel habla cosas obscenas, me pide que le haga rico. Yo no me aguanto y me corro rápido. Le lleno el culo de semen, dentro del condón, claro.
Entonces Daniel me pide que no se la saque, que quiere gozar con mi mandarria dentro. Yo le atiendo. Me espero. Mi pija continúa enhiesta, Daniel se masturba y goza. Yo siento la contracción de su esfinter a medida goza. Que rico. Una vez satisfecho, Daniel se acuesta de bruces con la cabeza de lado. Con voz cansada me dice:
-gracias-
-no hay de qué-
-¿puedo llamarlo más tarde?-
-puede pero solo hago si me pagás. Esta fue muestra gratis-
-¿cuanto cobra?-
-estoy bromeando, hombre. Um culo asi como el tuyo me lo cojo de grátis-. Daniel sonríe.
Buenas noches-, digo
-buenas noches-.
Salgo del cuarto. De mañana ahí está Daniel bien bañado, esperando el desayuno. Me ve y me sonríe. Después de comer Paga la cuenta y se despide amablemente. Nunca más lo vi.
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