EL COLEGA DE MI HERMANO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ZLASKO.
EL COLEGA DE MI HERMANO
Siempre he tenido fijación por los niñatos de 20 años, digo esto por que os quiero hablar hoy de cómo me tiré al amigo de mi hermano.
Nacho que así se llama mi hermano, sale con una pandilla de macarrillas de aquí del barrio, son todos mas o menos de la misma edad, entre 19 a 21 años.
Hay uno en especial que me pone realmente cachondo, José que así se llama, es medio moro por que su padre es marroquí y su madre española de aquí de Moguer.
Según me contó mi hermano sus padres se conocieron en una campaña de recogida de la fresa.
Por lo visto el padre dejó preñada a la madre, pero aquello no llegó a mas por que el ya estaba casado en Marruecos y no quiso saber nada del niño.
Así que la madre a criado a José sola sin ayuda de nadie.
Nosotros vivimos al lado de ellos, puerta con puerta en una barriada del sur del pueblo.
La madre trabaja casi todo el dia, y esto provoca que José esté siempre metido en mi casa con Nacho mi hermano.
Prácticamente se ha criado con nosotros, y la verdad que cuando era mas niño, nunca me había fijado en el.
Conforme ha ido cumpliendo años el niñato se ha puesto bastante bueno … y mas que bueno, a mi lo que me produce es un morbazo increíble.
José tiene 20 años recién cumplidos, es muy guapo de cara, ojos verdes, pelo corto negro, alto y delgado pero fibroso, piel morena y culo prieto y respingón que a mi personalmente me pone súper cachondo.
Yo me llamo Marcos, y tengo 26 años.
Trabajo de repartidor en una empresa de paquetería.
Tengo el cuerpo musculoso pero no excesivamente, piel morena de tomar el sol, pelo rapado a lo militar, ojos marrones caramelo, y de polla no me puedo quejar, la tengo gorda y larga pero proporcionada.
Mi capullo es rosado y mas grueso que el resto de mi verga, y según dicen los que lo han probado … tengo un culo prieto de lo mas apetecible.
En casa todos saben que soy gay y la verdad es que en ese aspecto, nunca he tenido ningún problema, mis padres son súper abiertos y mis hermanos lo ven como una cosa normal … hasta Nacho, con lo ceporro que es muchas veces.
Soy el mayor de tres hermanos, Nacho es el pequeño que tiene 21, y después de mi va mi hermana Susana que tiene 24 años.
Ella ya está casada y vive con su marido y sus dos hijos en Huelva capital.
Allí en casa de mi hermana se encontraban mis padres ese fin de semana, y Nacho y yo … bueno y José … teníamos para nosotros solos la casa hasta el Domingo.
El Sábado amaneció un poco nublado, así que los planes de ir a la playa se habían ido al garete.
José había dormido en casa como todos los viernes, en la habitación de Nacho.
Yo fantaseaba imaginándome como se lo montaban los dos en la cama … como José le chupaba la polla a mi hermano, y después Nacho le metía la verga en ese culo tan delicioso que tiene.
Pero yo sabia que no podía ser, por que Nacho es de esos tíos que le pirran mas un coño que a un tonto un lápiz, o por lo menos eso es lo que aparenta.
Me levanté, me puse un pantalón corto, cogí las chanclas y fui a la cocina a preparar el desayuno.
Al poco tiempo llegó José casi desnudo, como acostumbraba hacer.
El muy cabrón parecía que lo hacia a propósito.
Se paseaba en calzoncillos por mi casa, insinuándose marcando paquete, con la polla dura hacia el lado izquierdo del slip.
El que me gustaran los hombres, no le frenaba lo mas mínimo, pero ni a el, ni a mi hermano Nacho, que también se paseaba en calzoncillos por la casa.
Me ponían realmente cachondo, mas José que Nacho ya que nunca he mirado a mi hermano con esos pensamiento, pero tengo que admitir, que mi hermanito se gasta una polla de considerable tamaño.
Nacho llegó a la cocina estirándose, con los brazos hacia arriba y la pelvis hacia delante, ofreciendo un paquete mas que considerable bajo la fina tela.
Estoy seguro que debajo de esos calzoncillos, se escondía mas de 19 cm.
de rabo, pero lo mejor era verle como su culo se comía la mitad del slip, dejando al descubierto el cachete derecho.
Nacho: no he pegado ojo esta noche, José mamón … es que te mueves mucho joder.
José: pero que dices colega, si eres tu el que me pegas patadas.
Nacho: bueno si, … lo que tu digas tío.
Mientras desayunábamos le di la lista de tareas a los chicos, porque el hecho de que no estuvieran mis padres, la casa no iba ha ser una pocilga.
La aceptaron con desgana, pero a regañadientes accedieron a realizar lo que a cada uno le correspondía.
Yo después de tomarme un café y una tostada, me volví a mi habitación para recogerla un poco y tenderme otra vez en la cama, pues arrastraba una resaca del día anterior de campeonato.
No me podía quitar de la cabeza, la imagen del paquete que se le marcaba a José en los calzoncillos, esa tela tan fina de algodón aprisionando su tronco venoso, coronado en la punta con un grande y voluminoso capullo.
Me tendí en la cama para descansar un poco y dejar de pensar en José, pero con el calor que hacia y el calentón que yo levaba, no me podía dormir.
Ya sentía mi polla palpitar debajo de los calzoncillos y la tela a punto de reventar a causa del grosor que había alcanzado mi verga.
Tendido en la cama, con las piernas abiertas de par en par, me masajeaba el paquete con la mano izquierda y con la derecha me daba placer en las puntas de mis pezones que al contacto con mis dedos se endurecían cada vez mas.
Me estaba poniendo a tono con rapidez y a juzgar por mi respiración, y por las sacudidas que pegaba mi culo contra la cama … en poco tiempo me correría dentro de los calzoncillos.
Sin yo saberlo, José el amigo de mi hermano, me estaba espiando escondido en el pasillo, mirando hacia mi dormitorio que tenia la puerta abierta.
Toda la calentura que yo tenia era prácticamente por su culpa, me había pasado todo el desayuno contemplando su cuerpo, imaginándome como se follaba mi polla en una bestial mamada.
En fin que tuve que irme para mi habitación, por temor de que mi hermano Nacho y su coleguita se dieran cuenta de mi calentón.
El seguía a lo suyo, mirándome como me pajeaba la polla debajo del slip ya mojado por le liquido preseminal que soltaba de gusto mi capullo.
Una de las veces que se asomó, lo pillé mirando y yo me corté un poco.
El al darse cuenta que lo había descubierto, entró en la habitación y, sin decir nada se acercó hacia mi, se arrodilló encima de la cama a mi lado izquierdo y pegó su cara a mi paquete.
Marcos: ¡José … ! ¿Qué haces muchacho? … que mi hermano puede pillarnos.
José: no te preocupes, ha ido a casa de lucia para llevarle unos apuntes que le hacia falta.
Y después de decirme eso, siguió dando con su lengua en mis ya mojados calzoncillos.
Mi subidón era tremendo, una mezcla de miedo y de placer, por un lado mi hermano podía pillarnos y por otro estaba haciendo realidad mis deseos.
José: He observado como me miras Marcos, y sé que te pongo cachondo … ¿y sabes por que lo sé? … por que a mi me pasa lo mismo contigo.
Me caliento solo con mirarte, la polla me babea y se me moja solo de pensar las mil maneras de follar contigo … me encanta tu paquete marcándose en tus pantalones … tu culo me vuelve loco … quiero comerte entero.
Al decirme esto se giró y se puso a cuatro patas encima de mi, dándole una gran alegría a mis ojos.
Miré su redondito culo y con deleite me recreé en el rosado boquete que tenia.
Se me caía la baba, me mordía el labio inferior … y que gusto me daba el mamón cada vez que se metía mi polla en la boca y succionaba apretando con la boca.
Entonces agarré con mis manos los cachetes de su culo, y separándolos todo lo que pude, comencé a chuparle la raja.
Que delicioso era ese sabor, ese sabor a culito virgen … virgen por poco tiempo.
Le hice un masaje en la verga hasta que se le formó un incesante goteo de liquido preseminal, que me humedecía el pecho y chorreaba mojándome el pezón derecho.
Lo violé con mi lengua … relamí todo el contorno de su ano … mordisqueé con los dientes el agujero que tanto deseaba follarme … metí mi lengua en su apretado y tembloroso orificio, tan profundamente como pude, y después la saqué poco a poco.
José gimió de placer y su boquete se abrió para mi.
El chupaba el rico caldito que emanaba de mi capullo, cerraba la boca apretando con sus labios en un vaivén de subidas y bajadas, desde la base hasta el tronco de mi verga.
Yo sentía su saliva resbalando por toda mi polla, llenándome de babas el pubis y los huevos … el niñato sabia lo que estaba haciendo, por que el cabrón chupaba mi polla con una destreza descomunal.
Me flexionó las piernas sin sacar mi rabo de su boca, y puso mi culo mirando al techo.
Ahora sus manos separaban mis glúteos y con los dedos gordos de ambas manos, masajeaban mi boquete.
Se incorporó de pie en la cama flexionando las rodillas, y con una mano empujó su polla, apuntando hacia mi boca.
Yo la abrí y cobijé ese hermoso nabo apoderándome de el, que manjar mas rico y como mojaba mi boca de gotas de semen.
Recorrí cada palmo de aquella polla, lamiendo su capullo con frenesí, metiéndome hasta lo mas profundo de mi garganta, aquel pedazo de carne gordo y sabroso.
José: sigue … sigue … si, cabrón ….
Chupame la polla, que se que te gusta.
Marcos: eres un calienta pollas de mierda … niñato, maricona … córrete en mi boca y dame que me beba tu leche caliente.
Dicho y hecho, me soltó un río de semen, que recorrió mi traquea quemando mi garganta.
No paraba el cabrón de vaciarse, y cuando la hube sacado de la boca, siguió mojándome la cara de lefa.
Yo iba por el mismo camino que el, y con un movimiento brusco se sacó mi polla de la boca, la cogió con las dos manos, y comenzó a pajearme como un bestia.
Me levantaba de la cama, en cada embestida que daba con sus manos, hasta que no pude aguantarme mas y le regalé mi leche que mojó su rostro.
Era un baño en toda regla, se pasaba mi verga por la cara como si fuera el teléfono de la ducha, mojándose hasta los pelos.
José: Ahora quiero que me folles el culo … quiero sentir tu polla dentro de mi.
Jódeme, dámela toda … petame el boquete.
Marcos: Ponte a cuatro patas … te voy a reventar el culo, pedazo de puto.
Se colocó encima de la cama como un perrito, y yo abrí el primer cajón de la mesita de noche y saqué un consolador.
Me situé detrás de el, ensalivé la polla de goma con mi boca, y la puse a las puertas de su hambrienta raja.
Introducía el consolador despacio y lo volvía a sacar para mojarlo denuevo con mi saliva.
Lo repetí varias veces hasta que vi que su ano se dilataba completamente.
Metía y sacaba manteniendo un ritmo delicado, y con mi otra mano masturbaba su polla que ya estaba otra vez dura, goteando y pidiendo guerra.
José chillaba de placer pidiéndome que se la metiera con mas rapidez, gemía y se retorcía separándose los cachetes del culo, para que mirara su boquete cada vez mas grande.
Yo tenía los ojos pegados a su ano y no perdía de vista las entradas y salidas del consolador.
Marcos: ¡Como come este culo tuyo … putón! Me tienes caliente perdido.
José: Fóllame todo el culo y móntame con tu polla mamón … lo tengo hambriento tío.
Escuchar sus palabras me enardecieron, le saqué el consolador del ano, coloqué mi verga en la entrada del boquete y empecé a empujar.
Lo agarré por los hombros con ambas manos y comencé a joderle.
Quería hacerle de correrse al mismo tiempo que se la metía, me encanta cuando me tiro a un tío y se vacia los huevos de leche mientras le follo el culo.
Sudábamos como cerdos por el calor y la calentura que llevábamos encima, José empujaba cada vez con mas fuerza, arremetiendo su culo contra mis caderas, tragando y devorando mi nabo en cada embestida.
Presionó su cuerpo contra el mio y me obligó a inclinarme hacia atrás, soportando su cuerpo, dejando su rabo moverse al libre albedrío.
Se estaba corriendo el mamón sin tocarse ni siquiera la polla, gimiendo y retorciéndose de placer.
Los trallazos de semen alcanzaron una altura de 30 cm.
por lo menos, llenando de leche su pecho y su cara.
Me lo estuve follando durante diez minutos mas, con mayor energía cuando se acercaba el momento de correrme.
Sentí que me venia el semen galopando por la gruesa vena de mi polla, me iba a correr en pocos segundos, así que no quería desperdiciar ni una sola gota de lefa.
Le saqué bruscamente la verga de su culo y lo coloqué con la cara frente a mi cipote.
José abrió la boca y se tragó denuevo mi polla, pero ahora dispuesto a exprimirme los huevos y sacarme todo el semen.
José: Dámela toda … aquí en mi boca … córrete pedazo de macho.
Marcos: ¡Ahhh …! Chupa maricón, come pollas ….
Traga … ahhh, siiii.
De pronto se me cortó el cuerpo … Nacho estaba apoyado en el quicio de la puerta de mi habitación, mirándonos con una expresión en la cara que no sé como explicaros.
Continuará ….
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