El colegial y el vagabundo, debut y desvirgue
Como fue que me desvirgó un muchacho vagabundo en una casa abandonada, cuando venía de mi colegio el primer día de clases..
Hola, quiero contar como fue que perdí mi virginidad a los 14 años, volviendo del colegio el primer día de clases, al pasar por una casa abandonada adonde moraba un muchacho vagabundo.
Era a inicios de marzo del año que iba a cursar el 9° año, o 2° de secundaria, según que plan se aplique.
Era en mi barrio, un barrio residencial inglés en una localidad al sur de Buenos Aires, iba caminando al colegio, ya que estaba a solo 1,5 km de mi casa, cruzando las vías del tren.
Al fin del verano pasaba en bici por una calle cortada que servía para ahorrar algunos metros entre la barrera de las vías del tren y mi cuadra. Había una casa vieja con los pastos muy altos, abandonada pero ocupada por un intruso, que era un muchacho de unos 30 años, morocho y andrajoso para vestir, supongo que hacía changas de pintura, jardines, o albañilería, y casi siempre estaba fumando o tomando cerveza en el frente de la casa sentado en una vieja silla. Yo bajaba a la calle al pasar por esa casa porque siempre me silbaba o chistaba al pasar diciéndome cosas groseras, como «querés ver-guita alemancito?» (yo era muy rubio, descendiente de alemanes), o me decía… «vení lindo a tomar la meme…», todas frases de claro contenido sexual.
Debo reconocer que si bien lo evitaba, me fué naciendo una curiosidad y una fantasía, ya que su aspecto andrajoso y su color de piel y pelo negro me daban algo así como atracción morbo en contraste con mi aspecto tan distinto, a veces me piropeaba más amable y eso me agradaba más, como ser …»que lindo sos pendejo, sos un bombón…», y cosas parecidas elogiosas, como elogiar mi ropa o calzado al pasar… » que lindas zapas tenés, o… que linda remera, etc…».
Al comenzar las clases ese lunes de marzo, como había crecido bastante ese año, me compraron todo el uniforme del colegio nuevo, que era con camisa blanca de manga larga, corbata escocesa de cuadros verde y rojo, pantalón gris claro, y zapatos negros de cuero, ese año me compraron al fin lis «Kickers» acordonados que tanto me gustaban, los que tienen cordones y costuras blancas, ya calzaba 39 y me iban muy cómodos. Como aún hacía calor al fin del verano, iba al colegio en camisa y corbata nomás, sin sweater ni blazer, los que eran para cuando sea otoño o invierno.
Así que estaba volviendo del colegio ese primer día, salimos más temprano porque no hubo inglés por la tarde, iba a un colegio privado de doble escolaridad, mañana en castellano, y tardes en inglés o alemán.
Tenía mi mochila azul en la espalda, era temprano en la tarde y en casa no habría nadie, ya que mis padres y hermanos mayores trabajaban o estudiaban en la ciudad hasta la tarde-noche.
Creo que sin pensarlo, tomé la cortada para ahorrar unos metros, y descuidado pasé por la vereda de aquella casa adonde moraba este muchacho.
Al pasar frente a la casa, entre los pastos altos de la vereda, y los del jardín, escuché que este muchacho me silbaba y llamaba desde el jardín, con chistidos y voces como …» Eh lindo! vení vení que tengo algo para darte…»
Me detuve como curioso por saber que era, y entré los metros que separaban la vereda de la puerta de chapa oxidada del frente de la casa vieja y despintada; ahí estaba él apoyado en el marco de la puerta abierta, con un mate en la mano, vestido de remera negra sin mangas, desteñida rota y manchada con pintura y mugre de trabajo, un jean roto desflecado y también manchado de pintura y mugre, las rodillas a la vista por agujeros en las piernas, y en los piés unas viejas zapatillas de lona tipo botitas «Converse All Star» negras, también desteñidas, muy gastadas de años, sucias y rotas en algunos lados la lona.
Me causó como una atracción fálica, debo confesar que era atractivo y, dentro de sus harapientas ropas, armonioso con su aspecto rústico y de obrero trabajador a la vez.
Me miró de pies a cabeza, y exclamo asombrado… » que lindo estás hoy alemancito! que lindo uniforme fino, es tu primer día de clases? me encanta verte vestido así… veni pasa dale, te muestro algo…»
Mientras no dejaba de agarrarse la entrepierna sobre el jean sucio, se masajeaba el bulto creo…
Y yo de curioso y algo en jaque por el encuentro, entré por la puerta, el se corrió al costado y me dejo pasar, entró detrás mío cerrando la puerta de chapa oxidada y poniendo una traba pasador desde adentro, lo que no dejó de asustarme por pensar que tramaba al cerrar tan seguro la puerta de calle.
Daba un pasillo tipo galería de baldosas viejas y rotas, con puertas de habitaciones al costado, en el medio del pasillo había contra la pared una mesita de madera vieja despintada con dos sillas viejas, y arriba de la mesa estaba la pava del mate, de aluminio quemada por el fuego.
Poniendo un mano sobre mi hombro me invitó a sentarme, y acercando su cara a mi cuello me dijo… «mmmmm que rico perfume lindo, es importado? y el olor a ropa nueva me encanta, siempre me gustaron los uniformes de colegiales de escuelas privadas, yo no pude terminar la escuela… sabes que me calienta verte vestido así no? cuidate, no te vayas a ensuciar la ropa nueva acá…»
Cuando ya estaba sentado, me saqué la mochila y la puse al costado, se me acercó pegado y me apoyó el bulto en mi brazo sobre la camisa moviéndose a los lados para refregar su jean sobre mi camisa blanca, esto me hizo calentar y sentí una erección instantánea bajo mi pantalón y slip, la traté de disimular con una mano arriba, pero él se dio cuenta y siguiendo con la apoyada y refregada me dijo…
«Epa epa! parece que te calentaste lindo? a ver que tenemos ahí bajo tu uniforme?…» Y estirando una mano me agarró mi bulto y lo empezó a apretar como estimulándome, lo que me hizo calentar más aún y la erección crecía mucho, sentí que me subía el calor y me ponía colorado… sentía su olor a macho sucio y transpirado que invadía mi perfume y olor a ropa nueva en contraste fálico excitante, ahora me daba cuenta que mis fantasías eran ciertas y se empezaban a concretar…
Se inclinó encima mío y me besó la cabeza diciendo cosas como… «mmmmmm rubiecito me calentás mucho vestido así… cuantos años tenés? como te llamás lindo?…»
Y yo le contesté… «tengo 14 recién cumplidos y me llamo Andrés, y vos como te llamás y cuantos años tenés?»
Me dijo entonces… » yo soy Ramón y tengo 28, hago changas y vivo solo acá en esta casa abandonada viste?, no te molesta mi ropa y zapas sucias no? es que no tengo plata para comprarme otra y la lavo cada tanto en una palangana al fondo…
Y me tomó la corbata y la mordió tirando hacia arriba, me dijo… «vení parate dale… parate acá contra la pared…»
A lo que me puse de pié y quedé de espaldas a la pared despintada, y él se paró frente a mí y me rodeó con ambos brazos contra la pared, y ambos pies alrededor de los míos y se me pegó rozando su cuerpo sobre el mío, me pasó un brazo detrás de la cintura y el otro detrás de la espalda y me atrajo pegado a su cuerpo, sentí su bulto muy duro apretar el mío sobre la ropa y comenzó a moverse meneando su pelvis apretándome contra la pared, su pies rodeaba los míos apretándolos fuerte para inmovilizarme, y comenzó a besarme y chuparme el cuello, las orejas y el pelo, hasta llegar a mi boca y me metió la lengua amarga con olor a mate y me besó fuerte, yo no sabía besar pero me enseño moviendo su lengua contra la mía, sus labios negros eran gruesos y grandes, y rodeaban mi pequeña boca rosada, sentía como una sopapa sobre mi boca, lo que me gustaba y me calentó más aún, pensaba en el contraste morbo de este muchacho harapiento apretándome, refregándome sus sucias ropas en mi uniforme nuevo, y besándome apasionadamente, era muy excitante y me explotaba la verguita bajo mi ropa sintiendo su bulto refregando el jean sucio en mis pantalones grises nuevos, así que rendido lo abracé también y lo apreté contra mi cuerpo besándolo en la lengua con chupetones húmedos y sonoros, gimiendo de placer ahora… El bajó el brazo de la cintura y me agarró las nalgas, buscando la raya empezó a meter los dedos en mi ano, me metía el pantalón en la raya y parecía que me lo iba a romper de la fuerza que hacía para entrar con ropa y todo…
Entonces levantó una pierna y la enroscó en la mía por detrás, y al bajar me pisó de lleno un pie y descargó su peso encima, lo sentía blando por el desgaste de la goma de sus suelas, luego hizo lo mismo con el otro pie y quedo parado arriba de los míos, se ve que le calentaba desvirgarme los kickers así porque me dijo… «Aaaaahhh que lindo desvirgarte lindo, ya te estrené esos hermosos zapatitos nuevos con mis rotosas chucks (como se llama a ese modelo de All Star…)…», y hacía chirriar la goma sobre el cuero nuevo… yo ya estaba a mil…
Se apartó y me hizo darme vuelta de cara contra la pared y me apoyó desde atrás metiendo el bulto en mi raya moviendo la pelvis bombeando mi cola mientras me besaba la nuca y las orejas diciendo cosas excitantes… «siiiii pendejo, te quiero cojer querés lindo? vamos al colchón que tengo adentro y te acostás y te monto arriba tuyo dale? así vestidos me calienta mucho montarte y ensuciarte querés alemancito? vamos al colchón dale?…»
Y me rodeó el hombro y fuimos a una de las puertas que daba a una pieza grande con un colchón con unas mantas rotas en el piso, me empujó trabándome para que caiga boca abajo arriba del colchón y se me tiró encima completo, me agarró las manos y me trabó los pies bajo los suyos, y empezó a bombear su bulto en mi raya, así vestidos nomás, nos excitaba mucho y ya estaba transpirado yo también, y seguramente sucio por la apretada afuera y revolcada adentro…
Se abrió la bragueta del jean y sacó su verga negra, era grande y gruesa, calculo de más de 20 cm, y me desabrocho el cinto y los botones del pantalón, los bajó solo hasta los muslos y me levantó la camisa, se volvió a acostar encima mío y comenzó a pasar su verga por mi raya, se sentía muy grande y me daba miedo, bombeó unos minutos por afuera en mi raya y la fue acomodando en la entrada de mi ano, cada tanto empujaba y era imposible pensar que esa morcilla entre en mi pequeño hoyo rosado…
Se incorporó y me salivó el ano y su verga, volvió a acostarse encima y la acomodó para meterla, resbalaba afuera con la saliva, se acostó bien encima mío, me trabó los pies bajo los suyos para que no patalee, y me abrazó por fuera de mis brazos para inmovilizarme del todo, y me jadeaba al oído diciendo cosas fálicas… «te gusta nene, la sentís? te voy a desvirgar mi colegial cheto, este negrito sucio te va a llenar de su leche querés? me calienta mucho tu uniforme nuevo del cole, y yo así harapiento sucio ves? sentís mi olor a macho arriba tuyo lindo? te vas a llevar mi olor a casa y mi leche adentro eh?…»
Y ya empezaba a metérmela despacio, la dejó a la entrada para dilatarme, le pedí que la saque porque dolía mucho, me quise zafar pero lo tenía encima con su peso mucho más que el mío, abrazado y pisado, no me podía ni mover, y comenzó a moverse para meterla, sentí un fuerte dolor y quise gritar, pero me tenía la boca tapada con una mano, siguió empujando y de golpe sentí que entraba toda porque sentí sus huevos contra mis nalguitas… era un dolor terrible pero se quedó quieto para dilatar y pasó a bajar el dolor, sentí como que me desgarraba y me puse a llorar como un niño… el seguía diciéndome chanchadas al oído mientras bombeaba su pija en mi ano ahora frenéticamente… de pronto aceleró y metiéndola a fondo me dijo… «ahi va la leche, ahi va la leche!!! abrí la cola nene, abrí la cola y hace fuerza como para hacer caca, daleeeeehhh abrí abrí…»
Y de golpe sentí que acababa adentro mío a golpes de leche, sentía como inundaba mi recto con su leche tibia, se estiró apoyado en mis pies trabados y dando golpes de pija la empujó más dentro mío…, y se relajó de golpe jadeando en mi oido y se quedó así acostado encima mío respirando hondo hasta que sentí que se le iba bajando adentro de mi cola, casi que se quedó dormido arriba mío así que me quise levantar y se puso al costado jadeando, yo me di vuelta y me miré, estaba todo transpirado y sucio, miré mis pies y los kickers estaban llenos de huellas de tierra con el dibujo de sus suelas gastadas… me incorporé y me doliá mucho la cola, y sentí que me salía líquido del ano, lo tomé con una mano y era su semen mezclado con rastros de mi sangre, así que me asusté y fui hasta un baño mugroso que daba al pasillo, y sin sentarme en la taza, hice fuerza y largué chorros de leche con sangre, terminé y me lavé en la pileta con una toallita que había, me sequé como puede y me arreglé el uniforme que ya no era más nuevo y limpio, había quedado lleno de manchas de tierra y empapado en transpiración, me lavé la cara y me arreglé algo el pelo, ya era tarde y me tenía que ir, pero caminaba con dificultad, así que busqué mi mochila y lo fui a ver a la pieza, estaba dormido exhausto, así que fui a la puerta, la destrabé y salí a la vereda mirando que no venga nadie, y me fui a casa rápido casi corriendo, por suerte no crucé a nadie y entré directo al baño, me desvestí y me duché, y puse todo a lavar rápido en la lava-secadora antes que llegue nadie, eran la 5 de la tarde, tenía 2 horas para dejar todo limpio… tomé mis kickers y los cepillé y pasé un trapo apenas húmedo, por suerte quedaron como nuevos y los dejé en mi pieza para mañana…
Me dolía mucho la cola, me tomé una aspirina y me puse una pomada para heridas para calmar algo el dolor y la inflamación, me puse shorts, una remera y zapas, y me fui a tomar agua a la cocina…
Esta fue la primera vez, pero no la última, tuve otras pasadas por lo de Ramón volviendo del colegio días siguientes, pero eso es para las partes a seguir, incluso hicimos un trío con un senegalés amigo de Ramón otro día…
Comentarios y sugerencias porfa… gracias!
Si quieren me pueden escribir a: [email protected]
Bufff que excitante y caliente, cuéntanos que pasó los siguientes días.
como sigue por favor