EL COMIENZO DE LA DEPRAVACIÓN
No pensé que mi hijo pudiese tener ese enorme miembro con el que llenaba de placer a sus amigos.
Tengo un hijo de 15 años que es bastante torpe, no es muy guapo aunque tampoco feo, y aunque lo amo con todo mi corazón no puedo negar que el éxito no es lo suyo, o al menos eso creía yo.
Mi hijo Juan tiene dos amigos solamente, son de su edad, está todo el día con ellos y aunque los muchachos son lo suficientemente guapos para atraer a las chicas, prefieren estar con mi hijo, que no tiene ni belleza ni atractivo para que las chicas se acerquen a él.
Un día llegué a casa y ahí estaba Juan con sus dos amigos Fabio y Ernesto sentados jugando playstation, no les presté mayor atención y me fui al dormitorio. Después de dormir un rato, miré la hora y me di cuenta que era prácticamente la madrugada, pensé que si mi hijo seguía aún con sus amigos jugando en el living, me iba a escuchar, echaría a su amigos a la puta calle y le daría un discurso a Juan que se recordaría el resto de su vida.
Bajé las escaleras en el silencio más absoluto, quería sorprender a Juan, llegué al living, pero todas las luces estaban apagadas, había pensado mal del pobre. Cuando regresaba a mi habitación me percaté que al final del pasillo, donde se encontraba la habitación de mi hijo, se veía luz encendida, me acerqué sigilosamente y traté poner atención, no se oía sonidos de computadora o algo así, sino más bien gemidos o quejidos. Juan se estaría masturbando pensé, al menos haría algo con su cuerpo y no estar tirado todo el día jugando play. Pensé en irme a mi dormitorio, pero tenía curiosidad, entonces recordé que la puerta en la parte de arriba tenía una pequeña ventana de vidrio, habitualmente no se abría, pero se podía mirar hacia adentro, lo más silencioso que pude llevé una silla y me subí en ella hasta quedar bien posicionado, pude mirar lo que pasaba ahí dentro…quedé impresionado, ahí estaba Juan desnudo completamente, pero no estaba solo, sus dos amigos también desnudos se turnaban para mamarle la verga, y me detuve en la verga de mi hijo, no podía dejar de mirar, no podía creer que tuviese la verga tan grande, sin duda sobre los 23 cm, recta, dura gruesa, sus amigos se peleaban entre ellos por tratar de meterla toda en sus pequeñas bocas, pero era imposible, nadie podría meterse aquella monstruosidad, estaba pasmado, pero también embelesado mirando a mi hijo gozar con dos muchachos a su disposición. Entendí en el acto, por qué esos chicos pasaban pegados a mi hijo, yo que pensaba que Juan no tenía gracia alguna, pues ahí estaba su gracia en esa tremenda verga a disposición de sus amigos.
Fabio se sentó sobre Juan, intentó meter esa verga en su culo, y debo decir que Fabio tiene un gran culo, pero dolía, se notaba en la cara que ponía Fabio, después de varios intentos se dio por rendido y se bajó de mi hijo visiblemente enojado. Ernesto tomó su turno, él era más delgado, su culo bien formado, pero pequeño, tampoco logró que entrara ni la cuarta parte de la verga de Juan, ambos estaban enojados y calientes, volvieron a los arrumacos sobre la verga de mi hijo, con sus lenguas y bocas desesperadas lograron hacer que Juan entrara en el más completo abandono del placer, se retorció, gimió y como animal embrutecido lanzó chorros y chorros de semen en las bocas y caras de sus amigos, yo no lo podía creer, parecía una lluvia de nunca acabar, era enorme la cantidad de leche que salía de aquel pene que seguía erecto como si nada, mientras bañaba el rostro y parte del cuerpo de sus amigos, cuando finalmente terminó de expulsar su semilla se tiró exhausto sobre la cama, sus amigos trataban de lamerse mutuamente los restos abundantes de semen. Luego mi hijo comenzó a pajear a sus dos amigos y los hizo correrse sobre su cara, la descarga de ambos no se parecía a la abundancia de mi hijo, pero Juan tragó toda la leche de ambos. Se besaron los tres y luego se perdieron de mi vista metiéndose en el baño. Me bajé de la silla y me metí en mi pieza, no podía asimilar lo que había visto, sin embargo me di cuenta que estaba caliente como braza, me metí a la cama y me masturbé recordando lo que había visto momentos atrás en la habitación de mi hijo, me corrí y bebí mi semen, siempre creí que poseía mucha leche, pero frente a mi hijo era una cantidad ínfima.
Comencé a mirar de forma distinta a Juan, y me fui dando cuenta de muchas cosas que antes ignoraba de mi hijo, me di cuenta de la forma en que tenía de seducir a los hombres. Un día invité a un amigo a casa con su esposa a comer, estábamos celebrando su ascenso en la empresa, era uno de mis mejores amigos él junto a su esposa, conocía a ambos desde la universidad. Le dije a Juan que nos acompañara un ratito en la cena y que después podría salir con sus amigos si quería, el a regaña dientes aceptó. La cena estuvo muy bien, mis amigos estaban encantados con el nuevo cargo, yo también, en algún momento se terminó la botella de vino y Juan se ofreció para ir a buscar otra, al mismo tiempo que mi amigo pedía permiso pues quería ir al baño, nos quedamos conversando con su esposa animadamente, volvieron ambos, Juan llevaba la botella de vino y mi amigo detrás, sin embargo, me di cuenta de un pequeño detalle, mi hijo tenía el cierre del pantalón corrido, no le di mucha importancia, sólo esperé que los demás no se dieran cuenta, mi amigo se sentó y también me di cuenta que de tanto en tanto miraba disimuladamente a Juan. Continuamos la conversación y Juan dijo que se iba a dormir, antes que se levantara de la mesa me di cuenta que Juan y mi amigo se miraron. Como a la media hora después mi amigo pide permiso nuevamente para ir al baño, bromeamos diciendo que parecía un anciano con incontinencia, seguimos la conversación con su mujer y en determinado momento le digo que voy a buscar algo al dormitorio de Juan, un álbum de viejas fotografías para que nos riéramos un rato. Menos mal que desde el living comedor no se ve el pasillo ni menos el dormitorio de Juan, acerqué silenciosamente la silla, y miré hacia adentro, Juan de pie se dejaba mamar ese enorme miembro por mi amigo, que parecía desesperado, se notaba que tenía más experiencia que sus amigos porque lo metía en su boca casi en su totalidad, yo no podía creer que mi amigo pudiese abrir tanto la boca, pero lo hacía y se tragaba ese pedazo de carne, se notaba el esfuerzo que hacía para que entraro todo, pero era muy difícil. Mi hijo puso los ojos en blanco y se movió con rapidez se estaba corriendo, la leche cayo desde los labios de mi amigo al pis, mi amigo estaba atragantado, no podía beber tanto semen que botaba mi hijo, tuvo que apartarse con rapidez para que no manchara su ropa, la leche de mi hijo siguió saliendo a borbotones hasta quedar exhausto, se tiró sobre la cama. Saqué la silla lo más aprisa que pude y fui donde estaba la esposa de mi amigo le dije que no había podido encontrar el álbum de fotografías, casi detrás de mí apareció mi amigo dijo que lo disculpáramos, pero al parecer la había caído mal algún alimento.
Eran de madrugada, ese domingo, no podía dormir me levanté de la cama y fui hasta el living, encendí la tv, para mirar algo, estaba en eso cuando entró mi hijo en calzoncillos, se notaba que se había pajeado, tenía el calzoncillo pegoteado y con un fuerte olor a semen, no dije nada, pero me puse caliente. Con total desparpajo Juan se sentó a mi lado, ambos estábamos sólo en calzoncillo, pensé en irme a dormir, pero nuevamente la curiosidad y la calentura me jugó una mala pasada, le dije a mi hijo que tenía mucho olor a semen acaso se había estado pajeando, me contestó que sí, pero que aún estaba caliente. Miré a otro lado, pero luego lo miré y le dije que tenía que buscarse una niña para saciar sus necesidades, él río dijo que no lo necesitaba que tenía buenos amigos para eso, luego me dijo sin empacho, me puedo pajear acá, muchas veces lo he hecho cuando tú no estás, lo le contesté que hiciera lo que quisiera, Juan extrajo ese animal que guardaba en su calzoncillo, ya estaba erecto, no dejaba de mirarlo, me tenía embelesado, quedó completamente desnudo y se puso de pie frente a mí mientras manipulaba su verga que ya chorreaba precum, yo no sabía que hacer no podía dejar de mirar aquel fabuloso espectáculo, sin pensarlo pasé mi lengua por mis labios. Juan acercó su pene a mi boca y comencé a tragarlo, lo que él no se esperaba era que su padre si podía llegar donde los otros no, fui poco a poco dilatando mi garganta y boca, recibiendo ese palo duro, grueso jugoso hasta que desapareció por completo entra mis labios, lo miré, Juan tenía una cara de asombro e incredulidad, saqué su pene de mi boca, y le dije eso es para que veas que un padre siempre es mejor que los amigos, volví a tragarme toda esa carne mientras me pajeaba hasta que no pudo más y se corrió, traté de tragar la mayor parte, pero era demasiada, cayo por mi cara, mi pecho, embadurnando todo y dejando ese olor a macho que me elevó al séptimo cielo, no pude contenerme y me corrí también.
Ese fue el comienzo de muchas historias que tenemos con Juan, mi querido hijo y sus amigos y mis amigos
Excelente historia quedo atento a la continuación, rico tener una familia así
Caliente historia, hermano…, espero mas capítulos.
wow es enserio y de donde eres
Wow q rico en verdad chidisimo
Muy bueno, excelente, excitante y muy morboso
Esperando la posible continuación.
Saludos
Excelente relato. Que rico tener un hijo vergon y macho que comparte su pene para hacer gozar a los demás.
Si que rico poder hacer realidad este relato
Holis, me súper excité y me puse cachonda con este relato. Me encanta usar lencería y sentirme mujercita vivo con mi hijo y con este relato empecé a fantasear que mi hijo descubre que su papá es en realidad toda una putita