EL COMIENZO DE LA DEPRAVACIÓN II: MILITARES
Juan se fue a hacer el servicio militar, después de un año sin verlo vino a casa acompañado por 5 amigos..
Después de nuestro acercamiento con mi hijo Juan, las cosas cambiaron en casa, ni él ni yo teníamos nada que ocultar así es que esa casa se convirtió en un verdadero puterío. Hombres entraban y salían, todo olía a sexo, y habían charcos de semen en los muebles, en el piso, sobre los sillones. Cada fin de semana limpiábamos la casa profundamente, pero un par de días después montábamos una orgía con varios desconocidos y quedaba todo igual nuevamente.
Ambos habíamos iniciado un viaje hacia la perversión, en una ocasión nos fuimos al campo con Fabio y Ernesto, los cuatros caminamos entre los árboles desnudos. Cogimos, derramando nuestra leche sobre el pasto y las flores. Descubrimos un riachuelo y nos bañamos, estábamos ahí cuando vimos que por la otra orilla del río se acercaban 3 hombres a caballo, sin vergüenza los saludamos atentamente, los invitamos a tomar una cerveza y que se bañaran con nosotros, aceptaron, cruzaron el río sobre sus caballos, nosotros estábamos sobre la hierba en bolas. Se acercaron y tomaron sus cervezas mientras se instalaban a conversar, no pasó mucho tiempo cuando pude notar que la mano de Fabio acariciaba el bulto de uno de los hombres, luego les dijimos que por qué no se sacaban la ropa y lo hicieron, no pasó ni un segundo cuando estuve colgado de una hermosa verga dura, nos acomodamos entre todos y comenzó la orgía, la verdad es que los extraños estaban muy ricos, hice correrse al mayor en mi boca, me tragué toda su leche, luego vi como Juan se corría entra las nalgas de otro, el semen le corría por las piernas, otro estaba montado sobre Fabián mientras Ernesto chupaba mi verga. Chorros de leche quedaron sobre el pasto, descansamos un poco y el hombre mayor nos contó que era el padre y los otros dos eran sus hijos, vivían solos en una casa entre el bosque y pasaban todo el día trabajando en su campo, así es que no les quedaba tiempo para mujeres, por lo tanto se daban placer entre ellos, a mi vez le conté que Juan y yo también éramos padre e hijo. El hombre mayor parecía engolosinado con la verga de mi hijo y competimos los dos por quien se metía más adentro ese pedazo de carne, perdí, el hombre se tragó todo la verga de mi hijo entre sus labios, desapareció por completo, su perilla chocaba contra las bolas colgantes de Juan.
Tomamos fotos y grabamos ese acontecimiento, mi hijo estaba fascinado, hasta un poco enamorado del primer hombre que se podía tragar todo su fierro, descargó su abundante leche, le chorreó por la comisura de los labios, que diligentemente los demás limpiamos con nuestras lenguas, Juan sacó su miembro de la boca del hombre y se besaron apasionadamente. Yo me había puesto muy caliente de nuevo al ver aquella maravillosa escena, así es que sin esperar más me puse a cuatro patas para recibir la verga de uno de los hijos del hombre mayor y Ernesto metió su verga en mi boca, luego hizo lo mismo Fabio estaba atragantado con dos vergas en la boca y una en el culo, me corrí, Juan tomó mi semen en su mano y lo compartió con el hombre, se besaban. Mientras estaba recibiendo verga por el culo, Fabio y Ernesto acabaron en mi boca, tragué todo lo que pude, el resto fue a parar sobre las flores de un arbusto pequeño, miré hacia donde estaban los caballos y podría jurar que los caballos también se habían calentado con lo que estaba pasando, porque sus vergas estaban muy erectas. Cuando se corrió uno de los hijos, tomó el lugar el otro y con unas pocas embestidas se corrió dentro mío. El padre de los muchachos estaba recibiendo verga de mi hijo de nuevo, trataba de penetrarlo y lo logró no pudimos menos que aplaudir cuando comprobamos que toda la verga de mi hijo entraba y salía con facilidad del culo del hombre, se corrió dentro y se besaron apasionadamente de nuevo. Nos despedimos entre besos y abrazos, Juan no se despegaba del hombre, se veía feliz porque por primera vez le habían comido la verga como se debe.
Pasó el tiempo, mi hijo creció y se marchó a hacer el servicio militar, lamentablemente su amigos no lo acompañaron, Fabio se fue a vivir al extranjero con su padres y Ernesto conoció a un hombre con el que se fue a vivir juntos y con el tiempo se casaron. Cuando se fue sentí que la casa se me venía encima, ya nada era lo mismo, mi hijo adorado no estaba conmigo, y aunque seguí con mis fiestitas regadas de semen y machos, no era lo mismo.
Ese primer año se hizo eterno, sólo nos enviábamos correos o a veces algún Wathasapp, pero generalmente estaba muy ocupado. Po fin hacia final de año me comunicó que tendría permiso para ir a casa por un mes, no cabía en mi de alegría, ordené toda la casa, su dormitorio.
Llegó el día tan esperado, Juan apareció en la puerta de casa, no lo podía creer, estaba tan cambiado, ese niño delgado, con cara de aburrido, ahora era un tremendo hombre gracias a todo el entrenamiento del ejército, su cara estaba risueña y marcadamente masculina, me calenté de inmediato y le di un gran beso en su deliciosa boca, pensé en llevármelo a la cama de inmediato, pero él me hizo saber que no venía solo, tras suyo venían 5 amigos que estaban realizando el servicio militar. Casi me caí de espaldas a contemplar tanta belleza junta, tanto macho con cuerpos hermosos, quería disimular porque no sabía si mi hijo había contado algo de nuestro tipo de relación que teníamos, así es que les di la bienvenida como todo un caballero, mi hijo se echó a reír, me dio un gran beso nuevamente, entonces envalentonado, me acerqué a uno de sus amigos y lo besé en los labios, luego al otro y así a los 5.
Inmediatamente dimos rienda suelta a nuestra pasión, en minutos estaba arrodillado chupando una a una esas vergas erectas chorreantes de precum. tragaba una con desesperación, la sacaba y me tragaba otra, mientras mis manos pajeaban las otras, sentí la primera descarga de uno de los muchachos sobre mi cara, y luego otra, la leche caliente y espesa cubría mi cara, yo intentaba tragar todo lo que podía. sentí que uno de ellos tiraba de mí hasta dejarme sobre el suelo y se subió abriendo mis nalgas introdujo todo ese mástil ardiente, estaba en la gloria.
El muchacho no duró mucho se corrió también esta vez muy dentro de mi agujero. Mi hijo tenía uno de sus amigos mamándole la verga, mientras otro estaba tras suyo, pude notar que mi hijo estaba siendo penetrado y chupado al mismo tiempo, me alegré que hubiese descubierto el placer de ser penetrado, me acerqué y noté su carita de placer desbocado, con mi mano pude comprobar que su amigo tenía todo su miembro enterrado entre las nalgas de mi hijo, fue el placer máximo, me corrí justo cuando otro de sus amigos cubrió con su boca mi pene tragándose toda mi leche.
Juan se corrió en la boca de su amigo, y como siempre fue mucho el semen que botaba de su verga, así es todos tragamos parte de esa rica leche, el hombre detrás de mi hijo también se corrió y pude notar como un hilillo de leche caía desde el agujero anal de Juan, al piso.
Me presentó a sus amigos: Esteban, Carlos, Mariano, David y Omar. Cada uno de ellos riquísimo, y así empelotas nos pusimos a charlar de la vida en el ejército mientras fumábamos y bebíamos vino. El permiso era por un mes así es que podríamos tener muchas fiestas que contaré en la próxima entrega.
Uuuff que deliciosos relatos, espero la continuación
Que delicia y sobre tu hijo que bota mucho semen seguro tiene hiperespermia, como me gustaría encontrar un hombre así también, disfrútalo.
Wow q padre me gusta esas vivencias