El conejito blanco (parte Dos) (7) y (18)

«¿Que es lo que tiene planeado hoy señor lobo?» Me quedé perplejo, no esperaba que un niño fuera así de atrevido..
Era el día siguiente y mi mente se sintió culpable, todos esos sentimientos pos-orgasmos llegaron. Tenía abrasado a mi conejito, sentía su corazón palpitar, su respiración en mi pecho y su fragilidad por supuesto. No podía sacar de mi mente todos estos pensamientos horribles, cuando escuché susurrar a mi bolita de nieve «eres la única persona aparte de mi madre que me ha mostrado cariño»
Mi conejito aún seguía medio dormido por lo que éso me hizo pensar aún más y concluí que algo debía estar haciendo bien.
El resto de la mañana transcurrió con tranquilidad, su madre llegó, se lo llevó a su departamento,a lo que yo me fui a la universidad y pasé el día pensando en cómo manejar la situación.
Todo esto me hacía sentir que mi corazón iba a estayar por la cantidad de emociones que pasaban por mi cuerpo.
Salí de la universidad y me fui al trabajo, de ahí, al llegar a casa me encontré a mi vecina bastante feliz (desde asé meses que dejó a su esposo y su aspecto descuidado ha desaparecido)
Me pidió cuidar al conejito, le dije no había problema. Me abrazo y bajó las escaleras para ir a trabajar. Mire hacía la puerta de su departamento y ahí estaba mi pequeña presa, a lo lejos oí el grito de su madre «¡¡¡no lo dejes dormir hasta tarde!!!» Reí un poco, lleve a la cosita a mi departamento cerrando la puerta tras nosotros.
Me senté en el sofá tratando de no repetir algo de lo que me fuera a arrepentir, cuando la criaturita se sentó en mis piernas mirándome de frente y con su tierna mirada me preguntó «¿Que es lo que tiene planeado hoy señor lobo?» Me quedé perplejo, no esperaba que un niño fuera así de atrevido.
Mordí sus mejillas con mis labios, engrose mi voz y le dije «!!!te voy a deborar!!!» (Con una intención nada sexual) el pequeño no sólo encontró un doble sentido, sino que decidió dar el primer paso.
Se safo de mis labios y me dió un beso, no un beso de niño, era un beso de amantes igual o mejor del que le dí esa primera noche. Ése beso fue justo lo que necesitaba para saber que lo mío con este niño debía ser obra del destino.
Tan pronto cómo nuestra sangré empezó a hervir lo llevé a la habitación.
Ahí lo desnude y por primera vez pude observar su cuerpo detalle a detalle, su piel era bastante pálida, su cuerpo era delgado, con un abdomen marcadito cuál Adonis, los pocos bellitos que tenía en sus piernas eran totalmente blancos, sus nalgas eran carnosas y se veían rojisas por el calor corporal de la exitacion; tenía bellitos muy pequeñitos en esa cuenca arriba de los glúteos dónde empieza la espalda, pero eran los bellitos de un niño que eran suaves al tacto, no pude evitar besar esa área y finalmente su miembro, era pequeñito pero grande para un niño, era del tamaño de mi meñique pero tan grueso como mi pulgar. Esas proporciones aunado al blanco de su piel asia que su miembro fuera mi parte favorita a la hora de empezar.
Recién nos quitamos la ropa estaba yo apreciando ese paisaje bañado por la luz artificial de mi cuarto sin ventanas, lami su pequeño miembro y sus hermosos testículos que tenían un pequeño sabor a orina, talquito y algo que podría describir como el sabor de la infancia. Yo chupaba esto con tal dedicación que podría haberme cómido ese miembro de no estar pegado a esta pequeña bestia. El gemia de placer «ahhh, si, señor lobo nooo, massss, ahhh, ay mi pilín»
Cuando el pequeño orinó en mi boca lo tome y le dije que era su turno, lo puse de rodillas y sentado frente a él saque mi miembro duró como mastil de mis boxer, lo introdujo en su boca, sus mejillas se pusieron regordetas y comenzó a chupar, al principio rosaba un poco sus dientes lo que lastimaba, pero conforme le indicaba fue mejorando.
Alfin empezó a tener ritmo y mientras el chupaba mi verga tome sus trusitas, eran de flash, las puse en mi nariz. Con todos esos estímulos de olor, temperatura y placer sexual no pude evitarlo me vine en su boquita. Pude ver cómo sus cachetitos se inflaban aun más, la leche escurría de su boca, y ni corto ni perezoso lami la gota que bajaba por sus labios hasta la barbilla para besarlo mientras nos pasábamos ese delicioso nectar recién emanado de mi.
Creí que sería suficiente pero mi cuerpo aún no terminaba, el cuadro de el y yo intercambiando fluidos no hizo más que encender aún más el fuego en mi interior.
«¿Estás listo para que el lobo acabé contigo pequeño conejito?» Le dije en un tono de dominación.
«Por favor señor lobo terminé conmigo» dijo en tono suplicante.
Lo tome de las piernas y mientras metía mis dedos lubricados en su estrecha madriguera, frotaba mi pene en su nalga izquierda y besaba su boca para suavizar sus gemidos/quejidos «saliste pujon pequeña conejita» le dije en tornó burlón.
«¡No soy conejita!» (hizo una pausa para suspirar) «soy niño y pujó por qué se siente rico» replicó en tono molesto.
Cuando por fin podia meter y sacar tres dedos sin problema de el decidí que era momento, lubrique mi arma y entré, está vez entró más fácil, llegó asta la mitad, sé quejó «más cuidado señor lobo, si rompe mi madriguera no me podré sentar».
Eso por algúna razón me encendió mas comenze a bombear con delicadeza, pero en tono enfadado le dije «cállate pequeño conejito, tu eres mi presa y te trató como yo quiera»
Eso lo encendió, por qué tan pronto cómo dije ésto sus quejidos se transformaron en gemidos «ahhhhh, señor lobo así, un poco más lobo, ahhhhh tierno lobito, dame más, ahhhhh deborame» con cada palabra me exitaba más llegó el punto en el que sin fijarme ya había entrado por completo.
El sudor caía a chorros, de mi cuello hasta las piernas de mi conejito, su espalda emanaba tanto sudor que su silueta se marcó hasta el colchón. Llegó el momento, ése momento tan hermoso que cualquiera que puediese presenciar, me vine en su interior, sentí su ano bien apretado palpitando en mi falo bien hinchado, el chorro disminuyó y tal como terminamos quedamos dormidos.
Desperté y habíamos dormido dos horas, levanté al pequeño y lo bañé, saque mi semilla pero cuando quise poner pomada dijo «ya no me duele tanto, además quiero recordarte por unas horas más» lo besé y le preparé la cena, platicamos por un rato hasta que nos fuimos a dormir, está vez los dos en mi cama (a la que tuve que poner sábanas nuevas por el sudor, orina y semen que tenía)
Nos besamos mucho antes de poder dormir.
A la mañana siguiente que la mamá de mi conejito vino por el quiso tener una charla mientras el dormía.
«¿Se ha encariñado mucho contigo he?» Dijo felizmente, a lo que yo contesté burlonamente, pero sin que sonará raro «no te imaginas cuánto».
«Me dieron un ascenso ¿sabés?, creo que podría pagarte por tu servicio» dijo ella con una sonrisa y con algo de presunción (solo la de alguien que quiere compartir algo bueno de su vida)
«No es necesario, lo hago con gusto y no me molesta para nada, es como un hermanito que no tuve» dije mordiendo mi lengua.
«Bueno de todos modos, tendrás que aceptarme una cena para agradecerte tu ayuda, además necesito celebrar, no se llega a gerente todos los días» dijo con la mirada de insistencia de una niña.
«Está bien, supongo que me ara bien convivir con alguien mayor de 9 años» dije burlonamente, (además recordé que ella lo necesitaba, debido al trabajo no podía hacer muchas amigas, y debido a que trabaja de noche la gente ha sacado chismes de tendedero horribles, falsos debo decir)
Ella se fue con una sonrisa de oreja a oreja y la acompañe con mi conejito en brazos hasta su departamento para poder comenzar a alistarme para la universidad.
¿ÉSTO CONTINUARÁ?
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UF!!!! Está historia me está gustando más a mi que a nadie. Si quieren más dejen su voto y su comentario; aceptó críticas constructivas y sugerencias.
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tg: @LunaG08
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