El confesionario III
Luisito sigue recibiendo verga.
El profesor de matemáticas y el cura cruzaban por el pasillo oscuro del internado cuando escucharon el grito de Luisto.
-Aaaaayyyyyyyyy. Ayyyyy mi culooooooo. Ay ay ay ay ay ay ay
Se quedaron parados a la salida del cuarto del niño y justo cruzó una monja.
-Quien le está dando duro? el profesor de gimnasia está ahí?
-No -susurró ella mirando hacia la puerta y apretándose la concha por arriba del habito. -El abuelo llegó a visitarlo. Hacía un mes que no lo veía y parece que tenía las bolas llenas, hace media hora que lo tiene gritando.
-Uf -jadeó el cura y el profesor de matemática estiró la mano y le subió la sotana para poder jalarle un poco la verga.
La puerta se abrió y salió corriendo luisito, iba con una remerita y el culo al aire.
El abuelo salió por detrás con una verga gorda y larga al aire, llena de mierda.
-Me cago, me cago -gritaba luisito intentado llegar al baño pero el viejo lo volvió a atrapar en mitad del pasillo y sin importarle nada lo tiró al piso y le metió la verga hasta los huevos. Comenzó a darle duro delante de todos mientras luisito chillaba que se estaba cagando.
El chiquillo no pudo aguantar y blanqueó los ojos cuando la cagadera le salió en chorros largos por los costados de la verga del abuelo que seguía como desaforado agrandandole el orto.
-Ay luisito, cómo me haces falta en el campo, el culo de las gallinas no es lo mismo que el tuyo -suspiró cuando pegó las bolas al chico y le llenó de leche las tripas.
El viejo se levantó y Luisito se puso de pie, las patitas abiertas, el cura aprovechó que el chico estaba todo cagado, llegó hasta él, se agachó y agarrándolo de la pancita para que no se le escapara, le clavó hasta el fondo la verga.
-uuuuyyy que grande te dejó el ojete -bufaba y Luisito por ratos blanqueaba los ojos porque un calorcito rico le llegaba a las bolitas. El profesor de matemáticas aprovechó que luisito estaba con la boquita abierta, babeándose con los ojitos en blanco y le metió la verga hasta la garganta.
-Que lindo aguanta mi nieto -susurró el viejo viendo como le terminaban de abrir el ojete a su nieto y la verga del profesor de matemáticas le llegaba hasta la garganta haciéndolo vomitar bilis por los costados y la nariz.
El cura le llenó de leche el orto y abandonó el culo del niño.
El profesor de matemáticas le sacó la verga de la boca y Luisito aspiró aire profundo cuando pudo respirar y de nuevo tomó aire cuando el profesor le volvió a abrir el agujero.
-ay ay ay ay ay -se quejaba despacito cuando lo hacía saltar con la culiada que le estaba dando. Vio que el abuelo se acercaba y tuvo miedo porque el abuelo cuando lo cogía en el campo, después hacía que le coma la polla toda cagada pero vio que pasó de largo hacia la monja que se metía los dedos en la concha, la puso de espaldas y comenzó a cogerla con la verga llena de su mierda.
-Que me coma el culo -gritó el abuelo y el profesor de matemáticas, sin sacarle la verga, guió a Luisito hacia el culo del viejo. El hombre se lo abrió y metió la cabeza del niño ahí para que el chico le lamiera el ojete que cada vez que le metía la verga en la concha de la monja se tiraba pedos hediondos.
Cuando el profesor de matemáticas le llenó de leche el orto a luisito, sacó la verga y se dispuso a tomarle fotos con el celular: el ortito era una flor, toda hinchadito, rojo, cagado, con los mecos de los tres rebalsando por todas partes.
-Gracias Luisito -le dijo el cura besándole la boca.
-De nada padrecito -respondió y se fue corriendo al baño, con las piernitas abiertas.
Esto se está convirtiendo en una saga bien puerca, como me gustan.
Espero que sigan lo sigan educando así
Ja ja ja, que pedo con esta historia, parece cuento de Pepito ja ja ja, más que erótica debe ser cómica.
Es el único en el internado?
Sigue, estaría bueno que en el próximo sean Luisito, su abuelo y su papá y que al papá le guste que Luisito le orine encime y chupe las tetas