El conserje de ébano
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Siempre fui un chico un poco solitario, que me pasaba fantasiando, y soñando despierto. Soy el menor de mis hermanos, por tanto he sido criado con muchos mimos y cariños (a veces exágerados). Cuando comenzé el quinto grado, me parece verme en el espejo, el pantaloncito de mi uniforme se me enterraba en la parte trasera de mis erguidas y macizas nalgas, siempre era así con mis pantalones escolares y de salir, pues aunque no fui grueso de niño, mi cuerpo era desarrollado, mis nalgas y muslos han sido fuertes y musculosos por así decirlo. Que rico culo que tienes!, me decian algunos compañeros de clase y otros que no conocía, pero no les hacía caso, ni entendía el porque de esos comentarios.
Aquella mañana que por vez primera, vi con mis ojos el miembro víril de un hombre, nunca la he olvidado. Yo entré al baño de varones a orinar, sin imaginar lo que allí vería. Un hermoso joven de ébano, alto, fuerte, de musculosos brazos, orinaba en uno de los urinales, sin poder entender mi reacción, miré asombrado al enorme trozo de carne, que aquel hombre aguantaba con una mano, mientras orinaba un fuerte chorro de orines…era maravilloso aquel espéctaculo que ofrecía aquella verga de ébano con su redonda y gran cabeza descubierta! Tan absorto estaba que cuando él lo notó, comezó a sacudirsela fuertemente y se le comenzó a empalmar, como media parada, yo no pestañeaba. Chiquillo, no me mires así me dijo, es un pene como otro cualquiera, me dijo. No es así le respondí, el mio es pequeñito a lado del suyo. Es que eres aun, un chico, un rapaz. Mientras yo observaba su rostro hermoso de nariz perfilada y carnosos labios, unas facciones tan bellas, mas su piel obscura, aquel joven era un prícipe de ébano. Me dijo que era el conserje, que se apellidaba Zans, y que no dijera a nadie, que hablamos de esas cosas. Yo le sonreí y él guardo la hermosa herramienta, en sus pantalones.
Desde ese día no tenía paz, pensando en esa pinga, y en el joven de ébano… pensaba despierto tantas cosas, que yo mismo no comprendía ni tenía respuestas. Pero un día en que estabamos de recreo, yo me alejé del grupo como era mi costumbre y de repente me vi en un edificio pequeño que tenía la escuela en la parte de atrás, dónde almacenaban sillas, mesas, pupitres, etc, rotos e inservibles. Casi en la entrada de la puerta abierta, estaba Zans, el conserje, quien al verme, me llamó: Que haces por aquí amiguito? Yo me puse muy turbado, no se y le dije que estaba libre y me fui a caminar por ahí. Entré con él dentro del inmueble y me explicaba que se guardaba allí. Voy a cerrar por si viene otro chico, pues se supone que no entres aquí, me dijo cerrando la puerta. Me asusté un poco, pero pensé que él, no me haría daño. Casi inmediatamente lo sentí detrás de mi y me dijo: quieres beber aguita fría de esa fuente que está ahí? Yo le dije que sí, que tenía sed, pero que la fuente era muy alta. Muy cariñosamente él me ayudó levantándome en peso por detrás… la pieza de mis désvelos, las sentí de improviso, entre mis nalgas, cada vez la sentira mas dura, me tardaba en beber el agua adrede, y no la tragaba casi, para poder seguir sintiendo, esa sensación tan deliciosa que sentía, en mi traserito y que hizo que mi pene, se pusiera erecto. Escuché como su respiración se entrecortaba y comenzaba a estrujarse contra mis nalgas, yo dejé de apretar el botón de la fuente, ya no salía el agua, pero él seguía, ahi, frotandose contra mi culo, y parecía que la enorme herramienta de carne, traspasaría el pantalón, de él y el mio por su dureza. Yo me dejaba hacer, hasta que él me dijo, vamos allí detrás de esas cajas, entonces vi, que la casa de campaña que tenía entre sus pantalones era enorme.
Cuando llegamos detrás de las cajas se bajó los pantalones y sus boxer, aquella serpiente de carne y placer, saltó como un resorte, estaba en toda su extensión. Mira como me has puesto, me dijo Zans, tienes un culito adorable, estás bien bueno nene, me dijo lujorioso. Quieres tocarlo? Yo le dije muy asustado que sí, y lo cogí en una mano, no me cabía era enorme, latía como un corazón, y me dediqué a acariciar aquella enorme cabeza, Zans, me decía lueguito, que lo subiera y lo bajara con la mano mia, para arriba y para abajo y yo lo hacía…escúpeme con tu salibita la cabeza, para que se moje y suba y baje mejor, pero como le dije yo? Abre la boca me dijo, yo obedecí y me la metió en la boca, mojala asi, así, no me dio asco, al contrario sabía rica, muy limpia, ese olor, ese sabor de ese pene, me ha acompañado siempre! De pronto me vi mamando por primera vez en mi vida, aprendía rápido y Zanz me agarraba la cabeza y me pasaba las manos por el pelo; Chamaco, que rico, cuidado con los dientes, desde aquel día del baño, supe que te gustó, y ahi la tienes es tuya, cometela toda, ahhh, que rico asi, así.
Luego me pidió me bajara los calzones para él ver mi culo, yo no me atrevía, me daba pena, que se yo, pero él con su labia me dijo: Ricura ya te enseñé mi guebo, esa verga que querias conocer, ahora me toca a mi conocer esas nalgas tan gorditas que tienes. Lo hize, bajé mis pantalones y mis interiores, el mismo Zanz me los bajó de un tirón, quedando mi culo a la interperie.
Que clase de culo tienes cariño, no hay nena en esta escuela, que tenga estas nalgas, y comenzó a apretarmelas fuertemente, a masajearlas y me las abría con lujuria y yo como por intuición, las paraba mas y me doblaba, sus labios me las recorrian todas y yo comenzé a gemir me fascinaba eso que me hacía, el conserje. Con mis propias manos me abrí las nalgas y le dije, comemelas, comemelas…yo no se, si sabía lo que pedía… pero yo estaba en el séptimo cielo y sintiendo por vez primera una calentura y vellaquera terrible. Te lo voy a comer, este culo es mio desde hoy en adelante decía Zans, como para él, pero yo lo escuchaba…su lengua se apoderó de mi esfinter tan fuertemente que yo temía que me iba a orinar encima del gusto y placer. Me dijo quitate todo y yo lo hice, igual él, la enorme verga se había puesto como de color morado, lila, estaba a reventar. Me la pasó por toda la cara, el cuerpo, entonces; rompió una de las cajas e hizo una camita en el suelo dónde me puso en cuatro, con mi culo a su disposición. comenzó a pasarme la cabezota de la verga entre mis nalgas, la restregaba en todo mi culo, luego se ensalibó bien la cabeza y como con su lengua me tenía el culito dilatado, mojadito y abierto, me la fue metiendo…fue muy delicado y la hundía y la sacaba poco a poco, yo gemía y me meneaba, por que él me pedía que me moviera del culo y cuando mas rico sentía, me la enterró hasta la mitad…Ayyy me duele, me duele, sacámelo por favor, sacámelo…quedate quieto ya te pasa el dolor, ya…y asi siguió y yo quejandome, pero si trataba de salirme de abajo de él, aquel corpulento macho, no me lo permitía.
Estaba yo dominado, sometido a aquel Dios de ébano, al hombre que tanto soñaba y deseaba sin saberlo bien, desde que lo vi orinando. La sacó de repente y me escupió mi hoyito, volviendo a penetrarme con su lengua, y yo como poseído por un demonio, movía el culo para atrás en señal de que me encantaba eso. Eres una bomba de placer nene, me dijo Zans y se me acomodó detrás de nuevo, metiendomela hasta el alma, creí que me moría, que me partía el culo en dos…pero cuando empezó a entrar y a salir de mi adentro,una especie de placer, miedo a lo desconocido, y como ganas de defecar se apoderó de mi. Siguió dándome duro y de momento bramó como un toro, que vence a su hembrita sometida a sus caprichos…y me dejó toda su leche, en mi ex-virgen culito, que él mismo rompió y deleitó. Yo mismo no me reconocía, no me la saques, aun no me la saques, le pedía, y es que yo sentía en mi adentro como latía ese pene en mi y como me gustaba eso.
Cuando me la sacó, tenía como un vacio, él me puso boca arriba, y me lavantó las piernas y con un pañuelo que traía me limpió todo el culo, me dijo que eñangotado, botara toda la leche, que me inundó mi intestino, que dolor tenía en el culo, pero si me lo hubiera pedido, repetía ese mismo día. Me orientó en que no contara eso a nadie, que era algo entre él y yo, que ahora yo le pertencía. A todo esto yo sin él pedirmelo seguía tocándole de nuevo la verga, él me dió el pañuelo y yo la limpiaba. Dale besistos, y despidete que ya te deben estar buscando, la besé, y me la metí en la boca por lo menos la cabeza. Zans exclamó: Lo dije eres una bomba de placer, muy caliente ricura, me voy a dar banquete contigo, que felicidad!
Desde entonces lo hacíamos como tres veces a la semana en nuestro nidito de amor, el salón de los deshechos, en un parque cerca de mi casa, dónde yo le decía que iba a estar esperandolo y en su auto. Con mi Dios de ébano descubrí todo el sexo y el placer, él me hizo de todo y fui mil veces de él.
Jamás lo he olvidado y para mi fue y es único! Quizás este Relato no tenga miles de lecturas como otros, que aunque no son verídicos o buenos, obtienen cantidades dudosas de lecturas por su cantidad, etc,…pero se los hago llegar como un suceso que marcó mi vida y por tanto lo quize compartir, con lo asiduos lectores a esta fabulosa Web. Gracias, mil!!!
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