El cumpleaños de fernando
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Después de lo ocurrido con Fernando ya no me habló y tampoco me escribía, el me había dejado en claro que ya no podíamos ser amigos.
Yo no sabía que hacer, por que el para mi era muy importante, y aunque me trataba con indiferencia, yo extrañaba al desgraciado, me sentía muy solo por las tardes, por que tuve esa tonta idea de follarmelo, llegué a pensar que el también quería, por que no opuso resistencia.
Una tarde salí con una amiga y ella me contó que el cumpleaños de Fernando era en 3 días, yo ya lo sabía, lo que me extrañó fue que el no me invitara, a decir verdad me molestó un poco.
Yo quería aclarar todo de una vez así que saliendo del lugar fui a comprarle algo, el cumpliría 20 años, y le compré algo que el ahnelaba, el siempre decía que le hubiera gustado tener una laptop pero que sus papás no tenían el dinero para comprarle una, así que compre una laptop para el.
Los dos días restantes fueron eternos pero al fin llegó el día, recuerdo que me vestí para gustarle, y como les dije en el primer relato, yo siempre me consideré hetero pero el era especial, así que actuaba por puro impulso y ni yo entendía el por que, pero solo sabía que tenía que verlo.
Cuando llegué a su casa, ya había algunas personas así que me escabullí entre ellas para lograr verlo, y lo vi, estaba sentado en el patio, y la verdad estaba guapo, esperé hasta que se quedara solo y cuando lo estuvo me acerqué para hablarle.
-Y donde está el cumpleañero?- pregunte ansioso
-que haces aquí- pregunto con frialdad
-yo sólo quería felicitarte- dije con un poco de inseguridad, por que se me había olvidado que el, el ya no me quería cerca
-sabes qué?- me dijo todavía con algo de enojo- regresa por donde veniste, yo no tengo nada que ver contigo.
No pude resistir a eso así que lo tomé por el brazo y sigilosamente lo llevé hasta su habitación, allí trate de explicar lo que había pasado, pero ni yo sabía por que lo había hecho, no recuerdo lo que nos dijimos pero el quería salir, yo le tome la mano y lo detuve -si crees que fuiste un juego, te lo digo ahora, jamás podía verte como un juego- le dije, y lo besé con fuerza, el quería quitarse pero no se lo permití, le saqué la camisa y Lamí su cuello, luego su pecho y abdomen, lo tiré a su cama y le quité los zapatos el estaba algo asustado pero consintió todo, le quite los pantalla y el bóxer hasta quedar desnudo, me quité la camisa y me fui hasta encima de el, lo besé como si fuera el último día, bajé hasta su ano y lo Lamí estaba, masturbe su pene y sus bolas hasta que su pene se endureció, me quité los pantalones y el bóxer, y me Tumbé sobre el, besaba su cuello y con mi mano jugaba con su pene, el me dijo que tenía miedo así que opte por no penetrarlo, el tomó mi pene en su mano y me masturbaba, y baya que tenía experiencia en eso, así estuvimos un rato, hasta que note que empezaba a gemir decidí acelerar al ritmo y el también lo hizo, el se puso sobre mi y nuestros penes se rozaban, aquella sensación fue increíble, ahora el me besaba y yo no se lo impedía, hasta que se metió mi pene en la boca, eso fue glorioso, el lo hacía increíble, lamía mis bolas y me masturbaba yo no podía creerlo, no resistí mas y eyacule en su cara, luego el se volteó y se masturbó, yo quité su mano y lo hice yo mismo, ver su cara cubierta de semen me éxito y me masturbe también, en poco tiempo el se vino y después volví a eyacular sobre su pene.
Después me llevó al baño de la habitación donde nos aseamos, yo no sabía que decirle
-ya no estás enojado- pregunté
-como podría estarlo- dijo mientras se ponía la camisa.
-ya no quiero pelear contigo- me dijo -te trate mal estos días, y me disculpo- concluyó.
Después salimos al patio donde sus papás lo estaban buscando para cortar el pastel, ya era muy tarde así que le dije que ya .
e iría, el dijo que me quedara, pero yo no quise hacerlo, tenía algunas cosas en que pensar, me despedí y pero antes le dije que buscara mi regalos donde estaban los demás y que era una sorpresa que seguramente le agradaría, cuando salí el se despidió, yo tomé su mano y la besé.
Cuando llegué a mi casa sólo pensé en lo que había pasado y como lo afrontaría desde ese momento.
Espero les haya gustado y recuerde que lo de Fernando no termina aquí, aún falta algo que contar, hasta luego.
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