EL CURA QUE ME CONFESÓ
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por fuegoactivo.
El ano se dilata hasta la medida del grosor de la muñeca, y a veces mucho mas
Tenía en aquel tiempo unos 8 años, y mi hermana 5, vivíamos en un pueblo muy tranquilo del interior de Argentina, desconocíamos por completo las cuestiones sexuales, aunque siempre entre mis compañeros de escuela y los amigos fantaseábamos con mentirillas.
Nuestra madrina muy católica nos había puesto a estudiar en una escuela católica porque nuestra madre vivía trabajando y no tenia tiempo de ocuparse de nosotros, el director de la escuela era un cura muy bonachón, siempre sonriente, que nos daba caramelos en el recreo, y que en los juegos de escondidas mas de una vez me metí bajo su sotana para que no me encontraran, y el me decía cuando salir para que no me picaran.
Ese año, vino a la capilla de la iglesia un curita nuevo, jovencito, cosa que permitió que el padre Braulio pudiera visitar las iglesia y capillas de la comunidad, quedando nosotros bajo la vigilancia del curita joven,
El se sorprendió el día que yo corrí y sin pedir permiso me metí bajo su sotana para esconderme
Que estas haciendo? Me preguntó
Siempre lo hago con el padre Braulio le respondí, y así el me avisa para poder salir y que no me piquen
Bueno, sal ya de ahí abajo, y luego hablaremos
Al otro día en el recreo se acercó a mi y me dijo,
Ya hablé con el padre Braulio, y si es verdad lo que me dijiste ayer, así que puedes hacerlo conmigo también
Entonces al comenzar a jugar con los compañeros y con mi hermanita a las escondidas, hice lo que siempre hacía y me debajo de la sotana del curita,
Lo que encontré no era lo mismo que con el padre Braulio. Porque en lo oscuro estando debajo de la sotana, el apretó mi cabeza contra su cuerpo, y yo sentí algo caliente y duro en mi cara, olía muy bien, a colonia, llevé mi mano hacia eso que sentía y lo tomé, sentí que por debajo había mucho pelo y ahí me di cuenta que el padrecito solo tenía la sotana, no tenía pantalones ni calzón como el padre Braulio,
Oí que me decía, bésalo que es el cuerpo de Dios, yo desconociendo lo hice, entonces el me dijo,
Voy a comenzar a caminar hacia la sacristía, hazlo tu también ahí abajo
Lentamente se desplazaba y ahí abajo sentía como nos alejábamos de bullicio del patio de recreo de la escuela, sentí como abrió una puerta y su voz que me decía.
Corre hacia adentro antes que tus compañeros te vean,
Lo hice, estando dentro cerro la puerta con llave me tomó de la mano y me llevo hacia su cuarto, nos sentamos en su cama y comenzó a preguntarme
Cuántos años tienes?
8 padre
Y dónde vives?
Cerca del rio, con mi madre y mi hermanita que esta en la jardinera
Que bien, y te gustó lo que tomaste debajo de mi sotana?
No sé, que era,
Quieres verlo de verdad?
Si, me gustaría, estaba calentito y tenía rico olor
Tu conoces el secreto de la confesión?
Si. Todo lo que le diga solo ud y Dios lo sabe
También todo lo que te diga yo a ti y lo que hagamos solo lo sabremos nosotros y Dios
De verdad padre?
Así es, nadie debe saber lo que tu me dices o lo que yo te diga, tampoco lo que hagamos, lo entiendes?
Si claro, será secreto de confesión, dije yo, orgulloso de tener secretos con el padre
Bueno, entonces para mostrarte lo que tomaste debajo de la sotana debes sacarte toda tu ropita, quedarte totalmente desnudo como estaba Adam en el paraíso
Con mucha vergüenza comencé a sacarme mi ropita,
Ven te ayudo, dijo mientras bajaba mi pantaloncito y mi calzoncito.
Ahora tu me desvestirás a mi.
Comencé desabrochando cada uno de esa enorme hilera de botones de su sotana, desde el cuello, hasta abajo.
Súbete a la cama y ayúdame desde atrás a sacármela
Lo hice, el entonces me tomó de la mano y me puso de frente a él, mi pitito quedaba a la altura de su boca,
Bueno, voy a ver cuánto me ha mentido, dijo y se metió mi pitito con huevitos y todo en la boca, la sensación fue hermosa, me apoye en su cabeza mientras el me hacía sentir en el aire, luego me hizo rotar y comenzó a besarme las nalguitas, subiendo hasta mi columna a la altura de la cintura y de ahí comenzó a bajar separando mis nalguitas se encontró con mi culito y lo trabajó con su lengua de tal manera que yo suspiraba y gemía de placer, el entonces, me acostó y de la mesita de luz saco un pote
Voy a bendecir te el culito me dijo, se acostó boca arriba me hizo girar para que quedara en posición 69, mi cara quedó sobre su pito enorme y duro,
Hazme como te hice, me dijo, entonces tomé su pitote y me lo lleve a la boca, torpemente trataba de hacer lo que él me hizo.
Mientras el tomaba del pote algo y lo pasaba por mi culito, jugó con él hasta que metió de una un dedo, yo me encorve hacia atrás, no fue tanto el dolor sino la impresión que sentí.
Metía y sacaba ese dedo, haciéndolo rotar , tomó mas de esa grasa y metió dos dedos haciendo el mismo juego, eso si me dolió y comencé a llorar,
Sh sh sh sh. Callesé que estamos justo a Dios rece el Padre nuestro, 3 veces y se le va a pasar.
Rece un Padre Nuestro, y me dijo, Dios está contigo pide le no sentir dolor y te va a calmar, mientras nos confesamos los dós.
Seguí rezando y no se si por la fe o qué, la cuestión es que el dolor cesó, al rato de estar haciendo eso, tomó mi mano, y me dijo.
Junta todos los dedos como si hicieras la punta de una lanza, me puso de esa grasa, estiró mi brazo hacia atrás, pon tu manito bien dura, lo hice y el llevó mi mano a mi culito y flexionándola en la muñeca me la metió en mi culito, empujo hasta que entro toda la mi mano en mi culito, el dolor fue muy grande al principio, luego de un rato solo era muy molesto y se lo dije, entonces el me comentó
Todo culito se dilata hasta el diámetro de la muñeca del dueño
Después, me tomó de mis axilas, de frente a él, me alzó, abre las piernitas, me dijo , toma mi pito en ponlo en la entrada de tu culito, así lo hice, y entonces el me soltó, lentamente su pitote iba entrando en mi culito, con mucha facilidad, no sentía ninguna molestia, solo sentía eso caliente que se deslizaba dentro de mí
Padre, tengo ganas de ir al baño,
No es necesario mi ángel, es porqué Dios está entrando en ti y te esta bendiciendo.
Tomó mi cara y me besó en la boca, luego me empezó hacer cosquillas y yo riéndome, saltaba en tu pitote, que entraba y salía, me encantaba la sensación que me daba esa herramienta rozando mi infantil próstata, mi pitito estaba durísimo y nos seguíamos besando, me gustaba todo eso.
Así seguimos hasta que el se paró y en el envión que hizo tu pitote entro hasta lo más profundo de mi ser, creí que iba a salir por mi boca, el suspiró y sentí algo caliente que se derramaba dentro de mi, me abrazó fuerte y se tiró de espaldas en la cama así quedamos quietitos un rato, su pitote poco a poco iba saliendo de mi culito, sentía como se deslizaba hasta que estuvo todo fuera de mi, el me besó en la boca
Oremos un Ave María me dijo. Y así lo hicimos, luego nos levantamos, me llevo al baño y me hizo tirar todo lo que había echado en mi culito, me bañó, y me vistió, me llevó hasta el salón y le dijo a la maestra que estaba en el confesionario.
Así siguió hasta que quiso confesar a mi hermanita, pero esa es otra historia
.
Este relato me hizo recordar como un jovencito que era monaguillo me la chupó en el confesionario de la iglesia. Y tenía bastante experiencia por lo que me hizo sentir… una de las mejores chupadas de mi vida.