EL DEDO DE LA INYECCION
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi esposa y yo planeamos unas vacaciones de una semana, pasaríamos tres días en la Cd. De Mexico y tres mas en una playa oaxaqueña, pero una tormenta tropical en el pacifico, hizo que cambiáramos de planes, y sin saber que hacer rentamos un carro y decidimos recorrer el centro del país, el segunda dia me senti mal por la tarde, y en la noche tuve fiebre, asi que temprano fui con un doctor, al parecer era influenza (no la H1N1), y le pedí que me dieron algo eficaz y rápido para no desperdiciar mis vacaciones, y que no importaba el costo, me receto un coctel de inyecciones para el primer dia y una mas por 4 dias.
EL tercer día del tratamiento y estando en otra ciudad llegamos a un consultorio de esos que se ubican a un costado de una farmacia, después de esperar unos minutos salió el paciente en turno y entre yo con mi receta, después de verla me pregunto ¿Qué tienes?, “ no se, solo me sentí con fiebre una noche antes” – ¿Cuántas te faltan?, “esta y dos mas”. Me dijo que me acomodara mientras preparaba la inyección, yo me recosté con el lado derecho del cuerpo pegado a la pared, y cuando se acercaba me pregunto, que en cual la quería, le indique que la colocara en la izquierda, cuando paso el algodón con alcohol, note que lo hizo con suma calma, y después me agarro la nalga con toda la mano y recorrió sus dedos índice y pulgar hasta definir el punto donde colocaría la inyección.
Mientras presionaba el embolo, me pregunto algunas cosas y me comento algo sobre la posología indicada, al terminar, volvió a pasar el algodón y luego dio un ligero masaje en forma de círculos con la mano izquierda de tal modo que su dedo pulgar rozaba mi ano ligeramente, cosa que me gusto y me parecio demasiado placentera, asi que intencionalmente levante mis nalgas, entonces el doctor, cambio de mano y puso su mano derecha sobre nalga, y metió sus dedos entre ellas, rozando mi culito, bajo y acaricio mis huevo y al regresar rozo mi ano suavemente, se retiro un poco, se puso un guante de latex, y saco algo de su escritorio, luego me di cuenta que era un supositorio de glicerina, embarro su dedos para lubricarlos y siguió dando masaje, en mis nalgas recorriendo mi culito e intentando meter un dedo en hoyito.
Me pedio que levantara mas mis caderas y con la mano derecha me agarro la verga, que ya la tenia bien parada, y la jalo para que apuntara hacia mis pies, pero sin forzarla, luego la tomo cerrando el puño con su mano y empezó a jalármela asi, con la tensión por estar doblada cada jalada se sentía que me recorría todo el cuerpo, y su dedo no dejaba de hurgarme mi culito, mi verga ya lloraba lubricante, mientras pensaba “Mi esposa alla afuera esperando a que me terminen de inyectar y yo aquí disfrutando de los dedos del doctor”.
En esa posición metio la punta de su dedito en mi culito, un poco forzado y se detuvo, luego pregunto, ¿tienes planes para la noche?, “si solo vamos de paso”, ¿vamos? – “vengo con mi esposa, esta afuera esperando a que termine de inyectarme”. –en ese caso no es correcto hacer esperar a las damas–. Se retiro y con papel secante limpio mi bien mi culito, luego con una toallita humeda limpio mi ano, y me dijo “listo, ya quedo”.
La pague, y platicamos de los medicamentos, al abrir la puerta, se paro otra persona que esperaba y yo Sali, mi esposa solo comento “COMO TARDAS PLATICADOR”
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