El del agua
Creo que una gran parte de nosotros hemos tenido algun encuentro con algun repartidor o servicio a fin y esta es la mía a los 21.
Tenía yo unos 21 años cuando pasó esto. Estaba en casa solo, todos habían salido por una u otra cosa, yo de vacaciones antes de mi último semestre de universidad, era el mes de Julio y hacia bastante calor, estaba lloviznando, pero el calor no daba tregua.
En algún momento mientras hacia quehacer escucho que toca a la puerta, yo estaba usando un short corto y como saben mis nalgas y piernas son de las partes favoritas del cuerpo, propio y ajeno, no estoy super piernudo ni con nalgas enormes, pero siempre han estado bien en su lugar y duritas, por los deportes que hago.
Abro la puerta y era un repartidor del agua, en mi zona y gran parte de mi país es común comprar agua embotellada en garrafones de… 20 litros, solo para consumo humano, la demás es del servicio normal de tubería.
Era un señor en finales de sus 30, seguramente siempre trabajó en cosas que implicaban cargar porque tenía unos brazos grandes y duros que contrastaban con su panza que se veía algo pronunciada, dura, pero pronunciada, era ancho y con una barba muy cuidada que le daba un aire de oso muy rico.
-El agua joven
Me miró de arriba abajo con cara de libidinoso que me encantó.
-Si por favor dos.
Se fue y tardó un rato que esperé en la sala con la puerta abierta, me puse de ocioso a imaginar que ese hombre me pedía pagarle de otro modo y se me paró el pene un poco, lo suficiente para marcarse bien porque no estaba usando calzones. En esas estaba perdido en mis pensamientos sucios cuando me dicen.
-Listo joven ¿se los dejo aquí o se los meto más adentro?
Pensamientos rápido vinieron a mí.
-Métamelos a la cocina por favor.
El señor entró y yo delante para mostrarle donde era la cocina.
-¿Cuánto es?
-40 pesitos joven
-Aquí esta
-Gracias, disculpé que tardé, pero ando solo chambeando y uno solo tarda más repartiendo.
-Me imagino y con este calor…
-Si, usted cree, yo me la paso tomando agua por el calor, lo malo es encontrar baños… ¿me dará chance de usar el baño? Hablando de eso.
-Claro, es esa puerta
Me senté en la cocina desde donde podría ver que saliera, tardó un ratito más después de dejar de escuchar el chorro abundante de su orina, lavándose las manos pensé.
-Listo joven ¿a poco vive solo?
-No con mis papás, pero no están ahorita.
-Uuuuh que caray, lo dejaron solito, que feo.
-Así mejor, puedo hacer más travesuras.
-Jajajaja, eso sí, cuando ando solo en casa me siento más a gusto haciendo las cosas.
-Cierto, ahorita nomás porque tocó pero andaba sin nada (mentira, solo era un azuelo)
-Que bonito se a de ver eso, lastima que no me tocó ver.
-Pues le puedo mostrar…
Me quité la ropa dejando todo en el suelo de la cocina.
-Uy… si ve bien rico
Se acercó a mi quedando pegado a la mesa del comedor y ahí me senté mientras mis piernas iban a su costado, mis manos a su pene que se empezaba a sentir más rígido bajo el pantalón de mezclilla y que en segundos pude sentir en mis manos, gordo, duro, no tan largo, un par de huevos pegados al cuerpo que en lo particular prefiero que cuelguen más, pero con ese pene me conformaba.
Levantó mas mis piernas y mi culito quedó más arriba para empezar a rosarlo con su glande, sentía como me mojaba la entrada mientras con mi torso ligeramente hacia atrás sentía como su boca lamía mi cuello, hombros y pezones, nunca besó mi boca porque como todo macho “eso es de jotos”. Solo despegó su boca para ensalivar su mano y llevarla a mi culito, después repetir y llevarla ahora a su pene, posteriormente empecé a sentir su pene empujando, luchando por entrar en mí, cosa que lento logró.
-Aaaay papi, está muy gruesa, aaaah…
-Aguanta, pito querías, por eso andabas así bien putita vestidita, provocándome para que te meta el chile y la neta me aprietas bien chido, pinche putita.
Empezó el movimiento pélvico y después de un rato acabó en mí.
-Listo putita
Se separó y con su pene a penas perdiendo firmeza vi en ese momento lo que había estado en mí, un pene moreno, peludo, grueso, medio corto, cabezón.
Mi colita la apreté, no quería que saliera de mí su semen.
-Ya me voy que no quiero terminar tarde la chamba, estuvo chingon putito a ver que día te vuelvo a ver.
Efectivamente nos vimos, pero no teniendo casa sola, siempre había gente, en esa época aun estaba en casa de mis papás y pues no había muchas oportunidades, después de un tiempo no lo volví a ver, pero la escena morbosa de él estando en mi interior mientras chupaba mi cuello… aun me pone.


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