El despertar sexual a mi corta edad
Como mi despertar sexual me llevó a experimentar placer del bueno .
Espero se encuentren muy bien.
En esta serie de relatos, compartiré con ustedes relatos de incesto que viví con un sobrino menor 3 años que yo y con un primo, y de una que otra aventura que tuve con un amigo.
Aprovecho para decirles que estos relatos están narrados con un tono bastante caliente, muy explícito, en donde el morbo, el deseo por el sexo y placer se hacen presentes en todo momento. Siempre había querido escribir mis aventuras, mis calenturas, pero hasta ahora me animo a escribir.
La intención es provocarles pasar un buen rato, mientras se hacen una rica paja. Todo está escrito tal cual paso, sin palabras elegantes y sin mucho rodeo. Espero que les guste, que disfruten de una buena paja así tal cual la estoy disfrutando yo mientras traigo a mi mente estos recuerdos tan ricos. Este es el primero de varios relatos. El primero tiene que ver con cómo fue el despertar sexual mío. Creo que es el que tendría un título diferente a los demás. Los otros de incesto con mi sobrino tendrán varias partes. Que los disfruten.
El despertar sexual a mi corta edad.
Como mi despertar sexual me llevo a experimentar placer y a dar placer.
Me presento. Mi nickname es Esteban, tengo 38 años. Físicamente mido 1,75 cms, peso 85 kg, de piel clara, blanquito en las nalgas. Estoy trabajando bastante fuerte en tener un mejor cuerpo, haciendo bastante ejercicio y entrenando duro en el gimnasio lo que ha dado como resultado unas nalgas paraditas y firmes, con un abdomen ya un poco más marcado. De pene tengo 16 cms que los se usar bastante bien, blanquito no mucho, y un poco curvo a la izquierda, grandes bolas con un tono de piel más oscura que mi pene, con poco vello púbico ya que me gusta rasurarme. Sobre él resaltan algunas venas que cuando me estoy pajeando o la estoy metiendo hacen ver a mi pene bastante tentador. Esta historia que les voy a contar se remonta ya hace bastantes años atrás, en donde por influencia de primos mayores, mi curiosidad y mi morbo cada vez aumentaban, mi deseo por experimentar el sexo y las cosas ricas que decían mis primos me llevaban a hacer cosas que el día de hoy solo pienso…como llegue a tanto a tan corta edad.
Mi despertar sexual fue un tanto precoz ya que por mis primos llegue a replicar lo que ellos hacían cuando estábamos solos. Mi curiosidad sexual llegó a eso de los 8 años en donde gracias a mis primos conocí una verga diferente a la mía. Ellos eran 4-6 años mayores que yo, por lo cual el desarrollo físico era bastante evidente. Entre juego y juego llegué a conocerles desnudos, pude verles las vergas flácidas y en erección, pude ver que tenían vellos abundantes que rodeaban sus vergas. Claro está que yo al ver eso me preguntaba qué porque yo no era igual a ellos. Me llamaba mucho la atención ver esas vergas diferentes; unas gruesas, otras no tanto, con poco vello o abundante vello. Esto quizás se daba como lo más normal ya que cuando los veía así era porque nos bañábamos en un rio cerca de la casa de uno de mis primos. Esta tenía una ubicación ideal ya que desde el rio podíamos ver si alguien más se acercaba, y como era finca privada, nadie aparte de nosotros lo podíamos visitar. Era normal bañarnos desnudos, salir y tomar el sol así con nuestras vergas y nalgas al aire, que por cierto era bastante rico, y todos disfrutábamos de hacer eso, creo yo que sin ninguna malicia. Mi curiosidad me llevo a hacerle preguntas al primo de más confianza de nombre David, cuando una vez que fuimos solamente él y yo al rio. Como era natural, al llegar al rio nos quitamos la ropa, primero la camiseta, luego el short y por último nuestros calzoncillos. David se veía bastante bien en ropa interior. Ese día recuerdo que andaba un calzoncillo blanco que marcaba bastante sus genitales. Con este primo la diferencia de edad era de 4 años.
No sé qué pasó en ese momento, pero sentí que algo iba a ser diferente. Nos metimos a jugar al agua como siempre lo hacíamos, entre chapoteos y bromas se nos pasó el tiempo volando. Al rato de estar nadando y jugando, mi primo decide salir ya que tenía frio. Al verlo salir pude notar que su verga estaba dura y como que sus bolas estaban escondidas (retraídas creo yo por la erección o por el frio). Al ver esto sentí como mariposas en mi estómago, una curiosidad lleno mi cuerpo. David, salió lo más normal y se fue a acostar sobre la toalla, mostrando así y dejándome ver en su máximo esplendor su verga, sus bolas y su rajita. Como les comenté, este era el primo al que le tenía más confianza. Una vez afuera y al no poder dejar de ver a mi primo él se dio cuenta y me volvió a ver con cara como de picardía. ¿Me dijo, oye Esteban que vez tanto? Dentro de mi inocencia y tratando de actuar normal solo le conteste que nada, a lo cual no hizo caso. Solo me dijo, anda habla con confianza, por algo somos como hermanos y siempre hemos hablado de todo. Esto me calmó un poco y pude hablar tranquilo. Le pregunté directamente que porque nuestros pajaritos (así también le decíamos de una forma infantil a los penes) eran diferentes, que, porque el de él era más grande, más grueso y por qué tenía pelos. Recuerdo un silencio bastante incomodo ya mi primo no decía nada, y me hacía pensar que se burlaría o se enojaría. No fue así, más bien recuerdo la sonrisa con que volvió a mirar su pene y mi pene. Me dice, mira Esteban son diferentes porque todo es parte del desarrollo de cada hombre, cada hombre es diferente, y en este caso yo soy mayor que tú, lo mismo te va a pasar cuando tengas mi edad, vas a tener una verga grande, peluda y vas a tirar leche. Cuando escuché eso un signo de pregunta se dibujó en mi cara, y solo dije: «como leche» acaso nosotros damos leche? Él entre risas me dijo que sí. ¿Yo le pregunte y eso como es? Ya para ese momento yo sentía muchas mariposas y sentía mi pequeña verga dura, bastante dura solo que no me había percatado por estar hablando con mi primo y por no dejar de verle su verga que cada vez se fue poniendo más dura. Me dice mira, lo primero que hay que hacer para sacarnos la leche es poner los pajaritos bien duros, así como lo tengo yo y como está el tuyo. Para mi sorpresa me toqué y pude sentir mi verguita dura como nunca. Sentí ponerme rojo hasta mas no poder. Mi primo me dice, tranquilo Esteban, es normal que eso pase.
Seguido con la clase de cómo sacar la leche mi primo puso un poco de saliva en su pene y recuerdo que comenzó a moverlo de arriba a abajo. Notaba que mi primo cerraba los ojos y decía cosas como: mmm que rico, sí, sí, sí. Eso automáticamente me llevo a imitar lo que mi primo hacía, puse un poco de saliva en mi verga e hice lo mismo. Al cabo de estar haciendo eso mi primo abrió los ojos y me dijo mira Esteban ya va a salir la leche. Yo emocionado deje de imitarlo para concentrar mi vista en su verga y en sus bolas, que solo despertaban en mi un deseo inmenso de tocarlos, pero no me animaba. Al momento mi primo soltó un gran jadeo y tomando mi mano dio un grito de placer; aaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh siiiiii que rico. Recuerdo ver salir un líquido de su verga, fueron 4 grandes disparos de líquidos que llegaron justo al pecho de mi querido primo. Por un instante mi primo quedó sin habla de tanta satisfacción. Yo, al ver eso solo quería tocarlo, pero no me anime. En eso mi primo me dice, esa es la leche de los hombres, tú también la sacaras cuando crezcas, solo ten cuidado de donde, cuando y con quien lo haces. Dicho esto, me dió un abrazo y nos metimos nuevamente a bañarnos para irnos a casa.
Otra de las cosas que despertó mi curiosidad fue el hecho de ver revistas pornográficas con mi amado primo y con otros más. Claro está, esto lo hacíamos a escondidas, ya sea en el rio, o en la casa de algún primo o incluso en mi casa, ya que mis padres frecuentemente salían de la casa por reuniones y yo pasaba horas «solo». En esas revistas pude ver más de lo que mi primo me enseño. Vi las primeras penetraciones, las primeras mamadas, y cientos de cientos de hombres tirando leche como mi primo. Recuerdo estar en una habitación de mi casa con tres primos más viendo una revista, mis primos veían y hablaban de las tetas y vaginas que salían, yo solo veía las grandes vergas que salían y como los hombres la metían. Ese día después de tanto ver esas revistas, todos nos desnudamos de la cintura para abajo como lo más normal, como lo hacíamos en el rio, solo que esta vez todos teníamos las vergas bien duras.
Todas eran muy diferentes, pero ricas, al menos así las veía yo. Todos comenzaron a hacer lo mismo que hizo mi primo en el rio, a mover delicadamente sus penes de arriba a abajo, incluso yo inicie a hacer eso mismo enfocando mi mirada en esas vergas que tenía a mi lado. Pasados los minutos el primero tiro su leche y luego dos más. Fueron grandes cantidades de leche la que tiraron cada uno de ellos. Yo solo quería tocar esa leche que había caído al piso y pasarle por mi verguita. Cada quien limpio su corrida y salimos de la habitación, solo que yo no dejaba de pensar en las vergas de mis primos y la de los hombres de la revista. Causaron en mí muchas preguntas.
Después de ese día, ese tipo de encuentros se volvieron más frecuentes, ya mis primos grandes me tomaban en cuenta para esas cosas. Y así pasó el tiempo, donde poco a poco mi cuerpo fue cambiando, principalmente mi verga y mis bolas. Mi verga ya era un poquito más grande y gruesa y mis bolas también eran más grandes. Ademas ya se asomaban mis primeros vellos, lo único que no llegaba aún era mi leche, no me salía nada. Todos estos cambios los notó mi primo favorito David, quien una vez en el rio, nuevamente él y yo solos, me dijo que ya me veía diferente, el notó el cambio en mi verga, a lo que me dice… vez Estebitan, ya estas cambiando, y para mi sorpresa, dicho esto él agarro mi verga junto con mis bolas. Aunque fueron segundos lo que duró eso, sentí rico, sentir otra mano en mi verga me gusto. El solo la soltó y nos terminamos de vestir.
Otra cosa que inicio mi curiosidad sexual fue escuchar a mis padres cuando hacían el amor. En mi cuarto, ya una vez que había entendido que pasaba, que era lo que hacían mis padres y porque escuchaba tanto jadeo, solo traía a mi mente las imágenes de las vergas de mis primos y la de los hombres de la revista, a quienes recordaba perfectamente como se cogían a las mujeres, cuales posiciones hacían. Ademas; me pregunta a mí mismo como seria la verga de mi padre, que tanta leche tira, como serán sus bolas, si tendría muchos pelos y como se sentiría eso de meter la verga en una vagina bien lubricada. Todas esas preguntas estarían pronto a contestarlas. Una noche de esas en donde mis padres cogían como si no hubiera un mañana y en donde según ellos yo estaba dormido, me anime a salir del cuarto y pasar frente al de ellos, para intentar ver algo, pero predispuesto a que la puerta de su cuarto estaría cerrada.
Para mi sorpresa la puerta estaba un poco abierta. Esto me puso super nervioso, ansioso y todo se vio reflejado en mi verga, la tenía super dura y mis bolas estaban bien retraídas. A como pude abrí un poco la puerta y pude ver lo que había visto días atrás en las revistas. Mi padre se estaba cogiendo bien rico a mi madre. La tenía con los pies sobre sus hombros, se la estaba cogiendo de frente, por eso estaban de espaldas a la puerta y no podían verme. Pude ver perfectamente como mi padre metía y sacaba su miembro de la vagina de mi madre. Pude ver el cuerpo de mi padre sin ropa, sin camiseta y sin short. Lo que me llamaba la atención era que su calzoncillo estaba no del todo abajo, seguro por prevenir que se lo tuviera que poner de repente. Así pase varias noches, viendo como mi padre se cogía a mi madre, como sacaba y metía su pene, hasta tirar su leche supongo que adentro. Y digo que supongo porque nunca vi exactamente donde se corría. Lo que si recuerdo perfectamente era ver caer rendido a mi padre sobre mi madre y ver salir la verga de la vagina ya un poco flácida, seguido de eso verlo ponerse el calzoncillo y a dormir. Llegando a mi habitación mi pene estaba durísimo y bastante húmedo (algo nuevo), me dispuse a quitarme la ropa y a imaginar cosas con mi padre, al menos en ese momento mi deseo más grande era verlo desnudo, verlo con claridad, ver como era su pene, aunque ya lo había visto, lo quería ver sin miedo, sin prisa.
Al día siguiente mis padres salieron temprano por reuniones con clientes, y yo me quede en casa hasta que llegara mi tía a cuidarme. Recordé la imagen de mis padres el día anterior, recordaba como jadeaba mi madre y el sonido que hacía cuando el pene de mi padre se metía en la vagina de mi madre. Ese sonido era bastante peculiar, bastante rico. Esto hizo que mi pene se pusiera duro nuevamente. Me fui para el cuarto de mis padres, me acosté en la cama y el olor era diferente, no feo, pero diferente, me gustaba oler las almohadas y sobrecama donde mis padres hace unas horas estuvieron cogiendo desenfrenadamente. Entre al baño y cuando vi el cesto de la ropa sucia, para mi sorpresa y curiosidad había dos tesoros; el calzoncillo de mi padre color negro con una pequeña mancha blanca y el calzón de mi madre, este tenía como un líquido. Este líquido era la leche de mi padre, seguro se corrió dentro de mi madre, ella se puso el calzón y cuando estaba durmiendo se le salió la leche y quedo ahí. Solo hice dos cosas; agarré el calzón de mi madre, lo toqué, toqué ese liquido con mis dedos y pase mis dedos sobre mis bolas. sentí algo tan rico, el morbo y excitación eran bastante grandes, acerque ese liquido a mi nariz, recordando una imagen que vi en una revista, y wooooowww, tenía un olor rico, me agradó. Luego agarré el calzoncillo de mi padre y vi que había más líquido, en mayor cantidad. Rápidamente salí del baño, puse seguro a la puerta y me tendí en la cama.
Una vez ahí puse el calzoncillo sobre mi verguita totalmente dura. Sentí una electricidad apoderarse de mí, pasé de arriba abajo esa rica prenda llena de leche la cual estaba quedando en mis bolas y mi verga. Yo sentía un cosquilleo que iba desde mi culo hasta la punta de mi pene. Sentía como ganas de orinar, pero ya sé que no era eso. Puse esa prenda en mi cara, en mi nariz y este olía más rico que el de mi madre. Con una mano sostenía y movía mi verga y con la otra pasaba la ropa interior de mi padre desde mi cuello hasta mi culo. Estaba totalmente poseído por el placer que eso me estaba dando. Cada vez las ganas de orinar y las cosquillas invadían mi cuerpo, hasta el punto de imitar los jadeos de padre durante las envestidas que le daba a mi madre. Recuerdo que pasaba ese calzoncillo por mi culito, tratando de pasar un poco de ese liquido sobre este, era algo muy placentero.
Estando ahí haciendo eso, decidí ponerme el calzoncillo, que evidentemente era bastante más grande que los míos. Esto no me importó, y menos cuando lo sentí puesto, sentí un calambre recorrer todo mi cuerpo y mi verga se puso más dura aún. Con esa ropa interior llena de leche de mi padre procedí a masturbarme como nunca. No necesité mucho tiempo de esto ya que minutos después sentí mi primer orgasmo, mi primera corrida con leche incluida. Era la primera corrida de mi corta y promiscua vida sexual. Recuerdo ver como mis testículos se contrajeron como nunca y que mi verga se puso dura, con el glande más rojo de lo normal. Seguido de esto, vi salir una primera cantidad de leche que para mí era bastante y de echo creo que así fue ya que me llego hasta el pecho. Luego de este primer lechazo, salieron tres más, igualmente de abundante. Todo esto llego a mi pecho y abdomen. Tomé una pequeña cantidad y la pase por mis bolas y mi verga ya un poco menos dura. Que placer tan rico me había dado. Tener puesto el calzoncillo de mi padre lleno de leche me había dado el primer gran orgasmo de mi vida. Después de unos minutos me quite el calzoncillo y en forma de marcar territorio me limpie mi lechita blanca y fresca con este. Así la leche que me dio la vida estaría junto a la mía.
Traté de dejar todo tal cual ellos lo habían dejado, salí de la habitación de ellos y me fui para mi habitación, satisfecho de la nueva etapa y de lo nuevo que había descubierto. Después de esto, mis noches de espía se siguieron dando, y cada vez que podía usaba los calzoncillos de mi padre para masturbarme pensando en sus bolas, en su verga y en sus nalgas mientras las veía de espalda mientras se coge a mi madre.
Un despertar sexual promiscuo pero que no me pesa que se diera de esa forma. Seguí jugando con mi primo favorito, seguimos bañándonos desnudos en el rio y tomando el sol con nuestras vergas, bolas y nalgas al aire. Mi primo fue el primero que vio que mi leche ya salía y que salía bastante. Con mis otros primos ya los encuentros no eran tan frecuentes ya que ellos se cambiaron de lugar de residencia, por decirlo así, nos distanciamos bastante, sin embargo, cada que nos veíamos teníamos la misma excelente relación. Seguí con mis días de espía cuando salía con mi padre a la finca, tratando de acercarme a él aún más para entrar en confianza o algo así, según yo.
Era normal que en días de caminatas por la finca uno como hombre orinara en cualquier lugar y sin tener cuidado que alguien más lo viera. Esta situación en varias ocasiones la trate de aprovechar para mirarle la verga a mi padre sin que él se diera cuenta. Varias veces lo logré, y ya con luz de día pude ver una verga bastante rica, que a pesar de estar flácida se veía grande y gruesa, con un glande rosadito y con bastante vello negro, además de unas ricas bolas grandes que por su estado de flacidez estas colgaban. Viendo esto mientras mi padre hacia «pis» mi verga se me ponía dura, bastante dura. La verdad disfrute muchísimo estos días de espionaje para conocer aún más a mi padre, ese a quien de noche espiaba para conocer un poco más del rico sexo, deseando ser igual que él.
Nota para los lectores.
Creo que desde siempre he tenido el fetiche de la ropa interior de los hombres. Cuando veo a alguno interesante me gusta imaginar qué tipo de ropa interior anda, como se vería con tal y esas cosas. Se que en el relato menciono mucho la palabra calzoncillo, pero esto se debe al mismo fetiche, fetiche que me llevo a jugar con la ropa interior de mi padre ya que después de esa vez me probaba cada uno de sus calzoncillos, me gustaba sacar del sesto de ropa usada el que se había quitado el día anterior para ver si tenía rastro de leche o para olerlo mientras tocaba mi verga.
Los invito a dejar sus comentarios sobre que les pareció este primer relato. Les recuerdo que no soy profesional como muchos de los que escriben aquí. En cuanto a mí, si gustan podemos hablar por Telegram, me gusta contar mis experiencias, fantasías, me gusta que intercambiemos fotos de nuestros cuerpos donde se vea el culo, la verga y bolas. En cuanto a eso soy bastante caliente y me gusta dar y recibir placer por medio de fotos y sexphone.
Aclaro, soy casado por lo cual si debe de ser bien cuidadoso. Espero poder conectar con alguien que comparta mis gustos, y que tenga experiencias para compartir.
Hola, buen relato de tus inicios en el sexo, yo tengo el fetiche de oler los calzones de mi señora. Tengo recuerdos de pajas con amigos cuando era niño y mis inicios desde los 6 años viendo el pene de un hombre mayor que se masturbaba mientras yo lo veía y. Sentía el olor de su semen que hasta el día de hoy lo recuerdo, como te contacto?
Hola hola . Me encantaría contactarte. Puedes escribir a este email:[email protected]
Si guíen quiere contactar conmigo me gustaría charlar de estos temas me encanta contacta [email protected]