El día de las primeras veces. Parte 3. Mi primer ángel de ébano.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por crikamulo.
Como les indiqué arriba saltando la última parte con los dos osos, pasamos a la última.
Si bien estaba un poco cansado, decidí subir al tercer piso, donde en el negocio se encontraba el vídeo. Allí todos van vestidos, menos los que subimos del sauna. Yo fui directo al patio con una cerveza en la mano y un cigarro en la otra (para estas alturas iba casi borracho), no había nadie, así que me dispuse a fumar despejándome y relajándome, cuando estaba en esas y sin darme cuenta, otro chico se sentó en una banca diagonal a la mía fumando un cigarro.
El chico era completamente moreno, de unos 1.85m aprox. En su peso ideal, no se veía ni gordo, ni flaco y rasgos afroamericanos bien destacados. Sin mas miramentos el comenzó a tocarse la verga por el pantalón y yo no hice nada para apartar mi mirada, así que sin decir ni una palabra fue sacando semejante anaconda de su pantalón.
Estaba en estado de semierección y era lo mas grande que hubiese visto nunca, sin más el se puso de pie y se acercó a mi, lo recibí con la boca abierta y pude sentir como su verga crecía en mi cavidad bucal, cada vez me costaba tragarla, pero no sé si era por el licor o por todo el sexo que había tenido ese día, que aún así tragué monstruosos 23 cm de verga en mi boca, su grosor era casi del tamaño de mi muñeca.
No tuve que hacer ni un movimiento, ese negro me follaba la boca como un toro, yo solo me encargaba de que entrara completa y mover mi lengua para darle placer, mientras se la mamaba, el comenzó a tocar mi culo, así que decidí levantarme de la silla y quedé doblado de la cintura mamando mientras el tanteaba mi ano. Las primeras palabras que oí de este ángel de ébano con una tranca deliciosa y jugosa, fueron:
"Tienes el culo bien abierto, perfecto."
Ahí fue el momento donde volví en mí mismo, caí en cuenta que estaba probando la verga mas grande de mi vida y que ese tipo de vergas no las encontraría todos los días, así que me dediqué a que fuera inolvidable, esta vez tomé el control de la mamada y yo mismo me la tragaba entera, degustaba su precum, la sacaba toda y succionaba el glande, con la punta de mi lengua jugaba en su uretra, luego le daba dos o tres mamadas hasta la mitad del tronco, después, din previo aviso me la tragaba hasta el fondo.
Estuvimos unos buenos minutos disfrutando, pero él, al verse al borde del orgasmo, decidió parar y besarme… Caray! Que labios! Carnosos, suaves, gruesos, exquisitos… de los mejores besos que me han dado (Y es enserio). Al poco tiempo decidió voltearme, ponerme contra la pared y penetrarme de una estocada. La verdad nunca sentí que algo entrara tan profundo en mí, me dejó sin aire y con un grito en la garganta; comprendí el por qué decía que le gustaba abierto… por que le gustaba follar como un caballo.
Sin compasión, sin nada de romanticismo me la clavaba y la sacaba casi hasta la punta, luego embestía seguido y con fuerza, el plash, plash, plash se escuchaba por todo el patio y ambos gemíamos quedito, yo, por que semejante monstruo me dejaba sin voz, además el lugar es una zona residencial y podían oírnos.
Así estuvimos unos 10 minutos, yo contra la pared disfrutando de los mejores placeres que he tenido y un negro bufando como un toro y dándome lo mas duro que he recibido en toda mi vida, de un momento a otro siento como su pene se endurece y de una estocada entró del todo, sentí como agarraba mis hombros y me presionaba hacia el, mientras dejaba su semen en mi intestino, después de haberme corrido 4 veces, mi pene estaba en la más mínima expresión, pero poco le importaba a mi culeador, puesto que tan pronto me llenó de leche, se subió los pantalones y me dejó allí, chorreando su semen por mis piernas y con cara de aturdimiento.
Espero este si les guste, tengo muchas historias, pero resulta que soy mal narrador, así que me voy a abstener de contarlas. Si alguien quiere saber mas o morbosear, por mensaje interno encontraremos la manera de ponernos en contacto. Besos a todos y gracias por leer mis relatos. Adiós!
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