El día que me provocó probar que me dieran por el culo…
Tres amigos se van de excursión al campo, donde después de beber cerveza, fumar marihuana, y comer hongos alucinógenos, a uno de ellos le da por bañarse desnudo, y luego se enamora de las vergas de sus amigos, que no lo perdonan y lo ponen a mamar al tiempo que gustosamente le dan por el culo..
El día que me provocó probar que me dieran por el culo…
Hace un par de años, cuando aún me encontraba estudiando en el primer semestre en la universidad, junto con dos amigos míos, aprovechando que teníamos un fin de semana largo.
Fuimos a parar a un retirado campo, en el cual ese día, terminé dándoles el culo y mamando sus vergas, y de otra persona más, simplemente porque me provocó hacerlo.
La excursión la habíamos planificado desde hacía varias semanas, los tres conocíamos ese campo, en el que había un pequeño riachuelo, con bastante vegetación, y en una de sus orillas había una poza en la que podíamos bañarnos.
Mientras que, al otro lado de la poza, había un gran pastizal, y un gran número de vacas lecheras pastando.
Mis amigos y yo estábamos al tanto de eso, por lo que apenas llegamos, nos dedicamos a recoger los hongos que se producen en la bosta de la vaca, o sea en sus plastas de mierda, ya que son algo alucinógenos, y queríamos probar que se sentía.
Tras recolectarlos y limpiarlos muy bien con agua, los endulzamos con mucha leche condensada y nos los comimos, el resultado fue que agarramos una nota con todo y alucinaciones.
Aparte de que también habíamos llevado un par de cajas de cerveza y preparamos unos cuantos tabacos de marihuana.
Los tres nos encontrábamos viajando con tremenda nota, además de toda la cerveza que nos tomamos, por lo que en cierto momento en medio del viaje que tenía, se me ocurrió, quitarme toda la ropa y tirarme a nadar a la poza completamente desnudo.
De inmediato mis dos amigos me siguieron, los tres nos encontrábamos dentro del agua, sin ropa alguna, nadando, jugando y vacilándonos mutuamente.
Ya cansados de nadar, y de bacilar los tres nos fuimos a la orilla entre la abundante vegetación y nos quedamos tirados sobre la arena de la orilla.
Nos estábamos fumando otro tabaco, cuando de momento, no sé por qué me le quedé viendo la verga a uno de mis compañeros.
Algo en eso me llamaba intensamente la atención, mi amigo se dio cuenta de que yo observaba su miembro sin discreción ninguna.
Por lo que ante mis ojos comenzó a pasar su mano suavemente por encima de su miembro, y a los pocos minutos, lo agarró y con suavidad comenzó a masturbarse, sin que yo le quitase la vista en ningún momento.
Nuestro otro compañero, también se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, así que también comenzó a pajearse con toda su calma.
En cosa de pocos minutos vi como sus vergas, como las cosas más llamativas del mundo, que además para mí en esos momentos, habían adquirido un mayor tamaño, y grosor.
Mientras que yo continuaba observando la verga de mis dos amigos, mientras que casi sin darme cuenta yo también comencé a pajearme, pero a diferencia de mis dos amigos en medio del viaje que estaba teniendo debido a los hongos y la marihuana que yo tenía, yo veía mi miembro y lo sentía apenas del tamaño de un pequeño botón.
Para mí en esos momentos, debido a lo drogado que me encontraba mi propia verga no tenía la misma proporción que los de ellos, ni era tan llamativa, ni tan especial como las de mis amigos para mí en ese momento mi miembro era algo completamente insignificante.
Lo que en parte me produjo una gran envidia, a pesar de que en realidad nuestras vergas eran más o menos del mismo largo y grueso.
Yo estaba de pie frente a ellos dos, como embobado admirando sus vergas, cuando el que se encontraba tirado en la arena, me preguntó. “¿Quieres tocarlo?”
En ese momento, me sentí de lo más contento al escucharlo decirme eso, y de inmediato me acosté a su lado sobre la arena, y con la mayor naturalidad, agarré su verga entre mis dedos.
Aún recuerdo que en medio de la gran nota producto de los hongos, de inmediato se lo comencé a acariciar suavemente, al tiempo que, con mi boca a pocos centímetros de su colorado glande, viciosamente me relamía los labios, hasta que el mismo me dijo. “Si quieres mámamela.”
En mi vida había hecho algo similar, es más hasta esos momentos ni me gustaban los hombres, pero en ese instante me sentía tan y tan feliz de que mi amigo quisiera que se lo mamase, que de inmediato coloqué mi boca sobre su verga y la fui cerrando poco a poco a medida que se la comencé a mamar.
Nuestro otro amigo, el más bajito, que se encontraba a mis espaldas, con toda su calma comenzó a agarrarme las nalgas, con ambas manos, y como se dio cuenta de que a mí eso no me molestaba en lo más mínimo.
Es más, creo que le di la impresión de que yo, hasta disfrutaba lo que él me estaba haciendo, por la manera en que comencé a mover mis nalgas, a medida que él me las acariciaba.
Cuando lo escuché decirme. “Te quiero meter mi verga dentro de tu culo.” a lo que yo encantado de la vida le dije que cuando quisiera.
De inmediato sentí sus manos nuevamente sobre mis nalgas, las separó, pero de momento sentí un líquido algo espeso y pegajoso, que caía por todo el centro de la raja de mis nalgas.
Lleno de curiosidad volteé a ver, y me di cuenta de que, mi amigo me estaba derramando leche condensada entre mis nalgas.
Casi de inmediato sentí su lengua explorando mi esfínter, y el placer que sentí fue infinito, luego usando su propia saliva comenzó a enterrar sus dedos en mi culo, provocando nuevamente un inmenso placer.
A los pocos minutos que fue introduciendo y sacando sus dedos dentro de mi culo, pero yo estaba concentrado en la sabrosa verga que tenía en mi boca, por lo que no me opuse a que continuase.
Por lo que al poco rato extrajo sus dedos completamente, y de inmediato comencé a sentir la cabeza de su verga abriéndose paso entre mis nalgas.
Por un corto instante, dejé de mamar la verga que tenía en mi boca, es más hasta me la saqué, por temor a morderla.
Aunque sus dedos dilataron en gran medida el hueco de mi culo, cuando me penetró con su verga, siempre me dolió algo.
Pero de inmediato continué mama que mama la verga que tenía frente a mi boca, cosa que continué haciendo una vez que sentí toda la verga del otro, dentro de mi culo.
Al principio ellos dos actuaban de manera algo tímida, pero a medida que yo seguí mamando y dejando que me dieran por el culo, moviendo mis caderas gustosamente, su manera de actuar se volvió un poco más y más salvaje.
Al punto que hasta en varias de ocasiones el que me daba por el culo me nalgueó fuertemente, sin que yo me molestase o me opusiera a que lo siguiera haciendo.
Él fue el primer en venirse, y aunque piensen que soy algo exagerado, sentí como su leche inundaba mi culo al mismo tiempo que sentí como con mayor fuerza me apretaba contra su cuerpo, hasta que sus fuertes movimientos se detuvieron.
Una vez que terminó de venirse por completo dentro de mí, sacó su verga y de inmediato se metió al agua.
Mientras que el otro, me sujetaba con fuerza por el cabello, hasta que finalmente también se vino dentro, pero de mí boca y garganta.
Por lo que yo sin detenerme, seguí chupa que chupa, hasta que me tragué gran parte de toda su leche.
Y al igual que otro una vez que sacó su verga de mi boca, entró al agua, mientras que yo me quedé tirado en la orilla viéndolos a ellos dos y masturbándome placenteramente.
Al poco rato me levanté y al igual que ellos entre también al agua, ninguno de ellos dos, por un buen rato hizo comentario alguno de lo que habíamos hecho.
Mientras que yo me retiré un poco, y expulsé lo que mi amigo me había dejado dentro de mi culo.
Pero al regresar a la orilla, mis amigos me preguntaron algo asombrados que me había pasado, yo les dije que no lo sabía, solo que me provocó hacer lo que hice.
Aun algo incrédulo, uno de ellos me preguntó. “Pero no estás bravo con nosotros por eso, digo por haberte penetrado por el culo.”
Yo le respondí honradamente que no, es más hasta le dije, que lo había disfrutado muchísimo, y acercando mis labios a su verga se la besé, y luego le dije que si querían volver hacerlo yo estaba dispuesto a complacerlos.
Los dos se vieron, y como que no creyeron lo que les estaba diciendo, cuando al primero que le mamé la verga, me dijo. “Yo quisiera darte por el culo ahora.”
Sin más ni más me puse en cuatro, parando mis nalgas apuntando hacia él, pero como su verga no estaba erecta, le hice señas de que me la pusiera en la boca.
Se la volví a mamar un poco, y de esa manera a los pocos segundos se le volvió a poner bien dura como para empujármela por el culo, con la ayuda de algo de su propia saliva.
Mi otro amigo espero a que, a que nuestro compañero me tuviera bien clavado por el culo, y colocó su sabrosa verga frente a mi boca, la que yo sin demora alguna me dediqué a mamar por un buen rato.
En cierto momento uno de ellos comentó que me tenían como un pollo ensartado a la vara, y casi se mueren de la risa.
Mientras que yo movía mis nalgas buscando un mayor placer y chupando desesperadamente la verga que tenía en la boca, hasta que nuevamente lo hice acabar, pero dentro de mi garganta.
El que me daba por el culo, siguió clavándome divinamente su verga hasta que volvió a venirse, dentro de mi culo.
Al finalizar ambos se volvieron a meter en la laguna, mientras que yo me pajeaba viéndoles sus ya apagadas vergas.
Después de un corto rato finalmente me vine, y de inmediato nuevamente me metí al agua, después de expulsar lo que mi amigo me dejó dentro de mi culo me lo lavé, y regresé a la orilla, habíamos prendido otro tabaco.
Cuando uno de ellos me preguntó que me había pasado, y nuevamente le dije que simplemente me había provocado hacerlo.
Ellos dos se quedaron tranquilos mientras seguíamos fumando, pero al terminar, sentimos que se acercaba un vehículo.
Por lo que mis dos amigos agarrando su ropa asustados salieron a esconderse entre los matorrales, ocultos entre la vegetación vieron el todo terreno que llegó justo donde yo me encontraba tirado en el suelo, completamente desnudo.
Era un hombre mayor, quemado por el sol, que al verme se bajó del vehículo, y como si estuviera regañándome me preguntó que yo hacía en ese sitio.
Yo viendo que mis amigos se habían escondido, y que el recién llegado por lo visto no se había dado cuenta de la presencia de ellos, le dije. “Estoy tomando el sol.”
Al decirle eso, di media vuelta y quedé recostado boca abajo sobre la arena, mostrándole sin vergüenza alguna mis paradas nalgas.
Todavía con un tono de vos bien alterado me dijo. “Es que no puede estar aquí, y menos así sin nada de ropa, mostrándome el culo.”
Yo de inmediato me di cuenta de la manera en que me miraba las nalgas, separando un poco mis piernas le dije. “Es que aparte de tomar el sol, estoy haciendo ejercicio.”
El tipo se me fue acercando, y ya en otro tono de voz con algo de curiosidad, me preguntó. “Que ejercicio es ese que tiene que estar completamente desnudo, mostrando el culo.”
Yo separé más las piernas y levantando las nalgas, le respondí en un tono de voz algo meloso y aflautado. “Es yoga.”
De inmediato continué diciéndole. “Es para endurecer mis nalguitas y mantenerlas paraditas.”
Al decir eso, apreté las nalgas de manera corrida varias veces, fue cuando noté en sus ojos un brillo que me convenció de que en cualquier momento lo tendría sobre y dentro de mí.
El tipo ese sacó una navaja, pero antes de que me dijera algo, en un tono de vos completamente afeminado, le dije. “Si quieres puede hacerme lo que se te antoje, que yo no me voy a oponer resistencia alguna te lo prometo.”
Al él escuchar eso, guardó la navaja, se bajó el pantalón y manoseando su verga me la fue acercando a mis nalgas.
En cosa de pocos segundos, a pleno sol él ya me tenía bien clavado, y mientras que yo movía mi culo como si fuera una batidora, él no cesaba de meter y sacar su verga de mi cuerpo.
Hasta que en cierto momento le propuse que cambiásemos de posición, por lo que yo me tendí sobre la arena separé y levanté mis piernas, al tiempo que él me sujetaba por los tobillos, y nuevamente me clavaba su sabrosa verga.
Eso me permitió ver como su miembro un poco más grande y grueso que el de mis dos amigos entraba y salía de mi culo una y otra vez, hasta que finalmente se vino, momento que yo aproveché para ponerme a mamar su verga.
Al terminar me dijo que cuando yo quisiera nada más me dejase ver por él, tras lo cual volvió a montar en el todo terreno, y se retiró.
Después de eso me volví a lavar las nalgas y expulsar todo lo que el tipo ese me había dejado dentro, me enjuagué la boca y lavé mi cuerpo, después.
Luego que me quedé recostado en la arena por no sé cuánto tiempo, al despertarme ya había comenzado a oscurecer.
Me vestí, y en el camino de regreso no volví a encontrarme con mis amigos, que de seguro vieron claramente como el tipo ese me dio por el culo.
Al día siguiente, cuando nos volvimos a ver, me preguntaron nuevamente que me había pasado les dije que precisamente no lo sabía, solo que fue algo que me provocó hacer en esos momentos, que quizás fue la hierba que fumamos además de los hongos que me comí, y todas las cervezas que me tomé.
Después de eso en innumerables ocasiones he vuelto a ese mismo lugar en compañía de mis amigos, y de otros a los que apenas conozco.
A comer de esos hongos, beber cerveza y fumar marihuana y me pueden creer que siempre con el mismo resultado, me han vuelto a provocar que me claven por el culo y que me ponga mamar vergas.
excelente relato como siempre