El Día que Todo Cambió Para Mi
A mis 8 años despertó mi atracción por los hombres mayores que yo, fueres y con experiencia en las mieles del placer.
Quiero empezar por contarte quien soy, me llamo Jorge, de piel clara, ojos y cabellos negros, mediana estatura, según yo normal 1,60, algo rellenito, actualmente tengo 20 años, pero aquí te contaré desde mis primeras experiencias, vivo en algún lado de la Costa Caribe Colombiana, por eso vas a encontrar en mis relatos términos como mondá, picha o pichorra para referirme al pene o verga. Empezaré por contarte que mis primeros acercamientos a los penes me los propició un primo de 30 años cuando yo apenas tenía 8 años, por aquel entonces vivía en la finca y por eso podíamos dormir afuera en las noches de mucho calor, Juanca, mi primo no vivía con nosotros, el trabajaba en la capital, pero los días de vacaciones los pasaba en la finca, como el no llegaba mucho a la casa no se relacionaba mucho con nosotros, por lo menos no era de mucha confianza, solo lo normal.
Todo era así hasta que un día llegó con unas latas de cerveza y se las tomó con mi tío, por joder la vida y aprovechando que no habría clases al día siguiente me quedé en el patio en una hamaca mientras ellos tomaban, hablaban y escuchaban música, yo era el de los mandados, la verdad solo quería estar ahí para ver cómo era una parranda, no se a que hora me quede dormido, pero de repente desperté y mi tío ya no estaba, solo mi primo dormido en la mecedora en la que estaba sentado, al lado había otra hamaca y supuse que era para él, juro que yo solo quise ayudar, lo traté de despertar para que se acostara, fue entonces cuando sin querer puse mi mano sobre su paquete, la verdad antes ya había visto el de mis primos, pues cuando llovía jugábamos desnudos y era normal para mi… pero ese instante despertó en mi muchas inquietudes.
Al día siguiente cuando miraba a Juanca sentía mucha vergüenza, pero el día transcurrió normal hasta que llegó la noche y me dijo que lo acompañara a dormir afuera, que hacía mucho calor, yo me puse muy nervioso, la verdad quería volver a tocar ese bulto, que si bien no lo había hecho con malicia me inquietaba mucho, le dije que mi tía debía autorizarlo – yo me encargo de eso – respondió y se fue, mi tía me dice entonces que lo acompañe, pero que no trasnoche porque al día debíamos ir a misa a las 5:00 am, ella no perdía esa misa y todos íbamos con ella. Con esas instrucciones me fui a acostar y me dormí, no sé a qué hora Juanca me despertó – ven a mi hamaca – decía – ¿Qué paso? – pregunté medio dormido y lo fui a ver, me pidió acostarme con él, me incomodó, pero accedí, entonces empezó a susurrar:
JC – anoche yo no estaba borracho y me di cuenta de lo que hiciste…
Yo – yo no hice nada, solo te quería despertar para que te acostaras…
JC – pero me agarraste la mondá, y se estaba poniendo dura, yo tengo días sin culiar… ¿la quieres ver dura?
Entonces de sacó la pichorra y me la puso en la mano, a mi edad era una novedad sentir en las manos algo así, lo comparé con un plátano, no pensé en medidas ni nada por el estilo, yo a la verdad estaba muy asustado… en mi inocencia pregunté – ¿y ahora? – ¿Qué debo hacer? – puesto que el habló de tener días sin culiar, yo no sabía que hacer, entonces me dijo que me enseñaría, que eso es parte de crecer, pero como es algo de la gente grande no se lo podía decir a nadie – nada de lo que hagamos lo puedes decir, si lo haces nos botan de la casa, yo trabajo y puedo buscar donde vivir, pero tu serás un niño de la calle – a lo que respondí asintiendo con la cabeza, entonces me dijo que me arrodillara frente a su hamaca y el me enseñaba lo que debía hacer, lo primero fue que le sentí un olor que no me gustó, me quise negar y me amenazó con decir lo que había hecho la noche anterior, por lo cual hice lo que él decía…
JC – abre la boca lo más grande que puedas, cuidado me muerdes porque te jodo y le digo a mi tío lo que hiciste.
Me metió si picha en a boca, no se que tan grande era, pues todo estaba oscuro y yo veía nada, el me tenía la boca abierta con las manos mientras me cogía la boca, yo solo sentía que me golpeaba la epiglotis y me daban ganas de vomitar, sus pelos se metían en mi nariz y me tenía mareado con su olor, de repente siento que acelera su ritmo y me la mete mas allá de mi epiglotis, siento como expulsa algo en mi garganta, no le sentí sabor, pero cuando iba sacando su picha me la apretó en la lengua y entonces sentí un sabor entre saladito y acido, lo cual me gustó.
JC – verga pelao, te tragaste a mis hijos me dijo, todo el tiempo era susurrado lo que me decía para que no se dieran cuenta en la casa, no se cuánto tiempo estuve en esa faena, solo recuerdo que me dolía la garganta y sentía muchas ganas de vomitar, pero el me dijo que si lo hacía se darían cuenta y me metería en problemas.
Luego de esto me quedé dormido hasta que mi tía me despertó bruscamente porque se hacía tarde para ir a misa, cuando quise hablar me dolía mucho la garganta y me la sentía inflamada, entonces ella dijo que me había resfriado y así no podría ir a misa, entones me tenia que pasar para dentro y esperar que ella regresara, que me quedase entonces con Juanca… como se pueden imaginar, Juanca volvió a hacer el tratamiento para mi dolor de garganta antes de irse para la capital… esa fue la primera vez que un pene adulto entró en mi boca… desde ese entonces Juanca cada vez que llegaba a la casa le pedía a mi tía que me permitiera acompañarlo a dormir en el patio, en ese son, pasó mas de un año, en el que siempre me hacia el tratamiento para la garganta…
Pronto publicaré nuevos episodios de mi vida, en los que narro lo que sucedió después de esta primera vez…
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