EL DIARIO DE UNA PRINCESA – PARTE 1 – LA INICIACIÓN
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por chepiper.
Solitario, como siempre… decidí salir de casa e ir por un trago, a ver que pasa…
Llegue al bar, me senté en la barra, no me atendía nadie, insistí por última vez sin respuesta del barman. Un chico delgado, de ojos verde esmeralda, piel blanca, cabello corto muy bien peinado, se acerco y me dijo… – ¿qué tomas?, un poco confundido le respondí… -una cerveza está bien… pidió las cervezas y nos fuimos a platicar.
-Me llamo Steven, me dijo… – mucho gusto Steven, soy Michael… respondí tímidamente. – Un chico guapo como tú, ¿Qué hace tan solo en un lugar como este?… – No lo sé, solo quise salir y dar una vuelta… Termino su cerveza y me dijo que tenía que retirarse, su trabajo lo espera… – tengo que salir a conseguir la despensa de la semana, si no, no tendré que comer.
Decidido a conseguir por lo menos su número de teléfono, lo seguí. Llegamos sin decir una sola palabra a una esquina, se detuvo y me dijo sin preámbulo… – Tu podrías conseguir mucho, tendrías muy buen futuro aquí… saco dos cigarrillos y me ofreció uno, continuo hablando… – Alguien con tu físico, tu mirada inocente, tu guapura, podría llenarse de billetes, ¿no te has dado cuenta? Soy prostituto, y tengo que conseguir dinero para mis gastos… Me salió una carcajada natural, pero al parecer esto le ofendió… – Disculpa, me dijo algo molesto, se subió a una camioneta que llego y se fue.
Me quede pensando en sus palabras, no tengo un cuerpo muy agraciado para la profesión, aunque no soy del todo mal visto. Delgados pero definidos brazos, torneadas piernas, nalgas paradas, no tengo abdomen de lavadero, pero soy muy delgado y tengo una cinturita que algunos envidiarían, ojos azules y un par de huevos adornados con un pene de 19 centímetros… no creo estar tan mal.
Dos fines de semana pasaron, pensando en la propuesta de Steven… decidí salir de nuevo… me puse unos jeans ajustados rotos de algunas partes estratégicas para hacer saber que necesito verga, me peine, una chamarra y listo…
Llegue a la esquina donde Steven me dejo… estuve esperando una hora aproximadamente… un automóvil se detuvo frente de mí, me puse muy nervioso, no sabía que hacer… cuando la puerta se abrió y vi salir a Steven, me relaje. – Estas ocupando mi esquina, pero no te preocupes, no muerdo, solo cojo bien rico… ambos soltamos la carcajada. – Solo necesitas saber tres cosas. Número uno, no te plantes en las esquinas de los demás. Número dos, valora tu trabajo y tu físico para que sepas cuanto cobrarles. Número tres, cuídate mucho y no te dejes de nadie. Me dio una palmada en la espalda y se alejo por la calle oscura detrás de mí.
No tardo mucho para que llegara mi primer cliente… Un auto lujoso, cristales polarizados, bajo un poco la ventanilla y me observo… sin decir nada siguió su camino. Veinte minutos después, regreso el mismo auto, esta vez haciéndome señas para acercarme… – ¿Cómo estas, que haces?… Un poco molesto por la obvia pregunta, le respondí – ¿Tu que crees?… Me dijo – solo traigo 2000 pesos, y quiero pasarla bien. Me abrió la puerta y subí al auto.
Manejó durante media hora, yo, aunque no lo parezca, estaba muy nervioso, no sabía que hacer, no sabía que decir, no sabía que podría pasarme… Llegamos a un hotel, me ordeno que no saliera del auto, bajo a pagar la tarifa y entramos en el garaje de la habitación. Salimos del auto y me quede sin palabras… Un hombre hermoso de unos 35 años de edad, brazos fuertes, camisa abierta que dejaba a la vista una mata muy abundante de pelo en pecho, piernas gruesas, y unas manos tan grandes que pensé podrían a estrangularme muy rápido. Subimos a la habitación, sin más ni más me desnudo… me sentí humillado y utilizado, pero a la vez excitado al sentirme suyo…
– Mámame la verga, me ordenó. Me arrodille, le baje el pantalón y deje a la vista un enorme pedazo de carne, vello abundante, me dio miedo, eso me destrozaría el culo, aunque ya había tenido sexo anal con otros hombres, pero no con alguien como él. Comencé a besar la cabeza, lentamente empecé a meterme en la boca esa rica verga, caliente por su excitación… se recostó en la cama como un esposo que llega a casa cansado del trabajo… seguí su orden, seguí mamando esa tranca que sabia me destrozaría el culo.
– No pares, no pares, tienes una boquita muy rica, mámamela suave… ohhhhh si, que bien la mamas nene… ohhhhh…
Recordé algunas escenas de películas porno que he visto cuando me la jalo, comencé a pellizcarle los pezones… jadeaba de placer cuando engullía toda su verga y le pellizcaba las tetillas…
– mmmmm, así bebe, así, mmmmm, mas rápido chiquito… ¿te gusta mi verga? Pues eso tendrás nene…
Comenzó a quitarse la camisa, me acariciaba la espalda hasta llegar a mis nalgas… tenía unas manos grandes y seductoras en verdad… masajeaba mis nalgas como todo un experto lo hace… ensalivo un dedo y comenzó a meterlo en mi culo… me dolía un poco…
– Por favor no lo metas tan fuerte, le comente tímidamente… – Esta bien chiquito, pero harás lo que yo te diga, y como yo quiera… – Ayyyyy… grite de dolor cuando me dejo ir su dedo de un solo golpe… – Así mi niño, así me gusta, que grites de placer, vas a disfrutar cuando meta mi verga en tu culo apretadito…
Terminando de decir esto, me puso de pie, me recargo en la pared, abrió mis piernas y se arrodillo detrás mío… -Ohhhhh si, que placer sentí cuando metió su lengua entre mis nalgas, ohhhhh que rica sensación, más adentro, mas, mas por favor… Me sentía en la gloria… Nalgueaba de vez en cuando y me hacia estremecer… dámela, dámela ya… no aguanto más… destrózame el culo… quiero tu verga dentro de mi…
– Si bebe… así… suplica por mi verga… ¿la quieres? Pídemela…
– Dame verga ya… por favor… hazme tuyo, la quiero toda dentro de mi… hazlo ya… yaaaaa…
Me sentí un títere… me aventó sobre la cama, me puso en cuatro patas y comenzó a empujar detrás mío… lentamente comenzó a meter su verga en mi húmedo culo… que dolor sentía…
– Despacio por favor, me duele un poco… Parece que no escucho mis palabras… y metió toda su verga de un solo golpe…
– Ayyyyy… me haces daño… por favor más despacio…
– No nene, esta noche eres mío, y lo hare como yo quiera… te gusta ¿verdad zorrita? Comenzó a moverse como si fuera la última cogida de su vida… – Que apretadito estas putita… me harás venir muy rápido… el mete y saca acelero mas y mas…
– Por favor, basta, me duele mucho, me duele…
– Así bebe, asiiiii… ohhhhh ohhhhhhhhh…
Nos tumbamos los dos en la cama…
No podía moverme por el dolor en el culo, el chico solo se limito a vestirse decirme – ya es algo tarde y tengo que irme, ¿te llevo?…
Me dejo en la misma esquina donde me recogió… Ahí estaba Steven… Sonrió de manera un poco maliciosa al verme bajar del auto… El chico arranco y se alejo de mi vista… Solo miré a Steven, me di la vuelta y comencé a alejarme de ahí…
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