El dilema de Rafita, su primo el soldado y el vecino vergón.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Narrado por Rafa.
Después de haber dado rienda suelta a mi sexualidad, ya por mi culito habían pasado dos machos, y qué machos, 22 y 23 cms de gruesa y contundente verga.
Edward después de esa follada tan espléndida que me había propinado me dejó en la puerta de mi casa, me dio un apretujón suave en mi nalga y me invitó el sábado siguiente a "ver tv" a su casa.
Sin embargo esa misma semana su esposa dejo de ir al trabajo y se la pasaba todos los días, así que cuando iba a su casa ni siquiera estaba Edward pues llegaba muy tarde, días sin verlo y mi anito estaba enloqueciendo, me picaba y se ponía extrañamente húmedo, yo me complacía con mi improvisado "dildo" pero no era suficiente, hasta que un día entre semana me acosté como de costumbre a dormir, cuando de repente escucho entre sueños la voz de mi mamá, pero una voz masculina la interrumpió entre murmullos.
– no lo despiertes tía.
Pobre Rafa está dormido.
– Es para sacar la colchoneta que está bajo su colchón, para que duermas sobrino.
– Yo me acuesto en el piso tía no te preocupes.
– No como crees, mejor acuéstate al lado de Rafa
– No te preocupes
– Dale sobrino acuéstate
– Está bien
– Hasta mañana sobrino
– Hasta mañana tía que descanses y muchas gracias.
Acaso era Alejo? Me quedé frío y pensé que estaba soñando, pero no, entró Alejo al cuarto y se sentó sobre la cama, yo abrí un poco los ojos y en medio de la poca luz del cuarto se encontraron nuestras miradas, yo sonreí y me abalancé a su cuello, él me abrazo por la cintura y me dio un beso en la frente, nos saludamos entre murmullos mientras él se quitaba sus pantalones y quedaba en unos bóxers sueltos y una camisilla esqueleto que dejaba ver esa silueta viril que me ponía el culo a hacer pucheros, me dijo que corriera un poco para poderse acostar, se acostó y le dije que estaba muy feliz, que estos meses se me habían hecho largos, era una carajita enamorada y cachonda.
Alejo se acostó a mi lado y me dijo
– ven te abrazo para dormir!
Me acerqué de espalda y él puso su brazo bajo mi cuello y mis nalgas quedaron ensambladas en su entrepierna, Alejo empezó a moverse suave y a besarme el cuello como en los viejos tiempos, se deshizo de mis calzoncillos de Spiderman y de sus bóxers también, su polla se fue acomodando húmeda y babosa entre mis glúteos, con su mano en mi estómago me apretujo hacia el mientras me besaba el cuello; taladraba suavemente la entrada de mi agujerito.
Esos besos en el cuello me tenían a mil, así que yo solito fui dando movimientos circulares con mi culito hasta sentir que su cabeza se iba abriendo paso, el dolor que sentí me hizo parar un segundo, pero un beso en la boca me hizo olvidarme del dolor y enterrarme un poco más,
– uoh! Qué garozo tienes el culo primito, buena porción ya te has enterrado!
– Te extrañaba mucho primote!
– A mí o a mi verga?
– A los dos, pero a tu vergota más!
– Yo sé, lo picoso de tu culo, mariconcito.
Me siguió taladrando hasta que su bolas golpeaban mis nalgas, ya todos sus 22 cms de gruesa verga estaban dentro de mi, bombeandome como a mí me gustaba, lo hacíamos pausado para evitar algún ruido inoportuno.
Así estuvimos por un rato hasta que mi primo se vino dentro de mí y ahogaba en mi boca su bufido de toro qué solía emitir al correrse, con su verga dentro aún, estuvimos abrazados en esa posición hasta quedar dormidos, a la mañana quedamos helados del susto al despertarnos la vos de mi mamá al lado de la cama, aún estábamos desnudos, si a ella se le ocurría tan solo levantar la cobija, todo se iría a la mierda, un desastre.
– chicos me tengo que ir, aún es temprano así que puedes dormir un poco más Rafa, pero en 1 hora te levantas para ir al colegio, o te deja la ruta.
Te encargo lo levantes Alejito.
– Si tía pierde cuidado, yo levanto y alisto al enano para el colegio.
– Chao mami!!!
– Chao chicos, nos vemos en la noche.
Suena la puerta principal, señal de que mamá se había marchado.
– ahora si enano ve te doy tu desayuno como debe ser- diciendo esto levantó su cobija y dejo ver su gran verga dura, crecida impetuosa,
Yo me babeaba mientras tanto, sin embargo un escozor en mi recto no me dejaban tranquilo, como ganas de hacer popis.
– Espera primo voy al baño, tengo ganas de ir a votar tu leche de anoche.
– Ve pero no tardes!
Fui, hice popis y quede vacío de nuevo, me levanto lavo mi cara y voy de nuevo al cuarto, al volver mi primo estaba levantado haciendo unas flexiones de pecho, estaba con sus boxers ya puestos.
– Vamos a bañarnos, – dijo Alejo después de levantarse del piso.
– Vamos – le dije emocionado
Abrimos la ducha y dejamos que se calentara un poco el baño, mientras tanto mi primo me ordenaba darle una mamada a su verga, yo la tomaba en mis manitas era pesada y consistente, como la recordaba, la chupe por un rato hasta que Alejó me ordenó meterme a la ducha, me puso jabón en mi culo, lo lavó y agachándose abrió mis nalgas y se dispuso a darme una suculenta lengüeteada, se notaba él hambre que le tenía ese hombre a mi pequeño culito.
– estas abierto, qué rico tenes ese culo putito.
A ver aprieta, quiero ver cómo me hace pucheros ese hoyito.
Yo obedecí y apretaba para que se abriera y se cerrará ni anito y mi primo pudiera ver el espectáculo que tan caliente lo ponía.
– Parcerito, Ud me hace perder la cabeza, mira cómo me pones- decía esto mientras se levantaba y sacudía su verga durísima y babosa.
Me giró mirando hacia él me levanto y yo rodee su cuello con mis antebrazos y su cintura con mis piernas.
– estás más grande primito, tienes ese culo más carnudo.
– Si primo ya estoy creciendo.
Alejo me besó, mientras tanto apretujaba mis nalgas y en medio de ella ponía su polla aprisionada por mis glúteos, pasaron algunos minutos, hasta que, con una mano me sostenía por la cintura y con la otra se ponía mucha saliva sobre su verga que al mezclarse con su abundante precum dejaba más que listo su mástil para empezar a puntear mi hoyito, ya previamente dilatado.
Su hombría fue poco a poco entrando en mi culito, entró toda con mucha facilidad, y el taladrar empezó bastante intenso, Añejo me cargaba como si fuera un muñeco, disponía de monóculo al ritmo que quisiera, al fin ni siquiera nos bañamos, salimos así de la ducha, yo arponeado por el culo aún, fuimos al cuarto y sobre la cama sin sacarme su polla me recostó contra la cama dejando mis nalgas al aire para poder seguir no bombeando, está vez con fuera y rapidez, yo apenas gemía y repetía lo mucho que me gustaba ese juego mi primo bufó libremente mientras se descargaba dentro de mi.
Descansamos un poco, pero fue un error; nos quedamos dormidos después de semejante faena, y al abrir los ojos eran casi las diez de la mañana.
Yo me levante asustado y corriendo de un lado a otro, hasta que Alejó me tranquilizo.
– Ya enano, cálmate, es cuestión de que yo llame al colegio y diga que amaneciste un poco resfriado, y a mí tía pues yo también me encargo no te desesperes.
– Está bien primote – mientras le daba un abrazo y un beso.
Desayunamos, mi primo hizo la llamada al colegio y yo me dediqué a hablar y hablar con mi primo.
A la hora del almuerzo Alejo me pidió que bajara a la tienda por alguna bebida para acompañar la comida que pediría a domicilio.
Cuando iba entrando de nuevo al edificio me encuentro a Edward.
– hola Rafa, no fuiste al colegio acaso?
– No señor, hoy no pude ir.
Fuimos hablando mientras subíamos las escaleras.
Yo estaba atolondrado, ya que, Edward además de Alejo me ponía mi anito picoso.
– por qué no has ido estos días Rafa? – se atrevió a decir Edward.
Ya que después de nuestro grandioso primer encuentro no habíamos podido vernos de nuevo.
– Pues mi mamá ha estado ocupándome estos fines de semana.
– Bueno hoy voy a estar toda la tarde, si queres ir a ver tv parcerito.
– No puedo hoy señor- dije en voz baja, pues aunque deseaba ir, Alejo estaría calmando el picor de mi anito.
– Bueno, entonces será otro día campeón- mientras me alborotaba mi melena.
Al llegar a nuestro piso nos despedimos, después de almuerzo yo pensaba en seguir jugando con Alejo aprovechando que estábamos solos, pero al parecer él tenía cosas que hacer, me dijo que volvería en un rato que iría a ver si ya le habían pagado y a no sé que otras diligencias.
Yo acentí con algo de mal gusto pero Alejo me calmó prometiéndome no tardar y jugar mucho conmigo al volver.
Pasados 10 minutos después de irse Alejo, recordé la invitación de Edward, así que sin pensarlo salí y fui a golpear la puerta de mi vecino,
Edward abrió la puerta, y le dije si podía pasar a ver tv, me dijo que siguiera, llegué y estaba viendo algún partido en la sala, así que entré y me recosté a su lado, él me abrazó y yo puse mi mano sobre su pierna, yo le pedí permiso para recostarme en su abdomen, Edward mientras tanto acariciaba mi hombro y poco a poco fui cerrando los ojos, al poco tiempo siento las manotas de Edward acariciar mis nalguitas y apretujarlas, yo seguía con los ojos cerrados, simulando dormir, el corazón me latía fuerte, más cuando su mano empezó a adentrarse por el elástico de mi pijama, con mis ojos entreabiertos podía ver cómo su polla iba abultando tremendamente su pantalón de sudadera, su mano hacia contacto directo con la piel de mis nalguitas, y suavemente las apretujaba, siento su dedo hacer contacto con mi ano, yo seguía con mis ojos cerrados pero disfrutando cada manoseada, estuvo así durante un largo rato, seguro quería terminar de ver si partido de fut.
Pasados los minutos me bajó mi pijama para tener mejor maneobrabilidad con sus grandes dedos, los mojó con un poco de saliva y me hurgaba mi cuevita, yo bajé un poco la cabeza para quedar justo sobre su pollón, empezó a meterme su dedo, con la otra mano bajaba su pantalón y sus bóxers para dejar su verga completamente al aire, yo abrí mis ojos para ver ese mástil y sin dudarlo emprendí mi más hambrienta mamada, su verga era gruesa y con dificultad lograba meterme un poco más de su cabeza, pasó poco tiempo cuando me dijo:
– ya estás bien dilatado, ya te la quiero clavar mariposita.
– Bueno- dije sin titubear, me acomodé en cuatro sobre el sofá con mi pijamita a medio bajar.
Mientras tanto edward se acomodaba atrás, y empezó a puntear su babosa verga que la verdad no necesitó ni saliva para poderla meter con facilidad.
– Uoh! Como te tragas todo esto tan fácil mariconcito, ni una vieja me aguanta una embestida así.
– Ummmm yo estaba deseando mucho este dia señor- mientras pensaba: que mi culo obviamente estaría dispuesto a recibir lo que fuera después de la verguera que me había dado mi primote.
Edward me bombeaba pero al ser su verga un poco más grande, una talla xxl literal, me tenía el culo muy abierto así que inevitablemente me hacía pujar con cada embestida, hasta que sentía que me ahogaba, después empezó un ritmo más pausado y me la sacó, dejando un gran vacío en mi, me quito toda la pijama y se acosto sobre el sofá,
– Sentate acá pues – mientras apalancaba con su antebrazo su verga para que se pusiera completamente recta y gigante, en todo su esplendor, y con sus grandes piernas el espectáculo era para enloquecer como estaba yo, pues sin pensarlo me senté viéndolo a los ojos, su verga se albergó dificultosamente en mi anito, él se sentó quedando frente a frente, muy cerca, así que me animé a besarlo como lo hacía mi primo Alejo conmigo, seguro por el extasis lo permitió y hasta me agarro del pelo, mientras me embestía, me levantó agarrandome de las nalgas y se recostó de lado en el sofá mientras me acomodo de espaldas hacia él, con mi pierna levantada, acomodo su verga y me la enterró sin compasión, yo muy caliente solo atinaba a parar más mi colita para que me empalaran.
Pasados los minutos Edward aceleró su movimiento y sentí como me apretaba hacia El para correrse inundándome el culo con tanta leche que se escurría de entre mi culo aún enterrado.
Nos quedamos así unos minutos hasta que su verga se puso flácida y se salió de mi culo, yo corrí desnudo al baño para botar toda esa leche, solté muchos vientos de mis entrañas mientras se chispeaba dentro del inodoro toda la leche que me había vaciado Edward y Alejo dentro.
Salí del baño, me vestí, Edward ya estaba vestido y me sirvió un vaso de gaseosa fría, me despedí, y salí corriendo antes de que llegara mi primo de la calle.
Cuando entré, casi detrás mío se abre al puerta y entra mi primote Alejo con su risa picara que me pone como una completa putita también.
Era muy feliz tenía a mi disposición y por tiempo muy limitado a mis dos machos para que me perforaran el culo hasta el cansancio, así que no lo desperdiciaría por lo tanto descansaría un Poco mi anito de la putiza que le había pegado Edward y seguro la faena con mi primote seguiría.
La les seguiré contando.
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