EL DILEMA DE UN MILITAR 2 ( sin conciencia)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
ESTE ES SEGUNDO RELATO.
Espero les guste y lo comenten estaré pendiente.
El enlace del primer relato es este:
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EL DILEMA DE UN MILITAR 2.
(sin conciencia)
Narrado por Alejandro, El militar de 21 años:
Llegamos al pueblo a eso de las 3 PM Rafa estaba exhausto y adolorido por el viaje, mis papás nos esperaban en la casa que tenían en el pueblo, pues ya la finca la habían dejado al cuidado de mi hermano y se habían mudado a vivir en la cabecera municipal.
Al llegar noto que todos están reunidos en la casa y claro, la esposa de mi hermano Javier estaba a punto de dar a luz y estaban en el pueblo para poder ser atendidos tiempo ante cualquier eventualidad.
Hablamos un rato, todos estaban muy felices de ver a Rafa tan crecido y más que le hubieran permitido salir de la ciudad para visitar a su familia.
Mi mamá fue la más entusiasta y nos sirvió jugo y comida caliente estábamos todos hablando y desatrasando cuaderno como dicen, en ese momento entra una llamada, mamá advierte que es para Javier de la vecina de la finca, al terminar la llamada notamos la cara de preocupación de Javier:
-Qué pasa hermano, por qué esa cara? ¿Malas noticias?
-Era la vecina de la finca para avisarme que acabo de pasar por la finca y no hay nada de insumos, se los robaron parce.
-No… cómo así Javier es que la bodega de los insumos no estaba con seguro?- preguntó papá un poco enojado.
-Si, pero al parecer les importó un… rábano, porque se sacaron los abonos y alimentos.
Tendré que irme para la finca, no se puede dejar todo allá votado.
– No señor, primero está su esposa y su hijo, en un rato tienen que estar en el hospital para saber si a Mayerli, le tienen que hacer cesárea, porque con lo inflamada que está cualquier cosa le pueden decir.
– Lo interrumpió mi mamá para frenar sus impulsos.
-Si hermano tranquilo, vaya y se alista para ir al hospital con su mujer, nosotros nos encargamos de ir a ver la finca.
– le dije reconfortándolo
– Si mijo, su hermano se va ahora a cuidar la finca, de hecho; Alejo debería quedarse en la finca esta noche mientras sabemos que pasa con Mayerli, que dice mijo?
-Claro mamá, yo voy a comprar todo lo que haga falta y arranco pa la finca, mañana ya vemos qué hacer.
Realmente hasta ese momento pensaba ir solo.
Acordado ya lo que se haría, mi papá se fue a trabajar en su taller de mecánica de motos que había montado.
Cuando ya estaba listo para salir a comprar los insumos y arrancar camino a la finca, me frena mi primo:
-Primo para dónde vas?,
-Rafa voy para la finca a cuidar los animales y las cosas porque se quedó sola.
-Pero entonces llévame contigo, no me puedes dejar acá tirado situ me trajiste.
Yo quiero ir contigo, por favor primo.
-No estás cansado del viaje? No prefieres quedarte y descansar yo vuelvo mañana.
-No primo recuerda que mi mamá te pidió que no me dejarás solo y que me cuidaras.
-Pero con mamá y papá que te cuiden no te pasará nada.
-Pues llévalo hijo, con eso te acompaña y puedes estar pendiente de él, acá se va a aburrir conmigo ya que ahora todos se van.
– interrumpió mi mamá desde la cocina.
-¡Está bien enano, alístate que nos vamos ya!!
Salimos hacia la finca a las 6 de la tarde en el último Jeep que sale hacia las veredas o fincas, Rafa me preguntaba cómo era la finca pero yo prefería que el mismo la viera, cuando llegamos a la entrada de la carretera debíamos caminar hasta la casa casi 1 km, al llegar a la finca, vimos la casa, era una casa típica de cordillera, completamente de tabla, elevada unos 80cms del piso, pero eso si muy bonita, con sus plantas colgadas en masetas sobre la pared y las vigas, habían 3 cuartos, la cocina y una sala descubierta que daba hacía un patio muy grande lleno de árboles frutales, de verdad era una finca humilde pero muy prospera.
La finca aún no tenía electricidad, así que prendimos las farolas de gasolina que daban una luz suave, nos sentamos en el sofá de madera rustica de la sala y comíamos unos mangos que habían por ahí, así que ya estábamos solos, por fin después de casi dos días de lo que había pasado, entonces me animé a preguntarle:
-Rafa, como sigues de tu anito?
-Ale, me siento bien ya no me duele.
-Ya ves? Era cuestión de la primera vez, a las mujeres también les duele la primera vez que les hacen cosas por su vagina, pero con el tiempo ya le empiezan a coger gusto.
Bueno vamos a comer lo que mi mamá nos empacó, después te bañas y a dormir, acá no hay tv, ni internet, estoy seguro que te vas a aburrir.
-Pues en algo deben divertirse los niños por acá, pues yo también lo haré.
-Estoy seguro que si.
Comimos mientras hablábamos de su colegio, de sus amigos, después, de mis anécdotas en el servicio militar, fue una cena amena, estábamos solos, en medio de las montañas, con nada más que el sonido de los grillos y los sapos.
Nos bañamos en el patio a la intemperie con manguera, jugamos así un rato y después apagamos las lámparas de gasolina y nos fuimos al cuarto con un par de velas.
Al llegar al cuarto nos acostamos en la cama de mi hermano y su esposa, eran apenas las 8 de la noche.
-¿Primo no puedo dormir, jaja es muy temprano, como duermen acá tan temprano?
-jajaja si yo se, es muy temprano yo tampoco tengo sueño.
Decidí aprovechar lo hermoso de la finca, y le dije a Rafa que saliéramos a ver qué hacíamos, llevamos con nosotros una lámpara de gasolina, la luna estaba llena y el cielo tan despejado, que caminar sobre el césped del patio fue cómodo, era una noche tan clara, estrellada, tan cómplice, me sentí feliz por estar acompañado de mi primito Rafa a quien tanto quería.
Al salir vemos una pequeña colina a unos 300 metros de la casa, en una parte despejada de la finca en la cima había una edificación, que era la bodega de la finca, en ella almacenaban los insumos y alimentos, incluso la cosecha, y en su techo o terraza de concreto secaban los frutos como el café o el cacao.
Subimos a la terraza por una escalera de guadua que había sobre la pared, y arriba la vista era imponente se veían los cultivos y los dos corrales, nos íbamos a sentar pero el concreto aún se sentía caliente por el sol que recibió en el día, me fije entonces en un montón de lonas que habían al otro lado de la terraza, levanté dos y me encuentro bajo las lonas una botella de aguardiente y una de gaseosa, seguramente lo que tomaban mi hermano y sus amigos de por acá de vez en cuando, una caleta para imprevistos, y pues agarré las dos botellas y le di la de gaseosa a Rafa y puse a mi lado la botella de aguardiente, saqué mi mp3 del bolsillo, empezó a sonar una bachatica sabrosa, veo entonces el rostro de Rafa con la luz de la luna, con su mirada fija en el horizonte mientras ponía la botella de gaseosa en el borde de sus precoces y libidinosos labios, sentí que las rodillas me temblaron, así que impulsivamente agarré la botella de aguardiente para pasarme un trago largo que me dejó ardiendo la garganta.
-Alejo jajajaja te vas a emborrachar y te vas a caer de acá cuando vayas a bajar y te matas.
-jajaja no primo, voy a tomar poco, apenas para poder dormir bien.
¿Te gusta la vista Rafa? ¿Está muy chimba verdad?
-Si y está haciendo un viento muy rico, para este calor tan pasado jeje.
-jajaja claro tu no estás acostumbrado a estos climas tan extremos, pero hay pueblos aún más calurosos, y a mi me ha tocado transitarlos con un camuflado encima, no te imaginas parce que eso si es desesperante.
-Pobre de ti primo, quieres gaseosa? – lo dijo ofreciéndome la botella.
-Está bien, pa bajar el trago.
– tomé entonces otro trago y después lo baje con gaseosa.
Así estuvimos platicando un rato mientras yo tomaba mi aguardiente y él su gaseosa.
Me antojé de comer algo, sólo para picar, así que bajé hasta la casa por unos paquetes de papás y mecatos que había comprado para Rafa, subí rápidamente a la bodega porque no quería dejar mucho tiempo a rafa solo en la noche, al volver estaba Rafa manipulando el mp3, buscando una canción, hasta que dejó zonar una vallenato de Diomedez Diaz y ahí mismo me empaco otro trago largo de aguardiente, ya había tomado casi ¾ de la botella y ni siquiera me había percatado, bueno pero si ya me sentía con el rostro adormilado, mejor dicho estaba contento, ya el trago y la música me tenían muy jovial, comimos algo y yo seguí tomando pequeños tragos de aguardiente para no ponerme muy borracho, mientras tanto Rafa reía y reía conmigo, estábamos ambos muy animados, pareciera como si los dos estuviéramos bebiendo licor, además que lo veía y más me gustaba verlo así de feliz, de travieso.
Pasaron unos minutos y decidimos bajar a la alberca de agua que había cerca de la bodega, no era una piscina aclaro, era una alberca de ladrillo y concreto para almacenar agua de los arroyos y la lluvia, que después se utilizaba para regar las plantas o para los animales o incluso para lavar la ropa, el agua estaba tibia y no era tan profunda, apenas tendría unos 90 cms de profundidad pues se veía el fondo con el agua cristalina, entré en ella solo en mis shorts y el agua me llegaba por debajo de mi cintura.
-Entra Rafa, el agua está calientita y parece que mantienen limpia la alberca, entra con confianza.
-Dale primo, -se quitó su polo (camiseta) y sus shorts, quedó en unos calzoncillos azules con estampado de superhéroes.
– pero dame la mano.
Me acerqué y le pase mi mano, Rafa entró al agua con algo de prevención, pero después vio que apenas le llegaba por el pecho, así que se relajó y empezó a jugar en el agua mientras seguía tomando su refresco, después empezó a chapotearme agua con sus manos, así que en venganza le dije que lo ahogaría y lancé a atraparlo, él corrió para salir de la alberca, y al salir sus calzoncillos se salen y le veo todo su culo brillante por el efecto del agua y la luz de la luna, el momento fue tan erótico y para mi pasó en cámara lenta, Rafa salió, se acomodó sus calzoncillos y empezó a reírse a carcajadas de la situación, yo lo acompañé un poco después en su risa.
-jajajaja ven entra no te voy a ahogar, jajaja era bromeando.
-está bien primo, pero por favor no me ahogues.
Entró de nuevo al agua y de nuevo le hice la treta de quererlo atrapar, así que de nuevo se le cayeron sus calzoncillos de superhéroes, y le vi de nuevo ese rico culito que tan loco me traía.
-jajajjaa no primo no me ahogues por favor, jajaja – decía mientras de nuevo se acomodaba su ropa interior.
-jajaja, vuelve a entrar, esta vez es en serio no te voy a ahogar, como crees que to sería capaz- lo dije riendo para que supiera que era un juego.
-No primo, tu de nuevo me vuelves a asustar y cuando intento salir se me caen los calzoncillos y me enredo, por poco me caigo la última vez.
-Bueno pero juguemos y no te salgas de la alberca para que no te caigas.
-Está bien, pero déjame entrar primero-se lanzó del borde y gritó- ahora si juguemooooos!!!.
Así que de nuevo me lancé a atraparlo, y esta vez no lo dejaría escapar, lo agarré por su cintura de espaldas hacia mi haciéndole sentir toda mi hombría palpitante, Rafa da la vuelta y me abraza con ternura, así que siento en ese momento como llevó su mano a mi paquete de buen volumen ya.
No dije nada sólo respiré entrecortadamente, eso pareció animarlo lo que le indicaba que no había problema esta vez.
-Ya extrañaba tus caricias primito- Estaba bastante prendido por el trago y el cuerpecito de mi Rafa me ponía peor, así que seguí su juego nuevamente.
-Ya ahora Alejo que estamos solos podremos jugar de nuevo verdad? – me dijo el crío tentador con un brillo en sus ojazos negros- A mí me divierte ese juego primo
-De acuerdo Rafita, pero recuerda que no debes decirle a nadie o si no a tu primote Alejo lo vendrán a buscar los policías y no lo volverás a ver en la vida- Todo eso lo dije para que él supiera que este era un juego peligroso, los dos debíamos ser cómplices y él conociera así las consecuencias de un mal paso.
Empecé entonces cargando al niño que soltando a regañadientes mi paquete se dejó besar con pasión en esos adictivos labios carnosos.
El beso comenzó con ternura palpable, el aire del lugar no estaba tenso la soledad de este paraje lo hacía cómplice, solos en toda la finca podíamos seguir con el juego que al pequeño yo le estaba enseñando, su amadísimo primo.
Mi buen primito Rafa volvía a apretarme la verga con dificultad pues en esa posición en la que se estábamos morreando a gusto, el niño no podía jalarme la estaca dura, haciendo fuerza de autocontrol separé mis labios de mi primo, pero dejando un hilo de saliva que nos unía, este fue cortado por la lengua traviesa del Rafa.
Puso entonces una mano sobre mis shorts que al estar mojado marcaba toda mi macana, este fue bajándolo, pero con un movimiento yo lo evité, pues quería quitárselos primero yo a él.
Levantándolo por sus caderas Rafita se agarró por el cuello firme de su macho, su primo, casi hermano, me senté sobre el borde de la alberca y dejé que se sentara, sin soltarme del cuello, sobre mi tronco marcado por el short que aún llevaba puesto, sus nalguitas sentían a gusto el endurecido falo, dejándolo caer sobre ese pedazo de carne ardiente el menor prosiguió con lo que habíamos dejado a medias.
Nuestros labios parecían ser fabricados perfectamente para compaginar con él del otro.
Las caderas de Rafita se movían de adelante hasta atrás aplanando mi grueso manubrio que estaba debajo de ese par de pompis blancas, de un tirón y casi encarnizado ya olvidado de mi conciencia y de todo limite o moral, le arranqué el calzoncillo de superhéroes, se los rompí con violencia pero ello no parecía molestar a mi primito, pues estaba tan entregado al acto que no le importó, así que continué sobando las nalgas prietas de mi travieso Rafa, este al sentir que le estrujaba sin pudor su redondas nalgas sólo gimió como una carajita, gemido que fue ahogado por el beso cachondo que le planté nuevamente.
Dejando de estrujar la redonda nalga del niño, le fuí metiendo un dedo lentamente, deseando estaba más que nada en el mundo poder escudriñar el culo de mi primo más pequeño.
La sensación de tener algo alojado en su retaguardia de un momento a otro hizo que el chico fuera frenando el beso, para poder soltar pequeños gritos de dolor, de incomodidad.
Ya que hacía apenas dos días le había matado la curiosidad de meter algo por ahí, sabiendo que yo no le haría nada que lo dañara se dejó hacer a gusto sin poner objeción.
Sólo colocó una manita en su polla que estaba más que dura para ir jalándola como lo hizo la otra noche.
Le gustaba el placer que sentía con los dedos ensalivados invadiendo su huequito sin saludar antes.
Yo que estaba bien arrecho sólo gozaba del espectáculo que me proporcionaba mi primito, lamiendo sus labios, aun metiendo dos dedos fui intentando meter otro dedo que hizo que el chico diera un salto, este sin embargo apenas puso una sonrisa pícara.
La cara del niño era un poema delirante, las mejillas rosadas que tenía antes ahora eran rojas, unas gotas de sudor caían de su frente.
Aún dentro de la alberca, pero con el calor que había no podía quejarme de tener al pelaito sudoroso.
Nada más dejamos de besarnos, fue cuando bajé al niño para que le diera una buena mamada a mi polla, me bajé de un tirón mis shorts y salta como con resorte mi pollón duro y muy lubricado, botaba mucha más precum que antes, que nunca.
Rafita sin dudar fue al principio, nada más lamiendo la cabeza, el tronco, como lo había hecho ya, para luego bajar hasta las bolas, las tenía cargadísimas como calientes, de ellas se escurría el agua mezclada con el sudor.
La lengua recogía glotonamente cada gota que bajaba, y se chupaba con gusto el líquido que salía de mi polla.
Pellizcando sus pezones erectos con la cabeza mirando hacia el cielo estrellado y de luna llena, sólo gozaba de las chupadas, lamidas y una que otra vez del atrevimiento de mi chico de tratar de meterse más que mi glande a su boca del cual apenas le cabía.
Era gorda mi polla, son como 23 cms de gruesa carne.
Había unas cuantas viejas que apenas y la aguantaban.
Con la carne que tenía dentro de su boca Rafa sintió como fuí elevando mis caderas por puro reflejo logrando que le entraran arcadas y ganas de vomitar al pobre.
Al darme cuenta de ello fui incorporándome para sacar mi babeante polla de esa boquita que andaba en busca de aire, mi primo recuperando el aliento se pasó el brazo para limpiarse las babas con precum.
Ya limpio lo recosté frente al borde de la alberca, dando su vista hacia la casa, así tenía a mi disposición esas ricas posaderas.
Primero revisé como estaba su anito por la metida de polla de hacía dos noches, el aspecto del pocito había cambiado ya era visible y con varias líneas bordeándolo, aún lucía cerradito el huequito de mi primo, pero por experiencia sabía que aguantaba por lo menos la mitad.
No dudando ni un segundo metí mi cara entre las nalgas, este al sentir que una lengua lo iba traspasando dio un gemido de placer, eso era una de las cosas que más le gustaban de eso estaba seguro.
Pasando la lengua de arriba hacia abajo por el ano rosado, fui saciando con un placer reconfortante al crio, este a su vez poniendo más para atrás sus pompis para que el placer aumentara y mis lengüetazos también.
Lo que no contaba mi primito era que las pruebas preliminares habían terminado y era hora del auténtico examen.
Quería saber qué tanto había aprendido en la primera lección.
Tomando con una mano la cadera de Rafa, indicándole que pusiera lo más hacia arriba que pudiera sus nalgas, dejando así mejor acceso para penetrarlo.
-Te quiero mucho primo, sabes que lo que te haré es para enseñarte y demostrarte mi inmenso amor por ti- le dije dando un escupitajo a mi polla para así lubricar la más de lo que ya estaba.
-Lo se primote, también te quiero… me gusta el juego que me estas enseñando- dijo mirándome de reojo con lujuria y calentura.
Fuí acercando mi falo babeante hasta el rosado y dilatado culo, suavemente punteando para romper la barrera que le impedía atravesar su entrada, Rafita sintió un dolor seguramente al ir siendo penetrado por tremendo pedazo de carne.
Mi primito chilló ya que seguramente le dolía hasta rayar por ir comiendo mi pollón, a su edad era normal que no le sería fácil resguardar semejante intruso.
Yo realmente no esperaba que fuera más sencillo esta vez alojar mi verga en la puerta trasera de mi primo, pero yo terco seguía haciendo el intento para matar las ganas que me carcomían por dentro.
-Para para primo, para por favor, me duele mucho…ya para que me duele, duele, duele muchísimo.
Chillando por tal dolor que le surgía desde atrás, Rafa iba alejándose lo más que podía del tronco que lo quería partir en dos.
-Rafa sólo he metido la punta…pero seguro necesitas algo que lubrique más, espérame- salí de la alberca y así desnudo bamboleando mi falo fui hasta mi mochila a buscar el lubricante que traía, lo busqué pero no lo encontré, me desesperé un poco, así que recurrí a algo más artesanal, aceite de cocina, sabía que resbalaba bien y calentaba rico con la fricción, así que sin más entré a la cocina y tomé el frasco de aceite, llegué hasta donde mi primo.
-Ven Rafa traje algo que te va a lubricar, aguanta nada más un poco, solo te dolerá al principio; esta vez te prometo que le agarrarás el gusto.
-Pero duele a horrores primo, no me gusta que me duela tanto
-Es que primo estaba usando solo mi saliva y mi precum, tengo que lubricarte por dentro de tu huequito también.
-Está bien…sólo por ti lo aguantaré, pero muy despacio por favor – dijo el niño sonriendo un poco nervioso ahora.
-Claro que seré cuidadoso, recuerda que esto sólo duele al principio Rafita ya luego te gustará y me lo pedirás a todas horas- guiñando un ojo en señal de complicidad.
-No te creo primo, la vez pasada me quedó ardiendo todo mi ano.
Le puse un poco de aceite a mis dedos, metí dos dedos con ímpetu haciendo que diera un saltito de incomodidad
-Ahí voy prepara te haré ver las estrellas Rafita- tomando con una mano la cadera de mi primo, con la otra apretujándole las tetillas.
-Argh despacio despacito que está muy grande tu pipi primote
-Lo se y nada más mira como me la pones cabroncito- le solté entonces una nalgada en las posaderas.
Lentamente iba arremetiendo contra el cuerpo de Rafa, con cautela me iba pegando a su cuerpo, con la mirada cargada de lujuria veía como mi pollón iba siendo devorado por la cola de mi primito querido, entró toda la cabeza de mi tranca, él daba gemidos mientras sus contracciones anales estrangulaban mi polla, era indescriptible esa vaina, cualquier sensación en el sexo que haya tenido nunca se comparaba con ese placer tan grande experimentado ahora.
Sacaba lo que iba metido lentamente para dilatar, luego iba metiendo igual de lentamente todo lo que le había sacado y un poquito más de paso.
Mi primito iba rechinando los dientes, no dejaba de salirle lágrimas de sus ojitos, sabía que debía ser algo doloroso ir comiendo tremendo miembro.
Sus paredes anales se iban expandiendo para hacer paso a mi carnoso instrumento viril.
Así como se expandía el interior del travieso Rafa, también se contraía para apretar mi verga palpitante.
-Argh Argh más primote me comienza a gustar- pedía mi Rafa un poco más entregado ahora.
-Ya sabía yo que le agarrarías el gusto…mmmmh Mmmmm dale aprie-aprieta la verga de tu primo.
– azotando así otra ruidosa nalgada.
-Mmmmh ufff… Seeeeh q-que rico s-se siente tu enorme pene Alejo- curvando su espalda.
– Ah Ha Ah Ha mmmmh Ha Ah d-que hijueputa tan rico –poniendo ambas manos en el pecho de Rafa lo fui acercando más a mi cuerpo.
Logré con esto que mi polla se adentrara más entre las posaderas de Rafa, ambos gemíamos, aunque seguro mi primo lo hacía por dolor en sus entrañas pues era arremetido con firmeza constantemente, él me empinaba sus pompis blancas para devorar unos centímetros más.
Ya llevaba la mitad de mi tronco metido en mi primo Rafa, del cuerpo de ambos caían gruesas gotas de sudor, los gemidos y bufidos venían y se perdían en toda la montaña.
-Argh que rico se siente dame más fuerte, dale parte a tu primito- gritaba el pequeño degenerado.
-Argh maricón de mierda, no me pidas eso… que no me contendré y te lastimaré.
–dándole como regalo más azotes a sus nalgas.
-Ah que importa primote…me gusta más duro más fuerte ahh Seeeeh que delicioso se siente!!!
-¡Maricón tenías que ser, te gusta que te parta el culo con mi verga, nada más mira ya tienes la mitad en tu hambriento culo!!!
“Pas Pas Pas Pas Pas Pas Pas Plaz Plas Plas…”
Se sentían los sonidos del golpeteo de lo que llevaba metido en el niño, y se confundían con los sonidos de gemidos, jadeos, gruñidos y groserías entre otras cosas.
Yo evidentemente embriagado por el licor y el amor fuera de si cambié la posición de perrito en la que estaba Rafa para dejarme caer sobre el césped que rodeaba la alberca, logrando con ello sacar todo lo que llevaba metido, mi primo al comprobar que ya no era enculado, se extrañó de la violenta frenada, pero al ver como me recostaba masturbando mi verga lubricada y aceitada incitándolo, acostado en el césped, se saboreó para caminar hasta situarse junto a mí, agarré de nuevo la botella y tomé un trago largo.
Rafa me veía con tanta lujuria que en un momento le dije:
-Primo toma un trago para que te calientes y disfrutes más.
-No, gracias – titubeó un momento – bueno si quiero a ver si es cierto.
Tomó un trago muy largo, tanto que regó por sus mejillas.
-Waaaaacala, es muy feo primo…
Lo convencí de tomar otro par de tragos mientras él masajeaba mi verga con aceite de cocina, después de unos minutos tenía sus mejillas rojas, seguro ya le habían hecho efecto esos tres tragos.
Lo invité a treparse sobre mi polla, él acomodó su culo, tomó mi verga y la encaminó hasta su entrada que fue engullendo de nuevo lo que había perdido tan sólo unos minutos.
Calibrando el grosor y el tamaño de mi falo, Rafa fue sentándose con cuidado, con cada centímetro que entraba ambos gemíamos, ayudándolo un poco fuí elevando mis caderas lo que hizo que Rafa soltara un grito a consecuencia de ser sorprendido por otros centímetros de polla.
Sin embargo, en el rostro de ambos se curvo una sonrisa pícara, en cada sentada que Rafa se daba fuimos dando gusto al placer, las paredes rectales iban dilatándose más con ayuda del precum que le soltaba dentro lo cual llevó a que casi toda mi verga estuvieran dentro, faltaban apenas 6 cms por mucho, casi se perdía en su totalidad mi pollón dentro del cuerpito de Rafa.
Retenido con mi ayuda por sus caderas mi primito iba saltando sobre el falo que lo empalaba, su rostro perlado por el sudor era un poema.
Sus facciones eran para tomarle una foto, se mordía el labio inferior repetidamente para demostrar cuan placer sentía sentado sobre ese tronco, hasta que no aguanté más y descargué toda mi carga de leche adentro de Rafa.
Este al sentir como se iba llenando por algo que ya sabía lo que era, y al sentir lo caliente de esa leche adentro, se quedó quieto en un estado de placer.
-AAAAAAAAAARGH me vengo mariconcito me hiciste correr bien rápido, AAAARRG.
– solté mucha leche y mi primo doblo sus piernas completamente.
Rafa se quedó quieto un momento sentado sobre mí ya flácida verga.
Como pensativo de lo que había experimentado, esta vez para él había sido placentera la empalada que la había dado, y a mí me parecía sobrehumano que siendo el apenas un niño la pudiera aguantar con tanta lujuria y entrega.
Dándole las últimas embestidas al cuerpo de Rafa, dejé caer ambos brazos sobre el césped.
Tiempo después de mi primo quedó sobre mi pecho, con la respiración entrecortada de ambos, con las bocas secas, pero eso si bien que valió la pena.
Rafa con la cabeza en mi pecho iba sacando jadeos aún.
Mientras tanto yo sólo bufada, sacando grandes bocados de aire.
Después de un rato ya recuperados Rafita se fue sentando sobre mi abdomen marcado por el esfuerzo.
Yo ya con mi adrenalina abajo entré en razón de todo lo que había pasado y negando a ver a mi primo tenía los ojos cerrados, no los quería abrir hasta que recibí un casto beso por parte de él.
Abrí los ojos para contemplar la imagen más erótica que jamás imaginé ver.
Sentado sobre mí, estaba mi primo dándome una sonrisa blanca, acariciando mi naciente barba de tres días.
Sus ojos negros se perdían perfectamente con los míos en una larga mirada.
Yo acariciando sus nalgas fuí subiendo hasta tomarlo por las caderas para levantarlo.
Lo dejé sentado en el césped mientras me ponía de nuevo mis shorts y lo invité a levantarse para irnos caminando hacia el cuarto, pero él parecía mareado un poco por el licor y la adrenalina supongo, así que lo cargué en mis brazos con su cabeza recostaba sobre mi hombro y caminé hacia la casa.
Recuperando fuerzas Rafa llegó y se sentó en la cama yo mientras tanto me fui a lavar mi polla que había salido un poco sucia, solo un poco la verdad.
Llegué de nuevo al cuarto y acomodándome en la cama junto a mi primo lo abracé cálidamente.
Rafa seguía desnudo totalmente, ahí fue cuando el mocoso soltó una frase que me dejó salir una carcajada.
-Siento que tengo una tonelada de leche en mi culo primo.
¿Cómo lo voy a sacar?
Después de mi carcajada, le di un apretón del cuerpo hacia mí, esto bastó para que luego nos quedáramos dormidos y tranquilos por el resto de la noche.
No importaba lo que sucediera luego, este sólo era el principio de una relación muy ardiente y peligrosa para mi claro está, pero que me había mostrado el mayo disfrute que jamás habría podido imaginar.
Así dormidos en cucharita la mañana llegó, a las ocho nos levantamos y había muchas cosas por hacer en la finca, así que el disfrute quedaría para más tarde, a ver qué tal la pasaríamos.
Continuará…
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