El Doctor De Mis Deseos
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ChicoSorpresa1.
Mi nombre es José, soy bisexual (serio), tengo 19 años, soy de Venezuela y desde que estoy en la secundaria me ha gustado el mundo de la medicina, aprender de las maravillas del cuerpo humano y todo lo que es capaz llegar hacerse con él. Soy un chico físicamente rubio, de estatura media (ni tan alto, ni tan bajo), piel blanca (catire) y con unos labios carnosos rosas los cuales han sido el motivo por el cual llegan mis pretendientes según lo qué me han dicho en sus opiniones.
Todo comienza aquí. Hace poco fui asignado a ser secretario de un Médico en una clínica reconocida del estado, recuerdo que la noticia me emocionó mucho porque no todos tienen la oportunidad de asumir un cargo así tan rápido en este país. Un lunes por la mañana desperté emocionado colocándome el uniforme de la universidad para llegar a la clínica y conocer los servicios con los que trabajaría aparte de quién me dirigiría en mi tiempo allí. Apenas entré en recepción vi una bella mujer morena y alta cómo una modelo que me recibió muy cortés y me guió por el pasillo hasta el consultorio del médico con el cual trabajaría todo el tiempo que iba a estar allí. Al entrar por esa puerta nervioso, no lograba asimilar lo que mis ojos estaban viendo, era un muchacho muy joven cómo de unos 25 años calculándole su edad con una cara la cual parecía tallada por Ángeles y sus labios ni se diga pues en sus ojos podría verse ese toque de malicia que tanto he deseado toda mi vida en un hombre y que por fin estaba en frente de mí, era alto y se notaba la grandeza de sus brazos en su uniforme. Apenas entré sus primeras palabras fueron "mucho gusto, ¿tú eres el secretario asignado por la universidad?
Mi nombre es Leonardo" A lo que yo asenté la cabeza con su varonil voz y dije: "mucho gusto doctor, mi nombre es José y vengo de parte de la universidad para cumplir mis funciones de secretario", en cruce de miradas y palabras, estrechamos nuestras manos y sentí cómo algo erizando mi piel en lo que yo muy tímido me ruboricé mientras qué adentro de mi simplemente suspiré haciéndole las preguntas del lugar correspondientes y cómo sería la estrategia de trabajo. Todo muy excelente, mis amistades se percataron de semejante hombre alto, esbelto y distinguido con el que trabajaba. Leonardo y yo logramos establecer una buena relación de trabajo agradable con la que me sentía cómodo pues en la clínica él era un médico respetado y cotizado por muchas de las que allí trabajaban qué diariamente se le insinuaban. Poco a poco se me fue quitando la idea de verlo deseable y me acostumbré a verlo más cómo un jefe del cual podía aprender muchas cosas.
Siempre he sido puntual en el trabajo de lunes a viernes, recuerdo aquel viernes en el que no pude asistir porque tenía otros compromisos en la universidad y me percaté de que en la clínica supieran el motivo de mi ausencia. La noche de ese viernes recibí una llamada en mi celular de un número desconocido contestando a ver si era una emergencia pero no fue así, era esa voz varonil inigualable y única que al escucharla en mi oído me ruborizó al saber que era Leonardo y la conversación se tornó así:
? Leo: ¡Hola José! ¿Cómo estás? ¿Cuéntame que sucedió hoy que no asististe a la clínica?
? Yo: ¡Hola Doctor! Mire no pude ir porque estaba presentando exámenes en la universidad y estaba muy full de verdad discúlpeme pues ya lo justifiqué en la clínica para evitar inconvenientes.
? Leo: ¡no te preocupes! Entiendo, de todos modos hoy no hice nada, solo que tu ausencia mi consultorio no me agradó ya que no tenía con quién platicar. En ese momento no creía lo que escuchaba, le hice falta (ruborizado más que nunca) pero actúe natural.
? Yo: entiendo doctor ya nos veremos el lunes para redactar los informes que quedan por elaborar.
? Leo: No necesariamente, para que esperar el lunes si podemos vernos mañana, si quieres, no se ir al cine o comer helados por la tarde, te puedo ir a buscar y traerte. Lo digo para distraernos un poco después de tanto trabajo en estos dos meses.
? Yo: bueno, mañana en la mañana no podré pero…, de acuerdo, pasa por la tarde cerca de mi casa y vamos.
Leo: perfecto, esté es mi número, Escríbeme cuando quieras pues me dejas la dirección exacta, nos vemos, un abrazo José.
Cuando mi doctor y jefe Leonardo colgó el teléfono estaba yo muy abombado de mis cachetes y no entendía pero me había emocionado mucho porque me invitó a salir. Al día siguiente se aproximó la hora de la salida con él y 10 minutos tardes él había llegado en su Silverado buscándome y así fue, pasamos la tarde juntos riéndonos y conociéndonos más después de esos dos meses juntos en el trabajo nos hacía falta distracción y esa tarde aparte de los helados fuimos al parque y permanecimos allí riéndonos, desde ese momento sentía algo más que deseo pues Leonardo era un hombre ejemplar, con muchas pretendientes, y yo apenas un muchachito delante de el con sus 23 años de edad. Conocí parte agradable y sincera de su personalidad.
Fueron pasando las semanas tanto en la universidad cómo en la clínica todo me iba bien, mi relación amistosa con Leonardo fue sólida, hablábamos y me llamaba todos los días contándome sus cosas y queriendo saber de mí y cómo estaba, hasta hubo momentos en los que me fue a buscar en la universidad para comer juntos, el soñaba con probar mi especialidad culinaria la cual era el pasticho y un día le llevé a su consultorio de sorpresa para que lo probará. Mi cara fue de un gran contento al saber que le encantó. Ese mismo día supe que Leonardo me gustaba y mucho, no sé cómo ese tío lo logro pero entro de forma muy bonita a mi vida y eso me cautivó en ese momento estando contento se me bajaron los ánimos cuando recibió una llamada de la Secretaría que le avisaba que tenía visita y él dijo que la dejaran pasar;
Era una chica hermosa cómo de 22 años la cual llego y lo besó en sus hermosos labios. Me sentí incómodo y triste me fui con la excusa de que tenía una reunión con unos compañeros de clases en mi casa. Si algo he tenido es que de emociones soy fuerte y solo me gustaba y atraía, menos mal no me enamoré porque en ese momento ya hubiese estado tristes pero la mejor medicina para mí era distanciarme y tanto así que pensé en un cambio de servicio el cual me aseguraron que podían darme en otra clínica. Esa misma semana le notifiqué el cambio con la excusa de que tenía otros proyectos y ya finalicé. Su voz se tornó seca, pero le dije que gracias por todo y que bueno cuando quiera salimos y jodemos un rato aun gustándome el.
Al día siguiente a eso de 6:00pm el me escribió un texto diciendo que quería verme y que me pasaría buscando, que era urgente, me preocupe pero apenas lo vi estaba normal y me había dicho para ir a su casa a ver una película y hablar mejor porque me iría de la clínica tan rápido. Nunca había ido a su casa, vivía solo y sus padres en otra casa cercana de la urbanización. Una casa tan grande para él solo, pues estaba contento de haberme recibido allí.
Leonardo nunca dejaba de ser hermoso, me dio un pedazo de torta y jugo de uva del que me gustaba con una sonrisa de felicidad.
Platicamos mucho y ya estaba oscureciendo, hubo un momento en el que le pregunté que cómo le iba con la novia y me dijo "naaa le terminé, pues a mí me gusta es otra persona la cual he apreciado mucho cada vez que comparte conmigo" y yo "¡wow! Leo jeje está bien, te deseo éxito al lado de esa persona y te vaya mejor"; el asentando la cabeza me Miro y me dijo "me ira de maravillas". De pronto comenzó a llover, no hallaba cómo salir de su casa por lo que tuve que quedarme allí un buen rato pero cada vez llovía muy fuerte. Leo me ofreció quedarme esa noche en su casa y así fue, ya tenía permiso en mi casa por la lluvia y bueno.
Hubo un momento en el que él se quitó la camisa quedando en franelilla y pude contemplar sus enormes y fuertes brazos, su pecho marcado muy tentador lo cual me tentó a imaginarme esos brazos cargándome. El mientras yo jugaba en su ps3 me dijo que se iba a duchar y pues en 20 minutos ya había salido del baño. Fue sorprendente ver tan hermoso cuerpo marcado y bien trabajado, abdominales muy hermosos que lo hacían todo un hombre deseable. Ya era casi medianoche cuando aun no parando de llover el frío era intenso. El cargaba un short corto que marcaba su enorme paquete y piernas que me tenían pensativo en el fondo y me dijo que no iba a dejar que yo durmiera solo con ese frío, su cama era grande y había suficiente espacio para los dos. Yo de la pena dije que podía dormir en un colchón y fue entonces cuando se acercó mirándome a los ojos y me dijo en un suave tono de voz "no voy a permitir qué duermas solo, y más con esté frío, punto" ya para ese entonces tenía sus brazos rodeando mis caderas y mi cara cerca de su pecho ya qué él es alto, abrazándome fuerte un silencio nos consumió y sus caricias fueron el sonido de una emoción grande en mí. Poco a poco con sus dedos acariciaba mi rostro y mi cabello, en cuestión de segundos ya sentía sus labios junto a los míos mojándose mutuamente en un beso profundo el cual nadie me había dado de tal manera, la presión de sus brazos fue una sensación extraordinaria, mi cuerpo paso a paso se estremecía con solo sentirlo cerca de mí. Se colocó a mis espaldas y rodeo mis caderas nuevamente susurrándome al oído qué vayamos a la habitación para estar más cómodos. La lluvia estaba a nuestro favor ya no sentía frío sino calor un calor generado por un hombre qué alguna vez desee y qué lo tenía junto a mí.
Leo cerró la puerta de la habitación con seguro y se sentó en su cama mientras me tomó de un brazo y me sentó en sus duras piernas besándome apasionadamente y frotando sus manos en mi cuerpo quitándome lentamente mi franela mientras me apretaba para no soltarme. En cuestión de minutos ya estaba yo totalmente en calzones con mi virginal piel a la vista siendo el camino de sus ricos besos en toda mi blancura, sentía cómo sus manos presionaban mis tetillas y mi pecho excitándome, yo no era el único excitado porque debajo de mis piernas estaba su enorme miembro despertando en palpitación y queriendo salir de su short lubricando parte de él, me acostó en su cama de sábanas blancas y me empezó a besar mi espalda mojándola poco a poco con sus labios haciendo qué me dieran cosquillas pero lo deseaba, deseaba a Leo con todas mis fuerzas, Leonardo subió sus labios a mi cuello estando yo boca abajo y apoyo sus brazos sobre los míos mientras me decía al oído qué desde el primer día qué me miró me quiso para él, su bóxer mojado me rozaba mis blancas, grandes y redondas nalgas. En ese momento me puso en frente de el para continuar besando mis labios y sus dos manotas apretándome las nalgas, mi boca estaba hecha agua de sus besos y poco a poco fui bajando hasta su cuello besándole también para estremecerlo cómo el macho qué es; mi lengua estaban en sus tetillas chupándolas y generándole un placer tan inmenso qué gemía varonilmente duré un buen rato chupándolas ese maravilloso pecho qué era solo para mí, fui bajando poquito a poquito con la lengua mientras bajaba su bóxer y una enorme verga hambrienta de 22cm se liberaba toda jugosa y mojada tocando mi rostro, él estaba excitado y el placer aumentó cuando le empecé hacer el sexo oral desde sus bolas qué una por una fui metiendo en mi boca para mamarlas con mi lengua sintiendo el sabor al ponerse apretaditas, ¡Dioooos!
Esto era la locura para los dos, tenían un sabroso sabor a macho y así mi lengua la desplacé hasta llegar a su mojada ingle y la introduje en mi boca para transmitirle placer, adentro de mi sentía cómo las gotas de su líquido pre-seminal me llenaban la lengua, ese hombre liberaba más líquido mientras más gemía y era lo más rico qué yo hubiera probado en ese momento pues esa verga gigante merecía qué fuese tratada cómo bien se lo merece, logro introducirlo hasta mi garganta a medida que mi lengua le hacía movimientos circulares qué lo estremecían. Cuando pasaron alrededor de 25 minutos su pene estaba muy duro cómo una piedra violenta y él puso una cara de malicia qué me fascino por completo me acostó en la cama boca abajo nuevamente y me tomo los brazos fuertemente sin soltarme mientras abría mis nalgas para deleitarse con mi agujero el cual tomó unas gotas de su líquido pre-seminal de su pene y las echó alrededor de el para dilatarme pues la lluvia de placer cada minuto crecía al sentir esa larga lengua devorando mi hueco con movimientos circulares qué me hacían gemir cómo un nunca, me penetraba con su lengua para dilatarme mientras sus dedos fueron entrando uno por uno hasta introducirme los tres, él decía qué mi culo era lo más rico qué ha probado en su vida, me sentí afortunado en ese momento pues su lengua prácticamente me dio un placer extremadamente brutal con mi culo dilatado por sus dedos, fui sintiendo cómo volvía a recorrer mi espalda y llegaba hasta mi cuello diciéndome una y otra vez qué desde ese momento era de él y de nadie más, debajo de mi sentía cómo su cabeza encontró mi dilatado agujero lleno de su saliva y se introducía poco a poco centímetro por centímetro, mis gemidos fueron muy intensos y eso lo enloquecía más.
El hombre qué tanto desee me estaba demostrando lo rico qué era estar con él, su pene estaba lentamente entrando y fue cuando sus brazos me sujetaban muy duro para aguantar ese exquisito miembro potente, me sentía parte de el con cada una de sus lentas embestidas qué fueron poco a poco aumentando el ritmo estando boca abajo sentía enormes chorros de líquido transparente qué chasqueaban en mi cerradito agujero qué fue abierto por él.
Era inevitable quitarme semejante macho de encima dándome verga cómo me encantaba, a su manera ante él era sumiso, cada vez qué me daba más duro le pedía más y le decía que era mi hombre, mi macho,… Él se excitaba demasiado hasta logré sentir cómo prensaban las venas de su pene en mi agujero qué ya le pertenecía. Decidimos cambiar de posición y yo estaba tan excitado qué por un momento tomé el control y me senté en sus piernas sin haberme retirado al pene y me empecé a menear circularmente y de adelante para atrás cómo cabalgando pues ese hombre estaba reventando del placer y sus bolas súper calientes me aceleraban con mis morbosos movimientos qué lo hacían gemir y decir qué le encantaba mi culo siendo de él. Me voltee para adelante tomando el control y lo cabalgaba vorazmente mientras tomaba mis caderas y me hacía moverme circularmente otra vez porque le encantaba, en pleno descuido sentí qué me clavo por completo toda su verga dejando únicamente sus bolas afuera y con una risa me dijo qué me daría castigo por quererlo abandonar en el consultorio. Tomando mis caderas me clavaba su verga con mucha fuerza y velocidad, yo gemía y apenas solté dos lágrimas qué eran de dolor pero más era el placer qué me dominaba y lo qué sentía por el qué me fascinaba la dureza de ese hombre adentro de mí puyándome el culo con esa enorme jeringa viral.
Había llegado la hora de poner las piernas en sus hombros mientras yo acostado en la cama él podía ver mi cara de lo rico qué gozaba su verga en mi caliente culo, el ambiente se tornó más caliente y empezaba a besarme con mucha pasión mientras sus brazos me apretaban fuertemente las nalgas dándome más verga que aguantar, no quería escaparme de él, de inmediato nos ponemos de pie y me arrecuesta en la pared dándome duro rompiéndome el culo con sus embestidas y gemidos, ¡Quiero más! ¡Quiero más! Es lo que le decía… Sus bolas eran cómo un látigo qué marcaban mi culo y con su enorme estaca clavada en mí el gritaba de placer con lo caliente qué sentía estar adentro de mí, de inmediato me dijo qué me preparara para la potente inyección.
No encuentro cómo describir la sensación qué sentí cuando me inyectó enormes cantidades de mililitros de semen qué me quemaron mis entrañas de lo calientes qué estaban mientras tuve el gemido más largo y el no paraba de darme "guevo", aún después de haberse corrido seguía más erecto qué nunca adentro de mi pues estábamos súper sudados y yo de blanco estaba rosado pidiéndole más leche fresca en mi culo. Leonardo saco su pene por completo y me lo volvió a introducir sin piedad lo sentía más enorme y fue cuando me tomó mi erecto pene de 19cm masturbándome mientras me penetraba contra la pared de la habitación fuimos poco a poco manteniendo el ritmo mientras me le meneaba en ese pene qué era ahora mío y solo mío entrando al baño de su habitación sentí qué ya yo me venía y el también mientras yo liberaba enormes gotas de semen el también y fue cuando me dio una fuerte embestida para darme hasta la última gota de su leche caliente con huevos la cual se recorría gota por gota desde mi ano por mis piernas. El aún no sacaba su pene, pues caí sentado en su pene en el yacusi y el agua tibia fue limpiando el sudor de nuestras pieles. Nos dimos una apasionada ducha en la que me abrazaba fuertemente y me decía qué jamás de fuera de su lado porque sentía algo más qué gustó por mí.
Leonardo se enamoró de mí y yo de él, esa noche el me pidió noviazgo tocando su guitarra en la habitación, en la intensa lluvia después de esa sabrosa cogida que me dio caí rendido del sueño en su pecho mientras me abrazaba a eso de la(s) 3:00a.m. Ya eran la(s) 7:00a.m. Del Domingo que siempre han sido aburridos para mí, pensé que era un sueño todo lo ocurrido en la madrugada con Leo pero no fue así, estaba dormido con uno de sus musculosos brazos en mi cuello, no pude resistirme a la notoria erección mañanera qué se veía en su sabana la cual le quité y para mi sorpresa estaba su pene totalmente erecto lo podía contemplar mejor cuando veía caer gotas de su líquido pre-seminal nuevamente, solo fue cuestión de moverme e introducir ese sabroso "guevo" en mi boca nuevamente para darle otra mamada, mientras yo inspirado se lo mamaba el despertó con una sonrisa de felicidad y gemido de placer diciendo que soy único por haberlo despertado así. Mis manos le masturbaban el pene y yo con mi lengua le daba sensaciones centrífugas en su ingle qué lo retorcían en la cama, tomó mi cabello con sus manos y empezó a penetrarme la boca de arriba abajo hasta mi garganta con el pene y las bolas mojadas, a eso de 20 minutos sentía cómo hizo una pausa y de un gran gemido qué le causaban los movimientos de mi lengua se liberaron mililitros de su nutritivo semen en mi garganta caliente y follada por él.
Su semen era un manjar de Dioses y ha sido el primer hombre al cual pude probarle su semen, me tomó por los brazos y me coloco de lado lubricando mi ano con su verga mojada, me ardía un poco pero sus besos y moriscos en mi cuello me controlaban sumisamente hacia él, poco a poco fue metiéndolo mientras le dije "papi" en unos de mis gemidos lo excitaron ganando ritmo penetrándome el culo nuevamente mi agujero cerradito se abrió todo mojado, el me preguntaba qué quién era mi Papi, mi hombre y yo le decía con placer y emoción qué era él y solo él. Me daba tan duro que apenas tenía fuerzas para sujetarme de sus sabanas, hacerlo de ladito me encanta porque el pene de mi semental entra completamente rico, el meneaba su trozo de carne mientras que con sus brazos me abrazaba con fuerza sintiendo su respiración de macho en mi oído terminó eyaculando en adentro de mi con mucha fuerza y de inmediato sacó su gruesa y voluptuosa verga para meterla en mi boca y absorberle hasta la última gota de semen qué liberó.
Estar en los brazos de mi novio Leonardo es cada vez algo qué no sé cómo describir en palabras, solo sé qué me siento afortunado de tenerlo para mí y qué haya llegado a mi vida. Recibió la aceptación de mi familia cómo mi novio, todavía estamos juntos trabajando y amándonos cada día más. El sexo es bueno para dar placer pero cuando hay algo más allá cómo las emociones y los sentimientos se disfrutan más que un simple rato, es decir, hacer el amor.
Si les gustó comenten y digan sus opiniones amigos, ya vendrán próximos relatos de mi parte, saludos y un abrazo para ustedes
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