El enfermero
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, mi nombre es Carlos, Quiero contarles la vez que vi por primera vez a Ramírez, aquel enfermero que me dio la cogida de mi vida.
Ésta es una historia algo larga, así que si te molestan los rodeos, creo que es momento de que dejes de leer.
Evitaré las descripciones físicas, ya que espero que se imaginen ustedes en mi lugar y al enfermero como ustedes lo deseen.
Empezaré por contar la historia.
Un día común por facebook, viendo historias de mis amigos ebrios y videos graciosos de paginas tontas, recibí una solicitud de amistad. Por lo general no suelo aceptar personas desconocidas, pero me dejé guiar por la leyenda “28 amigos en común” debajo del nombre. Acepté y a los 2 minutos tenía su primer mensaje, fue ahí donde supe que le decían Ramírez y que era enfermero de el Issste de la ciudad de Guanajuato. Con el paso del tiempo nos conocimos y terminamos hablando de todo: Nuestra sexualidad, nuestros gustos y demás. Empezamos a hablar por teléfono y algunas veces nos masturbábamos y gemíamos mientras nos escuchábamos vía celular. La verdad es que me fascinaba escucharlo, imaginarlo entrando dentro de mi culo y haciéndome suyo. Sus gemidos hacían que me excitara bastante y terminara con un orgasmo bastante ruidoso y húmedo. El solo imaginarlo era placer puro para mí.
Un día, hablando por Whatsapp, decidimos conocernos, ya que yo siempre (no me pregunten por que) le daba largas al asunto. Nos quedamos de ver en un Oxxo, cerca de su trabajo. Eran las 9:30 en punto y ya estaba en el lugar de la cita, cuando lo vi llegar, sonriéndome, con su uniforme blanco y con el celular en la mano. Me invitó a cenar y después regresamos a su departamento. Cabe destacar que el jamás intentó nada conmigo, siempre se portó bastante amable y demás, pero… ¿Les cuento un secreto? Yo iba caliente y con ganas de mamar una buena verga.
Entramos a su departamento, platicamos un muy buen rato y el no hacia ningún movimiento que insinuara que deseara tener sexo. Llegó la media noche y tenía que regresarme a mi casa. A pesar de estármela pasando excelente un ligero aire de decepción cruzó por mi cabeza, al ver que no hacía nada por querer llevarme a su cama, o mínimo, al sillón.
Le dije que tenía que, por la hora, tenía que regresar a mi casa, así que amablemente solo se puso de pié y se dispuso a acompañarme a la puerta de su casa, que quedaba al aire libre. Al llegar se recargó en la puerta y me miró fijamente. Se hizo hacia adelante para darme un abrazo y mientras se despedía de mí, me jaló por la cintura y empezó a besarme. Fue un beso delicioso, sentí como chupaba, mordía y besaba mis labios con fervor, como lo disfrutaba y como quería mas. Se apartó de mi dejándome atontado por la sorpresa, nos miramos y sin decirnos nada volvimos a besarnos, ésta vez sin detenernos ni un poco. Nuestras lenguas se rozaban, sus dientes se deslizaban por mis labios al morderlos y nuestras manos repasaban nuestros cuerpos. Sentí como dentro de mí se encendió una chispa y dentro de mis pantalones algo tomaba fuerza haciéndome sentir una presión ya conocida.
El seguía besándome cada vez mas apasionadamente, mientras me decía “Nos van a ver” sin detenerse ni un poco. Sentí como sus manos empezaron a masajear mis nalgas y como mi verga ya dura se apretaba contra la suya en mi pantalón. Deslicé mi mano entre nuestros cuerpos y apreté su bulto, sintiendo una verga gruesa y un poco larga. Al momento sentí como mi miembro tomaba más fuerza y mi mente empezó a fantasear con todo lo que haríamos.
+¿Me dejas chupártela? – Le dije mientras me mordía un labio.
-¿Tú quieres chupármela? –Me dijo con una voz agitada.
+Solo a eso vine –Le solté excitado.
Dejamos de besarnos por unos segundos y lo tomé de la mano llevándolo de regreso a su habitación.
Al entrar se sentó en la cama y yo me abalancé sobre él. Sentía como dejaba saliva en mis labios y como su lengua invadía mi boca mientras sus manos tocaban mis nalgas y las mías se deslizaban por su cuerpo aún en uniforme blanco.
Con sus brazos me puso boca arriba y puso sobre mi todo su peso dejándome inmóvil. Sentía su verga rozar la mía mientras su cuerpo me mantenía las piernas abiertas. Tomó fuerte mi playera y me la quitó bruscamente para después el deshacerse de su chaleco azul y su filipina blanca. Se tomó un tiempo para mirar mi torso desnudo y se dejó ir sobre mi punto débil, mis pezones; mordiéndolos, chupándolos y pasando su lengua. Mi espalda se arqueó y al momento empecé a gemir, a arañar su espalda, a jalar su cabello y respirar agitadamente mientras repetía “si, así, sigue, más” una y otra vez. Sentía como mordía mis pezones y una corriente eléctrica recorría mis piernas, mi verga, mi espalda y mis manos haciéndome gemir. La excitación hizo que lo empujara sobre la cama y lo dejara boca arriba mientras me lanzaba a besar su cuello y sus pezones, queriendo devolverle tanto placer que me había dado hacia solo unos momentos.
Aprovechando su posición, empecé a desabrochar su pantalón y a meter mi mano en su bóxer, dejando su verga expuesta. Inmediatamente la tomé y empecé a jalársela despacio, apretándola y soltándola en el momento indicado para provocarle escalofríos. Bajé lamiendo desde su cuello hasta a su verga y sin darle tiempo a respirar metí su verga hasta el fondo de mi garganta provocándome una arcada y a él un gemido muy fuerte. Me tomó muy brusco del cabello y empezó a coger mi boca muy fuerte sin dejar de gemir. Sentía su líquido pre seminal en mi lengua mezclándose con mi saliva.
Escuché entre sus gemidos como me preguntaba “¿Solo a eso viniste, puto?” provocándome una excitación tal que gemía mientras movía mi lengua alrededor de la cabeza de su verga muy rápido y apretaba mis labios mientras él seguía cogiéndome la boca. Fue solo cuestión de minutos para tenerlo sobre mí desabrochando mi pantalón. En cuanto quitó el cinturón me deshice de mis jeans y me puse en cuatro. Mostrándole mis nalgas, abriéndolas con mis manos y provocándolo moviéndolas de lado a lado. En segundos sentí su boca comiéndose mi culo con desesperación, tratando de meter su lengua dentro de mí y haciéndome ver el cielo de la deliciosa chupada de culo que me estaba dando.
Cuando me dejó bien lubricado, puso su verga en la entrada de mi culo y me la empujó suavemente mientras yo sentía como me llenaba el culo poco a poco con toda su verga. Al cabo de unos minutos empezó a bombearme y yo sentí que vi el paraíso. El vaivén de sus caderas me hacia gemir cada vez más y yo estaba al punto del éxtasis. Me tomaba de las caderas y me hundía todo su pedazo de carne entre mis nalgas mientras las golpeaba para dejarlas rojas, cosa que me excitaba y extraía de mi boca gemidos que le demostraban lo mucho que estaba gozando de la cogida que me daba. No dejaba de gemir y de decirme “Que rico culo tienes, puto” y “Sigue gimiendo, cabrón” o “Gime más fuerte, pendejo”.
Sentía como su verga rozaba las paredes de mi culo, y como, sin tocarme, sentía un placer incomparable en mi verga, la cual empezó a endurecerse dándome la señal de que terminaría muy pronto. Empecé a gemir cada vez mas fuerte mientras mi culo se apretaba. Sentí como el ritmo de sus caderas aumentaba mientras yo empezaba a soltar chorros de leche sobre la cama mientras el me cogía con un ritmo endemoniado y me decía “Ahí te va mi leche, cabrón” al oído. Sentí como su líquido espeso y caliente llenaba por completo mi culo y como solo quedaba el sonido de nuestras respiraciones muy agitadas. Sin tocar mi verga había alcanzado uno de mis mejores orgasmos.
Durante unos minutos quedamos así, sin fuerzas para hablar. Estiré mi mano y encendí mi celular. Vi que eran la 1:20 de la madrugada. El tiempo vuela cuando te diviertes. Sentí que solo habían pasado unos minutos.
Como era de suponerse, nos besamos, nos pusimos el bóxer, nos besamos, nos vestimos, nos besamos, nos despedimos, nos besamos, nos volvimos a despedir, nos volvimos a besar, me acompañó a mi auto y me dio un delicioso beso de despedida.
He querido repetir ésta experiencia desde entonces, y espero hacerlo pronto.
De lo único que estoy seguro, es que El Enfermero, me dio la cogida de mi vida.
Espero que les haya gustado, porque a mí me fascinó. Si te gustó espero le des buena calificación y comentes. Ya sea bueno o malo, me servirá para mi próximo relato.
Les mando un abrazo a todos, y que tengan buen sexo.
Hasta pronto.
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