El esposo de mi mejor amiga
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, mi nombre es Ángel y quiero compartir algo que me pasó recientemente
Soy profesor de secundaria, me gradué y viví en la ciudad capital pero a raíz de un problema personal tuve que pedir traslado a un pueblo del interior de mi país, es un pueblito de esos donde supuestamente no pasa nada interesante, todos los días viajaba 45 minutos de mi casa a mi sitio de trabajo, hice amistad con una que otra persona entre ellas una de las profesoras que laboraban en el mismo liceo que yo y que vivíamos en el mismo sector, una profesora felizmente casada con dos hijos adolescentes cuyo esposo era un hombre rubio bastante atractivo que trabajaba como mecánico,.
De mi diré que a mis 32 años me conservo bastante bien, soy bisexual pero siempre se me ha dado más con las mujeres.
Pero como todo pueblo pequeño aquel no era la excepción en cuanto a chisme y en determinado momento algunos de mis colegas hicieron comentarios malsanos sobre mi amistad con la profesora, comentarios a los que ninguno de los dos hizo caso, pero que parece que llegaron al oído del esposo y que dio pie a lo que les voy a contar.
Todo comenzó la mañana de un día jueves cuando al ir a encender mi auto para irme al liceo este no prendió, por más que intente y probé mis conocimientos de mecánica no logré nada, así que me salí a la carretera a esperar el transporte público, cuando en eso pasaron mi amiga y su esposo quien siempre la llevaba al liceo, el auto paró y yo me embarqué pero al saludar noté que el tipo no me respondió el saludo y que el ambiente durante el viaje hacia el liceo se puso tenso.
Cuando llegamos apenas el tipo dio tiempo de despedirse y arrancó el carro y se marchó, mi amiga y yo conversamos algunas tonterías y nos despedimos, pero durante todo el día lo ocurrido no salió de mi cabeza, aquella noche en mi casa llamé a mi amiga pero no respondió la llamada, al día siguiente la busqué en el liceo pero no había ido a trabajar, le escribí varios mensajes, la llamé pero no obtuve respuesta, antes de dormirme esa noche decidí que al día siguiente visitaría a mi amiga para saber si le ocurría algo malo.
Como a las diez de la mañana del sábado me dirigí hasta su casa, la reja estaba abierta y el auto del esposo en el garaje, llamé desde la calle varias veces pero al ver que no respondían entré y toqué la puerta principal, ya iba a marcharme cuando la puerta se abrió era Alfonso el esposo de mi amiga, vestía una guardacamisa negra una bermuda y andaba descalzo, se veía que estaba algo tomado y tenía aspecto de no haber dormido.
Me preguntó que quería, le respondí que ver a su esposa y me respondió que ella no estaba, me iba a marchar cuando me invitó a pasar y yo acepté, entré a la casa y me senté en un mueble, el salió a la cocina y regresó con una cerveza, la acepté y tomé un trago, el silencio era incomodo.
-Mi esposa se fue de la casa anoche, se llevó los muchachos pues tuvimos una discusión, dijo el cómo librándose de un gran peso, yo guardé silencio esperando que el continuara.
– tú tienes la culpa de nuestra discusión, continuó diciendo el señalándome con el dedo, en todo el liceo comentan que ella tiene algo contigo.
-Y tú les crees más a ellos o a tu esposa? Pregunté yo.
-Claro que a ella, pero que quieres que haga, uno es hombre y….
No terminó la frase, yo no encontraba que decir, la respiración de él se acentuó.
Yo comprendí en aquel momento que mi situación era comprometedora.
No sé qué me pasó pero cuando volví a hablar yo mismo me quedé sorprendido por lo que dije.
-Yo no puedo tener nada con tu esposa, puedes estar tranquilo.
-Te estás burlando de mí, dijo al tiempo que se levantaba furioso, – por qué dices eso?
-Porque soy gay, dije yo mirándolo fijamente a los ojos.
Él me tomó por el cuello de la camisa y me zarandeó mientras me insultaba y amenazaba con golpearme, yo solo podía repetirle y asegurarle lo mismo hasta que el me empujó soltándome y caí sentado en el mueble.
– Así que eres marico dijo él, demuéstramelo, e inmediatamente bajó su bermuda dejando su pene completamente flácido al aire.
– Mámamelo, me ordenó, esa será la única manera que te crea.
Yo lo miré fijamente al rostro, el me miró desafiante, transcurrieron varios minutos.
-Vez que eres un mentiroso, me estas demostrando que los comentarios pueden ser ciertos.
Yo caí arrodillado al piso delante suyo, el dio un paso adelante y quedamos a centímetros su pene de mi cara, el olor de aquel pene sin asear me inundó y sin utilizar las manos me lo metí a la boca, el sabor a orina inundó todos mis sentidos, le di una chupada, cuando de pronto, un empujón con el pié en mi pecho me estrelló contra el mueble.
Como pude me levanté y salí corriendo de aquel lugar, me embarqué en mi auto y no sé cómo llegue a mi casa.
En mi casa lloré como un mismo estúpido, mientras acababa con una botella de ron, se había burlado de mi y lo peor me había humillado como no se le hace a nadie, me fui al baño y me di una ducha de agua fría para relajarme, en el baño pensé tantas cosas, que me vengaría, que me convertiría en amante de su mujer y haría que todo el mundo lo supiera, Salí del baño, y medio mojado y desnudo me tiré en mi cama y no supe cómo ni cuánto tiempo me dormí hasta que unos golpes en la puerta me despertaron.
Me coloqué una toalla en la cintura y salí a ver quién era, quien fuera tocaba la puerta de la cocina, la cual debía abrir para saber quién era, grande fue mi sorpresa al encontrarme frente a frente con Alfonso, el esposo de mi mejor amiga, toda la rabia y la humillación experimentada regresó a mí, intente cerrarle la puerta en las narices pero él se coló rápidamente y entró cerrando la puerta.
-Por favor necesito que hablemos.
No me contuve, intenté golpearlo pero él no me lo permitió, lancé varios golpes a lo loco y el los esquivaba, pero no intentaba regresarlos, al ver que no podía golpearlo me lancé sobre él y caímos al piso, mi rabia y todo lo que sentía no me permitió recordar que solo cargaba puesta una toalla en la cintura sin nada por debajo, dimos varias vueltas en el piso de la cocina, al ser ambos de la misma estatura e igual contextura fue muy difícil que al principio uno dominara al otro, pero contando además que yo había tomado una considerable cantidad de licor antes de dormirme cosa a la cual no estaba acostumbrado y que el cómo mecánico estaba acostumbrado al trabajo duro y al ejercicio no tardó en dominarme, aunque su intención no era golpearme sino contenerme, cuando lo logró, yo quedé completamente debajo de él mientras el sujetaba mis manos por encima de mi cabeza, ambos jadeábamos y sudábamos como dos bestias.
-Por favor cálmate, necesitamos hablar, me dijo el suavemente.
-De qué? Respondí yo violentamente pero completamente sometido, – No tengo nada que hablar contigo, suéltame.
-Solo si me prometes que te calmaras, tienes razón en estar molesto, perdóname por lo que te hice, pero ponte en mi lugar, aquello lo dijo de una manera tan vehemente que me desarmó por completo, aflojé mi cuerpo y en ese momento fue que caí en cuenta que estaba completamente desnudo debajo suyo y que nuestros penes estaban uno encima del otro, yo creo que el también cayó en cuenta de lo que pasaba.
No sé por cuánto tiempo permanecimos inmóviles, ninguno sabía que hacer.
-Entonces podemos hablar? Preguntó Alfonso
-Me humillaste, fue lo único que pude responder.
-Me agarraste fuera de base, por eso reaccioné así.
-Yo solamente hice lo que tú me pediste.
Y fue en aquel momento que él se descuidó y aflojó mis manos, fue un instante, pero bastó para que yo me diera la vuelta violentamente y quedara encima de él, sentándome completamente desnudo encima de su pene, Alfonso no opuso resistencia, ambos estábamos cansados y nuestros cuerpos bañados en sudor.
-Anda golpéame, si eso te va a hacer sentirte mejor golpéame, pero ponte en mi lugar, desde hace días mi casa se ha vuelto un infierno por la desconfianza, tuve una pelea con mi mujer anoche y se fue de la casa llevándose a mis hijos, que coño quieres que haga, como quieres que reaccione?.
-Te juro que yo no tengo nada con tu esposa, respondí yo totalmente conmovido acercando mi rostro al de él para que me mirara, ella es mi amiga, mas nada.
Quedamos tan cerca el uno del otro que nuestras respiraciones nos bañaban, el olor a licor y a sudor encendió nuestros sentidos y de repente yo sentí algo que comenzaba a endurecerse entre mis nalgas, el levantó las piernas como para evitar que me diera de cuenta pero era tarde y yo sin medir las consecuencias uní mis labios a los de él.
Me imaginé que el empujón o el golpe que me daría me estrellaría contra la pared de la cocina, pero no fue así, al principio solo abrió la boca dejando que mi lengua la recorriera para después comenzar a corresponder con una vehemencia y un hambre muy parecida a la mía, mientras su pene crecía desmesuradamente dentro de su bermuda presionado contra mis nalgas desnudas.
Yo fui más allá, bajé sobre su cuerpo quedando sobre sus muslos y levantándole la guardacamisa comencé a besarlo y a lamerlo, chupé sus tetillas como si fuera a arrancárselas y el soltó un chillido mezcla de dolor y placer, el colocó sus manos en mi cabeza revolviendo mi cabello, y yo seguí bajando, le desabroché el pantalón y quedé frente a frente con su bastante largo, grueso y rosado miembro viril, me lo metí a la boca de una y al tercer intento sus 21 centímetros se alojaron completos dentro de mi boca, el me sujetó fuertemente por los cabellos y me obligó a tragármelo completo varias veces más.
De repente el me apartó diciéndome que lo iba a hacer acabar, y sin mediar palabras me hizo ponerme boca abajo sobre el piso y montándose sobre mí y sin ninguna contemplación me puso el pene en medio de las nalgas y comenzó a moverse hasta que me penetró, medio pene quedó dentro de mí de una sola embestida, intenté zafarme producto del intenso dolor pero él me pasó un brazo por el cuello y enroscó sus piernas con las mías sometiéndome completamente y afincándose de nuevo sentí sus vellos púbicos entre mis nalgas como señal de que tenía todo aquel enorme miembro dentro de mí.
Alfonso se movía como loco, y poco a poco el dolor comenzó a ceder dando paso a un placer indescriptible.
-Esto era lo que querías verdad? dijo el mordiéndome la oreja fuertemente.
-Siiii, gemí yo víctima de mi lujuria, mientras alzaba mis nalgas.
El sin sacármelo me obligó a ponerme en cuatro patas y me soltó del cuello pero se apoderó de mi cabello jalándomelo duro, cosa que me causo dolor y placer al mismo tiempo haciéndome aullar como una gata en celo pidiéndole más.
El me lo fue sacando hasta dejar la cabeza solamente dentro mío y lo volvió a meter completo de un solo empujón a tiempo que me obligaba por el cabello a pegar mi cara contra el piso, mis ojos se llenaron de lágrimas y cuando él se dio cuenta me dio una cachetada.
Intente decir algo pero él con una mano me tapó la nariz y la boca al mismo tiempo y con la otra me jaló por el cabello levantándome hasta que mi espalda se pegó con su pecho, yo quedé prácticamente sentado sobre su pene, el aflojó su mano permitiéndome respirar, la posición era incomoda y dolorosa pero no se comparaba con el éxtasis que corría por todo mi cuerpo manteniéndose así no se por cuánto tiempo, me ordenó mover el culo, pero como casi no podía hacerlo me azotó en el muslo fuertemente, y repitió la orden, intente obedecerlo y cuando comencé a mover mi culo de forma circular eyaculé como nunca lo había hecho en mi vida, ahí si perdí el control y por unos minutos me moví como si de eso dependiera mi vida, en ese momento las contracciones de mi culo sobre su miembro hicieron que el también acabara, mientras eyaculaba el me empujó sin salirse de mi volviendo a tenderme completamente sobre el suelo, se dejó caer completamente sobre mí y me mordió en el hombro, haciéndome gritar del dolor y continuó embistiendo violentamente hasta que se fue calmando y quedó acostado sobre mí como si se hubiese dormido, para minutos después levantarse, acomodarse la ropa y salir de mi casa sin que ninguno dijera palabra.
Yo permanecí tirado en el suelo un rato más, mientras asimilaba lo que acababa de pasar, poco a poco mi cuerpo fue volviendo a la realidad, me levanté y me dirigí al baño y al entrar me miré al espejo, mi cabello completamente revuelto con el cuero cabelludo adolorido, me miré la oreja y la tenía enrojecida luego me vi en el hombro la marca de una mordedura terrible, inconscientemente dirigí la mano derecha a mi culito y mi dedo se humedeció con una sustancia caliente y viscosa, levante la mano para mirar y era una mezcla de leche con sangre, ahí caí en cuenta que mi culo estaba completamente destrozado, me metí debajo de la ducha y el agua tibia acarició mi cuerpo, sonreí, en ese momento me di cuenta que me había tirado al esposo de mi mejor amiga.
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