El Extraño de la Sala de Ch@t (Parte 1)
Un chico de 16 años se pone a explorar en el ciberespacio….
Ya estaba cansado de hacerme varias pajas en el día, todos los días, viendo videos pornos en el internet, uno tras del otro hasta que mi verga quedara toda roja de tanto jalármela. A mis 16 años de edad estaba desesperado por tener mi primera experiencia sexual y como evidentemente esta no me caería del cielo, yo tendría que buscarla por mis propios medios; así que me hice una cuenta en una Sala de Chat para sexo gay, ‘@Pajerito16’.
Esa se convirtió en mi nueva adicción. Me pasaba horas conectado chateando con hombres, todos mayores buscando sexo con un chico virgen como yo. Siempre tenía varias ventanas abiertas con diferentes sujetos, intercambiando datos para ver si podríamos tener un encuentro real; pero por desgracia todos resultaban ser de países remotos o vivir en otras ciudades con situaciones complicadas, por lo que nunca concretábamos nada. Hasta que un día me apareció un hombre con Nick ‘@Machote47’ que captó mi total atención, pues sin preguntarnos nada empezamos a morbosear y confesarnos las fantasías sexuales e incluso nuestras más oscuras perversiones. La primera noche con él me desvelé conectado por horas; que terminé masturbándome pegado a la laptop escribiéndole mis íntimos deseos y leyendo sus depravadas descripciones, las que me hicieron correrme como nunca y botar una gran cantidad de esperma sobre mí mismo.
Las noches siguientes yo sólo me conectaba para esperarlo y repetir lo increíble que fue nuestro primer encuentro cibernético. En esas otras sesiones calientes con él, también admitió que yo era justo lo que él estaba buscando y lo perplejo que estaba por descubrir lo similar que eran nuestras mentes morbosas; así que no lo dudamos más e intercambiamos contactos para poder seguir chateando fuera de la sala, pero sin tener que revelar números telefónicos. Yo a pesar de lo emocionado y excitado que estaba con él, tenía ciertas reservas puesto que no sólo era la primera vez que yo hacía algo como eso, sino que sabía que uno no debe confiarse en el internet. A él le pasó igual, más porque me reveló que era un hombre casado y con hijos. Pero aun con todas las precauciones no pudimos resistirnos y casi de inmediato comenzamos a compartir fotografías sugerentes de nosotros (sin rostro obviamente).
@Machote47: Tienes un cuerpo muy lindo, mi Pajerito.
Estás mamadito, que hasta se te marcan los cuadritos del abdomen.
¡Y vaya buena verga que tienes para tu edad! ¿Cuánto te mide?
@Pajerito16: Gracias, mi Machote.
Me mide 17 y algo, casi los 18cm.
@Machote47: ¡Estás muy bien dotado!
Sí que tienes buena genética, chico.
La tienes gorda también, que por tu verga no parece que sólo tengas 16.
@Pajerito16: Lo sé. No me puedo quejar, jejeje…
Ahora es tu turno, manda una tuya.
Y eso hizo. La foto que me llegó mostraba a un hombre maduro con la tez clara, similar a la mía, y algo velludo, con un puñado de pelos en el pecho y mucho pelo púbico como tengo yo. No tenía buen cuerpo, quizás de joven, y tenía un poco de panza; pero nada de eso importaba ya que lo que él cargaba entre sus piernas era descomunal. Su verga era sorprendentemente enorme, la más grande y gruesa que yo haya visto jamás (y he visto muchísimas en el internet), que hasta dejaría en ridículo a varios actores pornos. Ese miembro masculino era tan inmenso que tenía que ser irreal; definitivamente tendría que tratarse de una fotografía trucada o bajada de alguna página y obviamente no era de él.
Por supuesto que pensé que el extraño con el que llevaba más de una semana chateando, morboseando y compartiendo nuestros gustos sucios más perversos, y con el que me hice muchas pajas increíbles, me estaba engañando; entonces simplemente le pedí que me enviara otra foto.
Él no objetó y me envió varias más, y en todas las nuevas imágenes la verga que sobresalía de su entrepierna era la misma; una venosa, cabezona y tan gigantesca que de sólo verla creo que mi ano virgen se dilató y mi propia verga dio varias sacudidas de deseo.
@Machote47: ¿Y qué te parece la mía, mi Pajerito?
¿Te gusta?
@Pajerito16: ¿En verdad es tuya, Machote?
Nunca había visto una vergota así… ¡¡¡ES ENORME!!!
@Machote47: Para que veas que yo también tengo buenos genes, jajaja…
La mía mide un poco más de 25cm.
Pero por eso no crees que es mía, ¿cierto?
Y en eso recibí una nueva foto de él desnudo con su monstruoso miembro erecto y una nota al lado con mi Nick y un corazón. Mi propio corazón dio un vuelco, pues era verdad. No sólo ese macho maduro me comprendía como nadie más y le podía compartir mis secretos sexuales más degenerados, sino que también era increíblemente viril y dotado. Él me atraía de una forma tal, que en segundos empecé a decirle lo mucho que deseaba poder mamársela entera hasta los pelos y chuparle sus colosales bolas también, y que él fuera el primero en romperme el culo.
A partir de ese momento yo ya estaba perdidamente enamorado de él, no me importaba quien fuera, yo tendría que ser suyo. Y claro está que se lo dije, le confesé que quería que todo lo que nos escribíamos e intercambiamos fuera real; que me armé de valor y le pregunté de donde era, temiendo que como todos los anteriores ni siquiera fuera de mi país o peor aún, que él me bloqueara al sentir lo intenso y desesperado que me había vuelto por él.
Por fortuna ninguno de esos temores se hizo realidad. Ese macho también me confesó que yo era el primer chico que lo ponía así, que nunca antes había hecho algo como esto, y quería que yo fuera con quien él tuviera su primera experiencia con otro hombre, ya que en todos sus 47 años de vida había sido heterosexual. Y para hacer que la cosa fuera todavía más sorprendente, ambos éramos compatriotas y vivíamos en la misma ciudad. Yo tomé eso como una señal divina y por primera vez en mucho tiempo me sentí feliz y optimista.
Después de esa noche de intercambio de fotografías y saber que todo podría ser real si así lo quisiéramos; nuestras conversaciones eran más frecuentes y prolongadas, tratando de conocernos más, pero a la misma vez siendo precavidos (más de su parte, por mí me casaba ya mismo), que siempre nos llamábamos por nuestros Nicks y no revelábamos datos importantes. Y claro, nunca dejábamos de compartir nuestro morbo pecaminoso, así como más fotos sexuales; posando o pajeándonos y las últimas siempre eran de nosotros cubiertos de semen luego de corrernos.
Un viernes por la tarde, que él podía escaparse temprano del trabajo, quedamos para nuestra primera sesión de webcam. Yo me encerré desnudo en mi alcoba y lo esperé conectado, ansioso al punto de sentir muchos nervios. Mi Machote no me hizo esperar y él también apareció en pantalla sin nada de ropa, exhibiendo entre sus peludas piernas su impresionante miembro masculino y teniendo cuidado de no mostrar su rostro (ni yo el mío).
Comenzamos tocándonos sugerentemente, incitando la excitación del otro, y de tanto en tanto nos escribíamos las guarradas que nos gustaría hacernos mutuamente.
@Pajerito16: Muero por poder mamar tu monstruosa verga…
Te la chuparía hasta que se me destrabe la mandíbula, ¡no me importa!
Y tragarme toda tu leche de macho…
@Machote47: Uff…mi Pajerito, no sabes cuánto me calientas.
No tienes idea de las ganas que te tengo…
Yo con una mano jalaba mi buen pedazo viril, mientras con la otra me pasaba un dedo por mi ano virgen, empezando a introducírmelo para provocar todavía más al maduro semental que, del otro lado del ciberespacio, estaba masturbando su vergota con ambas manos y aun así no podía abarcarla toda, para eso necesitaría cuatro manos diría yo.
Pero de súbito apagó su cámara y por el chat me escribió que lo lamentaba, que había recordado que tenía un compromiso pendiente y que no podía posponerlo; que me escribiría pronto y con un par de disculpas más se desconectó. Yo obviamente me desanimé un poco, pero como continuaba excitado y bien erecto, me acomodé boca arriba en mi cama y con las vívidas imágenes de ese macho dotado en mi cabeza, proseguí con mi increíble paja para poder ordeñarme hasta la última gota de mi esperma; sólo que no pude, pues a escasos segundos de alcanzar el orgasmo, un golpeteo en la puerta de mi alcoba me cortó al instante.
– ¡Brandon! —Sonó la grave voz de mi padrastro– ¡Abre! ¡¿Me estás escuchando?! ¡Tienes que salir y quedarte cuidando a los mellizos! ¡¿Brandon?!
– ¡Sí, ya oí! ¡Ya voy! —Le grité sin abrir, poniéndome el bóxer y guardando en este mi resentida verga, que se quedó sin poder arrojar el semen de mis adoloridos huevos.
Yo también tenía un compromiso previo que había olvidado. Le había prometido a mi madre que cuidaría a los hijos de su nuevo marido, en lo que ella y él salían a cenar de aniversario.
Al cabo de unos minutos salí y me quedé el resto de esa noche con los niños; les dejé comer todo tipo de golosinas y les puse un par de sus películas favoritas, por lo que no me dieron problemas hasta que se quedaron dormiditos. Yo todo el rato me conectaba para ver si Machote me había escrito, pero nada, sólo supe de él hasta la mañana siguiente que ingresé y vi sus mensajes.
Me volvió a pedir disculpas, aunque no me dio mayor explicación, cosa que no me importó pues al final me decía que ese sábado quería conocerme y cumplir una de las tantas fantasías que habíamos entablado juntos. Él ya lo tenía todo planeado. Me mandó la hora y dirección de un baño público en un viejo y pequeño centro comercial no muy lejos de donde yo vivo, que es algo famoso porque los baños de hombres del segundo piso tienen “Glory-holes”.
Casi salto de la felicidad. No podía creerlo, ese mismo día por la tarde conocería al maduro macho que se había convertido en el dueño de mi lujuria y quien yo quería fuera el primero en todo para mí. Él se conectó poco después para confirmar conmigo y aprovechar para darme el resto de sus instrucciones. Yo le dije que sí a todo y me despedí emocionadísimo.
Pasó mediodía y yo no pude tragar bocado. Estaba tan ansioso, que sudaba tanto que tuve que ducharme dos veces y cambiarme de ropa, y como estaba tan desesperado me fui antes de lo acordado; además como parte de su plan yo debía esperarlo dentro del último cubículo, por lo que debía asegurarme de que para la hora no estuviese ocupado más que por mí. Yo me bajé del taxi y casi corriendo me dirigí a los baños del segundo piso. Cuando entré no había nadie por suerte, así que de un solo me fui al cubículo del fondo, entré y aseguré la puentecilla.
Y ahí estaba el glorioso agujero, perforado toscamente en la delgada madera y con un halo alrededor de secreciones secas, de lo que tendrían que ser cientos de otros hombres que lo usaron anteriormente. Los pelos de mis axilas sudaban a chorros y las palpitaciones en mi pecho eran constantes. Yo me movía de un extremo a otro en ese reducido espacio, como un animal en cautiverio, contando los minutos, segundos y milésimas. Cada vez que escuchaba entrar a alguien en el cubículo contiguo, mi corazón parecía querer salir por mi boca.
Yo estaba muy impaciente, pensando en que me había dejado plantado; entonces me concentré en todos los sugerentes grafitis que había regados en todas las paredes. La mayoría eran mensajes morbosos y dibujos de vergas grandes, gordas y peludas. Y en eso lo escuché, el leve golpeteo del otro lado de la división, dos simples: ‘Noc-Noc’. Yo recordé las instrucciones y de inmediato copié los golpes; los cuales fueron contestados por el ruido inconfundible de una cremallera abrirse y momentos después mis ojos observaron cómo un macizo miembro masculino atravesaba el hoyo.
Por más que yo ya había visto antes la carne viril de Machote, el poder contemplarla en vivo y en directo fue impresionante, que hasta me quedé sin aliento. Ese rabo ya estaba completamente erecto y pasaba a ras por el agujero (que por fortuna tenía suficiente diámetro). Yo me dejé caer de rodillas, como si eso que tenía enfrente fuera un ídolo religioso y yo su fiel devoto. Tragué en seco y, con las manos algo temblorosas, al fin pude tener entre mis fríos dedos aquella caliente y palpitante verga, cuyas proporciones eran realmente sorprendentes.
No dije nada, igual era regla el no hablar; aunque de todas formas yo no creo hubiera podido por más que yo hubiera querido. Estaba atónito. Me pasé la lengua por los labios y con mis manos empecé a jalar de arriba abajo ese pedazote de carne venosa. Del otro lado de la pared oí a Machote soltar un suspiro. Estiré más su prepucio y descubrí del todo su impresionante glande; éste estaba sucio, tenía restos de esmegma blanca entre los pliegues y el frenillo. Quizás eso debió causarme asco; pero no fue así, me excitó más, que ya no pude más y me la llevé a la boca.
Aquel rabo sabía delicioso. Lo más exquisito que mis labios y paladar habían degustado jamás. Su verga era salada, en especial esa pastita blanca, tan sebosa y cremosa, y cada vez que de su ojete salía liberado un espeso hilo de líquido seminal, mi boca se llenaba con ese dulce néctar y el contraste de sabores me volvía loco. Se la lamí desde la base, sintiendo la madera del agujero, hasta la protuberante cabeza fálica; restregándomela por toda la cara enrojecida por mi calentura y deseo. Luego se la chupé todo lo que pude, di varias arcadas; aunque pronto me logré acostumbrar a su magnánimo tamaño y pude comer más, entre más se la mamaba. Yo ayudaba a mis chupadas con pajas con mis manos; escuchando como él resoplaba de gusto.
Mi Machote por supuesto no decía nada; pero aun así yo podía distinguir su voz grave y profunda, la de un auténtico semental, entre los jadeos que mis atenciones orales le provocaban. Yo había cumplido lo que le había dicho en nuestras tantas conversaciones morbosas, que se la devoraría, aunque se me destrabara la mandíbula; y casi que siento que eso pasó. Mi quijada se quejaba con cada feroz succión de mi parte, igual mi nuca y rodillas se resentían por estar hincado como un pecador en penitencia. Pero nada de eso importaba, yo estaba en total y absoluto éxtasis.
El sabor y olor de su verga peluda eran muy fuerte y me fascinaban, y eso junto al penetrante hedor a orina que provenía de cada rincón de ese asqueroso baño público de hombres, me tenían en un auténtico trance sexual. Mi propia verga estaba durísima, que yo ya con una mano me la masturbaba por fuera de mi jean, mientras con la otra continuaba ayudándome a darle placer a mi dotado macho. Succionándosela y jalándosela muy fuerte, decidido a ordeñarlo hasta la última gota. Y entonces escuché como su respiración era cada vez más intensa, que supe se corría instantes antes; dándome tiempo suficiente para prepararme y recibir toda su exagerada carga seminal. Pues así fue, no hay otra manera de describir esa cuantiosa cantidad de semen salir a chorros de su inmenso e hinchado rabo y entrar directo en mi boca, deslizar por mi garganta y alimentar mi estómago hambriento de leche viril.
Y el poder degustar mi primer esperma ajena a la mía, hizo que yo también acabara ahí mismo; aún tratado de tragar todo el flujo espeso y lleno de espermatozoides que él no paraba de botar.
Y cuando finalmente comí todo de él y se la limpiaba con mi lengua y labios; escuchándolo suspirar y como él se estremecía a través de la madera del cubículo, y como mi propia verga erecta soltaba un último chorro al sucio piso del baño; nuestro primer y fantástico encuentro terminó. Él retiró su instrumento viril por al agujero y yo recuerdo que pegué mi boca a éste, para que del otro lado Machote viera mi boquita sonriente y llena con su semen. Acto seguido oí su cremallera subir y como se abrochaba el pantalón; entonces abrió la puentecilla de su lado y se marchó. Yo esperé unos momentos, me incorporé y traté de limpiarme; pero no había papel, así que tuve que usar mi camiseta; la cual quedó con evidentes rastros de esperma secos; pero no me importó, al contrario, eran mi suvenir.
Después emergí de mi esquina de lujuria pública, vi que el baño estaba vacío y cuando salí del mismo traté de ver si reconocería a Machote de entre todos los hombres que caminaban por ese centro comercial, cuando detrás de mí lo escuché:
– ¡¿Brandon?! ¡¿Hijo, eres tú?!
– ¡¡¿PAPÁ?!!
Tremendo plotwist JAJAJJAJA, no puedo evitar jalarmela mínimo una vez con tus relatos, nunca me los pierdo, me gustó cómo protagonista a alguien de mi edad, saludos.
Jejeje… Al menos traté de que fuera un «plot-twist», no sé si salió muy bien que se diga.
Ya he subido la 2da parte del relato para no dejar la historia inconclusa; aunque seguramente sólo a ti te interese 😛
Salu2!!
Eis Nauj69, consegui arreglar lo de entrar en la web XD
Me encantan tus relatos y si algun dia quieres seguir escribiendo aqui tienes un fan de ellos, que los va a esperar con muchas ganas.
Atentamente Arn
🥰🥰🥰
Gracias 😉
Ya subí la continuación de esta historia al menos, para no dejarla a medias.
Salu2!!
Osea el machite era tu papa xd
Eso fue lo que entendi xd