El guardia de seguridad
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Voy a contarles como viví la experiencia más excitante de mi vida
Yo trabajo en una tienda de ropas y de camino al trabajo está la caseta donde hace guardia Arturo; mi hombre.
Arturo es uno de esos hombres cuya virilidad no pasa desapercibida, sus 1.90 de estatura, sus anchas espaldas, sus gruesos brazos, el recorte militar y su uniforme inspiran más que autoridad, por eso cada vez que pasaba enfrente y lo saludaba mi imaginación volaba hacia escenas en las que veía a ese macho gigante desnudo produciéndome las más excitantes sensaciones.
Sucedió este verano cuando era mi hora de almorzar y salí a la calle, Arturo me salió al paso y por primera vez nuestra conversación fue más que un saludo.
-Qué tal, te puedo pedir un favor?
-Claro-conteste con emoción por hablar con él
-Me podés traer una bolsa de hielo a la vuelta? No puedo dejar mi puesto
-No hay problema- acepté sin dudar para complacer a ese hermoso macho
Volví con el hielo y hablamos más
-Te agradezco mucho, cuánto te costó?
-No te preocupes, es un regalo para quien nos da seguridad en la cuadra
Sonrió y me miró con esos penetrantes ojos para estremecerme por dentro
-Te agradezco en verdad, cómo te llamás?
-Ariel y vos?
– Yo me llamo Arturo
-Me gusta Arturo-le dije inconcientemente
-A mí también me gusta Ariel- dijo mientras le pasaba la bolsa y sentía el roce de sus ásperos y grandes dedos que me estremecieron.
Volví a mi trabajo y demás está decir que esa tarde no fue en la que mejor atendí a los clientes, porque mis pensamientos estaban distraídos en Arturo. Por fin llegó la hora de salida y salí caminando feliz porque sabía que iba a pasar frente a él, para sorpresa mía él me habló desde su caseta.
-Ya te vas, Ariel?
-Sí, es la hora
-Mirá- y me mostró un vaso con cerveza levantándolo-para eso quería el hielo, los patrones acaban de salir de vacaciones y yo también me merezco por lo menos esto de vacaciones
-Ah, entiendo
-¿Querés?- me extendió el vaso
-¿Por qué no?- y lo tomé
-¿Qué te parece si entramos? No está nadie y no quiero que me vean tomando acá, los vecinos son muy chismosos, vamos a estar más cómodos adentro
Accedí diciéndole que solo iba a ser un rato por hacerle compañía y me abrió la puerta del pasillo de servicio por el que entramos a la gran cocina de la suntuosa casa donde tomó una champañera con cervezas y me guió hasta un pomposo y gran salón donde nos sentamos en unos sofás.
-Es linda la casa- admiré
-Es linda, pero igual hace mucho calor- y al decir esto se desprendió la camisa para que ahora admire no la casa, sino la belleza de su virilidad, su pecho amplio y marcado, su abdomen duro y los vellos que bajaban desde su ombligo hasta el excitante misterio masculino. Era precioso
Se llevó una mano a la nuca y como podía se dio un masaje
-Este trabajo es cansador, aunque parezca que uno está sentado ahí vigilando todo el día se trabaja más horas de lo normal. ¿Sabés hacer masajes?- y la sola idea de tocarlo me entusiasmó
– Algo sé- y me paré sin dudar para ir hacia él, me ubiqué a sus espaldas y puse mis pequeñas manos sobre sus grandes y duros hombros y comencé a presionar con ganas de acariciar todo su cuerpo
-Ahhh, qué ricura!- gemía y se soltaba relajándose tomando cerveza como un gran rey que recibía los mejores tratos. Yo sentía el calor de su piel, quería pasar mis labios por esos hombros poderosos y me esmeraba para complacerlo con tal de oír sus guturales gemidos y ver su cara de placer cuando miraba hacia mí.
-Hoy ya me hiciste muchos favores, me parece que te merecés lo mismo- me dijo y volteó para mirarme a los ojos
-Vení, ahora te toca a vos- me tomó de una mano haciendo que cese el masaje y me llevó hacia él que ya se había parado y mi rostro quedó a la altura de su hermoso pecho quedando mi menudo cuerpo más pequeño aún en contraste con el macho corpulento. Me senté esperando que él haga lo mismo que yo, pero me pidió que me acueste
-Mejor si te recostás, te quiero hacer un masaje especial- la frase me perturbó interiormente creándome un remolino de sensaciones y sin dudar ni decir palabras me acosté boca abajo para él.
Entonces se sentó a mi lado y sus grandes dedos comenzaron a masajearme mi nuca seducida por sus manos para luego subir y bajar lentamente por mi espalda hasta la cadencia de mi cintura. Me dejé llevar en ese maravilloso momento imaginando que quería algo conmigo y por reflejo a medida que iba bajando arqueaba mi cuerpo levantándole levemente mis nalgas que en ese momento volaban de calentura por Arturo como queriendo confesarle lo que sentía por él.
-Tenés la piel muy suave- me dijo casi susurrando al volver a mi nuca-todo tenés muy suave- sus manos bajaron hasta mi cintura y subió un poco mi remerita para seguir acariciándome.
-Me gusta mucho- y con una caricia lenta bajó una mano hasta mis nalgas que levanté al sentirlo
– ¿Y a vos te gusta Ariel?- me susurró
– Me encantá- respondí apenas de lo caliente que estaba.
-Qué suerte- dijo y con sus dos grandes manos me bajó el jeans para dejar mis nalguitas al descubierto, ya que no llevaba ropa íntima, quedando ofrecidas a mi macho que lascivo comenzó a admirarlas mientras yo no creía lo que me estaba pasando.
-Aaaah bebé!, siempre me imaginé que tenías una cola hermosa, pero es más hermosa de lo que pensé- y sus manos comenzaron a acariciarme las nalgas que volaban de calentura por mi macho.
-¿A ver mi amor?- me separó las dos nalgas dejando mi culito que latía a su vista- ¡ahh mi amor qué ricura! ¡Cómo te voy a comer ese culito cerradito mi corazón!- y gemí con el culito latiendo de solo escuchar esas palabras.
¡qué belleza mi corazón!- y sentí su tibio aliento y su húmeda lengua sobre mi surco haciéndome desesperar- ay qué rico Arturo!- y me incorporé para ponerme como perra en el sofá para él, entonces el tomó una flor amarilla que había en un jarrón y me la pasó suavemente por las nalgas, luego acariciándome con ella el rostro me la puso en la boca para que la sostenga, me tomó de la cintura y me ubicó con firmeza para que mis nalgas queden bien levantadas. Entonces comenzó darme mordiscos deliciosos haciéndome sentir invadida por su boca- me vuelven loco tus nalguitas mi amor!-me susurraba mientras lo sentía atrás- desde la primera vez que pasaste ya te quería comer el culito de nena que tenés-y me separaba las nalgas firmemente para lamerme mi culito que latía a mil por él- mi corazón qué rico, que calentito está- fue hasta mi nuca, me sacó la flor de la boca y me beso devorándome los labios mientras sentía su mano con la flor que iba atrás para plantármela en mi culito ensalivado y arrancarme un gemido – ay amorrr! Qué me hacéss!?- y siguió besándome con calentura- ahora sos mi florcita preciosa ¿sí?
-Sí – asentí con sumisión
-Vení así mi amor – se paró y comencé a caminar hacia mi hombre como perra con una flor amarilla clavada entre mis nalgas.
El se sentó en un sofá individual que estaba frente a un gran espejo y se sacó el pantalón y sus pertrechos de guardia que tiró a un lado quedando en un boxer azul. Abrió sus grandes piernas como un gran macho para que vaya a él y me emocioné al notar su bulto enorme a punto de salir del boxer
Fui hacia él como una gata en celo y lo vi mirar al espejo que reflejaba mi culito en flor- mi florcita preciosa…qué hermosura…cómo te voy a amar corazón…-y llegué por fin para lamerle con desesperación sobre el boxer- ahhhh mi amor, qué dulce sos!..ahora te voy a dar tu premio- y se bajó el boxer para que su falo enorme salte en mi rostro sorprendiéndome y haciéndome temblar de emoción y temor por lo descomunal de su tamaño, de unos 25 centímetros de largo con un gran y rosado glande ya lubricado y un tronco firme y venudo que se ensanchaba en su base que llegaría a tener más de 8 cm.
-¿te gusta mi amor?
-Me encanta- dije entusiasmada y comencé a lamerle como perrita sus grandes y colgantes bolas sumergiéndome en su aroma a macho, para luego tomar con mis manitos temblorosas ese gran tronco y llevarme a mi boquita ese pene gigante y hermoso.
-mi amor que dulzura lo que me hacés me encanta- y me la sacaba para comerme los labios con besos apasionados y me metía su falo de nuevo en mi boquita que ya chorreada de saliva y lubricante natural.
-Mi vida vení- se levantó y me puso a gatas en el sofá- ¿está florcita va a ser para mí?-me dijo y volteé para verme en el espejo vulnerable con el culo ofrecido a un macho cuyo falo enorme pendulaba amenazando someterme
-Sí- acepté gimiendo entregándome él aunque me duela
Me sacó la flor del culito, me metió un salivazo y se me frunció el culito de la emoción
-Primero te voy a preparar el culito mi corazón
-Sí por favor amor- le rogué y sentí un dedo suyo presionando con movimientos circulares sobre mi entradita y luego-¡Ayyy amorrr!- gemí porque me metió su dedo grueso- ¡que cerradito y calentito tenés mi corazón..- y me besó acallando mis gemidos mientras dilataba mi anito violándome primero con uno y luego con dos dedos
Luego volvió atrás para separar mis nalguitas y ver cómo me dejó- Así me gusta belleza…-dijo al observar y me lamió el culito para seguir lubricándome.
Todo mi cuerpito latía por él, lo deseaba de sobremanera y sentía la ricura de su lengua, entonces volvió hasta mí para morderme la nuca y los labios y sentí que me volvía a presionar mi entradita pero no eran sus dedos.
-Qué es!??- dejé de besarlo para preguntar con susto temiendo que ya sea gran pija
-tranquila mi florcita preciosa…
-¡ nooo qué es Arturo??!- y me tomó el rostro apretándolo para besarme y para que no que no voltee.
-Tranquila mi corazón – y traté de zafarme pero su fuerza me venció y siguió besándome mientras aumentaba la presión en mi culito y – Ahhhhhhyyyy noo por favorrrr!!!- me metió su cachiporra en el culo haciéndome llorar de dolor
-ya está mi amor…- me consolaba con una suerte de crueldad atrapándome con un brazo suyo que me rodeaba y me aprisionaba mientras me iba abriendo más al fondo. Quise salir corriendo, pero el me sostenía y comenzó a moverla dentro mío invadiéndome, miré al espejo y me vi con un macho encaramado violentándome con una cachiporra el culito y de golpe- uuufffffffffff!- me la sacó dejándome una hermosa sensación de vacío que me volvió a calentar mientras el macho me susurraba al oído- ya está mi corazón.. ahora ya tenés el culito preparado para tu macho- y volteé temblando para buscar su hermoso falo y mamarlo con desesperación.
-Sí belleza… chupala bien antes de tenerla en el culito- y yo lloraba mientras se la mamaba no sé si de la emoción o del miedo hasta que él me la sacó de la boca y con firmeza me ubicó con las nalguitas levantadas hacia él.
-mi amorrr..- me abrió las nalgas frente al espejo- mirá como ya te preparé el culito…ahora te lo voy a terminar.- y temblé porque sabía que llegó el momento de recibirlo.
-por favor despacito Arturo- le imploré ofreciéndole el culito al macho corpulento
-Tranquila bebé- comenzó a ubicarse para montarme tomándome de la cintura y besándome el rostro- si te relajás todo va a salir bien- y mientras yo temblaba como una nena se encaramó a mí para luego golpear con su enorme glande mi entradita tentándome- ¿querés mi amor? ¿querés ser mi nena?- y yo sentía lo delicioso del tamaño y el peso de ese enorme pene en mi húmedo y caliente agujerito
-Sí, quiero ser tu nena, quiero ser tu nena…-me entregué gimiéndole
-Así me gusta mi amor- y sentí como acomodaba su cabezota en mi hoyito y presionaba mientras me susurraba- dejame entrar mi amor, relajate, dejate coger mi amor…- y dejó caer su peso sobre mí abriéndome con su glande hasta el alma- aayyyyyyyyyyy!!!!- sentí que me iba a desmayar, temblé y traté de zafarme pero el macho me sostenía entre sus fuertes muslos.
– Tranquila mi amor, quedate quietita- y la longitud de su gruesa vara fue entrando entre mis nalgas con un dolor interminable envainándose en mí hasta su gruesa base- uuaaaaaaaaaaaaaa!!!!-lloré aguantando esa enorme pija de caballo dentro de mí y mi macho comenzó a besarme tratando de sosegar mi llanto – tranquila mi amor, mirá qué hermoso- con sus manos volteó mi rostro para que me vea en el espejo con ese macho corpulento encaramado a mí con mis nalguitas sirviendo de asiento a sus enormes huevos.
-Ahora mirá mi corazón- y me la fue sacando para que vea salir de mí esa vara enorme y gruesa que me partía en dos y que al salir me dejó un agujero enorme y una sensación desesperantemente dolorosa que cedía a medida que veía en el espejo a mi anito volver a cerrarse mientras lloraba
-Ahh mi amor qué lindo como te dejé el culito-me dijo admirando y me volvió a apoyar su gran cabeza- te voy a hacer el culo toda la noche- y de un golpe- uaaayyy nooo!!!- me volvió a romper el culito de un pijazo violento hundiéndome entre las nalguitas esa cosa gigante hasta sus grandes huevos y comenzó a culearme pausado- así mi florcita, aguante bien a su macho- y comenzó a acelerar golpeando sus huevos contra mis nalgas, jugando con mi cuerpito que cedía ante su fuerza viril- ¿te gusta que te rompa el culo tu macho amor?- me clavó su gran pene hasta el fondo para preguntármelo- ¿te gusta que te rompa el culo?- me embistió de nuevo desgarrándome de dolor- sí me gusta-sollocé aguantándolo y aceleró como un loco mientras yo me veía en el espejo con ese macho corpulento metiéndome esa pija de burro enorme por atrás.
-Quiero ver esa carita de puta mi amor- me pidió y sacó su pene enorme de mí para voltearme y acostarme boca arriba abriéndose paso entre mis temblorosas piernas y viniéndose encima para besarme en la boca y acomodar su glande en mi entradita violentada que latía de dolor.
-despacio mi amor- le pedí y acaricié su hermosa espalda y –ayyyy- volvió a ensartarme su pene gigante levantando mis piernas contra sus hombros para penetrarme hasta el fondo mientras yo olvidaba el dolor y besaba sus fuertes brazos y su pecho amando a ese hermoso macho
-¿te gusta?
– mi amor me encanta!!
Y me veía en el espejo con Arturo encima, ese hombre que apenas conocía y que me estaba metiendo pija, ese hombre a quien me entregaba con el culito ceñido a su gruesa vara que me pulía con cada embestida, ese hombre que yo besaba adorándolo y que seguiría haciéndome su nena no solo esa noche sino que muchas más.
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