El hermano de mi amigo.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, mi nombre es José, soy venezolano del litoral central, esta anécdota, transcurre cuando estaba por salir de bachillerato y contaba con 14 años de edad, soy de piel morena clara, medía 1:60, delgado y unas nalgas algo gorditas. Un día un compañero de clases me invita a una feria que se celebraría en su comunidad, algo apartada de donde yo vivía, eso sería un día viernes.
Salimos al encuentro de mi amigo y llegamos después de unas horas a su casa, allí nos presentó a su mamá, a su papá y luego salimos a recorrer el pueblo, un clima exquisito, gente muy cordial, llegó la hora de irnos al baile, tomamos algunos traguitos, pocos pues éramos menores ya a eso de las 12 de la noche nos regresamos a la casa, estaba haciendo un frio descomunal, al llegar, detrás de nosotros apareció un joven de unos 16 años, delgado, piel morena igual a la mía, de unos 1:90 de alto, mi amigo me lo presenta y me dice que es su hermano, pasamos al cuarto y su hermano dormía en una cama matrimonial y mi amigo en una cama pequeña, nos comenzamos a cambiar para acostarnos y mi amigo me pregunta que si puedo dormir en la cama de su hermano porque él no soporta dormir acompañado, yo sin ningún interés dije que no había problemas siempre y cuando su hermano tampoco los tuviera, él chico respondió que no. Mientras nos cambiábamos de reojos veía al chico quitarse su pantalón y quedar en interior tipo biquini y se le notaba tremendo bulto, nos acostamos y me dan un edredón para mí y el hermano de mi amigo se arropa con el de él. Apagaron la luz y hablamos poco antes de quedarnos dormidos.
Tendría una hora dormido cuando en mis sueños sentía que algo duro rozaba mis nalgas y sentía el cuerpo caliente del hermano de mi amigo pegado al mío, me desperté y en realidad allí lo tenía, sentí curiosidad por saber que seguiría y no hice ningún gesto, el hermano de mi amigo seguía rozando su pene contra mis nalgas, de repente siento que me está bajando el interior y mi corazón se aceleró inmediatamente, luego comencé a sentir su miembro deslizarse entre mis nalgas y no aguanté más saque mi mano y toque lo que me apuntaba, les puedo decir que aquello era tan grueso que no lograba cerrar mi mano sobre él y tan largo que me costó llegar a su base, Héctor, así se llamaba, me habló al oído y me dijo que si lo aceptaba dentro de mi culo, yo no era virgen pero aquello era más grande de los que me había comido, moví mi cabeza afirmativamente, y mi macho comenzó a pasar su herramienta por mi raja, cada vez la sentía más húmeda de su líquido y cada vez se deslizaba con más facilidad, de repente siento que se detiene en mi agujero y nuevamente de dice al oído, te lo voy a meter, y comenzó a empujar, al entrar la cabeza, yo le puse la mano para impedir que siguiera entrando porque me dolía bastante.
El se quedó quieto y pasó su mano por mi cintura y comenzó a masturbarme, aquello me tranquilizó y el dolor comenzó a desaparecer, cuando ya no sentía mucho yo mismo hice presión para hacerlo entrar, no fue fácil, la verga de mi amante era muy gruesa, poco a poco la introdujo hasta su base, cuando la tenía toda adentro, me hizo acostarme boca abajo y él quedó encima de mí, acostado totalmente en mi espalda, para no hacer mucho ruido, comenzó su mete y saca, solo movía su cintura, aquella herramienta entraba en mis tripas y revolvía todo mi interior, él me besaba y pasaba su lengua por mi cuello y empujaba con más fuerzas cada vez y cada vez que entraba yo sentía que me llegaba a la garganta, mi amante estalló en un mar de semen que inundó todas mis tripas y creo que me llegó al estómago, mi amante se quedó sobre mi hasta que su pene se puso flácido y se dejó caer a mi lado, me volvió a besar en el cuello y me preguntaba si me había gustado, a lo que yo respondía afirmativamente. Al amanecer del día sábado, desperté y mi amigo no estaba en su cama pero mi amante dormía a mi lado, al sentir mi movimiento se despertó y le pregunté por mi amigo y me dijo que salía con sus padres al mercado los sábados y que regresaban en unas horas, se me quedó viendo y sonrió, preguntándome, te gustó lo de anoche, ya podía ver su cara de satisfacción, sonreí y me besó esta vez en los labios, diciéndome, podemos aprovechar y repetir
Me dio algo de miedo pero él se quitó la sábana que lo cobijaba y estaba nuevamente con su miembro a todo dar, me tomó del cuello he izo que bajara a su pene y me lo metiera en la boca, era tan grande que no me entraba sino solo la cabeza, jugué con su glande por un buen rato, luego se levantó y me puso en cuatro patas, se colocó detrás de mí y comenzó a meter nuevamente aquella tranca en mi culo, ya era otra cosa, fue metiendo poco a poco hasta que la tuve hasta la base y comenzó a meter y a sacar, aquel hombre me estremecía con cada embestida, se cobraba el no haberme cogido de esa manera en la noche, lo ví colocar sus pies en la cama y dejarse caer dentro de mis nalgas, lloré en voz baja, pero aguantaba las embestidas porque nunca había tenido un guevo de esa magnitud dentro de mi culo, gocé a mas no poder, y volvió a llegar en mis entrañas, se dejó caer en mi espalda mientras me decía que lo había exprimido y que quisiera regresara a su casa, sacó su pene aún erecto y venía acompañado de semen, hilos de sangre y algunos puntos marrones de mierda
Salimos al baño y nos bañamos juntos, allí me hizo mamarle su tranca nuevamente y me la volvió a meter, yo era la puta de aquel chico, al llegar dentro de mí ya no aguantaba más y me senté en la poce y drené todo lo que había en mis tripas, luego que terminé el me haló a la ducha y me puso de espaldas y comenzó a lavar mi culo con mucha delicadeza, pasaba el jabón por mi raja y luego pasaba sus dedos y los hacía entrar poco a poco, no supe cuántos metió en mi culo pero aquello me hizo estallar en un orgasmo que hasta las piernas se me debilitaron. Salimos del baño, nos vestimos y a la media hora llegaron sus padres y mi amigo, comimos y luego mi amigo me acompañó a tomar el transporte que me llevaría de regreso a mi casa. No volví a tener contacto con aquel chico, pero al recordarlo me arde el culo, pues pase unos días con la sensación de su pene adentro de mí.
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