EL HERMANO DE MI NOVIA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me había mudado a casa de mi novia, era un domingo y José y Angélica decidieron hacer una parrillada, por lo que José me pidió que le acompañara a la carnicería, regresamos a casa y sucedió algo que cambiaria todo en mi vida, venia pensando en Patricia que se había convertido en tan poco tiempo en la mujer de mi vida, y me imaginaba el primer momento en que tuvimos sexo, sentí que el pene se ponía erecto, de pronto sentí que una mano lo tomaba y decía che pero que pito más rico que tenes, yo estaba absorto y el primer impulso fue retirar la mano de José, mirándome de reojo dijo discúlpame pero es que no me pude aguantar al ver semejante pito me gustaría tenerlo en mi boca y luego sentirlo en el orto.
Le dije que no tenía ninguna intención de tener relaciones con un hombre, pero en mi interior sentía que no quería rechazarlo mire a José de reojo y vi que tenía también una erección también se veía grande y grueso.
José me pregunto si me sentía mal, le dije que no pero que era algo que no quería recordar y más aun ahora que había encontrado mi alma gemela, que lo que sentía por su hermana era algo que jamás había sentido por nadie y que no podía pensar en otra cosa.
Entonces José me dijo creo que te habrás dado cuenta de lo mucho que amo a Angélica, pero esto va mas allá del amor, esto es una reacción animal que se expresa por los recuerdos de mi juventud en la que fui a pasar vacaciones con mis primos y primero fui violado por estos y después ya lo hice por gusto propio y cada año regresaba en las vacaciones para tener sexo con mis primos. Me dijo que desde el momento en que me había conocido había sentido algo especial por mí, pero que se reprimía de decírmelo pero que él sentía que yo tenía también esos gustos.
Le dije que me había pasado lo mismo que a él; que mis hermanos y mi primo me habían violado la primera vez y que luego lo hacía porque me gustaba, pero que desde hace tres años que había decido olvidar el pasado; de pronto sentí que el auto dio un giro inesperado estábamos ingresando en un motel nos abrieron una puerta y entramos en un garaje que enseguida se cerro, José se abalanzo sobre mí y me dio un beso que me hizo estremecer, jamás había sentido tal sensación fue un beso que lleno mi cuerpo, sentí flotar en el cielo, era una corriente que recorría mi cuerpo, mi pene se paro, bajamos del auto y entramos en la habitación me volvió a besar y sentía que le devolvía el beso con toda mi pasión, me quito la remera y empezó a besar mi cuello, bajo por las tetillas me tiro en la cama me quito el short y el calzoncillo; se desvistió, se acostó a mi lado y me dio otro beso que me volvió a enloquecer, bajo por mi cuello disfrutando el sabor de mi cuerpo, acariciaba mis tetillas y luego las chupaba después bajo hasta el ombligo y comenzó a meterme su lengua
Mi cuerpo se contorsionaba hasta que llego al pene, primero lo beso, y acariciaba mis bolas , así estuvimos por algún rato hasta que no aguante mas y me corrí en su boca, me puso en cuatro vi que mojaba su pene con el semen que tenía en la boca, puso también un poco en mi ano y con su dedo me penetraba, haciendo que se dilate mi orificio luego sentí que ponía su pene en mi ano y de a poco me iba metiendo, sentía dolor al tratar de ser penetrado, paraba y volvía a intentarlo hasta que de un solo empujón me lo metió, sentí un dolor que me hizo derramar lagrimas y luego vino el placer comencé a sentirlo cada vez que metía y sacaba; se agitaba mas y sus movimientos eran mas rápidos, gemía de placer y decía que era el mejor culo se había comido en su vida, sentí un chorro de semen caliente que entraba en mis entrañas y me corrí también.
José empezó a lamerme el pene hasta que consiguió reanimarlo y me pidió que también le penetre, de igual forma moje mis dedos con saliva y comencé a metérselos primero uno y luego dos, sentía que el ano estaba dilatado y empecé a penetrarlo igualmente de un solo golpe lo metí hasta las bolas, José grito de dolor pero luego sus gritos se fueron convirtiendo en gritos de placer hasta que me corrí. Nos bañamos nos vestimos y salimos, en el camino me dijo que había pasado un momento bellísimo pero que esto debía ser nuestro secreto y que ni Angélica ni Patricia debían saberlo, llegamos a la casa y empezamos a preparar la parrilla para el asado
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