El hermano de mi novia resultó una Puta
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Tengo el placer de darles la Bienvenida a mi Primer Relato. Sinceramente espero y deseo que sea de su agrado.
A decir verdad, llevo meses dedicandome a leer este tipo de Relatos y a Masturbarme con ellos.
He de decir que a lo largo de mi vida he tenido la oportunidad de vivir varias experiencias sexuales que me han "definido", si de esa manera es correcto decirlo, como una persona Bisexual.
Me considero un hombre que disfruta del placer ajeno, sin importar cual sea el sexo de mi compañero en la cama.
A continuación relataré una historia ciento porciento real, sin exageraciones ni situaciones irracionales.
Primeramente, siento que sería cortés y ayudaría al orden del Relato presentarme y describirme.
Mi nombre es Rodrigo, soy un joven de diecinueve años y curso actualmente el último año del la Escuela Secundaria, me dedico al deporte desde los quince años ya que siempre he tenido cierta habilidad por las actividades físicas más que por las intelectuales (a excepción de la literatura, la cual es realmente dueña de mi disfrute),
Siempre he sido el alumno más alto, sea cual sea el Instituto educativo o el Curso. Cuando era pequeño padecía mi altura, ahora disfruto realmente de mi metro setenta y ocho de estatura.
Soy de contextura bastante grande (siendo esta la razón principal de mi cuidado con las comidas y mi – aveces excesivo – uso del deporte).
Mas bien, mi cuerpo es el que un deportista debe tener para poder competir.
Soy de tes clara pero el sol veraniego suele darme un cierto toque "bronce" sobre la piel que vuelve locas a las putas de mis compañeras de Curso. Uso el cabello rapado por comodidad y porque realmente sufro el calor de una manera increíble. Hago algo de alarde de mi barba (de la cual algunos de mis compañeros aun carecen), claro cuando no viene a molestar la hija de prostituta de la directora y me obliga a afeitarme.
Mis ojos son color miel y mi cabello castaño oscuro.
Tengo algo de vello en las nalgas y el pecho.
Suelo recortar el vello pubico que rodea mi verga.
Las medidas de mi pija no son demasiado exageradas, pero se ingeniármelas para dejar mi marca. Exactamente, mi chota mide dieciocho centímetros de largo y cinco de ancho.
Desde los diecisiete años estoy de novio con Marianela, una compañera del Curso.
Mar es la mujer a la que todos mi compañeros (incluso algunos amigos) quieren cojer. Sé que si en algún momento ambos llegamos a separarnos mas de uno no dudaría en intentar ligarsela, por eso suelo contar nuestros encuentros sexuales mientras me ducho con el equipo (a manera de reconfirmación del excelente estado de la relación).
Mar es una mujer esplendida y una verdadera ramera en la cama, disfruto al limite de la locura el hecho de penetrarla por su deliciosa vagina o por ese magnifico culo del que es dueña y ni hablar de su manera de chuparme la pija. Simplemente una Puta en celo.
Hace dos años cené en compañía de su familia por primera vez. Desde entonces cuento con la confianza, el amor y el respeto de sus padres (claro que ni se imaginan que me follo a su hija casi todos los días) y su hermano menor.
Mis suegros se llaman Mabel y Juan Carlos, y mi "pequeño cuñado de dieciséis años" se llama Lucas.
Desde que me sumé a esa familia todo ha ido de maravilla, Mar y yo nos encontramos enamorados, conseguí trabajo como jardinero en algunas casas del Barrio en donde vivo, ayudo a mis padres a pagar la Hipoteca y suelo cojer con alguna "mujer desatendida" o algún "puto necesitado" por dinero.
Hace unos dos meses descubrí que el hermano de Mar era una putita oculta y además me lo cojí como a una prostituta barata.
Todo comenzó hace aproximadamente un año, en aquel entonces yo tenía dieciocho y el puto tenía quince.
Recuerdo que una noche tras ver un partido de fútbol con mi suegro Juan Carlos y cenar en casa de mi novia, Juan me preguntó si podía volver al día siguiente a eso de las seis de la tarde para buscar unos papeles importantes de su trabajo (por cierto, es dueño de una inmobiliaria) y llevarlos a una oficinas en el Centro. Dijo que me lo pagaría pero obviamente no lo permití y acepté hacerlo por la amistad que nos unía.
La casa de Marianela es una casa bastante elegante (que decoró Mabel especialmente). Las paredes son blancas casi en su totalidad, el Living es algo extenso y cuenta con un juego de sillones color anaranjado bastante elegantes, las cortinas son color perla y poseen detalles bordados. Gracias al trabajo de mi suegro, la familia vive muy bien.
Desde hace unos meses notaba como Lucas solía mirarme con cierta atención "especial", por tanto llevaba tiempo sospechando su homosexualidad. Durante la cena hablaba practicamente nada y me observaba disimuladamente.
Esto no me disgustaba pero tampoco me importaba demasiado.
Solía divertirme levantando mi playera cuando estaba presente o abriéndome de piernas para que se exitara observandome el bulto.
Al otro día me sorprendí al descubrir que Mar no había ido a clases y por tanto la llamé por teléfono algo preocupado en el baño de hombres con mi teléfono celular.
Marianela me explicó que un tío lejano había fallecido y que por eso viajaron de sorpresa a Entre Ríos para arreglar algunos asuntos con respecto a una herencia de un Campo que el difunto había dejado.
Con dicha explicación me tranquilicé y esperé el horario de salida para ir a casa de mis suegros a buscar aquel conjunto de papelerío.
Llegué a eso de las cinco y media, golpeé la puerta y Lucas salió a atenderme.
A decir verdad nunca me había sentido atraído por el pero aquel día algo en sus ojos me hizo acordar a su hermana.
Vestía una camiseta sin mangas color rojo y una bermuda hasta las rodillas color azul, se encontraba descalzo y con el cabello algo mojado.
Lucas es un chico bastante delgado, mide aproximadamente un metro sesenta, es algo pálido y tiene ojos verdes, cabello castaño claro y una mirada un tanto "femenina".
Abrió la puerta y entró de inmediato, aquel día hacía realmente mucho calor. Cerré la puerta al entrar y pregunté si Juan Carlos se encontraba en casa, a lo cual contestó que su padre se había marchado en la mañana.
Le pregunté si conocía el sitio en el que había dejado mi suegro el grupo de papeles que necesitaba que yo transporte y dijo que estaban en la mesa de la cocina.
Como si nada, me dirigí a la cocina y precisamente allí estaban. Los recogí y volví al Living para despedirme y marcharme.
Cuando volví, Lucas se había quitado los pantalones y se encontraba en ropa interior, un pequeño boxer color celeste que lucía perfectamente aquellas pequeñas pero turgentes nalgas apresadas por dicha delgada embestidura, jugando Videojuegos en la PlayStation2.
Me sorprendió un poco que se haya animado a semejante acto conociendo su timidez frente a mí en anteriores ocasiones.
Sin más, dije "Adiós" y me decidí a marcharme.
Entonces Lucas saltó del sillón y dijo.
Lucas: ¡Para! ¿No querés tomar algo? Hace calor, te podría hacer mal.
No quise ser descortés y decidí aceptar.
Yo: Bueno, dale. Pero rápido porque el viaje es largo y si llego tarde tu viejo me mata.
Si bien ese culo me hipnotizaba por breves lapsos de tiempo jamás imaginé que algo podía llegar o ocurrir, o menos aun que el iba a ser quien dé el primer paso.
Mientras caminabamos hacia la mesa del comedor no podía apartar mis enviciados ojos de semejantes nalgas, menandose y contoneandose de manera sugerente. Me controlé y me senté a la mesa a espera de que Lucas volviera de la cocina.
No tardó mas de unos segundos en regresar con una bandeja en la que traía una jarra de jugo de Manzana y dos vasos de vidrio (al igual que la jarra).
Nos serví a ambos y él comenzó con la platica.
Lucas: Vos haces Volleyball, ¿no?
Yo: Ahora veo lo mucho que habla tu hermana de mi. No, yo hago Handball… ¿vos jugas?
Lucas: Me gustaría pero soy muy malo. Los deportes no son lo mío.
Yo: No digas eso, con esfuerzo y practica cualquier deporte es manipulable.
Ambos nos reímos mientras el se sentaba de rodillas en la silla.
Lucas: Mi hermana me dijo que sos hijo único. Que copado.
Yo: Bueno, depende. A veces está bueno tener un hermano para hablar de ciertas cosas y para compartir momentos.
Lucas: Y… ¿tuviste otras novias antes que mi hermana?
Yo: No, novias no. Pero… bueno, obviamente tu hermana no fue la primera. Pero no le digas nada porque a ella le gusta pensar que es la primera. Que quede entre nosotros.
Lucas: Si, esta todo. Igual si mi hermana te cree que es la primera es una pelotuda.
Yo: Jajajaja ¿porqué?
Lucas: Bueno, porque sos así. Muy fachero y musculoso. Seguro que te habrás cogido a varias antes que a ella.
Este comentario me dejo simplemente atónito, no podía creer que siendo aquel chico que me miraba timidamente ahora me estaba preguntando si su propia hermana era la primer mujer que me había follado.
Me reí nerviosamente.
Yo: Jajajaja. No te creas, hay pibes mucho mas facheros que yo.
Lucas: Para mi no.
Entonces me miró fijamente.
Se me estaba poniendo dura la verga pero tenía que controlarme.
A decir verdad, tenía deseos de irme. La situación se me estaba llendo de las manos y sentí que me tenía que ir.
Disfruto del juego, pero no quería romperle el culo al hermano de mi novia.
Si alguien se enteraba se acababa todo.
Yo: Bueno, gracias. Vos también sos muy fachero, seguro que ya debes tener como tres novias por ahí (traté de dirigir la conversión en otra dirección, menos explicita).
Lucas: No, la verdad es que no.
Yo: Bueno, me parece que se me hace tarde. Ya me voy.
Lucas: ¡No, espera!
Entonces se paró y me tiró la jarra encima del pantalón. Me empapé por completo la entrepierna y entonces mi erección quedó expuesta.
No sabia que podía hacer, trate de disimular de la mejor manera posible pero evidentemente lo notó. Y no tardó en aprovecharse.
Entonces se sacó la remera roja y se acercó a secarme
Lucas: Disculpame, soy un pelotudo. Te mojé todo.
Yo: No, está bien. No importa, deja.
Esa situación era de locos, el hermano menor de mi novia me estaba secando el pantalón mojado con su playera. No lo podía creer.
Sus manos blancas acariciaban lentamente mi herramienta por sobre el pantalón. Esto incrementó mi nivel de exitación y mi palo se endureció aun más.
Ya no podía controlarme, quería que ese culo fuera mio, quería penetrar aquel orificio anal oculto entre esas hermosas y turgentes nalgas, quería follar esa hermosa boca dueña de labios carnosos.
Entonces me liberé.
Lo miré fijamente y como una bestia salvaje lo tomé del cabello, me acerqué a el y le alcé la mirada.
Lo observé de manera dominante.
Yo: ¿Que querés pendejo? ¿Que querés? ¿Querés pija? ¿Eh? ¿Eso querés? ¿Querés que te rompa el orto como se lo rompo a tu hermanita?
No le di tiempo a contestar. Parecía poseído. Solo quería satisfacer mi sed de sexo y ese chico era el único canal de descargue.
A la fuerza lo arrodillé tomándolo de la cabeza y le refregué mi bulto por toda la cara. Parecía disfrutarlo.
Yo: ¿Eso querías? Eso querías, ¿no?. Mira que flor de puta resultaste. Dale, disfruta. Disfruta como la nenita que sos.
Sin mi permiso comenzó a bajar mi pantalón deportivo y mi boxer blanco en un solo acto. Ya se percibía el inicio de mi vello pubico mientras aun tenía hundida su cabeza en mi ingle.
Lamía desesperadamente cada centímetro de mi entrepierna aun cubierta por el pantalón mojado.
Entonces, levanto la mirada. Sus dulces ojos verdes suplicaban su premio a la valentía de haberme avanzado.
Recuerdo que lo miré y me relamí los labios.
Desesperadamente bajó por completo mis prendas, como si su vida dependiera de ello.
Mi verga saltó ladeada a la derecha y completamente erecta.
Y así comenzó lentamente a disfrutar de la pija que había ganado. Comenzó besando la cabeza dulcemente disfrutando del liquido preseminal que de ésta se desprendía. Me exitaba pensar que su habilidad superaba a la de su hermana. Ha de haber imaginado aquella situación durante mucho tiempo pues su disfrute era total.
Mi paciencia se agotó y lo tomé de la cabeza para introducir mi pedazo de carne por aquella garganta virgen. Hata el fondo.
Hubo algunas arcadas pero no me importó. Si era lo que quería se lo daría y sinó aprendería a no volver a insinuarse así.
No paré hasta que mis testiculos chocaron con su barbilla.
Entonces nos miramos otra vez y lo solté.
Yo: ¿Te gusta? Te gusta, ¿no?
Lucas: Si, me gusta mucho.
Un hilo de semen caía por su boca entreabierta mientras respiraba agitado.
Yo: Como te gusta la poronga, eh. Dale, vení. Tomá. Tragatela de vuelta.
Se acercó temeroso y comenzó a mamar de nuevo. Esta vez mucho mas desenvuelto, disfrutaba de mi polla por completo.
Se la tragaba hasta la mitad y la volvia a sacar. Lamía cada rincon de toda su superficie. Se metía de a una cada una de mis pelotas en la boca y las lamía suavemente.
Sin duda aquella fué la mejor mamada que he recibido.
Apuró el paso y comenzó a masturbarme mientras sus labios recorrían una y otra vez mi chota entera.
Comenzé a retorcerme de places, quería que disfrutara de la leche que había generado mi cuerpo especialmente para él.
Entonces lo tome de la cabeza con fuerza y enterré mi verga completa entre sus fauces hambrientas y dejé correr por su garganta mis chorros de semen.
Según recuerdo fueron tres maravilosos espasmos.
Yo gritaba como una bestia mientras Lucas trataba de tragar semejante cantidad de leche.
Acabé y lo liberé.
Chorros de semen caían de su boca para encontrar refugio sobre su pecho sudado.
Recuerdo mi respiración agitada y mi camiseta completamente mojada de sudor, su mirada deseosa de más y las burbujas de leche tibia que producian sus labios al exalar.
Lo miré a los ojos y se acercó nuevamente, comenzó lamer la leche que quedaba sobre la punta de mi verga por el momento algo desanimada.
Besaba mi pecho y mis piernas de manera tierna.
Despues de unos seis minutos mi herramienta se encontraba lista para penetrar aquel culo virgen y entregado.
Yo: Ahora si que te voy a partir a la mitad, pedazo de puta regalada.
¿Queres verga?
Lucas: Si, cojeme. Haceme tuyo. Vamos a mi cuarto.
Yo: ¿Que al cuarto, trolita? Abrite en cuatro en el sillón? Acá el que manda soy yo, ¿me entendiste?
Parecía disfrutar de mi manera de hablarle y obedecía al pié de la letra.
Así lo tenía al putito del hermano de mi novia. Abierto de par en par sobre el sillón anaranjado del Living. Que hermosa imagen.
Durante unos diez minutos me dediqué a disfrutar de aquel culo perfectamente virgen.
Lo comí como al mangar mas delicioso sobre la faz de la Tierra. Penetré con mi lengua hata lo mas profundo mientras ese pendejo se retorcía de placer y gemía como una perra.
Entonces decidí que era el momento. No me importaba nada. No me importaba el preservativo ni el hecho de que podia llegar alguien. Solo quería penetrar esa obra de arte.
Sin avisar le enterré la pija de una.
No me importó.
Gritó desesperadamente.
No me importó.
Suplicó que la sacara.
No me importó y solo lo abrazé fuertemente para evitar que se moviera.
Esperé unos minutos y comenzé a bombear ese agujero de placer.
Lentamente.
Mi verga salía y entraba. Una y otra vez.
Mi ritmo aumentó y le tapé la boca. Lo follé con todas mis fuerzas, como un toro salvaje. Jamás me desesperé tanto cojiendo un culo como aquella vez. Solo quería acabar para retirarme.
Y así fué.
Una nueva corrida fué la que recibió Lucas ese día en el sillón de su casa. Una descarga mucho más abundante que la primera.
Fué espectacular.
Me salí de su interior y me senté a su lado mientras Lucas se desplomó sobre el sillón con el orto adolorido y algo sangrante.
Entonces se incllinó para tocarse y su susto fué bastante grande al notar que sangraba.
Yo: Viste… jodete por calientaverga. Ahora si que te vas a acordar de mi.
Me vestí mientras Lucas subió a su cuarto a ducharse y recostarse.
Entonces llegó mi suegro y le dije que no había podido salir aun pues Lucas me habia derramado el jugo encima y no podía salir de esa manera. Me ofreció algo de ropa seca y me marché.
Ahora sigo de novio con Mar y suelo visitar su casa. La actitud de Lucas no ha cambiado mucho cuando estamos en publico.
Pero cuando consigue quedarse solo en casa al menos por unas Hs no tarda en enviarme un mensaje o llamarme para que valla y lo folle.
Ojalá les haya gustado mi anecdota y los haya exitado. Por favor dejenme un comentario y diganme que les pareció.
En base a los comentarios continuaré (o nó) relatando mis experiencias con hombres… compañeros de escuela, maestros, clientes, etc.
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