El hombre de la limpieza II
La historia con el señor B sigue más caliente que nunca.
En mi relato anterior, les habia contado que con el hombre de la limpieza de las oficinas, habiamos terminado en su casa y en su cama, luego de un tiempo de seducción.
Despues de muchas caricias yo habia terminado mamandolo y sacandole hasta la ultima gota de leche. Yo habia experimentado un orgasmo fenomenal y me sentía muy feliz.
Ahí sigue la historia, nos quedamos quietos en la cama, charlando de lo que habiamos vivido hasta el momento. Nos tomamos un trago y luego de un rato nos duchamos. Faltaba el plato fuerte de la noche. Como dije en la parte I de la historia, hacia años que no estaba con un hombre y solo usaba consoladores de vez en cuando. El señor B. era un hombre con un pene bastante lindo y grande, lo que me excitaba pero tambien me atemorizaba.
El empezó a lamerme la cola y despues de un rato untó su dedo con manteca, no teniamos vaselina, y empezo a jugar con mi agujerito para acostumbrarlo a lo que se iba a venir.
Me fui excitando tanto que llegó un momento en el que no resistí más y le pedí por favor que me cojiera, que me rompiera la cola, estaba que lo queria adentro mio, sin importame como.
Y asi fue como rapidamente me montó, empezo a empujar su cabeza en mi hoyito, hasta que finalmente sentí como me abría, me ensartaba la cabeza y un dolor me atravesó el esfinter. Mi cuerpo quiso cerrarse en una reaccion espasmodica pero era imposible, su verga superaba los 4 cm de diametro y estaba bien calzada en mi cola.
El me apretó bien contra la cama, inmobilizandome con el peso de su cuerpo y empezó a hablarme: tranquilizate mi amor, ya sos mia, te rompi la cola y ahora sos mi hembrita. Aguantala un rato y vas a ver como vas a gozar. A mi me lagrimeaban los ojos por el dolor, pero tambien me sentía hembra, cojida y suya. Despues de un rato y cuando el dolor fue disminuyendo, empezó lentamente a bombearme y alli, yo tambien empecé a empujar hacia arriba. El me dijo: vez como te gusta, ensartate sola mi amor.
Su hermoso pedazo empézó a meterse hasta el fondo mientas sus huevos, bien pesados, golpeaban mis nalgas, haciendo un ruido muy sexual, muy de padrillo montandose una yegua.
Ahí sí empece a gemir y a gozar realmente, me daba cuenta porqué las mujeres bien cojidas eran esclavas de sus hombres, yo me sentía asi, transportada de placer por este hombre maduro, péro que me estaba dando un placer inmenso.
Seguimos por un rato hasta que con un grito me enterró la verga hasta las bolas y me acabo adentro, llenandome el vientre de semen.
Yo tambien acabé junto con él, dando gritos de placer y diciendole palabras extasiadas, mi amor soy tu hembra cojeme hasta morir… en fin cuando estoy caliente expreso mi placer de esa forma.
Mi realción con él duro unos meses, fue muy gratificante. Luego él se fue de la empresa y nos vimos esporadicamente, pero siempre terminamos en una cama gozando de buen sexo…
Que rico se siente cuando te coge un buen macho y deja en lo más profundo de tus entrañas su semilla, que rico se siente ver como te ha hecho suyo convirtiéndote en su hembrita.