El inicio de mi vida sexual (incesto). Parte 3
Historia de amor entre un adolescente y un niño..
Luego de mi vergonzoso episodio con Hugo pasó otra semana en donde otra vez intenté hacer de las mías con el pene del pobre Fran un par de veces, pero solo logré que me muestre una vez como su pene se hacía grande y me explicó que se llamaba erección y que a mi también me pasaba a veces; se negó a que toque su pene otra vez pero igual quedé conforme.
Mientras tanto seguí progresando en la escuela donde siempre fui un buen alumno y también en la iglesia a donde iba mi tía ya que me hice conocido por ser un chico lindo y muy inteligente. Mientras tanto en la casa a veces me aburría, su televisor captaba señales por antena y tenía pocos canales así que no era siempre divertido, al igual que odiaba jugar solo. Insistir a mi tía para que juegue conmigo cuando estaba ocupada significaba llevarse una gran retada de su parte y a veces que me pegue, hacerlo con Hugo no daba gusto porque ni me hacía caso porque vivía cansado y hacerlo con David era peor porque terminaba llevándome golpes, insultos y ganas de llorar, así que solo me quedaba Fran. Molestaba al pobre siempre que podía y aún así siempre tenía tiempo para mí, no me retaba, me hablaba suavemente o hacíamos canjes (yo me portaba bien o lo dejaba en paz a cambio de dinero, juegos o algo así). Fran se volvió el sustento de mi vida y lo seguía a todas partes, siempre que salía a jugar fútbol con sus compañeros o amigos yo iba con él, siempre me lo permitía y así terminé siendo amigo de los chicos que iban a ese lugar. Eventualmente sentía envidia y celos de esos chicos así como de cualquier chico de mi edad que se le acercaba (aunque no por eso dejaba de ser su amigo, simplemente no los quería cerca suyo). Algo que Fran hacía y ninguno de mis otros primos hacia era sacarme al campo. Ellos tenían varias responsabilidades en el campo qué sembraron, donde tenían que reparar cercas, regar plantas, supervisar su crecimiento, cosechar, etc y David y Hugo no querían que los acompañe debido a que era un estorbo pero literalmente porque tenían que estar pendientes de mí a la par que trabajaban, siempre había arañas o serpientes por ahí, a veces hasta se presentaban zorros, así que a ellos no los acompañaba. En cambio Fran era distinto, el me dejaba acompañarlo lo cual era toda una ilusión para mí. No me importa si lo hacia por lástima, o porque era mi encargado, simplemente lo hacía. Yo quería sentirme un «chico de campo» y no uno de ciudad y esa era mi oportunidad de eso. Obviamente era a todas luces un estorbo y una carga en esos momentos pero Fran no me hacía sentir así, me encantaba pasear con él, acompañarlo en sus rondas y tareas, ser parte de su vida, jugar entre las plantaciones a esconderse o perseguirse.
Un día en esos paseos junté el valor para decirle lo que pensaba: que quería casarme con el. Con un gran nudo en el estómago mientras caminaba a su lado, solos en la naturaleza, se lo dije.
—Fran —le dije con temor. —¿Sí? Dime —dijo ajeno a mis pensamientos.
—Fran, quiero casarme contigo, ¿puedo?
Fran me miró incrédulo y soltó una carcajada. —¿Que dijiste? ¿Casarme con vos? ¿Por qué querés eso? Estás muy chiquito. Además uno no se puede casar así porque sí, primero hay que estar de novios y luego recién podés casarte. Dime, ¿que pasa por esa cabecita tuya? Ay Eze, siempre me sorprendés.
Claro, pensé, novios, se me había olvidado. Primero había que ser novios. Primero novios y luego casarse.
—Es que… es que no sé. Sos muy lindo.
—Ven —dijo alzándome en sus brazos. —Mira Eze, tú eres mi hermanito y te quiero muchísimo, pero los hermanos no se casan entre sí. Además… bueno, déjalo estar.
Me abracé a su cuello y el me dió un beso ruidoso en mi mejilla. Mientras pensaba que ya habría otro día para pedirle ser novios como tenía que ser.
Y mientras tanto David seguía siendo un ogro conmigo. Me dolía bastante, en serio quería jugar con él o abrazarlo pero no se dejaba. Andábamos a los golpes pero siempre terminaba mal para mí y a diferencia de los golpes o agarres que Fran o Hugo me daban (como juego), los golpes que daba David si eran feos y no se sentían «bien». Intenté de todo para caerle bien pero lo máximo que logré es que juegue conmigo a la pelota un rato o me haga comida cuando debía. Mientras nos bañabamos juntos y a veces incluso cuando dormía en su cama el siempre era raro, me pedía que me de la vuelta mientras el hacía algo que no entendía del todo, pero un día eso cambió cuando me di cuenta que su pene estaba grande mientras hacía eso. Me interesó mucho, me recordaba a Fran y empecé a darme la vuelta para mirarlo, lógicamente el se dio cuenta. En un principio se molestó un poco, pero después me dejaba mirar. Nunca me explicó que hacía, porque movía así su mano sobre su pene, pero me gustaba como se veía así que cometí el fatal error de acercarme demasiado para ver mejor. David imprevistamente agarró mi mano y la puso sobre su pene erecto.
— Vamos, toca así —dijo a la par que me hizo rodear su pene con mi mano, enseñándome como masturbarlo. Me sentí muy desconfiado y de repente me sentí en peligro, como aquella vez que ese joven idiota me violó. No entendí del todo porque al tocar a David me sentía tan mal pero cuando lo hice con Fran me gustó mucho.
Aún así seguí masturbando a David de una forma muy torpe y pronto me cansé y tuve que usar mis 2 manos. Confieso que seguí haciéndolo no por gusto sino porque recordé que Fran dijo que los chicos grandes se ponían muy felices cuando se les tocaba el pene y entonces pensé que podía hacer feliz a David y si el estaba feliz, me iba a tratar bien y me iba a querer mucho. No miraba su pene todo lleno de pelos, eso no me gustaba, miraba su rostro para buscar aprobación o que diga algo pero el solo se molestó por que lo mire y me obligó a mirar hacia abajo así que miré sus abdominales. Me gustaba como los tenía, probablemente los tenía mas marcados que Fran en mi opinión (aunque no le llegaba en cantidad de músculo ni ahí) recordé que nunca los había tocado como con Fran así que usé mi mano izquierda para tocarlos un poquito, solo un poquito.
Impresionantemente no dijo nada, estaba gimiendo y no solo eso, estaba acariciando mi cabello algo que jamás habia hecho así que me puse feliz porque servía, era cierto que tocar su pene lo ponía feliz así que con renovados ánimos seguí masturbandolo bien rápido hasta que el se vino sobre mi cuello mientras gemía. Yo de la emoción le di un abrazo y me lo aceptó lo cual hizo sentir que valió la pena. Rápidamente nos limpiamos y salimos del baño.
—Si dices algo de lo que hicimos ahí dentro vas a ver. ¿Entendido?
— S-sí David —le respondí.
—Más te vale nene.
Siempre era lo mismo, que «iba a ver». Mejor no saber a que se refería.
Ya en la sala decidí pedirle que juegue conmigo a un juego con mis animales que tenía armado en la pieza de Fran. Aceptó y me dejó sorprendido y feliz y lo llevé de la mano a jugar conmigo. Solo duró 20 minutos y se fue pero quedé encantado. En la cena me senté a su lado y cuando vimos televisión todos juntos fui a sentarme encuna suyo, algo que Hugo, Fran y mi tía me dejaban hacer con ellos. David se negó pero al menos me hizo sentar a su lado, no entendí porque no pero lo acepté. Ya bien tarde cuando fui a su cama a dormir con él intenté abrazarlo pero volvió a negarse. Eso dolió, ¿acaso no lo había hecho yo feliz?, pero aún así lo acepté porque ni Fran siempre quería darme abrazos siempre (ni yo a él, claro está).
Aún así no podía parar de moverme en su cama de un lado a otro de tanto pensar la situación. El empezó a enojarse y me dio un ultimátum, o me quedaba quieto o dormía en el suelo así que me quedé sin moverme en su cama. Para colmo me agarraron ganas de ir al baño pero aun así me aguanté hasta que creí que el dormía.
Fui y regresé rápidamente sin hacer ruido pero para cuando volví descubrí que había una almohada, una sabana y 2 frazadas en el suelo.
— Te lo dije. Te me arreglás ahora y dormís ahí abajo que no puedo dormir de vos —dijo mientras señalaba mi nueva «cama».
En ese momento sentí genuina rabia hacia él, no podía creer eso, estaba indignado. No podía entender como no podía hacerlo feliz aún después de todo eso. ¿Que más hacía falta? Estaba decepcionado, cansado, y me sentía muy pero muy mal. Ya no quería tocarlo ni hacer nada con él. Sin decir nada, le lancé una mirada de odio y me acurruqué en el suelo buscando comodidad y resultó que no estaba tan mal, solo era algo frío. Enseguida, rabiando contra mi primo, me dormí.
Al día siguiente amanecí de malas. No quería nada de nadie, estaba super malhumorado y así permanecí un par de días, encima estaba algo resfriado. Me molestaba cuando Fran quería abrazarme o tocarme siquiera, me molestaba con cada palabra de mis compañeros o maestras y solo me sentía a gusto con mi tía y aun así era más por una cuestión de respeto, la respetaba mucho porque era muy severa, aunque cariñosa cuando no estaba demasiado ocupada.
Eventualmente se me pasó y me acordé de que yo tenía que ser novio de Fran así que se lo dije. Me dijo que no. Volví a insistir al día siguiente y la misma cosa. Así se lo habré dicho como más de media docena de veces y en todas decía que no por muchos motivos. Porque éramos como hermanos, porque era muy chico, porque eso estaba mal, porque chico con chico no (no entendía porqué y el no me lo explicó), porque tenía que buscar una niña de mi edad, y así sucesivamente. Sabía cortar rápido el tema y que no insista de más pero sin ser hiriente. No estaba decepcionado, porque era una especie de juego para mí a fin de cuentas, pero realmente albergaba la esperanza de que diga que sí, encima no tenía ni idea de que hacían los novios excepto lo que veía en las películas o dibujos animados.
Mientras tanto logré, con mucha reticencia de parte suya, volver a tocar su pene. Fue una vez que ambos estábamos en ropa interior y lo convencí de quitarse toda la ropa y esa vez lo hice como me enseñó David, noté que le gustó muchísimo y la verdad que yo también me sentía bien a diferencia de esa vez con David. Esta vez lo masturbé mientras el estaba acostado en la cama y ahí pude tocar su pene. Fue lindo, el jadeaba mucho y ponía caras «de chico guapo» en mi terminología y esta vez cuando se vino su semen manchó su abdomen mientras el daba gemidos de pura excitacion y placer. Esta vez el papel lo busqué yo y me dejó limpiarlo, aunque bajo su atenta supervisión, pude tocar ese extraño líquido y sentirlo en mis dedos, no me gustaba como olía pero me gustaba la textura. Luego procedí a tocar esa musculatura que me volvía loco y a poder sentirlo, abrazarlo y darle besitos como me gustaba. Realmente estaba loco por él y esa noche dormí profundamente mientras lo abrazaba con todas mis fuerzas.
#
— Fraaaan!! Ey, escúchame, porfis, Fran.
— Por favor, ahora no, estoy ocupado en serio. No ves que estoy haciendo mi tarea? Es importante. En serio Eze, te estás pasando —sentenció mientras me miraba con cara de malo. —Andá a jugar o a ver tele, que se yo. Si estas aburrido ponete a barrer.
— Te parecés a la tía —le dije mientras me colgaba de su musculoso brazo.
—Cortala pequeño, en serio sos insoportable. Te pasás. O me esperás o me encierro en mi pieza. ¿Querés eso? Ya por favor dejá de pesadearme.
Negué energicamente con mi cabeza mientras nos mirábamos seriamente. Aunque tenía autoridad para castigarme, nunca lo hacía como uno se esperaba. Sus «castigos» consistían en encerrarse o encerrarme en su pieza cuando andaba de pesado con él, tironearme del pelo o de la oreja o sujetarme de los brazos mientras hablaba serio conmigo, y todo esto siempre me causaba erecciones debido a causas ya aclaradas. Ocasionalmente si estaba de buen humor me castigaba haciéndome cosquillas hasta que no podía respirar. Ya mi tía si usaba más violencia física o psicológica como la usaba y usó mi madre conmigo, así que prefería hacerle caso a Fran. Resignado de momento, fui a sentarme en una silla solitaria mientras lo miraba esperando a que haga su tarea. David no figuraba por ningún lado de momento. Luego de un gran rato, eterno para mí, el terminó su tarea y penas me di cuenta fui a su lado y probé suerte otra vez.
— Fran yo quiero ser tu novio.
Me miró a la cara unos segundos y parecía que iba a decir algo. Entonces de repente sonrió. —Ok Eze, vamos a ser novios. ¿Te parece?
—Siiii —dije mientras saltaba de emoción. Por fin no se me iba a escapar, ese chico tan guapo, buenito y bonito era mío al fin.
Lo agarré de la mano y lo arrastré al sofá conmigo para que me ponga algo para ver en la tele. Luego con algo de timidez le pedí sacarse la remera porque me encantaba verlo sin ella, se la quitó y lo hice sentarse para después tirarme encima suyo y acomodarme. Así estuvimos un buen rato, el acariciando mi torso desnudo (me acostumbré a andar sin remera porque no tenían aire acondicionado) y mi cabello mientras yo estaba super entretenido con el programa. Luego de que terminó le di un beso ruidoso en su mejilla como había que hacer con un novio según mi lógica y me fui a hacer otra cosa dejándolo solo. Solo y evidentemente bastante confundido.
#
— No quiero —le respondí a David.
Estaba en el baño con él y me había dicho que tenia que volver a tocar su pene como la otra vez. No iba a hacerlo otra vez, no quería ni me gustaba.
— Dale hacelo —insistió mientras pasaba su mano por mi cabello mojado alborotándolo.
Sin mediar palabra decidí hacerlo. No valía la pena oponerse, tenía miedo pero al mismo tiempo siempre tenía la esperanza de que me trate bien. Volví a masturbarlo y otra vez fue lo mismo: no me dejaba mirarlo, me acariciaba el cabello, dejaba que toque sus músculos, gemía como desgraciado y terminó llenando todo de semen. Esta vez fue más decente y me dió un abrazo. Se sintió bien, realmente el era una persona atrayente para mí y valoraba su aprobación, me interesaba tanto su comportamiento (por raro) como su físico marcado. Me trató bien el resto del día y otra vez surgieron esperanzas en mi corazón pero al dormir el vino, se sacó toda la ropa y volvió a pedirme lo mismo, que lo tocara. Yo estaba cansado y no quería, así que él pareció entender y se tiró al lado mío mientras me abrazaba por detrás. Podía sentir que su pene estaba muy duro presionando contra mis piernas y sin resistir la tentación lo toqué sin querer porque quería alejarlo de mí y me molestaba, así que el volvió a insistir, dijo que iba a ser rápido y no tuve más remedio que aceptar. Medio dormido, masturbé sin ganas como un autómata su pene y apenas se vino caí dormido sobre su abdomen.
Al día siguiente, un domingo, me levanté y después de desayunar fui a pedirle que juguemos pero se negó. Ahí me di cuenta que volví a caer en la trampa, pero no me importó y decidí dejarlo de lado. Igual no piensen que nunca jugábamos, simplemente lo que pasaba es que costaba demasiado convencerlo o se terminaba el juego muy rápido, yo también era un niño super demandante y exigente. Eso y que el era realmente agresivo cuando estaba de malas.
Mientras tanto, Fran seguía siendo mi «novio». La verdad no tenía mucha idea de que tenia que hacer y el definitivamente se estaba tomando eso de ser novios como un juego, si yo no se lo recordaba no decía nada, es más, insistía en que no le diga nada a nadie. Igual yo no tenía a quien decirle eso porque no quería ser considerado raro por tener a un chico de novio y yo queria ser aceptado, además de que pensaba que podían intentar quitármelo.
Pasaron las semanas y me aburrí, como todo niño perdí el interés en eso de ser novios, Fran parecía bastante aliviado de que me haya olvidado de eso. Igual llegué a masturbarlo un par de veces más pero solo fue eso, el realmente nunca estaba muy de acuerdo con eso y eso solo pasaba debido a mi insistencia. David no me había hecho volverlo a tocar aun cuando nos bañabamos o dormíamos juntos así que estaba contento con él mientras no me pegara.
Ni me imaginaba lo que estaba por pasar…
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!