El inicio de Oscars
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por oscars.
Me rodearon los tres.
Todos mayores, unos 15 o 16 años, yo andaba por los 9.
Estaban colorados y traspirando con sus pijas duras en las manos y pajeándose .
Uno era mi hermano mayor a quien yo miraba como se meneaba el aparato, aparecía y desaparecía la cabeza de su pija mostrándome su ojo húmedo, casi a mi lado.
Todos arrodillados y apuntando sus vergas hacia el piso, bombeaban cada vez más rápido generando el ruido a flujos preseminales que se hacía cada vez más fuerte; comenzaron a acabarse casi al unísono; yo miraba asombrado, jaja era nuevo en eso y creía que ellos querían mostrar su hombría largando su leche delante mío, “el pendejo”; en realidad estos nenes solo querían acabarse porque a esa edad siempre tenes ganas.
Todos quedaron agotados y sonriendo uno al otro mientras sus últimas babas blancas caían al piso.
Con mis años largos, aún no se me borra el momento.
MI hermano era bastante más grande que yo, en edad y en cuerpo, incluso tenia barriga a pesar de ser muy joven, pero le quedaba bien, a mi me gustaba.
Yo por el contrario, era flaquito no tan largo, colorado y pecoso, pecho de nadador, cola bien parada, pito normal.
Buen comentario jaja.
Esa tarde, luego del acto del trío quede solo en mi habitación y comencé a recordar lo que había pasado esa siesta…, empecé a tocarme…que placer…!!! Yo ya me tocaba y me gustaba.
Dos sacudidas y sentí la cosquillitas largando mi líquido transparente y poco espeso pero caliente, el que cayó entre mis piernas corriendo hasta las sábanas, ni manchaba en ese entonces.
Recuerdo que ya por aquella época tenía lindas sensaciones en la cola cuando me tocaba…, gozaba por allí; tengo dos recuerdos intensos:
Ell primero y al principio me metía la punta de un avioncito de juguete de mediana medida, o sea me metía la cabina en la cola…era hermoso; luego con el tiempo, la experiencia y las ganas de sentir algo adentro, me paraba desnudo al pie de mi cama, que tenía en uno de los parantes de su baranda de madera una terminación en forma de gota pero invertida; entonces me acomodaba la punta de aquel hermoso pedazo de madera en la puerta del ano y suavemente me iba sentando en esa punta fina y a medida que bajaba mi agujero se agrandaba junto a la madera que entraba lenta pero inexorablemente.
Me dolía hasta que llegaba al tope y no entraba más…, allí descansaba y recién me pajeaba, cuando me corría presionaba tanto ese consolador que me quedaba ardiendo el culo.
Al quitarme de la gota del culo el dolor era intenso por el grosor máximo de la misma, más aún porque ya estaba frío, pero era un placer inmenso.
¡¡¡ que lindo recuerdo…!!!
Por esos tiempos, mi hermano mayor ya salía con sus amigotes por las noches, yo era un niño aún para salir así que dormía siempre temprano.
La cama de mi hermano estaba al lado de la mía, solo separadas por una mesita de luz, que casi nunca tenía velador, y si lo tenía, no andaba o estaba quemada la bombilla.
Nunca voy a olvidar lo que paso esa noche, aunque haya pasado mucho tiempo y yo era muy niño.
Dormía tranquilo soportando el calor de aquel verano argentino; una sombra interrumpió la luz que entraba de la calle por la ventana, lo que me despertó; me quedé incómodo y solo me di vueltas en la cama mirando la ventana.
Allí apareció mi hermano, en realidad solo su silueta, la que mostraba como se desnudaba silenciosamente para acostarse sin despertarme.
Su respiración era todo el sonido que había en la habitación; quise seguir durmiendo pero ya me había desvelado, quede en silencio y tratando de dormir sin darle importancia al momento.
Él se acostó totalmente desnudo y suspiró profundo; yo, acostumbrado a la oscuridad veía como sus sábanas se ordenaban para cubrirle el cuerpo.
Me acomodé de costado mirando hacia su lado y allí comencé a ver como sus sábanas cambiaban de figura, y las que en un momento estaba lisas sobre su cuerpo, ahora lentamente se levantaban a la altura de su cintura convirtiéndose en una carpa cuya cúspide comenzaba a subir y bajar lentamente.
Lógicamente mis ojos se abrieron grandes tratando de ver qué pasaba en esa cama aunque lo imaginaba.
Empecé a calentarme pensando en lo que él hacía y mi mano fue directa a mi verga, mientras la carpa de enfrente comenzó a moverse más y más rápida y el aliento del gordo, así le decíamos, inundó la pieza.
Sus gemidos por más tibios que eran, en ese silencio eran como un grito de placer y ese grito llego a mis oídos.
Indudablemente mi hermano se estaba pajeando, repitiendo lo de aquella siesta de unos días atrás.
Cuando me di cuenta lo que hacía, me moví quedando boca arriba para acomodarme mejor y el silencio se hizo inmediatamente, él se quedó quieto y mudo, ni respiraba creyendo que yo estaba despierto y lógicamente no quería que lo viera.
Yo, inmóvil por la situación también hacía carpa con la mía bien parada, pero en realidad era una carpita lo que se notaba, mi verga aun era pequeña.
El silencio y la inmovilidad duro una eternidad, ninguno hizo nada pero la calentura que seguramente teníamos ambos, colmaba el ambiente.
Tomé la posta y sin hacer nada raro y disimulando, invente un suspiro de sueño y me giré contra la pared dándole la espalda, yo solo quería pajearme, correrme y que él ni cuenta se diera, movía apenas mi aparatito para que no se vea movimiento alguno, el resto de mi cuerpo totalmente inmóvil; enfrente, en la otra cama ya no se oía nada.
Pensé que él se había corrido y dormido, pero yo seguía caliente, seguí tocándome y seguramente en algún momento lo hice más rápido…
Perdido la en paja no escuché nada, solo reaccioné cuando sentí que se levantaban mis sábanas y mi hermano se metía en mi cama.
Me había asustado tanto que mi erección y calentura desapareció inmediatamente, quise volver a estar boca arriba, pero él me detuvo con su mano izquierda poniéndola en mi hombro manteniéndome de costado quedando mi espalda contra su pecho…, y mi cola contra su verga.
– Peroooo! , paraaaa… le dije en voz baja
– shhhhhhh no hables que si se despiertan los viejos nos matan, cállate pendejo
– que haces?, dejame tranquilo, anda a tu cama por favor…
– shhhhhhh callateeeee que no te va a pasar nada…, me dijo mientras me pasaba disimuladamente la cabeza caliente de su pija por mi raya.
– Que vas a hacer , dejame tranquilo, dije
– Dale nene quedate piola…, contestó e inmediatamente paso su mano para adelante y corrió mi mano que apretaba mi verga y la tomó él; en dos o tres sacudidas yo estaba nuevamente caliente y con la verga parada, el me pajeada suave y yo me dejaba hacer, volvía la calentura pero entendía poco del por qué él me tocaba.
– ¿te gusta? , Dijo muy despacio
– Si seguí…, conteste disfrutando de aquella paja que solamente era el arma que él tenía para que yo me calentara más y me dejara desvirgar el culo sin problema, yo no me di cuenta de eso hasta cuando fui grande, mucho tiempo después.
– Seguí, siiii, me gusta tu mano ahí.
, mientras le decía eso él ya estaba pegado a mi y me besaba el cuello lo que me calentaba mucho más.
Sin querer moví mi cola contra su verga, fue instintivo, solo empujaba fuerte mi culo sintiendo ese pedazo duro y caliente acomodado entre mi canaleta, pero aún lejos del agujero.
Mi hermano largó mi verga y se separó un poco, pensé que todo estaba terminado, no entendía nada pero no.
Ahora la mano que me pajeaba pasaba por el agujero de mi culo, chiquito, virgen, contraído del susto por algo nuevo pero gozando de esos dedos que se movían como los brazos de un pulpo; pasaba uno por el agujero e inmediatamente lo reemplazaba otro, y así sucesivamente…, mucho placer me daba es e toqueteo.
Luego sentí algo caliente que me dejaba algo resbaloso en la raya y en el agujero, y un dedo que quería meter ese líquido adentro, en realidad me lubricaba.
Me dolió, se lo hice saber tirando mi cintura para adelante pero él insistió, sacó su dedo y metiéndoselo en su boca para mojarlo ahora con saliva…, flopppppp adentro.
Luego de varios mete y saca, ya no me dolía tanto pero era algo raro lo que yo sentía…, no sacaba el dedo de la puerta del culo, lo revolvía playo, pero después lo fue hundiendo esperando que yo no dijera nada, probando que si me gustaba esto, más me gustaría su verga adentro…, nada dije, solo esperé gozando un poco más.
Yo no sabía por qué gozaba tanto, no entendía bien…, pero gozaba.
Siguió a un ritmo lento pero profundo, sacaba el dedo, lo volvía a mojar y lo volvía a meter, el placer comenzaba a crecer y seguramente mi mente y mi culo pedían más; pase mi mano para atrás, le saqué la mano de ahí atrás y le tome la verga de la base, estaba caliente, dura…, tantee sus huevos húmedos de la transpiración y comencé a movérsela suavemente…, fue piedra libre para él.
Sin su dedo en mi culo, volvió a pasar su mano para adelante y tomó mi verga para pajearme de nuevo.
Mi cuerpo estaba teniendo su primer gran calentura y mi cabeza no entendía de timideces, silencios o respeto a nada, solo la quería adentro, con miedo y todo.
Solito me la acomode en la puerta del culo esperando que él empuje, allí en la puerta de la cueva sentía su cabeza caliente y babosa; se la solté para que haga lo suyo, empujó y se resbalaba para abajo, claro lo mío no era agujero aún, solo era un culito virgen.
Como yo no quería que me dejara de pajear, volví mi mano hacia atrás y nuevamente me la acomode, esta vez saque mi culo bien atrás esperando que me dé un empujón suave pero sin detenerse.
Un ardor tremendo me recorrió el cuerpo entero, trate de salirme pero me retuvo con su mano aun en mi verga y la suya en mi puerta.
– Nooooo basta dejame, le dije
– Te duele?
– Me duele mucho gordo, sacala
– Si no te entro, que te voy a sacar? Me dijo.
Mientras me hablaba para calmarme, seguía pajeandome la cabecita de mi verga para que me durara la calentura…, y lo logró.
– Dejame que la moje mas, me dijo
– Noooooooo por favor
– Shhhhhhhhhhhh, dejame, quedate tranquilo que te va a gustar…shhhh
No conteste y esa fue la respuesta que el quería; se mojo la verga con saliva y con su mano de nuevo en mi verga me llevó hacia su cuerpo…, nuevamente se resbalaba su cabeza cuando intentaba meterla, indudablemente era grande esa verga para mi pequeño culito.
No aguante más, mi calentura era extrema y me la coloque yo en la puerta para que me entre…
– Despacio por favor, le pedí
– Dame culo, saca el culo para atrás …, contesto
Empujo un poco y el ardor fue intenso, su cabeza iba entrando suavemente pero me dolía mucho…, ardía.
– Sacala que me haces daño…, me duele…, dije con lágrimas en los ojos y la boca seca.
– Shhhhh, quedemosno quietos hasta que se te vaya el dolor…,
sabía lo que hacía el gordo parece ya tenía experiencia.
Le hice caso, no por ser mi hermano mayor, sino porque quería acostumbrarme a esa cabeza que me había abierto mal el culo, me estaba dilatando al máximo, el agujero que latía a mil, más que mi corazón.
Con cada latido de mi cuerpo el agujero se me contraía y más me dolía su verga…, y más me gustaba.
Cuando casi todo el dolor paso, solito me la fui metiendo; era grande pero el grosor ya no molestaba, la cabeza de su pija había hecho su trabajo.
Creo que allí conocí el verdadero placer, su verga nunca terminaba de entrar y su larga medida hacía que él se moviera demasiado para atrás y para adelante, ese placer era infinito, incluso ya podía sacarla y meterla de una; también gozaba cada vez más con ese pequeño dolor en la puerta.
Mi verga había desaparecido en su mano, la pasividad me alcanzaba y mi tripita era una miseria pero lo que me comía por el culo era un tripón.
Se acomodó, me trajo hacia él para meterla entera, hasta el fondo y siguió bombeando cada vez con más ganas y yo cada vez más gustoso.
Me recontra culeo, me encantó como aguantaba en correrse y cuando largo su leche lo hizo empujándome contra la pared y metiéndomela hasta los huevos, sudado, caliente, bufando en voz baja.
En cada empujón su cabeza tocaba algo en el fondo de mi culo, pero yo quería que siguiera acabándose, que nunca me la sacara, que me preñara.
Mi verga seguía flácida cuando él empezó a sacarme la suya del culo.
Fue hacía atrás con su cintura y se levantó para limpiarse con la sábana; yo pase mi mano para atrás para tantearme el culo…semejante verga creo un pozo allí, lo tenía caliente y dilatado, tanto que me entraban casi todos los deditos de mi mano.
Me puse boca arriba, mi calentura seguía, el se había corrido, yo no.
Comencé a pajearme y de pronto su mano reemplazó la mía para meneármela un poco hasta que sentí que se acomodaba a mis pies y se la metía en la boca.
Mi primer placer por el culo, mi primer placer con la boca de un hombre.
No se cuánto acabe porque no largaba tanto en esa época, pero lo poco que largué se lo tragó…, subió y me dio un beso dicíendome…no serás puto vos???????
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