El Inicio del todo… By Kenwoodf
Es difícil ser sincero y contar los detalles íntimos de nuestra sexualidad, existe el temor de ser juzgado, mal entendido y hasta tachado de mentiroso. Después de mucho pensar y analizar el tema decidí escribir los recuerdos que me marcaron para ser .
Contaba con tan solo 13 años edad, edad en la que crees que nada pasa, pero es el inicio de una nueva vida, te cambia la voz, el cuerpo, las facciones de tu cara, tu esencia bilógica sale a flote y tu identidad sexual se empieza a expresar, no es que antes no supiera como era, solo que era más sencillo al no tener las hormonas en ebullición.
Pero la mala noticia es que no, eso a mi edad no había pasado, con mi 1.57 cm. Cabello lacio, con cara de niño todavía, un cuerpo delgado y lampiño, tan blanco como era posible y con una piel tan sensible que el solo roce de una camisa sin suavizante podía irritar mi pecho y hacer arder mis pezones y de pilón ¡mis lente! unos lentes que daban un aire de nerd y debilucho.
Pero si bien mi cuerpo era “sensible” mi mente era feroz, calenturienta, morbosa y extremadamente decidido, cuando establecía un objetivo en mi mente, no había manera de que no lo consiguiera.
En la escuela era siempre blanco de burlas, bromas pesadas y hasta uno que otro sobre nombre que solo lograba acomplejarme más de lo que ya estaba, si bien me sabia feo y poco atractivo, de alguna manera sabia que no todo era la belleza física.
Mi familia hasta ese momento era compuesta por mi madre una mujer 38 años, 1.58 de estatura, morena clara, cabello corto y ensortijado de carácter noble pero enérgica, siempre estricta y buscando los más altos estándares en cada una de las tareas que emprendía, casada por segundas nupcias con mi padre.
Mi padre era un hombre 47 años, 1.87 de altura, blanco, de huesos gruesos lo que convertía su cuerpo en una mole de carne, de cabello negro, ojos pardos con una nariz recta y una mandíbula cuadrada, daba la apariencia de siempre estar molesto o enojado.
Por parte de mi progenitor no tenia limite era ya, su cuarto matrimonio y yo el octavo de sus hijos, noveno si contamos a mi medio hermano por parte de mi madre, que mi papa se encargó de él desde pequeño.
Mis hermanos que hasta esa edad formaron parte de mi familia, el medio por solo parte de madre, de 24 años, molesto como una barro el trasero, delgado lampiño al igual que yo y de 1.70 de estatura.
Mi hermano medio hijo de ambos padres igual que yo en ese entonces tenía 22 de edad ¡mal pensados! 1.78 de estatura, blanco-bronceado por las intensas jornadas de futbol de fines de semana, ojos marrón, cabello rubio obscuro y un pecho que era mi envidia, musculoso ancho y cubierto de vello.
Bueno esa era nuestra familia que no paso mucho para que explorara como un volcán mis hermanos se casaron, se fueron de casa, mi madre volvió a trabajar por las tardes bajo la excusa de que se aburria y se ponía de mal humor y era verdad fue al temporada en que la chancla voladora aprecio en mi vida por cualquier cosa era suficiente para emprender el vuelo.
Mi padre loco por las ahora constantes discusiones con mi madre le consiguió un puesto como recepcionista del hotel del cual era gerente y así me llego la libertad
Recorriendo la casa ahora enorme y silenciosa, encontré algunas cajas que dejaron mis hermanos con ropa y cosas inútiles, seguí con el registro de la casa y llegue al cuarto de servicio o lo que iba ser, ya que mi madre nunca dejo entrar otra mujer a su casa, en esta habitación estaban las herramientas de reparación, cables, muebles viejos y el gran tesoro una caja de madera un baúl del cual recuerdo perfecto su contenido, 2 discos de vinilo, una edición del «principito», y playeras deportivas blancas con franjas azul marino, con el numero 8 a la espalda, 2 shorts, unos tenis de fútbol o tacos en otros países.
Un fajo de revistas viejas atadas por un lazo y cuando creí que ya no había nada más ¡di con ella! La caja de pandora, cerrada con un pequeño candado, pero ¿dónde estaba la llave? Busque dentro del baúl, en el estante de la herramienta, baje a buscar en el escritorio de mi papa… ¡Nada absolutamente nada!
Me senté esa vieja silla de madera llena de polvo, cansado de subir y bajar las escaleras en innumerables veces, decepcionado hurgué las revistas cuando de entre ellas salieron 5 revistas pornográficas salieron a la luz eran, 4 de origen americano y 1 brasileña. En la brasileña salían chicas blancas teniendo sexo con hombre con rasgos africanos y de penes grandes, gruesos y sin circuncidar.
No niego que me excitaron las imágenes eran tentadoras, esos morenos con gruesos penes y pechos espectaculares, piernas fuertes y musculosas, rematando en pubis depilados o muy bien recortados.
Pero no, no señores eso no era lo mío en cuanto vi la imagen más me excito a mis 13 agostos, un extraordinario hombre en sus 40’s, rubio de pecho, abdomen, pubis y bolas cubiertas de vello, penetrando a un mujer mas joven de aspecto seductor, al doblar la página mi corazón dio un vuelco al observar ese pene fuera de la vagina, grueso, circuncidado y cabezón, rosa encendido, volcando semen sobre la pierna de la protagonista de su orgasmo.
Por un momento el tiempo se detuvo y solo tenía ojos para ese ejemplar, que supe sería el ideal de hombre perfecto para mí, para innumerables masturbaciones y como marco de referencia para mis futuros amantes.
wow y buen relato y me supongo que seguras contando y se pondran mas buenos tus relato los estare esperando amigo saludos…..
Excelente relato para experimentar esas masturbadas amigo !