El inicio incestuoso con mis hijos

En este relato, conocerán como inició las historias de incesto que iré contando por esta página. .
Esta historia se remonta a marzo de 2020, época que inició la pandemia y tuvimos que encerrarnos en nuestras casas. Como les comenté en el primer relato tengo mi esposa que es personal de salud y dos hijos varones, en ese entonces de 9 y 11 años.

Sucede que al decretarse aislamiento en todo el Perú, en mi trabajo nos indicaron que deberíamos hacer trabajo remoto, pero mi mujer al ser persona de salud tubo que asistir a su trabajo y por precaución decidió dejar la casa e ir a vivir en departamento que teníamos en remodelación para alquiler. Siempre nos comunicábamos por video llamada para saber cómo estaba, aunque eran sólo unos minutos, porque llegaba muy casada. Tuve que hacerme cargo de mis hijos pues la señora que nos ayuda tuvo que irse a su casa a aislarse, les cocinaba, veía que hagan las tareas y se conecten a sus clases virtuales y otros, mientras yo trabajaba desde casa, que al ser sincero no había mucho trabajo, porque la empresa había reducido mucho operatividad por lo mismo de la pandemia.

En casa siempre que hemos estado sin la señora que nos ayuda con los quehaceres andábamos mis hijos y yo en truza. Ahora q estaban las 24 horas solos no era la excepción. Esas dos últimas semanas de marzo fueron fatales, entre las actividades de la casa, estar pendiente de mis hijos, mi trabajo y sobre todo la falta de sexo. Yo soy una persona muy sexual y morboso, con mi mujer teníamos sexo casi diario. Ahora solo me quedaba encerrarme en mi cuarto o al bañarme darme la paja, como les dije en la primera historia yo soy velludo y para ese entonces al no tener a mi mujer en casa deje de recortar los pelos dela verga. En abril es el aniversario de casado con mi mujer, hicimos una video llamada con ella y mis hijos. Luego de eso, nos pusimos a ver televisión con mis hijos, en ese lapso estuve bebiendo unas cervezas personales que tenía en el refrigerar. Cuando dieron las 11 pm mande a mis hijos a dormir, porque yo me sentía algo sabroso por las cervezas, cogi una cerveza más y me fui a mi cuarto, la luz de los cuartos de mis hijos estaba oscura y las puertas cerradas. Encendí la televisión de mi cuarto y me puse a ver una película, el otro día era sábado, mis hijos no estudiaban y yo no trabajaba, acabe ese cerveza y salí por otra a la cocina. Cuando estaba ya por terminar la cerveza me entró la calentura, me asome a la puerta de mi cuarto y vi que no salía luz de los cuartos de mis hijos. Cerré mi puerta, apague mi luz y puse el canal de porno. Me saque el short y el boxer que traía puesto, ya mi verga la tenia parada desde antes que ponga el canal porno, el volumen de la televisión estaba algo bajo, como sabia que ellos dormían, no creí que habría problema. Bueno, es lo que yo pensaba. Había pasado como 10 minutos de haber empezado a pajearme, deteniendo por momentos la paja para no correrme rápido y disfrutar el momento. El estar mareado, hizo que suba el volumen de la televisión dos puntos más para escuchar como la flaquita de la película gemia rico por la clavada que le daban dos hombres. Yo cerraba los ojos por momentos e imaginaba que yo era uno de ellos, cuando abro los ojos y veo a mis dos hijos parado en la puerta entrando al cuarto y viendo pajeandome, moviendo mi pelvis y disfrutando la paja. Mi reacción automática fue taparme la verga con las manos, pero ya habían visto toda mi verga y las escenas de porno de la televisión, así que era por la weba eso. Entonces les grite, que porque abrían la puerta así y no tocaban la puerta, mi verga seguía parada, mi hijo mayor me dice que Diego (como se llama mi otro hijo) lo había ido a despertar porque escuchaba que alguien lloraba en mi cuarto y por eso entraron y que habían tocado y al ver que habría entraron, yo no había puesto seguro a la puerta. Yo seguía acostado tapándome la verga con las manos. Yo les pregunté si habían visto lo que estaba haciendo y los dos movieron la cabeza con un si. Mi hijo mayor, me dice, estabas masturbandote y el otro dice, al ver de donde salían los lloriqueos, papá que están haciendo ellos en esa película y Andres (mi hijo mayor) le responde, están teniendo sexo. Apague el televisor y encendí la luz de la mesa de noche. Tome mi boxer y me lo puse, me había dado cuenta que era hora de hablarle de la masturbación, además el mayor ya tenía algo de conocimiento. Inicie preguntando a Andres que sabía de la masturbación y el sexo, a lo cual ne responde que Sebastian (hijo de mi hermano), que en ese entonces tenía aproximadamente sus 15 años, le había enseñado unas fotos y le dijo que con eso se masturbaba y que se sentía rico sacar la leche y que al ver esas fotos también se le había parado su pene, pero se había hecho como le dijo su primo y que sentía rico, pero no le había salido nada, que solo sentía como ganas de orinar y no orinó. Diego escuchaba a su hermano con asombro. Inicie diciéndoles que los hombres tenemos necesidades y una de ellas es poder tener sexo o hacer el amor con una mujer, que eso era normal y que cuando estén preparados lo harán. Andrea me dice, papá a ti si te sale leche como a Sebas? Yo le respondo que si. Diego interrumpe y dice, papá es como la leche que dan cuando somos bebés y Andres le responde a su hermano: No tonto, porque eso sale de nuestro pene. Diego avergonzado sonríe. Andrea pregunta: papá y es cierto que se siente rico cuando sale la leche? Les digo que si. Mi verga estaba aún algo parada, pero la había acomodado de costado para que no se note al estar sentado en la cama con ellos a los costado. Diego dice, papá enséñanos a masturbarnos, para sentir rico y Andres le responde a su hermano: como te vas a masturbar, a ti no se te para y suelta una risa burlona. Diego le responde a ti tampoco. Andres le dice: a mi si se me para, papá enséñanos como es masturbarse. Yo lo dude, pero me dije a mismo a la mierda, ya me vieron pajeandome, con mi hermano solíamos meternos pajas viendo las revistas de mi viejo, que mejor que les enseñe Yó. Les digo, lo haremos, pero esto sí no deben contar a nadie, ni a mamá, ni a Sebastian (mirando a mi Andres), es secreto de padre e hijos. Ambos hicieron puño y los chocamos (esa es nuestra costumbre) ellos estaban en truza tipo slip y yo en boxer, les hice que se los quiten, y les dije que comiencen a tomarse su verga y me quedaron mirando, les tuve que explicar que eso también se le decía verga. Empezaron hacerlo, yo seguía con el boxer puesto, Andres fue el primero que levantó el marfil, que para su edad estaba muy bien, para ese entonces le media sus 14 cm aprox. Le digo: bien campeón sigue así, por su parte Diego seguía luchando que su verguita se levante. Andrea me dice: papá y tú también pues, mi idea no era mostrar mi verga, porque ya la tenía dura viéndolos a los dos así. Diego, dice: si papá tu también. Era extraño sentir que dos vergas me hubieran excitado y más siendo de mis hijos. Dubitativo me saque el boxer y les enseñé mi verga de 17 cm. Diego la mira y me dice: papá cuando crezca mi verga será así. Le digo si, pero más blanca (mi hijo Diego es blanco como su madre) Y sigue, tiene hartos pelos también en tu pene papá. Al estar calatos (sin ropa), les digo, hay que acostarnos, es mejor así. Nos acostamos en mi cama, cada uno a mis costados y comencé a pajearme y les decía que hagan lo que yo hacia, mojaba la cabeza con saliva y la corría. El roce de la piel lampiña de los dos a mi costado me había arrechado, que acelere mi paja y cuando sentí que iba a venirme me detuve. Andrea (el mayor) se dio cuenta de mi expresión y me pregunta: papá todo bien y reteniendo la respiración le muevo la cabeza con un si. Ya Diego tenía su verga parada, era una verga chica y blanca, sus 10 cm a lo mucho. Andrea me vía muy detenidamente como me mojaba la cabeza de la verga con saliva y hacia lo mismo. Para mí sorpresa Andres me dice: papá me dejas tocar tu verga? La verdad mi interior me decía no, pero estaba muy arrecho y le dije: Si dale. Mi hijo cogio mi verga, que estaba gomoza por la saliva y preseminal y comenzó a correrla, estando arrodillado al costado de mi, podía ver su verga oscura como palpitaba. Diego al ver eso, también quizo y me dice: Papá yo también y ambos cogian mi verga y toscanente corrían mi verga. Yo, al tenerlos a los dos a mi costado, cogi en cada manos sus vergas y empecé a pajearlos, Andres era quien lo disfrutaba más. Le digo, échenle saliva así como les enseñe y ambos le pusieron su saliva con sus manos, a los tres minutos de estar así, mi verga iba a reventar de leche, mirando a Diego le digo que me rasque los huevos y a Andres que coja con las dos manos mi verga y q siga subiendo y bajando y que le ponga saliva con su boca y así lo hizo, al ver como juntaba sus labios a la cabeza de mi verga hizo que este listo para botar mi leche, entre gemidos de placer comencé a decir: ahí viene la leche, ahí viene la leche y con mi mano derecha que estaba libre, porque Diego estaba más abajo acariciando mis huevos, moví mi verga a mi estómago y me corrí por mi pecho, estomago y bubis, gimiiendo de placer. Abrí mis ojos, y ambos estaban viendo mi verga que palpitaba aún y la leche que derramaba. Sonreí y les dije, esa es una paja hijos y señalando, esa es la leche que tememos los hombres cuando crecemos. Diego, más curioso, se acercó y con un dedo tocó un poco de leche que había en los pelos de mi verga y lo miró. Andres por su parte seguía agarrando mi verga y su mano estaba con leche de papá y la olió y me sonrió. Cogi mi boxer le limpie su mano y me limpie también yo. Ya era las más de la media noche y mis hijos quisieron quedarse a dormir conmigo, calatos nos quedamos a dormir en mi cama.

Ese fue el inicio a muchas experiencias que hemos tenido en casa y fuera de ella y la confianza que ahora tenemos los tres.

Ya luego seguiré contando más