El inquilino perfecto 1
Un nuevo miembro en la casa puedo cambiar toda la dinámica familiar. Nadie imaginaba cuánto iba a entrar el nuevo inquilino en nuestras vidas y cuerpos..
Cuando yo tenía 17 años mi mamá se fue de la casa y nos dejó solos a mi papá, a mi hermanito Alejandro de 10 años y mi papá, un hombre de 37 años de muy buen ver.
Mi papá se llama Alejandro, como mi hermano menor. Es un hombre que nos tuvo muy jóvenes y combina su trabajo de oficina con otro de entrenador de gym, por lo que tiene buen cuerpo y a mi parecer es guapo.
Yo me llamo Carlos y a mis 17 años ya me encuentro cursando la universidad y como siempre he sido deportista ya que mi padre me lo ha inculcado, por lo tanto, tengo un buen cuerpo. Soy delgado, casi con cuadritos y con piernas y nalgas de envidia.
Mi hermanito es un niño común de 10 años, delgadito y un poco bajito para su edad. Llama mucho la atención sus nalgas que siempre sobresalen, creo que es cosa de familia.
Como les decía, un buen día mi mamá se fue de la casa y nos quedamos los 3 hombres nada más. Fue un momento difícil para los 3, mi papá empezó a tomar mucho y a llegar tarde del trabajo, mi hermanito empezó a reprobar sus materias en la escuela y yo decidí buscar un trabajo para poder apoyar con los gastos, ya que no teníamos el dinero de mi mamá.
Así pasaron más o menos 6 meses en los que los 3 estábamos mal, era insoportable estar en mi casa. Ninguno de los 3 se preocupaba por limpiar ni bañarse, ni siquiera había comunicación entre nosotros 3, no sabíamos qué estaba pasando en la vida del otro. Un día estaba en el patio de la casa fumando un cigarro y tuve una idea que podría ayudarnos, pero tendríamos que trabajar como equipo para que funcione.
En el patio teníamos una bodega donde había cosas que no teníamos idea de qué eran. Pensé que era posible arreglarla y rentarla para poder cubrir un poco los gastos de la casa y también serviría para entretenernos y unirnos de nuevo.
En la cena le dije la idea a mi papá y Alejandro, yo me encargaría de buscar eventualmente a un inquilino y estar pendiente de los pagos. Pero todos tendríamos que limpiar y pintar para que quede decente el cuarto para poder rentarlo.
El fin de semana pusimos manos a la obra para dejar todo como nuevo, empezamos Alejandro y yo a sacar cosas mientras mi papá se encontraba en el gimnasio trabajando. Cuando él llegó ya habíamos sacado muchas cajas y quedaban sólo las cosas más pesadas que necesitábamos sacar entre los 2.
Así fueron pasando los días en nuestro nuevo proyecto, nos la pasamos pintando, pulimos los pisos, cambiamos las ventanas y muchas cosas más para dejar el cuarto listo para el futuro inquilino.
Empecé a anunciar el cuarto en redes sociales y le di a mi papá unos volantes que hice para que ponga en el gym y en su camino a casa. A los 3 o 4 días me empezaron a llegar llamadas. Como éramos 3 hombres en la casa, pensamos que un hombre se sentiría más cómodo rentando que una mujer, así que empecé a descartar a las mujeres.
Hice citas con algunos prospectos pero al final no llegaban o no les gustaba el cuarto. Hasta que un domingo llega mi papá con un chavo del gimnasio y nos dice que está interesado en rentar el cuarto, que ya le había enseñado las fotos y todo.
Se llama Orlando, procedí a mostrarle el cuarto, a explicarle como estaban los pagos y todo. El estaba muy seguro de que lo quería rentar, preguntó cuándo podía entrar y le dije que tan pronto como el quisiera y en menos de una semana ya teníamos inquilino nuevo.
Orlando era muy agradable, tenía 30 años, no era guapo de cara pero tenía buen cuerpo, delgado y marcado, muy moreno y aparentemente trabajaba en algo de contabilidad.
Se integró muy bien con nosotros, a veces lo invitábamos a cenar con nosotros y era muy bueno tener una persona más que nos distraiga a todos.
Orlando ya llevaba con nosotros dos meses más o menos y se acercaba el cumpleaños de Alejandro, mi hermano, así que mi papá compró un pastel y pidió pizza para unos amigos de Ale y nosotros.
Al momento de cantar el pastel vi que Orlando se acercó a Alejandro y empezó a masajear sus hombros y él le correspondía acariciando sus manos, los dos sonreían y vi que Orlando volteó a ver a mi papá y le guiñó el ojo, mi papá le guiñó de vuelta.
Se me hizo muy extraño ese intercambio de guiños y caricias pero no dije nada, sólo empecé a poner más atención en las interacciones de ellos 3 para tratar de analizar la situación mejor.
Terminando la pequeña reunión Orlando se quedó para ayudarnos a limpiar y en algún momento Alejandro se sentó en sus piernas, Orlando lo abrazó muy cariñosamente y Ale empezó a darle besos en sus mejillas y él le correspondía dándole igual besos en las suyas.
Yo seguí limpiando, me despedí y me fui a dormir al cuarto que comparto con mi hermano, después de unos minutos se acercó Alejandro a decirme que esa noche dormiría con mi papá en su habitación, sólo asentí y volví a intentar dormir.
Me levanté en medio de la noche, vi la hora y sólo llevaba una hora dormido. Fui al baño y todo estaba apagado, como esperaba, pero vi que en el cuarto de Orlando había mucho movimiento. Las luces estaban encendidas y se veían sombras en movimiento. No quería pensar mal, pero me asomé al cuarto de mi papá y estaba Alejandro durmiendo solo en la cama.
Decidí salir a ver dónde estaba mi papá, en mi mente ya sabía la respuesta. Me asomé a la ventana de Orlando y en la cama estaba mi papá en 4 recibiendo la verga de Orlando que le estaba dando muy duro, ya estaba a punto de terminar, se veía por el ritmo que tenía.
Orlando me vio en la ventana y me guiñó el ojo mientras empezaba a preñar a mi papá. Mi papá no dejaba de gemir y pedirle que le de su leche y que le encantaba ser su puta.
Orlando sacó su verga del culo de mi papá y le ayudó a ponerse de pie de forma que no me vea, me hizo una seña para que me vaya así que me fui corriendo a mi cuarto.
como continua
que buen relato
Sigue el relato?
Promete mucho
Me encantó, me encantó, me encantó 😁 que rico me vine con el final 🤤
Queremos saber el nuevo papá así que continúa