El inquilino perfecto 3
– Yo igual te amo papá. Gracias por la bienvenida a la familia. .
Cuando terminaron de coger se quedaron dormidos abrazados los 3. En ese momento aproveché para salir del cuarto de Orlando para ir a mi casa. Tenía una mezcla de sentimientos muy extraña al ver a mi padre, mi hermano y nuestro inquilino desnudos y llenos de leche en la misma cama.
Miles de preguntas daban vuelta en mi cabeza, la principal era, ¿esperaban que me una a ellos? No puedo negar que me calentaba como nunca ver a Orlando cogiéndose a mi papá y Alejandro. Moría por tomar el lugar de alguno de ellos y ser yo el que estaba mamando su verga.
Tan pronto como llegué a mi cuarto me hice la mejor paja de mi vida y terminé con leche en todo mi cuerpo, no aguanté más y lo hice de nuevo y luego otra vez. Nunca me había masturbado tantas veces seguidas.
Fui a bañarme y ahí de nuevo me masturbé dos veces más, ya ni siquiera tenía semen que sacar, pero la calentura no se me quitaba. Quería unirme lo que sea que ellos tenían, estaba decidido.
Cuando estaba saliendo del baño mi papá y Alejandro ya estaban en la casa, estaban en la cocina guardando todo lo que habían comprado. Tuve que mentirles y decir que me dormí toda la tarde y por eso no me había dado cuenta de su ausencia. Ellos actuaban como si nada hubiera pasado, la relación entre ellos no parecía haber cambiado para nada. Mi papá preparó la cena para nosotros y después de comer cada quien se fue a su cuarto.
En la noche vi que salió de la casa, era obvio que iba a que Orlando le dé una nueva ración de leche. Mi padre era insaciable, no lo culpo. Yo me quedé dormido, no quería seguir dándole vueltas al asunto, por lo menos no ese día y tenía que madrugar para ir a la universidad.
El día siguiente transcurrió como un lunes cualquiera, la única diferencia es que todo el día me estuve pensando en mi papá y Ale mamándole la verga a Orlando al mismo tiempo.
Apenas llegué a mi casa lo primero que hice fue darme un baño y aproveché para hacerme una buena limpieza. Estaba dispuesto a que Orlando me coja, desde el día que lo vi con mi padre sabía que eso quería. Quería que mi primera vez fuera perfecta. Tenía una hora para prepararme y sorprender a Orlando.
La hora más eterna de mi vida estaba por terminar, estaba listo para ver a Orlando en su cuarto, me armé de valor y fui a llamar a su puerta. Orlando me dijo que pase, estaba dándose una ducha.
Salió del baño totalmente desnudo y con su verga totalmente erecta.
– Te dije que aquí a nadie se le obliga a nada, ¿te quieres unir a la familia? – Preguntó con una sonrisa en rostro.
– Pongámosle un fin a esto – Le dije poniéndome de pie.
– O un inicio – Contestó acercándose a mi y tomándome de la cintura para besarnos.
Nos dimos un apasionado beso, era mi primera vez besando a un hombre. Es una sensación totalmente diferente a besar a una mujer. La fuerza, la pasión, el ritmo, las caricias. Todo era diferente y me encantaba esa sensación.
Me encantaba sentir sus manos tocar mi cuerpo y mis manos tocando el suyo, sin darme cuenta ya estaba desnudo. Él me masturbaba y yo a él, le apretaba los pezones y él a mi, le abría las nalgas y él a mí.
Me puso en 4 en la cama y empezó a darme mi primer beso negro, era delicioso sentir su lengua en mi ano virgen, se sentía delicioso el pasar su lengua. Orlando intentaba penetrarme con su lengua y casi lo lograba.
Me di la vuelta y le mostré mi verga erecta a Orlando, él no lo dudó un segundo y empezó a chupármela. Empezó chupando sólo la cabeza como si fuera un paleta y me encantaba. Es cierto que los hombres lo hacen mejor que las mujeres. Tomé su cabeza y empecé a cogerlo por la boca, me encantaba escuchar como se ahogaba con mi verga a pesar de no ser tan grande como la de él.
Me puse de pie, lo acorralé contra la pared y empecé a cogerlo por la boca en esa posición, ya no tenía escapatoria, era delicioso ver al macho que se estaba cogiendo a mi papá y a mi hermano de rodillas y ahogándose con mi trozo de carne.
La puerta del cuarto se abrió, voltee a ver mientras seguía bombeando la boca de Orlando. Ahí estaba parado Alejandro con la boca abierto viendo cómo me cogía la garganta del hombre que anoche lo estaba preñando. Orlando se sacó mi verga de la boca y le dijo a Ale que se acerque, mi hermano se acercó, se puso de rodillas junto a Orlando y se puso mi verga en la boca. Empezó a darme una mamada un mejor que la que el inquilino me estaba dando.
Mi hermano era un maestro del sexo oral. Tuve que sacar mi verga varias veces de su boca para no venirme tan rápido. Orlando se había hecho a una lado y se masturbaba mientras nos veía a mi y a mi hermano dándonos placer.
Orlando se puso de pie, nos tomó a los dos y nos llevó a la cama, puso a Alejandro en 4, abrió su culito y me dijo que me lo coja. No me lo tuvo que pedir 2 veces. Escupí en el culo de Alejandro y su culo se fue comiendo de poco a poco mi verga. Era mi primera vez cogiéndome un culo y era delicioso.
Sentir lo apretado del interior de mi hermano me estaba llevando a las nubes, él ya sabe moverse mejor que cualquier mujer con la que he estado. Podía ver por cómo se movía que enserio disfrutaba la verga. No noté en qué momento Orlando se puso frente a Ale para ponerlo a mamar su verga.
Mi hermano esta fuera de sí disfrutando dos vergas, Orlando y yo tratamos de darle al mismo ritmo por los 2 lados.
– Tu hermano da los mejores orales del mundo – Me dijo Orlando entre gemidos.
– Esto querías ¿no? Dos vergas para ti solito, porque a tu papito ya no se le para – Le dijo a Alejandro mientras lo veía a los ojos. Mi hermano sólo asintió mientras lo veía a los ojos.
Así continuamos unos minutos más cuando mi papá entró al cuarto. Sólo sonrió y se empezó a desnudar. Se acercó a mi ya desnudo, me jalo haciendo que saque mi verga del culo de Alejandro y empezó a besarme apasionadamente.
– Bienvenido a la familia, hijo. – Fue lo único que dijo, luego se puso de rodillas y se metió mi verga a la boca.
Mientras mi papá me comía la verga, Orlando ya se estaba cogiendo a mi hermano piernas al hombro. Empecé a coger a mi papá por la boca, como le estaba haciendo unos minutos atrás a Orlando y Alejandro.
Ver a mi papá de rodillas atragantándose con mi verga es una sensación que aún al día de hoy no sé cómo describir, pero definitivamente algo despertó dentro de mí. Tomé a mi papá lo más fuerte que pude, lo presioné en mi pelvis y empecé a llenar su garganta de mi leche.
Tomé a mi papá del rostro para que se ponga del pie y nos dimos un apasionado beso, luego lo empujé en la cama y lo puse en 4 para mamar su culo sudado después de un día en el gym.
El olor y el sabor eran embriagantes, nunca pensé que el olor a macho sería algo a lo que me haría adicto. Era delicioso sentir es culo cerrado que poco a poco cedía a mi lengua e iba abriéndose. Me la pasaba alternando en tus nalgas, sus huevos y su culo. Le daba nalgas y apretaba sus nalgas, escupía en su culo y me lanzaba s meter mi lengua en su hueco. Escuchar a mi padre y mi hermano gemir de placer era música para mis oídos.
Sentía que estaba en un sueño o drogado, pero la sensación era lo más real que nunca había sentido.
Quería romperle el culo a mi papá, quería que le duela por haber ocultado que era un puto, que le encantaba la verga y que se estaba cogiendo al inquilino.
Me puse de pie, escupí en la cabeza de mi verga y se la dejé ir de golpe. Sentía que me venía pero lo pude retener, sentir cómo su culo se forzaba para adaptarse al tamaño de mi verga era delicioso. El gemido de mi papá fue más de dolor que de placer pero no me importaba, sólo quería sentir mi placer en ese momento.
Orlando empezó a gemir muy fuerte, estaba preñando a mi hermano, los dos gritaban al unísono mientras se abrazaban. Orlando mordía el hombro de Alejandro y este le hundía las uñas en la espalda al inquilino. Después Orlando me confesó que el gemido e mi papá lo calentó tanto que no pudo contener su leche.
Empecé a coger fuerte a mi papá, lo escuchaba gemir y pedir más. No paraba de decirme que me amaba y que le encantaba mi verga.
Hice a un lado a Orlando y Alejandro en la cama y le dije a mi papá que se ensarte él solo en mi verga, que se gane la leche si la quería. Empezó a cabalgar mi verga, mi papá se movía delicioso, se veía que estaba hambriento de verga y leche.
Lo tomé de la cadera y empecé a cogerlo duro. Mi papá empezó a venirse sin tocarse, su culo apretaba mi verga y empecé a preñar a mi papá. Le estaba dando leche al culo del hombre que me dio la vida y yo tenía la suya en mi pecho.
Los 4 nos quedamos en silencio unos minutos. En el cuarto sólo se escuchaban nuestros jadeos, sólo se sentía el olor a sexo, sólo se percibía el calor característico de una buena sesión de sexo.
– Hijo, te amo. – Me dijo mi papá y me dio un beso.
– Te amo Alejandro, te amor Orlando – Continuó mi papá.
– Yo igual te amo papá. Gracias por la bienvenida a la familia.
Esa es la historia de mi particular familia. Mi papá y Orlando son pareja pero los 4 tenemos sexo y lo disfrutamos siempre como si fuera la primera vez.
Que familia tan genial, todos disfrutando del placer del sexo entre hombres, disfrutando de sus falos genial relato me corri dos veces, continuaras haciendo mas relatos, esperemos que si amigo
hola mi estimado me gusto tu saga pero se me hizo corta, espero sigas contando mas de esta deliciosa familia salu2
Hola. Genial la serie de relatos. Ojala puedas continuarla o complementar como hablaron del tema después de ese encuentro entre los 4, como se conocieron tu padre y orlando y como y desde cuando tu hermano disfruta de todo esto. Saludos
Grandioso desenlace!
Gran Historia