El inquilino ruidoso
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Yo ya lo había visto antes, puesto a mi padre lo invitaba mucho a almorzar, siempre fantasee con él al comenzar mi pubertad y claro mi vida de gay, hacia todo lo posible por estar siempre metido entre ellos, no perdía oportunidad para pasarle un vaso, ofrecerle algo de comer, lo dejaba ver televisión, como toda una mujer ganándose a su hombre.
No paso mucho tiempo de que el inquilino (Elías), porque ese era su nombre, comenzará a traer mujeres a su cuarto, siempre lo hacía cuando mi madre no estaba porque a ella no le parecía, al cabo de unos tres meses comenzó una relación con una mujer mayor que él, incluso mayor que mi madre, me sentí mal, deje de hablarle, ya no lo trababa bien, creo que todos notaron mi cambio, la mujer era casada y mantenía una aventura con él, eso me enojaba mas, porque ella solo venía por su dosis diaria de sexo y se marchaba así era todos los días.
Resulta que movió sus cosas dentro de su cuarto, quedando su cama pegada a la pared que colindaba con mi recamara, lo supe porque cada día, cuando la mujer venía por su dosis, la cama rebotaba contra mi pared, gritaba ¡Métemela! ¡Métemela!, además de otros gritos mas, se escuchaban sus gemidos, al principio me enojaba porque era como echarme sal en la herida, al poco tiempo olvide mis celos y comencé a masturbarme con la idea de verlos hacerlo, tanto que me colocaba en la pared para escuchar mejor mientras lo hacía, en ocasiones fantaseaba con que era yo a quien hacían gritar de tanto gozo, pasaron los meses y masturbarme ya no me bastaba para aliviar mi calentura, así que me arme de valor para seducir a Elías.
Tuve muchos intentos fallidos, previsto a que comencé a ser algo amanerado, en mis plenos 16 años, pues él entendía bien mis mensajes, pero no caía, siempre me decía no juegues con fuego porque puedes quemarte, no sabía qué hacer, se acercaba mi cumpleaños, solo faltaba mes y medio, así que me propuse comerme aquel hombre antes de tal fecha, así pasaron los días, hasta un día en que me entere que terminó con aquella mujer, más bien la mujer lo deshecho porque había encontrado otro jovencito para satisfacerla, ese día no había nadie en cala y conversamos, le dije que no sintiera mal, que habían muchas otras mujeres que lo apreciarían, le dije que porque se ponía así, algún día iba pasar.
El casi no hablaba, entonces le dije, me iré a duchar porque si llegan mis papas y no lo he hecho me pondrán tremenda regañida, así que fui corriendo a ducharme, sabía que era mi oportunidad, bueno más bien se podía presentar la oportunidad, al salir me puse un bóxer pegadito que acentuaba mi nalguitas, encima unos shorts cortitos y un playera.
Al salir de mi recámara me asome por la ventana para ver si lo veía y cuál fue mi sorpresa, no estaba, me sentí como novia de pueblo, vestida y alborotada, en eso escucho que se abre el portón salí pensando que era algún familiar, pero era él había ido a la tienda por cerveza, me emocioné tanto que le dije, ¿me invitaras una? El solo me dijo, si se entera tu madre me corre, le dije no tiene porque enterarse, yo no le diré nada y él me dijo rápidamente, bueno pues pero vamos al fondo a mi cuarto, no lo dude así que me lance y fui.
Al llegar ahí el me destapó una cerveza, yo ya había tomado antes cerveza pero a escondidas así que no me sabía extraña, el se asombro al ver que me la tome rápido y me dijo, chupas muy rápido y le dije: a veces despacio cuando quiero que dure, el me dijo: si como todos.
En eso comenzamos a platicar de temas al azar y le dije, oye no te enojes pero quiero saber algo y me dijo, dime yo contesto, le dije es que en ocasiones no me dejabas dormir, porque escuchaba los gemidos a través de la pared, el rápidamente se quedó boquiabierto y me dijo, ¿enserio?, le dije claro, no te mentiría con algo así, entonces él me dijo, pues no se que tienen ellas, creo estaban muy necesitadas porque todas gritaban, a lo que contesté: o tu lo provocabas.
Así estuvimos, cuando se acabó la cerveza y me dijo ni modo, no saque más dinero del cajero, dando a entender que había sido todo, y le dije así todo nervioso, ¡Te deseo desde que te conozco, eres mi hombre ideal!, el no supo que decir por unos segundos, y me dijo, lo noté desde que te vi, pero eras muy peque, y no quería problemas y le dije, entonces aprovechemos que estamos solos, no habrá otra oportunidad por mucho tiempo, a lo que él me dijo, ¿quieres verla?, no dude y con la cabeza acerté indicándole que sí.
El desabrochó su cinturón, desbotonó su pantalón y bajo su bragueta, yo esperaba con ansías poder verla por fin, se quitó el pantalón y se quedó solo en bóxers algo holgados pero sexys, me dijo acércate, descúbrela tu mismo, algo nervioso me acerque, froté sus piernas ejercitadas eran hermosas y velludas, no podía mas mantenerme solo tocando, puse mis manos sobre la silueta de su pene que se marcaba por encima de sus bóxers, y me dijo bájalos, obedecí de inmediato, se los bajé y me sentí en un sueño, por fin pude verle su pene que tanto imaginé en mis fantasías, estaba semierecto, algo largo y grueso, con unos testículos muy pronunciados en venas, era magnífico, no sé porque cuanto tiempo estuve observándolo, cuando el me dijo, anda ya tócalo, tembloroso obedecí, estaba tibio y comenzaban a marcársele mas venas por todo su tronco, quise mostrarme algo experto, y dirigí mi boca hacia su glande, lo toque con las comisuras de mis labios, el me dijo chúpala y comencé hacerlo con mucho cuidado pues era la primera vez que tenía una de frente, en mis manos y en mi boca, estuve haciendo lo mío por varios minutos, cuando él tomó mi nuca y comenzó a restregarme hacía su miembro, de mis ojos comenzaron a brotar pequeñas lagrimas pues ese enorme pene no me cavia en la boca, tanto que en ocasiones sentí muchas ganas de vomitar, él se había vuelto otra persona, mientras yo me soltaba para poder respirar el me empujaba más hacia él.
Estuve sufriendo y gozando por sus arrebatos hacía mi boca, cuando me dijo, ahora me toca a mi chupar algo, en eso por un momento creí que me iba a chupar el pene, cuando me da vuelta y me dice empínate, lo hice y enseguida sentí sus dedos recorres mis nalgas, las pellizcaba, manoseaba, en eso sentí algo mojado en mi ano, voltee para ver que era y note que tenia sumergida la cara en mi rayita, me daba lengüetazos como queriéndome perforar con la lengua, luego intentó meterme un dedo y yo repliqué por puro instinto haciéndome hacia adelante, el me dijo, perrita quédate quieta lo querías por mucho tiempo ahora lo vas a tener, sus palabras no me hirieron solo me calentaron y obedecí como una “perrita” tal y como él me había llamado.
Después de meterme un dedo no le bastó uno, comenzó a meterme más dedos, yo sentía un ardor, pero sabía que venía algo mejor, en eso él se alejó de mi abrió un cajón y saco unas cosas, no sabía que era, solo cuando siento en mi hoyito algo frío, después supe que era lubricante, el me decía que no volteara pero mi curiosidad era inmensa quería saber que pasaba, entonces sentí como algo grueso comenzó a presionar contra mi hoyito, sabía que era ese enorme pene que desee por mucho tiempo, sabía que mis esfuerzos habían valido la pena, estaba orgulloso de lo perra que fui para conseguir ese hombre, cuando sentí un dolor inmenso, había introducido su pene, creí que me la había metido toda, y le dije no me la metas toda que me duele mucho, el me dijo, calla perrita que apenas te metí la cabeza, en eso mi nerviosismo aumento, pues si solo la cabeza me causaba tanto dolor, cuánto dolor me causaría todo ese enorme palo, el comenzó a masajearme las caderas, me decía relájate y no te muevas, sino te dolerá mas.
Trate de distraerme por completo pero el dolor no disminuía para nada, así que intenté zafarme, en eso, me dijo, quise ser paciente perrita pero no me dejas otra opción a lo que me agarro con sus enormes brazos bien trabajados y presiono mas sobre mi hoyito, sentí que me partía en dos, unas lagrimas brotaron de mis ojos, por un momento me arrepentí pues yo lo seduje, pero ya al tenerla toda adentro se quedo así por unos minutos, después comenzó un suave mete y saca que comenzó a aliviar mi dolor y se volvió placer, así que me dedique a disfrutar aquel hombre que rondaba en mis fantasías, el me dijo con una voz algo dulce: perrita siento haberte lastimado, pero no me gustan las perritas que se revelan ante mi reata, me gusta que cuando se las doy la reciban, eso me hizo pensar y recordar las veces que escuchaba gritar a todas las mujeres que pasaban por su cama, y le dije: hazme lo mismo que a todas esas mujeres, hazme gozar como nunca.
El aumento su mete saca y así fue acelerando hasta que el sonido del chocar su pelvis contra mis nalgas invadían toda la habitación, yo solo alcanzaba a dar unos gemidos muy bajitos y él me dijo grita perrita grita, así que comencé a gritarle métemela, métemela, me tuvo así como unos 15 minutos, cuando me cambió de posición, me puso boca arriba, se coloco frente a mí y elevo mis pies a sus hombros, me la metió sin más preámbulos, me sentía en el cielo, podía sentir chocar sus testículos contra mis nalgas, en eso, sentí un cosquilleo en mi pelvis y comencé a eyacular, sin tocarme eyacule gran cantidad de semen, más que cuando me masturbaba imaginándome la misma escena.
Volvimos a cambiar de posición, ahora el acostado boca arriba, ahí pude apreciar con plenitud su miembro y algo que no había notado, llevaba puesto un condón, por mi calentura había olvidado por completo la protección, en eso me dijo, siéntate en ella, así que lo hice me senté en tremenda reata y me levantaba levemente y volvía a introducirme, así en varias repeticiones, cuando él me jalo hacia su cuerpo quedando acostado sobre él con su reata aun dentro de mí, con sus piernas abrió las mías y el comenzó a controlar la penetración, yo gozaba al máximo, en eso, el sostuvo mi pene semierecto debido a que ya había eyaculado antes, y seguimos así unos minutos más cuando el sin sacármela me voltea de nuevo yo de a cuatro comienza su mete y saca, era majestuoso el placer que sentía en esa posición, comenzó a tocarme el pene una vez más, pero en esta ocasión al ritmo de la penetración, eso me puso a cien y casi simultáneamente, volví a sentir aquel cosquilleo en mi pelvis, y eyaculé por segunda vez y esta vez sentí un riquísimo orgasmo, mientras el soltaba un grito frenético, y tensaba todo su cuerpo, dejó de moverse unos segundos, en lo que duró su orgasmo, aun con su reata dentro de mi hoyito no tumbamos de lado, no tardamos y me la sacó con mucho cuidado para que no se le saliera el condón, al sacarla aun la tenía algo erecta, estuvimos recostados unos minutos mas y comenzamos a vestirnos rápidamente ya que era tarde y mis padres podrían llegar en cualquier momento, mientras nos vestíamos le dije que fue asombroso, que me lo había imaginado de mil maneras pero jamás como acaba de pasar, él solo me dejo ver esa sonrisa que tanto que encantaba de él, no quise quedarme con la duda y le pregunté qué cuanto le medía y él me contestó que apenas unos 19cm de largo y unos 7cm de diámetro, aproximadamente, me asombre, terminé de vestirme e iba saliendo cuando me detiene y mientras me restregaba su miembro contra mis nalgas, en eso quise voltear y cuando volteo me sorprendió con un beso algo corto pero delicioso, nos agradecimos mutuamente y me marche.
Debo decir que ese fue el inicio de muchas más aventuras con mi INQUILINO RUIDOSO.
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