El instructor del Gym
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Tyrion.
Este relato comienza cuando tenia 20 años, cuando empezaba a conocer el mundo yo solo y a probar las delicias del sexo.
Era mi primer día de trabajo en un despacho de auditorias; un poco extraño pero conforme pasaron las horas me fui adaptando a los compañeros y el espacio, llegó la hora de ir a comer y no sabia donde y que lugar se comía mejor y aparte quise salir solo para conocer los alrededores, pase por una cocina económica, entré a probar y la verdad que estuvo rica.
Comí muy rápido así que tenía tiempo para merodear los lugares cercanos, de pronto veo un gimnasio, hacía un tiempo que no hacia ejercicio y decidí acercarme a pedir informes; empecé a ir al gym un par de años atrás para lograr un poco de masa muscular, eso si lo que siempre tuve unas nalgas muy bien puestas.
El caso es que decido entrar al gimnasio, estaba una chica robusta mal encarda, me acerqué para pedirle informes de los servicios, no me contestó nada solo toco un timbre que estaba a la orilla de una mesa y por fin habló, –“en un momento vienen” le llamó al instructor para que me enseñara las instalaciones.
Estaba viendo unos trofeos de competencias cuando de pronto me dicen, buenas tardes amigo vienes a conocernos y me extendió su mano, una mano suave pero con fuerza… para mi sorpresa estaba frente a mi un hombre muy varonil, de barba cerrada, de unos 30 años y un cuerpo muy bien trabajado por el ejercicio, pero no de esos musculosos de competencia, estaba perfecto, piel morena clara, cara, brazos, un pecho bien formado con vellos, espalda, piernas, abdomen, unos ojos color miel… puff estaba perfecto (buenísimo),
–“sígueme” me dijo y caminé de tras el…
Tenía unas nalgas que se antojaba comer, con la mirada lo iba desnudando, me explicó horarios, aparatos y clases de distintas actividades que ofrecían por el mismo costo, yo embobado por su físico quede absorto y ni escuchaba que más me decía, yo solo acentuaba con la cabeza
–“entonces? me preguntó, “que te pareció el gimnasio”…
“espectacular” le dije, pero me refería más a él que a lo que me había mostrado
–“entonces te esperamos por acá?, “claro” le conteste, yo mañana vengo a inscribirme.
Y así fue, al día siguiente me levante temprano para ir a hacer ejercicio, más bien para ver a ese monumento de hombre, de hecho no dormí bien de estar pensado en el instructor, llegué e hice el trámite y quede inscrito, le llama al instructor la misma mujer del día anterior y cual va siendo mi sorpresa habían lo cambiado, dónde estaba aquel hombre de ayer, que ni su nombre supe, donde se había metido, un sin fin de preguntas sin respuesta, solo me preguntaba dónde estaba él.
Me resigné y comencé la semana con este instructor, este estaba más grande como de 45 años, blanco, lampiño, músculos por todo el cuerpo, supuse que los trofeos que estaban en la entrada eran de el, no se veía mal pero no había comparación con el que me había atendido.
Así pasaron los días y no supe más del instructor hermoso que había visto allí, me concentré en ejercitarme y así lo hice, paso la semana muy rápido y por lo menos estaba contento por los resultados, dicen que “si no duele no sirve”, y a mi me dolía todo el cuerpo.
Llegó la segunda semana de entrenamiento, ya menos adolorido pero con las ganas de ejercitarme, llegué al gimnasio y de pronto lo voy viendo, el hombre que interrumpió el sueño desde el primer día, allí estaba él todo un macho perfecto, esa hombría sin igual con su sonrisa cautivadora, se acerco me dio su mano
–“si cumpliste”
“claro”, “pero para mi sorpresa no estabas y sonreí
-“tenemos cambio de turno, una semana me toca por la mañana y otra por la tarde, por cierto me llamo Juan José, pero veamos que has aprendido”
“tengo una rutina de acondicionamiento físico para ejercitar todo el cuerpo”, y caminé hasta donde están los aparatos para hacer sentadillas, de pronto pude ver por los espejos que me estaba mirando las nalgas, volteo a verlo y se ríe con cierta maldad, –“deja te ayudo pero ponle más peso para que revientes esas piernas”
“te ayudo”, –“escuche bien”…
Así lo hice, me preparé, el estaba detrás de mi, abrazándome por la espalda me sentía en las nubes, me estaba abrazando, sentir su cuerpo cerca me excitaba mucho, empecé a bajar lentamente y el ayudándome a subir, o más bien acercándome su trozo de verga que al parecer se le estaba poniendo dura, bueno al menos pude sentir algo que rozaba mis nalgas, cada vez sentía más el roce, terminé la primera sesión de cuatro y pude ver entre su pants que su verga se estaba alborotando, pasaron dos minutos
–“vamos a seguir que nos enfriamos” –me dijo riéndose,
A la tercera sesión pude sentir aquel trozo de carne dura más cerca a mi, pude percibir el calor que salía de su ropa, yo estaba igualo más caliente que él, al subir sentía más su cuerpo pegado al mío, tome tiempo para bajar y el estaba allí pegado a mi, su verga y mis nalgas juntas y deseosas de algo más y para la cuarta sesión ya no ocultaba nada, pude sentir como me encajaba su verga en mis nalgas, eso me puso muy caliente, pensé que me bajaría el short y metería su verga, tenía unas ganas enormes que fuéramos a otro lado a calmar nuestra calentura, pero no fue así, al terminar con las sentadillas solo sonrió y alguien le llamó y se fue.
Continué con los demás ejercicios hasta terminar mi rutina, el solo estuvo cuando las sentadillas, de lejos me observaba para ver lo que hacía y de vez en cuando me sonreía…
Me dirigí a las duchas y ya estando desnudo y bajo el agua, entró Juan José con su mirada clavada solo en mi trasero, fue hasta el lavabo a lavarse los dientes y de reojo vi que me miraba por el espejo, no apartaba la mirada de mi, sin importarle si entrara alguien y lo sorprendiera, se veía deseoso de ver mas, empecé a tallarme las nalgas con el jabón y solo vi su expresión de asombro y placer morboso de verme así, me voltee para verlo de frente, sonrió,
–“te ves muy bien” –me dijo,
Yo solo baje la cara y seguí bañándome, esta vez me agaché a propósito para lavarme los pies dejando mi ano al descubierto y vi como se saboreo mi culo, mordió sus labios, se acomodó la verga para que no se notara tanto su erección, se sonrió maliciosamente y salió del baño porque estaba entrando un socio a hacer lo suyo, terminé de bañarme y me vestí, me dirigí a la salida y al pasar a un lado de el pude despedirme y salí rumbo al trabajo, caminé recordando esa mirada, todo el me hacia pensar de más, todo el día tuve grabada su sonrisa, su mirada clavada en mi.
Al día siguiente llegué más temprano de lo habitual, para que me diera tiempo de desayunar con calma, llegué y aún estaba cerrado el gimnasio, vi el reloj y pasaban de las 6 am y según habrían a las 6, no esperé mucho cuando veo que se acerca un carro amarillo y veo que era el, Juna José, le sonreí y le hice señas que viera el reloj y eche a reír, pero más por nervios que por hacerle la broma, se acerco y me saludo, se disculpo y nos dirigimos a la puerta, entramos y encendió las luces –“voy a cambiarme rápido” al baño dijo y se marchó.
Cuando regresó yo ya había empezado mi rutina estaba en la primera sesión de sentadillas cuando escuche a lo lejos que decía… “para para, hay que ponerle mas peso”, se acercó y me ayudó a poner los discos de peso a la barra, en seguida se paró de tras, puso sus brazos por mi espalda abrazándome y de nuevo empezó el roce entre mis nalgas y su verga, sentí mi verga reaccionar ante aquel roce y nuevamente estaba allí, todo caliente y restregándome su pedazo de carne duro, esta vez sin importarle lo que pensara me acercaba más y más su verga cada vez que me ayudaba a subir, yo creo que lo hizo porque estábamos completamente solos, sin tapujos no perdía oportunidad de restregarme su verga, yo me sentía a full, entre cada descanso el se acomodaba su verga que sin duda esta totalmente erecta.
En cierto momento sentí un calambre que me recorría el cuerpo al sentir su verga tan dura y cerca de mis nalgas, al acomodar la barra en su lugar tuve que inclinarme un poco y pude sentir más su lo caliente que estaba, no me importo me voltee y baje su pants tenia una verga deliciosa, grande como de unos 22 cm y de grosor regular, estaba súper lubricada, la masajee un rato y después me la lleve a la boca, pude ver que se retorcía de placer, al mismo tempo que se la chupaba se la jalaba con la mano, aceleré el ritmo y ya apunto de comenzar el orgasmo sonó el timbre de la puerta, de inmediato se subió los pants, se acomodo el paquete y salió a abrir.
Seguía era ejercitar el pecho y allí estaba yo todo caliente y con unas ganas tremendas de coger con el, estaba riquísimo y solo de imaginarlo desnudo me calentaba más, continué con la rutina, de pronto se acercó y yo estaba acostado haciendo pecho en un banco, preguntó que como iba y le dije que bien pero que tenía un problema, de inmediato se agacho para preguntarme en que me podía ayudar, en voz baja le dije al oído que quería coger con él, sonrió y se levantó, volteo para ver donde estaba el señor que había llegado y al ver que estaba muy ocupado en lo suyo y no nos podía ver se acerco a mi cara, bajo el pants y me metió la verga de nuevo en la boca, me estaba cogiendo por la boca y yo disfrutaba mucho ese momento.
— “la chupas bien rico cabrón sigue así, quieres mi leche en tu boca” preguntó
No conteste y seguí disfrutando de aquel trozo de carne, volvió a sonar el timbre y se acomodó nuevamente y me dijo
–“no nos van a dejar saciar nuestra calentura, sonrió y se fue a abrir.
En eso empezó a llegar más gente y el se fue a atenderlos.
Termine y me dirigí al baño, esta vez esperando que viniera de tras de mi, pero lo entretuvo una chica, de esas que no pierden su tiempo y se la pasan coqueteando con él.
Ya estaba bañándome cuando de pronto sin darme cuenta ya estaba parado atrás de mi, brinque del susto que me paró y el empezó a reír y a disculparse por tal susto, se dio la vuelta al lavabo y empezó a lavarse los dientes, esta vez lo provoqué más, yo quería una respuesta si es que tenía las mismas ganas de coger como yo, me agache lo más que pude para que pudiera ver mi ano hambriento de verga, el se volteo y se dirigió a mi, cerré los ojos y de pronto sentí su mano tocarme, me sobó las nalgas enjabonadas hasta llegar a mi agujero, masajeo un par de veces y se puso de rodillas y acercó su boca a pocos centímetros de mi culo, sentía su respiración y en eso empezó a darme lengüetazos y eso me hizo excitarme mucho.
–“que rico culo tienes Paquito, desde el primer día que te vi solo espere este momento”.
Sabia mi nombre, y en su boca se escuchaba maliciosamente cachondo, con las manos abrí mis nalgas para que pudiera comerme más el culo, se puso de pie y se bajo el pants….
sacó una tremenda verga circuncidada que me dejo boca abierta
–chúpamela cabrón” anda que quiero ver como lo haces.
Entre el nervio de que alguien llegara y nos sorprendiera me excitaba aun más, la tome en mis manos y empecé por pasarle mi lengua alrededor de su cabeza, le di varios lengüetazos como su estuviera saboreando un helado y abrí mi boca lo más que pude para tragarme todo ese pedazo de carne dura que tenía un sabor esquisto, no cabía toda por más que dejaba que llegara hasta la garganta
–“que bien la chupas, eres todo un experto”.
Me estaba cogiendo por la boca, me agarró la cabeza y empujaba su verga hasta llegar a mi garganta, así estuvo un rato hasta que se escucharon ruidos, me levantó y se apodero de mi boca con un beso fuerte, ardiente de deseo, quería sacarme la lengua con sus labios
–“tienes que ser mío pero aquí no”, me dijo separándose de mi
–“por qué no nos vemos más tarde cuando salga de aquí, igual coincide con tu tiempo de comida”, me preguntó, respire profundo y le conteste con un SI.
Al salir del gimnasio me dio un papelito con su número y también tenía un mensaje
–“no sabes las ganas que tengo de estar contigo”.
Esperé un par de horas para escribirle un mensaje, que solo decía “hola soy Paco y este es mi número”, de inmediato sonó, –“hola”, era él con su voz ronca y varonil, –“por qué tardaste tanto en escribir pensé que te habías arrepentido y no te había gustado lo que hicimos”
“si me gustó y mucho, estoy esperando con ansias de verte, claro si es que puedes”, le dije,
–“te veo a las 2:05 en la esquina de tu trabajo”;
Y así quedamos, me sorprendí que sabía donde trabajaba, cómo lo supo me pregunte, pero en ese momento solo pensaba en estar con el y no me importo quedarme sin comer, era más la calentura y pensar en ese tremendo pedazo de verga que me iba a comer.
Puntual y sin excusa estaba estacionado su carro amarillo en la esquina, me acerque y me dijo –“vamos sube al auto” voltee a mi alrededor para que nadie de la oficina me viera y me subí, estaba contento y emocionado; y un poco nervioso por lo que se venía, el me trasmitía confianza, se acercó y me dio un beso, me sorprendió que no le importo que alguien nos viera, me acarició mi mejilla y arrancó en carro.
Tomo un camino corto y se estacionó frente a un edificio, –“llegamos, aquí es donde vivo”.
Me trajo a su casa?, y a cuantos había traído acá o a cuantas pensé.
Lo seguí y entramos al edificio, subimos unas escaleras, se paro frente a una puerta con el número 202 y abrió el departamento, vi un lugar muy bien organizado y limpio, eso no se da muy bien en los heterosexuales, pensé, bueno ni sabía si era gay o bisexual, no sabia nada de el, solo que trabajaba como instructor y que me hizo sentir lo que nadie.
Se acerco dándome un beso y me preguntó si tenía hambre, “algo”, le conteste, “pero tengo más ganas de estar contigo” le dije sin remordimiento alguno, empezó a reír y con su voz ronca que enamora a cualquiera me dijo – “primero comemos algo y después el postre, déjame consentirte por favor”, si no, no vas a aguantar la tremenda paliza que te voy a dar” y echo a reír.
Comimos un guisado que el había preparado, que por cierto esta muy rico y mientras comíamos platicamos un poco de todo para conocernos más, pasó el tiempo rápido y yo no veía en que momento empezaría la acción, no me quedaba mucho tiempo disponible, de pronto se acercó, me dio un beso y me preguntó que si me había gustado la comida
–“estuvo muy rica”, le conteste
Me dio un beso y luego otro y otro más y de repente preguntó
–“a que hora tienes que regresar”?
En ese momento no me importó el retraso al trabajo y le dije que se tomara su tiempo que no llevo prisa y continuamos con los besos, empezó a quitarme la ropa despacio con suavidad, con calma, veía que disfrutaba cada parte de mi cuerpo que iba quedando al descubierto, acariciaba cada espacio desnudo de mi y yo al mismo tiempo lo seguía con los mismos movimientos, los besos no paraban, así hasta acabar desnudos en el sillón de su sala, entre susurros me decía que desde el primer momento en que me vio le había gustado mucho y que mis nalgas lo excitaban mucho, a lo que le contesté que eran suyas y podía hacer con ellas lo que quisiera, entonces me volteo y me tumbó boca abajo en el sillón y empezó a besarme las nalgas después el culo para después empezar con la lengua, lo hacia de una manera que me llevaba al cielo, me daba unos lengüetazos que sabía exactamente donde me hacía retorcer de placer, así estuvo un rato, de pronto sentí un dedo querer entrar por mu culo y vio que me estremecí, estaba muy apretado y no me gusta mucho que me metieran los dedos
–“como me gustan, bien apretadito cabrón, ahora si vas a asentir lo que es tener mi verga adentro” –“te voy a lubricar y a dilatar bien tu culito hasta que me la pidas a gritos cabrón”.
Esa manera de ser, de repente drástico y cachondo y al mismo tiempo tan cariñoso y amable, me volvía loco.
Después de un rato me volteo y me acercó a mi cara su verga, que ya estaba muy dura, bien parada y lubricada con su fluido pre seminal, lista para enfundarla en mi agujero, pero me pidió que se la mamara y sin pensarlo obedecí, fueron tales las metidas de su verga a mi garganta lo hacia gemir y estremecerse de placer
–“ahora si papito vamos a coge ya no aguanto más, ya quiero tu culo en mi verga, sin que nadie nos interrumpa y nos estorbe” , –“no sabes las ganas que tengo de sentir tu culo en mi verga”,
Me levantó y me beso con una furia que en verdad me enloquecía, no hizo falta lubricante, su verga escurría liquido de lo caliente que estaba, esa verga tan bella y grade que tiene, la puso en la entrada de mi culo embarrando su liquido pre seminal que tanto me excita, para que poco a poco la fuera metiendo, abriéndose paso sola y llenando cada rincón de mi, lo único que se oía eran gemidos de placer que salían de mi boca, yo estaba con las piernas en el aire y acostado en el sillón se acomodó de tal manera que podía seguirla metiendo y al mismo tiempo me besaba, eso me ponía mil, me hablaba a susurros al oído
–“tienes el cuerpo más rico que he tenido en mis brazos, tienes un culo muy rico, me encanta todo de ti”
“me gustas tanto que quiero que dure mucho este momento”
Cuando sentí ya la tenía hasta el fondo, no sé en que momento entró toda y sin queja alguna, yo estaba muy estrecho y por lo regular siempre me dolía mucho cuando me la metían, no cabe duda que era un experto porque no sentí dolor alguno y en eso empezó con el mete y saca y con el saca y mete, que me hacía retorcer del placer.
–“disfrútalo al máximo como yo cabrón, porque este culo es para disfrutarse poco a poco, lento y sin prisa”
Cambiamos de posición y me puso de rodillas en el sillón, esta vez la dejo ir de un solo golpe que me hizo sacar un grito de placer que se escuchó en todo el departamento, me dolió mucho, pero poco a poco se fue convirtiendo en puro placer, –“te gusta”, preguntó, yo entre gemidos le conteste que mucho, que hacía mucho no me la metían de esa manera.
No lo podía creer me estaba cogiendo el hombre más guapo que pude haber visto, todo el era perfecto, un caballero, cariñoso y al pendiente que disfrutara cada momento, se esforzaba por complacerme, me sentía en el paraíso, volvió a cambiarme de posición, esta ves se recostó de lado me acosté frente a el dándole la espalda y levanto mi pierna para dejarme ir toda su verga, esa posición me excita mucho, más cuando la veo en las películas porno, no sé, creo que en esa posición tienes todo, te abraza, te besa, te hace sentir protegido y metiéndote la verga es la culminación perfecta.
Me imaginaba yo parado viendo esa escena, era la gloria, de pronto empezó a acelerar las metidas y sacadas, era el momento que ya no había marcha atrás, me pregunto que si se podía venir dentro de mi, eso lo complacía demasiado, “quien pregunta eso cuando estas tan excitado y apunto de venirte, quién?… solo él, su amabilidad y su gentileza, “si” le dije, “no pares, dame todo lo que tienes, lléname de tu leche todo”, no fue necesario jalármela, sola empezó a escupir tremendos chorros de leche cuando sentí lo caliente que inundaba mi culo, nos venimos al mismo tiempo, el seguía moviéndose, no paraba y para mi sorpresa siguió así
–“te deseo tanto que quiero más” me dijo al oído.
No comprendía, quería seguir cogiéndome, eso me calentó de nuevo y seguimos dándole un rato más, así de lado, metía y sacaba su verga de mi culo que con su leche ya estaba más que lubricado, después de un rato y ya recuperados me regreso con las pierna al aire y se apoderó de mi boca, sin dejar de cogerme, me besaba, y al mismo tiempo me acariciaba con esa ternura como si me fuera a romper, todo de el, TODO me encantaba, era lo que más deseaba en un hombre, seguimos en lo nuestro cuando de pronto empezó a acelerar las embestidas y llegó el momento de no regreso y empezó a echar tremendos chorros de leche fuera de mi culo, se retorcía de placer y apretaba sus ojos, gemía tan duro que no le importara que lo escucharan los vecinos, después de estremecerse la volvió a meter y con su mano recogió su semen y lo llevo hasta mi boca, me comí toda ese néctar que sabia a gloria.
Esta vez no duro mucho pero lo disfrute al máximo, se separó frente a mi y me empezó a besar, sin importar que tuviera un poco de semen todavía, me agradeció por tanto placer que le había dado
–“al contrario le dije” tu me has llevado al cielo
Se acercó y me empezó a chupar la verga, –“quiero te vengas”…
Me empezó a sobar la verga y la llevó a su boca, para mi sorpresa lo hacia muy bien.
Entre jaladas y chupadas logró exprimirme el resto de semen que me quedaba, en su boca deje ir mi leche que salía a chorros de tan caliente me tenía, el muy gustoso recibía hasta la última gota, se levanto y me beso, compartiendo mi propio semen, me gusto mucho, nunca había experimentado eso, me beso con intensidad, su lengua la pasaba por toda mi boca y cada quien nos tragamos lo que teníamos en la boca.
–“cuanto amor, me fascinas todo, todo tú eres perfecto le dije”
Nos tumbamos en el sillón exhaustos de placer, me abrazó y siguió besándome, después de un rato me levante y me empecé a vestir, era el momento de regresar al trabajo, me regreso del brazo y me beso, me suplicaba que no me fuera, que quería estar más tiempo conmigo, aunque insistió mucho tenía que regresar a la oficina, me despedí con un beso y le prometí que lo íbamos a repetir pronto.
–“Tengo que regresar le dije”
Me acompaño hasta la puerta desnudo y con su mirada triste me dijo adiós, antes de salir me dio el último beso y me dijo, –“mañana nos vemos”.
Al llegar a casa no podía creer lo que había pasado, había estado con el hombre más hermoso para mi en toda la extensión de la palabra, recordando su caricias besos y todavía sintiendo su trozo dentro de mi, no me dolía, pero tenía la sensación que lo traía adentro, estaba completamente satisfecho.
De pronto sonó mi teléfono y vi que era el, -“cómo estás conteste,” –“extrañándote a montones, ya estás en casa” preguntó, “así es” le dije, –“cuando saliste del trabajo te hubieras venido a mi casa, hubiéramos pasado la noche juntos”,
“pero hay actividades mañana y el resto de la semana, que te parece si lo planeamos para el viernes, el sábado no voy al gimnasio”, conteste.
La platica siguió y siguió sin darme cuenta ya llevábamos un buen rato hablando, conociendo mas uno del otro, recordando lo bien que la habíamos pasado y cuando de pronto, de la nada dijo “TENGO NOVIA”…
Así en seco y sin más, dentro de la platica donde me decía que le había encantado estar con mi, que a pesar que no tenía practicas homosexuales con frecuencia lo había disfruta mucho y que no dejaba de pensar en mi.
No esperaba eso, después de un silencio conteste, “pero”… “este” … “cómo”… “perdón” le dije, es que no entiendo muy bien, se lo que el me estaba diciendo y yo solo tartamudeé con mis respuestas, respire y le dije que eso lo podíamos platicar después, al menos de frente y ver su reacción,
“espero no te importe, me dijo con su voz entre cortada”, “también lo espero yo le conteste” y se acabó la llamada, dejé el teléfono en la cómoda y me tumbé en la cama con los brazos en la cabeza, no alcanzaba a entender lo que había escuchado, “TENGO NOVIA”… si que fue tremenda sorpresa, traté de tomarlo con calma y esperé la oportunidad que me explicara, por lo menos su situación y a que me estaba enfrentado al salir con el, los hechos me demostraron que disfrutó mucho el estar conmigo y que deseaba volver a repetirlo.
Esa noche no pude pegar los ojos, todo lo acontecido me daba vueltas en mi cabeza, los recuerdos del placer que nos dimos, TENGO NOVIA, sus besos, su caricias, la manera en que me trató, TENGO NOVIA… lo estaba convirtiendo en pesadilla y no en el grato recuerdo de haber estado con el, me concentré solo en eso y no se a que hora logré dormir.
La mañana siguiente me sentía mal, cansado, adolorido y confundido.
Me costaba trabajo entender que no era perfecto, tenia que tener un defecto; y que defecto, tenia novia.
Me prepararé y me fui al gimnasio, sabía que iba a estar allí, me vio entrar y se acerco a saludarme estrecho mi mano y me jalo para darme un abrazo fuerte, me quedé atónito, me dijo al oído –“que bueno que viniste” no correspondí el abrazo, me soltó, –“anda vamos a preparar las pesas para ayudarte a las sentadillas”, nos dirigimos al aparato y en eso lo llamaron en la recepción, empecé a hacer el ejercicio solo, al bajar me costa un poco de trabajo porque esta adolorido de los músculos y del culo de la paliza que me había dado el día anterior, me sentía extraño, tenía muchas preguntas sin respuesta y esperaba que él las aclarara.
Regresó conmigo y sonriendo me dijo –“pequeño detalle verdad”, espero no te moleste mi situación y podamos seguir viéndonos”
“No” le dije, pero me sentía confundido, esperaba más respuestas, solo me dio a entender que no podía cambiar nada.
Terminé y me fui a bañar, escuche que jalaron una puerta para cerrarla, entró al baño y me dijo con su voz entrecortada –“perdón” “lo eché todo a perder verdad”? “pero es que”.
Lo interrumpí con un beso, –“no te preocupes, relájate, vamos a vernos, platicamos y ya después veremos que pasa”
Es lo menos que podía hacer, después de cómo me había tratado “TODO UN CABALLERO”
–“estoy muy sorprendido con tu confesión pero habrá una buena excusa para querer seguir viéndonos” le dije.
–“Nos vemos para comer”? preguntó con cara de regañado.
Acepte, salió del baño y yo terminé de hacer lo mío, salí y me fui a trabajar, fue un día muy complicado, había demasiado trabajo y se me estaba complicando salir a las 2 en punto, salí corriendo a las 2:30, ya le había mandado un mensaje diciendo que estaba retrasado por el trabajo.
Di vuelta y allí estaba Juan José, parado con la cabeza mirando el suelo, cunado me vio, se le ilumino su cara y con una sonrisa me recibió, –“vamos a mi casa? Preguntó, –“no se si sea buena idea, pero vamos conteste”.
Entramos y comimos, esta vez preparó una ensalada con pollo muy rica por cierto, el silencio estaba allí, ninguno decía nada hasta que empecé a hablar del demasiado trabajo que tenía, pero el momento llegó de tocar el tema:
“Estoy muy sorprendido con tu confesión, pero antes que me digas algo quiero decirte que eres lo mejor que me ha sucedido, que me encantó cada uno de los detalles que tuviste para conmigo, es difícil de entender pero habrá que darnos el tiempo y aclarar las ideas” le dije muy tranquilo.
Vi en su cara dibujarse una sonrisa, me abrazo y me dijo “GRACIAS”.
No sé como salieron esas palabras de mi boca, pero era lo más sensato, no podía gritar y pelear, estaba siendo sincero conmigo y yo tenía que entenderlo si es que quería algo serio con el, tal vez una relación compartida, no entendía bien pero pensé que el tiempo era la mejor respuesta a todo.
Ese día solo platicamos, nos besamos y nos despedimos, esta vez no hubo sexo.
Llegó el fin de semana y sabía que no nos veríamos, le tocaba a la novia; no hubo llamadas ni mensajes, un silencio total; me sentía mal, le quería llamar pero no podía.
El lunes no fui al gimnasio y ya estando en el trabajo sonó mi teléfono y vi que era el, me dio un poco de coraje porque todo el fin de semana se olvidó de mi, no sabía como era la relación con su novia, no sabía nada, eso me costaba trabajo entender y me molestaba más que no me dijera como iba a funcionar lo nuestro; me dijo que si nos podíamos ver por la noche después de salir del gimnasio y acepte aun que la espera sería hasta muy tarde pero ya había aceptado, me quedé en la oficina haciendo tiempo y aproveché para adelantar trabajo, todos se marcharon y me quedé solo esperando que diera la hora de la salida de Juna José.
Llego la hora y yo ya estaba esperándolo el la esquina de siempre, llegó como siempre, con su sonrisa me desarmaba como nadie, me abrazó y yo le correspondí, esta vez sin importar que alguien nos pudiera ver, sentí un leve beso en la mejilla su barba raspándome, sentí muy rico.
Nos separamos y empezamos a caminar, esta vez no traía carro por que tubo una falla y lo tenia el mecánico, caminamos hasta su casa, al llegar me invitó a pasar, yo dudoso pero no me quedó mas que preguntar por su novia, vio mi reacción y me dijo –“ella no vendrá, estuvo todo el fin conmigo y entre semana por los horarios casi no nos vemos” ya más tranquilo entramos, yo no disponía de mucho tiempo ya que tenía que levantarme temprano al día siguiente.
Me abrazó y empezó a besarme, diciéndome que me había extrañado mucho y que estaba agradecido por tomar esta situación con paciencia, CUÁL PACIENCIA YO ESTABA CONFUNDIDO, yo era su amante, estaba en segundo lugar, el que se tiene que esperar cuando la novia lo deje solo para poder vernos, no era justo, pero ya me había chingado al decirle que no pasaba nada y que el tiempo diría que viene para nosotros.
Un beso llevó al otro, entre besos y abrazos con fuerza, empezó a arrancarme la ropa y yo accedí, tenía unas ganas enormes de estar con el, de revivir todo lo que el me dio y a la vez mi molestia me produjo una excitación y mis movimientos eran un poco violentos, ya estando desnudos pude contemplar su cuerpo, era perfecto, su espalda, su pecho, sus brazos, el tamaño de su verga era perfecta, su cara, su boca, todo el era perfecto.
Cerré los ojos y me relajé, me deje llevar por el momento y la calentura que traía, nos fuimos a la recamara y nos aventamos a la cama, me dio la vuelta y comenzó a chuparme el culo, me hacía retorcer del placer, lo hacía como nadie, me llevaba al cielo, mi deseo por chuparle la verga era aun mayor y me acomodé para un 69 esta posición a él le encantaba, ya me lo había dicho.
Gemía de placer y me daba tremendas mordidas y chupadas que pensé me arrancaría el culo, estaba deseoso de mi, hambriento, estaba muy caliente, lo noté desde que nos vimos, tenía su verga dura y el bulto en su pantalón era muy evidente, ya empezaba a salir su líquido pre seminal que tanto me gusta, le salía mucho, me daban ganas de embarrármelo en el culo para que después me metiera su verga como solo el lo sabe hacer, después de un rato cambiamos de posición, acostada boca arriba, me levanto una pierna que casi tocaba mi pecho, empezó a sacar mas de su jugo, su néctar que me vuelve loco, jugó un rato con su verga y mi culo, me besó y me pregunto –“puedo?, te deseo mucho y ya quiero metértela” solo moví mi cabeza en aprobación y empezó a meterla, la dejó ir hasta el fondo de un solo golpe, se detuvo unos segundo para que me acostumbrara a tenerla dentro, esta vez me dolió mas que la anterior, era un dolor muy fuerte que casi lloro, mismo que poco a poco fue desapareciendo, entre caricias y besos me fui relajando, solo veía su mirada clavada en la mía, con un gesto de lujuria y excitación, su sonrisa.
–“te gusta Paquito?, porque a mi me fascina el culo que tienes, bien apretado y complaciente”,
Yo solo me retorcía del placer, el me acariciaba mi pelo, mi frente, mis ojos, me besaba con furia, estaba totalmente poseído por el éxtasis, solo sentía las embestidas con tanta furia, aceleró el ritmo gimiendo de placer, cuando de pronto empecé a sentir que se venía, su caliente leche empezó a abrir camino dentro de mi, solo sentía caliente, pero continuó bombeando, bajo el ritmo de las embestidas y se detuvo un momento estaba muy agitado esperando que su respiración se regulara, la dejó dentro de mi culo y me preguntó
–“quieres terminar ya?, porque yo no quiero sacártela, quiero seguir”, puedo?
–“dame más hasta que mi culo ya no aguante” supliqué
Yo estaba muy excitado, su leche sirvió de lubricante, porque entraba y salía con mucha facilidad, me volteó y me acomodo de rodillas y me la dejó ir, de un solo golpe que hizo que gimiera de placer, sentí que su verga pegaba con mi próstata, se movía muy rápido, como si fuera a terminar pronto, en un momento se detuvo y empezó a sacarla y meterla lento, suave, yo sentía en las piernas que se chorreaba su semen que ya había dejado antes, lo que provocaba que mi excitación se elevara, sentí que mi cuerpo se estremecía y sentí venirme, sentí un orgasmo raro, pero no me venia aun, sentía que mi verga iba a explotar pero no fue así, solo tenía la sensación pero había lago que no dejaba que saliera mi semen, era su verga clavada en mi culo y su presión a mi próstata.
Cuando la sacó me vine a chorros, y él al mismo tiempo, pude sentir que el se venía fuera de mu culo, con gemidos y sacudidas solo sentía su leche caliente alrededor de mi culo, en mis nalgas, después de venirnos empezó a mover su verga llevando su leche a mi culo para después meterla de nuevo, eso me calienta demasiado y el lo sabía; yo solo me retorcía del placer que me había dado, la saco y me abrazo por detrás y nos tumbamos en la cama sobre nuestros fluidos que ya habíamos dejado por todos lados, me acariciaba todo mi cuerpo en agradecimiento por el placer que le había dado, solo escuchaba “gracias” como unas seis veces lo repitió.
Me voltee para verlo de frente, lo bese y le pregunte que pensaba de todo esto, cual era su plan, yo disfrutaba mucho del sexo que nos damos pero tenia la intriga de cuales eran sus planes y tenía miedo de enamorarme.
Se bajó de la cama y se sentó a la orilla dándome la espalda y empezó a hablar:
–“Sabes muy bien lo que me haces sentir, te he demostrado que me importas mucho y quiero cuidarte, protegerte cuando estés conmigo, me gustas mucho y te pienso en ti cada momento, todo esto vino a desestabilizarme, yo creí estar definido con lo que quería, pero el conócete me ha venido a cambiar la vida.
Vino mi novia el viernes a quedarse conmigo, solo el sábado tuvimos sexo, me porte muy mal con ella, no me hacia sentir como tu, la comparé cada momento contigo y eso me molestó mucho, no le di su espacio ni su ligar, ella se dio cuenta que algo estaba mal, se molestó conmigo y me pregunto si había alguien más, yo no supe que contestar, solo callé; el domingo temprano se fue, molesta y con justa razón, al despedirse me dijo que le llamara cuando mi mente y mis deseos estuvieran más claros y se marchó”
–“Ahora me doy cuenta que has venido a cambiarme la vida que tal vez desde siempre me gustaban los hombres y por eso de repente sentía morbo de verlos desnudos, como empezó todo contigo; dame tiempo para acomodar todo esto, acomodar mi vida, deja ver que pasa con mi novia, estoy muy confundido y lo que menos quiero es hacerte o hacerles daño a los dos”
Un silencio llenó la habitación y después de un momento me acerque por la espalda y lo abracé, al buscar su cara vi que estaba llorando, me di cuenta que la estaba pasando mal, lo bese y le agradecí por su sinceridad y le dije que yo esperaría pacientemente a que el tomara su decisión y si en ella era estar solo con ella lo iba a entender.
Esa noche me regresé tarde a mi casa, pensando en que si para mi era difícil entender, para el sería mucho más complicado por todo lo confuso que podría ser todo esto.
Pasaron los días y por la carga del trabajo tuve que dejar de ir a gimnasio, era mucho estrés, salía tarde y entraba muy temprano y por lo menos iba a estar así durante un par de meses, obviamente tampoco podía ver a Juan José, solo hablábamos por teléfono, platicábamos mucho, nos fuimos haciendo muy amigos, bueno nos teníamos confianza, me sentía muy bien hablando con el, estaba enamorando, sus palabras me hacían sentir que le importaba y que también disfrutaba al escucharme.
Pasó casi un mes para vernos, era un sábado en que su novia había salido de viaje y quedamos en ir al cine juntos, me la pasé muy bien con el, fue una experiencia diferente pero muy complaciente para mi.
Como siempre muy atento en todo para conmigo, pasó por mi cerca de mi casa, al subirme al auto me abrazó y me dio un beso, platicamos de cuanto nos habíamos extrañado durante este mes de ausencia mientras no dirigíamos al cine, ya en el cine, no dejaba de hacerme bromas y reír, como si estuviéramos solos, parecía que no le importaba que nos vieran juntos, al contrario era tan natural que podía verse el amor que nos teníamos, en ratos me tomaba de la mano y la llevaba hasta su boca para besarla y yo de le devolvía el gesto de la misma manera, en cierto momento de la película se acercó a mi y me beso mi mejilla y sonrió, yo solo me deje consentir, me daba tranquilidad y eso me gustaba mucho.
Terminó la película y cuando salimos y esta lloviendo, el auto estaba algo retirado de la entrada al cine, esperamos un momento y echamos a correr al auto, la lluvia nos empapó, subimos y echamos a reír como niños traviesos, se acerco y me beso
–“Eres muy hermoso conmigo y quiero que estés siempre” me dijo y me volvió a besar.
En el camino el se quitó la camisa porque estaba muy mojada y me dijo que hiciera lo mismo, que me haría daño si nos quedábamos así de mojados, mientras el encendía el clima yo me quitaba la camisa y mañosamente me seguí con el pantalón hasta quedar desnudo, estaba deseoso de estar con el, que me hiciera el amor, porque eso es lo que el me hacia, EL AMOR, volteo a verme y pude ver su mirada de complicidad.
Tomó un camino solitario y se estacionó, solo árboles estaban alrededor, testigos de lo que iba a pasar.
Se acerco –“sabes que me excitas mucho y me encanta que seas así”, acto seguido se empezó a quitar la ropa también, bajó mi asiento hasta quedar recostado y se me fue encima besándome, acariciándome, pasaba sus manos por todo mi cuerpo hasta que una mano llegó a mi culo, empezó a masajear mi culo, yo solo veía como su cara se transformaba del placer, –“este culito quiere algo” me dijo, “ me haz tenido muy olvidado y estoy que exploto por tu culpa”.
Por lo estrecho del carro solo me levantó las piernas, ya su verga estaba lista para enfundarla en mi culo, su líquido pre seminal que le salía era suficiente para lubricar mi ano, la puso en la entrada de mi culo y empezó a meterla, esta vez despacio, sin prisa al mismo tiempo que no dejaba de besarme y de susurrarme al oído que era lo mejor que le había pasado en la vida, que le encantaba y que a pesar del corto tiempo que llevábamos de conocernos sentía algo especial por mi, –“no si es amor o algo así, pero todo el tiempo pienso en ti”, me confesó que una semana atrás se había masturbado pensando en mi, en mi culo que tanto le gusta y moría de ganas de estar nuevamente conmigo.
Entre metidas y sacadas que esta vez eran suaves pausadas me seguía diciendo todo lo que sentía por mi, empezó a acelerar las envestidas y cuando vi que estaba a punto de venirse, lo detuve, le dije que parara un momento que aun no quería que terminara, quería que ese momento durara más, mucho más, el muy obediente bajó el ritmo, yo sentía como salía su verga totalmente de mi culo y como entraba sin problema alguno, ya estaba moldeado a su tamaño de verga, de pronto tomó mi verga y me la empezó a jalar al mismo tiempo que aceleró las embestidas y empezó a sacudir el cuerpo en señal que estaba por llenarme el culo con su leche, al mismo tiempo que hizo venirme a chorros en mi pecho se dejó caer en mi para besarme.
Se paso a su asiento y empezó a jugar con su verga que aun la tenía erecta, con una mano de la jalaba y la otra me metía sus dedos a la boca para que se los chupara, yo también seguía caliente y después de un rato me trepé encima de el, me metí su verga a mi culo y empecé a cabalgar, solo los gemidos de placer se escuchaban en el auto, solo los árboles eran testigos del palo que nos estábamos dando.
“quiero tu leche dentro de mi” le dije “pero ya”…
Estaba demasiado excitado, aceleró las embestidas y nos empezamos a venir a chorros, el en mi culo y yo en su pecho, seguí cabalgado ya despacio, el agarro mi semen con sus dedos y se los llevo a su boca, después el restante, lo puso en la mía y me besó, yo sin darme cuenta seguí cabalgando encima de su verga, despacio pero seguía montado.
“me encantas, me haces sentir único” me dijo,
Me saque su verga y me pase a mi asiento, nos quedamos mirando a los ojos, me veía con tal enamoramiento y satisfacción que yo solo de verlo me le acerqué para besarlo, en ese momento ya no me importaba si estaba o veía a su novia, en ese momento estaba conmigo, disfrutando de el, del sexo y amor que me daba.
Regresamos a su casa y me pidió que pasáramos la noche juntos, yo emocionado y sin dudarlo acepté, esta noche es para el y yo solos, sin que nadie nos interrumpa, podremos dormir abrazados, desnudos y cogiendo toda la noche, que fue justo lo que hicimos, casi no dormimos, recuerdo que las en la madrugada me despertó con las metidas de verga que me estaba dando, no se en qué momento empezó pero eso de despertar así era maravilloso.
Después de ese sábado hablábamos a diario, no podíamos vernos porque yo seguía con mucho trabajo, pero planeamos irnos un fin de semana a campar en el bosque, claro, eso sería hasta que estuviera mas libre de tiempo.
Pasaron casi dos meses desde aquel sábado que pasamos juntos, otra vez dos largos meses, las llamadas cada vez se fueron distanciando más, entre los horarios de los dos y la relación con la novia, no quedaba mucho tiempo para nosotros.
Un domingo salí a correr, era muy temprano cuando desperté y decidí salir a hacer un poco de ejercicio porque con la carga de trabajo ya no fui al gimnasio.
Después de una rato de correr me fui a unas barras para hacer ejercicio y cuando estaba haciendo ejercicio vi a lo lejos que venía Juan José corriendo, no lo podía creer, se veía igual o mas guapo creo, volteo, me vio, sonrió y siguió su carrera… Me quedé pasmado, de una sola pieza, sorprendido, de momento todo se me vino encima, sentí una emoción al verlo, pero a la vez una decepción por su indiferencia.
Me regresé a casa muy triste, sacado de onda.
Me metí a bañar para salir a buscar algo que desayunar, ya pasaba del medio día cuando mi teléfono sonó, era el, Juan José, no quise contestar pero a la cuarta vez que llamó abrí la línea y me puse el teléfono en el oído, callado sin decir nada, “hola estás allí” “hola” “Paco me escuchas”? “perdón por no acercarme a saludarte esta mañana, pero detrás de mi venia mi novia y no quise que se diera cuenta” “te puedo ver en un arto” “ vamos a platicar” “te extraño”… Sin más colgué el teléfono.
No dije nada, solo escuché lo que tenia que decir, me dolió mucho su actitud, pero a decir verdad yo estaba al tanto de su situación, misma que acepté des el principio de todo, pero aún así me dolió lo que había hecho, el siempre se había porta muy decente y caballeroso, pero esta vez que estuvimos tan cerca no lo supo manejar, me enamoré perdidamente de él, pero tenía que tomar decisiones y opté por poner distancia.
Me costó trabajo pero me fui acostumbrando a no verlo, a no hablar con el, extrañaba mucho su cuerpo y los momentos de pasión, pero ni modo a seguir la vida que aun falta mucho por vivir
Con esto termino la primera parte, la historia del instructor que paso por mi vida dándome tanto amor y tantos momentos maravillosos, hay una segunda y sin duda superó los encuentros entre Juan José y yo pero ya se las contaré pronto.
Hola me gusto tu relato y me gustaría ver la segunda parte por que si me quedé intrigado