El intercambio pt 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por JbLink.
Hola, amigos, prosigo con mi historia.
Para entender mejor el con texto, les dejo el link a la primera parte:
http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-38800.html pero esta la verdadera historia que les quería compartir.
Las cosas con Joel, se empezaron a poner frías.
No era debido a mi propuesta, sino más bien a lo difícil que era convivir juntos.
Así que ya no frecuentábamos los mismos círculos de amigos.
Un día él, y otro amigo de nuestro piso, José, regresaban de un botellón, que es como se le llama en España, a reunirse con amigos a beber alcohol.
Aprovechando que mi “amigo” estaba bajos los efectos del alcohol, le envié un mensaje pidiéndole nuevamente que me dejará desecharlo con una mamada.
Por respuesta recibí una carita enojada(Emoticon).
No creí que fuera para tanto su reacción, pero más tarde me enteraría, que Joél le mostraba un mensaje a Jóse, cuando mi mensaje se abrió y fue leído por ambos.
Ahora mi otro amigo sabía que estaba necesitando y con ganas de una buena polla.
Los días pasaban y aun nos quedaba un poco de tiempo antes de regresar a México y yo estaba dispuesto a disfrutar de mí anonimato en Salamanca.
Seguí navegando en Adanel, y conocí a un chavo que me atrajo bastante.
Mientras conversábamos descubría que teníamos mucho en común, nuestro pasatiempos e intereses.
Cada cosa que él mencionaba o yo, era algo que compartíamos, para evitar revelar su identidad me abstendré de decirlas.
Que damos en vernos bajo el reloj de la Plaza mayor.
Llegue puntual, y espere unos minutos.
?Hola, Soy Paulo? Se presentó un joven caucásico de ojos azules, cabello corto, y más alto que yo.
Caminamos y hablamos sobre nosotros, no me tomo nada de tiempo en sentir una verdadera atracción hacia él.
Entre las cosas que teníamos en común era que él tampoco tomaba alcohol.
Así que me propuso ir al Mándala, un café bar donde vendían batidos.
Cuando estábamos por llegar, Paulo se adelantó y abrió la puerta para mí.
Un gesto que me hizo sentir muy bien.
Sentados en una mesita para dos bebíamos nuestros batimos mientras charlábamos, no podía resistir el perderme en lo profundo de su mirada.
Además de atractivo era una persona culta.
Para mis adentros él estaba más allá de mí nivel.
Cuando la mesera trajo la cuenta, él rápidamente pagó.
Mantuvo abierta la puerta nuevamente al salir.
Le extendí los Euros que le debía, pero se negó a aceptarlos.
Caminamos sin rumbo exacto, dejándonos llevar por nuestros pasos.
Hasta que sentí que caminar más estaba demás.
Por lo que me despedí de él.
Quería volverlo a ver, así que lo invite al cine, unas 3 veces, pero en todas esas ocasiones surgieron eventos que le impedían a él o a mí poder reunirnos.
Como siempre era yo quien insistía, desistí de seguir tras él.
Los días pasaron.
Sin saber nada de Paulo.
Ya mi amigo Joel, me había rechazado.
Que podría ser lo que peor, al ser directo con Paulo, respecto a mis intenciones de intimar con él, pensé.
?Hola Paulo.
Envíe mi mensaje por Whatsapp.
?Hola, Luis.
No tenía idea que llevaba coma entre “hola” y el nombre.
Volví a sentir que él estaba fuera de mis posibilidades.
Un ángel con un mortal.
Pero no hacer un último esfuerzo era perder antes de tiempo.
?¿Me dejarías darte una mamada?
?jajajaja.
Antes de que acordemos algo.
¿Qué rol eres?
?Soy pasivo.
?Bien, yo soy Activo.
Por cierto me gustaron tus nalgas.
Como les había contado, mis nalgas son mi principal atractivo.
También tengo los labios gruesos, aunque nunca he hablado con alguien respecto a mis labios, me gusta pensar que algunos fantasean por saber lo que sería una mamada con unos labios como los míos.
?No estoy en Salamanca, llego el 8 de Enero.
Fue una larga espera.
Llego el día, o la noche más bien.
Esperaba nuevamente bajo el reloj.
Era medía noche, el frío se hacía visible en cada vaho.
Por las condiciones del clima, Paulo me dijo que podía pasar la noche en su piso.
En el calor de su habitación, nos quitamos nuestros abrigos.
Debajo yo usaba una ropa térmica que se ceñía a mi cuerpo, dejando ver lo esbelto de mi cuerpo.
?Vaya, te queda muy bien?Exclamó Paul.
?Lo que hay debajo te va a parecer mejor.
Se acercó a mí y me regalo un primer beso que correspondí como nunca lo había hecho antes.
No besaba a un humano, besaba a un ángel.
Sus manos recorrieron mi cuerpo.
Estrujando y palpando mis nalgas.
Sujetó mi camiseta térmica por los extremos y la deslizó para desvestirme.
Recibí sus tibios labios en cada uno de mis pezones.
Empezó a desatar mi cinturón, bajé mis pantalones y me quede en un bóxer azul.
“Espera”, me dijo, él aún vestido, salió por un momento de su habitación.
Aproveche ese momento para recostarme sobre la cama.
Mi espalda al aire bajaba haciendo una curva que volvía a subir en mis redondas y bien formadas nalgas.
Al entrar Paulo, y verme en aquella posición una sonrisa lasciva se dibujó en su rostro.
Se subió a la cama, arrodillado frente a mi trasero, bajando lentamente mi bóxer.
Su lengua recorrió el trayecto entre mis nalgas.
Volvió a repetirlo, pero esta vez su lengua se detuvo en mi ano.
Era la primera vez que me daban un beso negro.
Después de un momento se detuvo para desprenderse de su playera y pantalón.
Termine por quitarme el bóxer y alcanzar nuevamente sus labios.
Fui bajando lentamente mis besos por su cuello, su pecho, mi aliento calentaba su piel, antes de que mi lengua húmeda lo acariciara.
Baje más allá de su ombligo hasta encontrarme con su miembro aun preso por su ropa interior.
Hice a un lado la tela soltando a un largo y delgado falo.
Su prepucio aun cubría su caramelo.
Con mis dedos retire la piel para encontrarme un glande rosado y ya babeante.
Pase mi lengua y probé las primeras gotas del néctar que me terminaría bebiendo.
Metía todo lo que podía, succionando fuertemente.
Usando mis labios para estimular su glande.
Tomándome de los hombros, me indico que me levantará.
Nos besamos nuevamente.
Me acostó y devoró mi polla, no terminando ahí, alzo mis piernas, para dejar mi ano a merced de su boca.
Esta vez lo hacía con mayor intensidad.
Experimentando por primera vez las delicias de un beso negro, deje escapar mis primeros gemidos de la noche.
Su dedo índice acaricio mis labios y se introdujo humedeciéndose con mi saliva, acto seguido, ese mismo dedo hizo presión en mi ano, abriendo sus paredes.
Metió un dedo más, después un tercero.
Después de besarnos nuevamente, me susurró al oído “¿Estás listo?”.
Contesté afirmativamente entre gemidos.
Acerco su polla a mí ano.
“Tranquilo, voy a usar condón, solo quiero sentirte” me dijo.
Paso la cabeza de su polla entre mis nalgas.
Repitió varias veces el movimiento.
Se paró para sacar un condón y tubo de lubricante.
Me puse en cuatro para recibirlo.
Habiendo dilatado muy bien mi ano, lo primero que sentí en su primera embestida, fue placer.
Me tomaba de las caderas empujándome hacia él rítmicamente.
Sentí una punzada de placer en mi interior, deje caer mi cuerpo sobre el colchón.
Ahora sentía todo su peso, sobre mí.
Besaba mi cuello, sin dejar de penetrarme.
Cambiamos de posición, ahora mis piernas sobre sus hombros.
Una sensación recorría mi cuerpo con cada una de sus estocadas, ya que su glande rozaba mi próstata.
Acariciaba sus piernas.
Tomo mis manos entre las suyas, llevando todo su peso sobre mí.
Continuo metiendo su miembro, ahora lo sentía entrar más adentro.
Tenía todo de él; sus labios estrujándose con los míos, su piel sobre mi piel, nuestras manos entrelazadas, y su hombría dentro de mí.
Mi verga empezó a contraerse por la excitación de la situación, provocando que mi ano estrangulará su polla.
Ambos alcanzamos el orgasmo, soltamos nuestros últimos gemidos.
Nos aseamos, y dispusimos a dormirnos.
“¿Te puedo abrazar?”-pregunté.
“Claro”, fue su respuesta.
Esa no fue la primera vez que tuve sexo, pero sí la primera que hice el amor…
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!