El Juego del Dado Parte 4 : Un Nuevo Jugador: El comienzo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Naniano.
Era un chico un par de años mayor que yo. Para cuando lo conocí él tendría 16 como mucho. Vivía en la misma calle que nosotros y rapidamente hicimos buenas migas. Soliamos quedar los tres: mi hermano, él y yo, y pasarnos las tardes jugando por ahí, yendo con las bicis de aquí para allá y al final se convirtió en casi uno más de mi familia. Mucho más para mi que llevado por mi irrefrenable líbido lo convencí para convertirlo en mi nuevo compañero de juegos guarros. Tampoco es que me costase mucho esfuerzo. Lo recuerdo perfectamente y áun me excito porque todo fue tan morboso y a la vez tan sencillo…
Estábamos en la casa de mi abuela, en una habitación en la que soliamos jugar cuando hacía mal tiempo, como siempre mi hermano también estaba pero no recuerdo si le dije algo para que saliera de allí o simplemente apagamos la luz para que no pudiera vernos. El caso es que le dije a mi amigo, lo llamaré CTR algo de quitarse la ropa(estabamos trepados en una cama, acostados juntos en ella) y cuando me quise dar cuenta, tanteando con mi mano, descubrí su piel caliente desnuda aunque no supe que parte de su cuerpo era. Luego me di cuenta de que era su muslo, cerca de su culo. Yo no pudo reprimir pegarme a él a pesar de que yo no me habia quitado los pantalones. Supongo que me empalmé facilmente y seguramente terminé bajándome los pantalones y los calzoncillos pero no puedo asegurarlo, por mucho que aquel fuera nuestro primer acercamiento. Lo mejor de todo es que ya no ibamos a parar. De hecho, aquel mismo día quedamos en que aquello no iba a parar allí, que queriamos ir más allá y que ibamos a intimar todo lo que pudiesemos en cuanto tuvieramos oportunidad de hacerlo.
Unos pocos días después mi amigo fue a buscarme a casa con la única intención de finiquitar lo que habíamos empezado en casa de mis abuelos y averiguar si aquello iba a gustarnos o no, porque también podía suceder que todo saliese mal y no quisieramos repetir nunca más. Y a su casa que fuimos. Yo armado con una vieja, muy vieja, revista porno-erótica con la que pretendía ponernos cachondos antes de entrar a materia. En cuanto llegamos a su casa saqué aquella revista y se la di, pregúntandole si él no tenía nada porno. Fuimos hasta su habitacion, se acercó a su armario y metió la mano en la parte de arriba para sacar un par de calendarios de dos tías en bolas, una de ellas una mulata con unas tetas impresionantes.
-Tienes para hacerte unas pajas –le dije yo controlando mi baba y más nervioso de lo que parecía.
Luego salimos de allí y fuimos hasta otro cuarto. Bajó la persiana y dimos el paso. Nos quitamos la ropa y nos pusimos manos a la obra. No recuerdo mucho de ese primer contacto pero una de las cosas que no he podido olvidar es cuando me puse a cuatro patas en el suelo, apoyándome en la cama, esperando a recibirle por detrás, para compensarle así por el gesto que él había hecho días antes. Poco más recuerdo, ni siquiera más posturas o las corridas, que supongo que serían extensas. Aquello de ponerme yo para él y que él se pusiera al mando iba a ser la tónica en todos nuestros polvos, casi al contrario de lo que ocurría con mi hermano, donde era yo el más activo. Desde luego y aunque no me acuerde bien, imagino que aquel día yo también me lo “follé”(recuerdo que tanto con él como con mi hermano lo de follar era frotarnos la polla, nada de penetrar, algo que CTR entendió rápido, tanto que parecía que lo habíamos estado haciendo desde siempre) pero conforme fue pasando el tiempo fui asumiendo un papel más pasivo que ya iré relatando.
Tuvimos muchos encuentros en su casa desde aquel día y recuerdo uno especialmente húmedo y muy morboso. De nuevo los protagonistas: mi hermano, CTR y el que escribe. Teniamos la casa entera para nosotros y decidimos jugar al escondite. Yo, por supuesto, con la mente puesta en desnudarme y follar con CTR en cuanto tuviera la ocasión. Engatusar a mi hermano para llevarlo por donde quería no era complicado ya que apenas era un niño y en cuanto le tocó a él picársela y buscar nuestros escondites, CTR y yo aprovechamos para empezar a rozarnos con la ropa puesta como dos cerdos en celo. Para ello nos escondiamos en el mismo sitio y disimúlabamos cuando mi hermano nos encontraba y nos reñia por escondernos juntos. Si era CTR o yo el que se la picaba lo que haciamos era buscarnos primero y en lugar de avisar que nos habiamos descubierto nos poniamos a follar. Aquella estrategia funcionó bien aquel dia aunque mi hermano acabó mosqueandose y quejandose mucho y no sin razón. Conforme fue avanzando la tarde y el juego, nos fuimos poniendo más calientes y claro, poco a poco ibamos alargando nuestros encuentros furtivos, hasta el punto de tardar muchos minutos en salir a la vista. Recuerdo que nos metimos en el baño de la parte de arriba y ya sin podernos controlar nos bajamos los pantalones y a lo perrito me arrimó la polla al culo y yo hice lo mismo con él. Como mi hermano no dejaba de refunfuñar, CTR salió del baó el primero para calmarle. Yo por mi parte me quedé refrescandome, porque falta me hacía un poco de agua. No sé si aquel día acabamos del todo, pero si no lo hicimos acabaríamos con un buen dolor de pelotas. Fue memorable!!
Volveríamos a pegar buenos polvos en aquella casa pero regresaré más tarde. De momento bajaré hasta la que era mi casa entonces, que estaba a unos pocos metros más debajo de la de CTR. Estábamos muy cerca pero siempre queriamos estar aún más…En mi casa, los domingos siempre eran para mi, como ya he contado, y en cuando mi amigo accedió a jugar conmigo, empecé a compartirlos con él. Tarde muy poco en ir a por él uno de aquellos domingos y poco tardé también en ponerle aquella peli porno que tantos placeres me estaba dando. Recuerdo perfectamente una ocasión en la que habíamos follado en mi cama para acabar revolcados en la de mi hermano. Cuando llegó mi familia el cuarto todavía olía a sudor, a pies y a semen. Recuerdo bien también otra ocasión en la que follamos delante de la tele, con la peli del mosquito marcando los pasos a seguir. Cuando terminamos(siento no recordar las corridas)yo fui al baño y al volver descubrí a CTR embelesado con la escena del trio, observando como se ponían las dos chicas.
-Esas dos serán lesbianas, ¿no? –me preguntó.
Naturalmente, los mismos sitios que frecuentaba para jugar con mi hermano también me valían para jugar con aquel nuevo compañero de fechorías por lo que no tardamos en ponernos guarros en la casa de mi abuela o en el garaje del que ya hablé en el anterior relato. Cuando nos poniamos al lío en la casa nos daba igual cualquier habitación y siempre y cuando pudiesemos estar tranquilos sin riesgo de ser descubiertos, lo mismo nos daba la habitacion en la que jugabamos, el baño o el patio al aire libre(hasta con la ropa puesta llegamos a follar algunas veces…) supongo que la estancia que más polvos presenció fue aquella habitación donde jugabamos y el garaje. En la habitación soliamos recurrir a la estrategia de apagar la luz y frotarnos discretamente en plena oscuridad, con la ropa puesta pero con calentones muy serios. Alguna vez si que nos desnudábamos, al menos yo era más propenso a ello, puesto que no aquello de rozanos a través de la ropa no acababa de convencerme y esto era tan así que recuerdo a la perfección a CTR vestido y con abrigo y yo desnudo, por lo menos de cintura para abajo, mi polla en su mano, entretenido haciéndome una paja. He de confesar que sufrí cierto enganche a nuestros juegos aunque por aquel entonces aun era pronto para saberlo y admitirlo. En cuanto al garaje si que nos brindaba la oportunidad de desnudarnos y follar a gusto, aunque teniamos que engañar a mi hermano de nuevo contandole cualquier chorrada. También tuvimos ocasiones en los que estabamos él y yo solos y no necesitabamos mentir a nadie. Simplemente nos metiamos en la habitación o en el garaje y nos poniamos a darle el tema. Sin dar más vueltas, os cuento una anécdota sucedida en el garaje.
Solíamos desnudarnos, como ya he dicho, y follar sin demasiados problemas aunque siempre estando abiertos a que nos interumpieran, cosa que pasó más de una vez. Todo se solucionaba cerrando el garaje por dentro y así, al menos no podian pillarnos desnudos y empalmados. Aquel día no era distinto y allí estábamos. Desde el principio, CTR y yo habiamos practicado la postura del misionero con más facilidad y buenos resultados de los que yo obtenía con mi hermano. Era tan fácil como que él se ponía sobre mi, o yo sobre él, colocando su verga sobre la mía o encajandola de tal manera que al moverse hacia arriba y hacia abajo, tanto su polla como la mía se frotaba con nuestros respectivos cuerpos. Era muy placentero, no podíamos aspirar a más ni quejarnos cuando todo consistía en simples roces y frotamientos. El caso es que hubo un día en que en aquella postura, no sé si hubo otras distintas, supongo que no y ni falta que hizo, CTR se corrió una vez, y otra, y otra más…3 veces!!todas soltando lefa sobre mi polla y mi barriga. Increíble. Tras la primera yo me quedé más que conforme pero él continuó moviendose como si nada y sobrevino la segunda eyaculación. Cuando tuvo el tercer orgasmo yo me obligué a tener el primero que me cundió como los tres suyos, os lo aseguro. Nos lo pasábamos bien, desde luego.
Como ya he dicho, cualquier lugar nos parecía adecuado para dejarnos llevar y si recordais en el anterior relato contaba que a veces el calentón me invadía en pleno campo abierto y apenas podía controlarme. Pues bien, con CTR casi no era necesario que me controlase. Ya fuera con mi hermano o él y yo solos, dabamos rienda suelta a nuestros instintos donde nos apetecía. Tanto era así que no nos cortábamos lo más mínimo si por ejemplo íbamos con las bicis por cualquier camino y nos apretaba el calzoncillo. Todo era tan fácil como buscar un lugar un poco apartado y escondido, bajarnos un poco el pantalón y el calzoncillo, liberar a las bestias de un solo ojo y frotarnos con fuerza hasta que nos llenábamos de leche. Concretamente recuerdo que un dia que estábamos los tres, ya he dicho que ni delante de mi hermano nos cortabamos, CTR nos metimos entre unas rocas y unos metros más allá estaba mi hermano sentado muy tranquilo sin intención de moverse, algo que nosotros aprovechamos para ponernos guarros aunque con la ropa puesta. Estabamos tan a la vista de mi hermano, y de cualquiera, que tan solo teníamos que levantar un poco la cabeza para ser vistos. De hecho tuvimos que darnos por detrás agachados totalmente, CTR sobre mi y yo sobre él cuando llegó mi turno de darle. Memorable!!!nuestras pollas mandaban y salimos victoriosos. No está mal.
Una anécdota de CTR y yo en soledad fue una que ibamos en bici, ibamos más en ellas que a pie, y me puse cachondo porque sí, convenciendolo de parar donde fuera y follar cuanto antes y hasta el final. Conseguimos encontrar una casa medio derruida en la que meternos y llevar a cabo nuestra misión de forma discreta, en realidad cualquier podia descubrirnos pero nuestra sangre estaba bastante más debajo de nuestro cerebro, tampoco se nos podía culpar de eso. El caso es que allí nos metimos y de tan calientes como estábamos llegamos incluso a desnudarnos, siempre de cintura para abajo. Es extraño porque con el paso de los años puedo ver una escena de aquel día perfectamente clara y lo más raro es que puedo verla desde fuera de aquella casa, como si yo hubiera sido alguien que me hubiera topado con aquella escena en lugar de estar protagonizandola. Y de lo que soy capaz de rememorar con claridad es como yo estaba agachado con los pantalones por los tobillos y CTR igual, dándome por detrás con dedicación artesanal. Muy extraño e inolvidable…
Tratando de no olvidarme de otras muchas jugadas sexuales que compartí con mi amigo CTR a lo largo de muchos años, acabó hoy aquí con intención de escribir otras muchas más con las que además de narrarsela a quien quiera leerla, sacarle brillo a la memoria y a lo que no es la memoria, porque a día de hoy me sigue excitando todo aquello como si hubiera pasado ayer…
Hasta pronto!!!
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