el kiosko
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por jotarico.
Frank es un chico que tiene un quiosco donde vende todo tipo de cosas, golosinas, cigarrillos, revistas, periódicos bebida y muchas más cosas.
Cada día desde muy temprano abre su quiosco que es una casetilla metálica con apenas espacio para entras 2 o 3 personas en ella, así como el resto de la mercancía a vender.
A pesar de que no está en la zona más concurrida es un sitio muy tranquilo por el cual pasan la gran mayoría de los chicos que van a la universidad.
Y cabe destacar que lo mejor de todo esto que es que su quiosco queda justo en frente de la ventana de mi cuarto por lo que me permite ver a mi gusto lo hermoso que es Frank.
Y es que si algo tiene juan es que es muy guapoero es la típica mezcla de razas predominantes en Venezuela.
Frank es un chico que tiene un quiosco donde vende todo tipo de cosas, golosinas, cigarrillos, revistas, periódicos bebida y muchas más cosas.
Cada día desde muy temprano abre su quiosco que es una casetilla metálica con apenas espacio para entras 2 o 3 personas en ella, así como el resto de la mercancía a vender.
A pesar de que no está en la zona más concurrida es un sitio muy tranquilo por el cual pasan la gran mayoría de los chicos que van a la universidad.
Y cabe destacar que lo mejor de todo esto que es que su quiosco queda justo en frente de la ventana de mi cuarto por lo que me permite ver a mi gusto lo hermoso que es Frank.
Y es que si algo tiene juan es que es muy guapo de cara.
No conozco su procedencia, pero es la típica mezcla de razas predominantes en Venezuela.
Su espeso cabello le da un aire arabesco, y tiene unos ojos color turquesa delineados con unas gruesas pestañas.
Pero a su vez tiene los rasgos muy finos, como su nariz y unas orejas muy discretas.
Lo que remata todo esto es tu boca carnosa, la cual guarda una sonrisa blanca que muy poco da a mostrar.
Del resto no es muy alto, tiene la contextura gruesa, pero sin llegar a verse gordo, sus brazos denotan músculos de cargar sin parar cajas de mercancía diario.
Lo cierto que es que yo estaba allí tratando de estudiar para un parcial, recostado sobre el borde de mi ventana, repitiendo una y otra vez una fórmula para memorizarla, cuando sin pensar mucho desvié al mirada al quiosco, y allí vi a Frank con la cara entre las manos, recostado del mostrador, me fijé y en la calle realmente no había gente, eran como las 2 de la tarde y el sol pegaba muy fuerte, las personas estaban refugiadas en sus casas, lo cierto es que no parecía ser un buen día para Frank.
Me fijé mejor y vi que el pobre estaba empapado de sudor, su playera naranja tenía las marcas de la sudoración bastante pronunciada en su pecho, y él se pasaba las manos por la cara para secar el sudor.
De verdad el calor del verano estaba siendo inclemente, por eso mismo me había colocado en la ventana sin camiseta a estudiar un rato.
Estaba entretenido viéndolo cuando comenzó a portarse de forma sospechosa, Frank veía de un lado a otro como buscando a alguien, luego de un rato estar así, sacó una revista y comenzó a ojearla.
Yo estaba en el balcón de un piso 1 por lo cual no podía fijarme muy bien de qué tipo de revista era, pero no dude de lo que contenía cuando par a mi sorpresa Frank comenzó a apretarse el paquete.
Acto seguido mi amigo comenzó a ponerse duro también.
Deje el cuaderno a un lado y me concentre en verlo desde mi atalaya, allí estaba el apretando se sobre los jeens el pene el cual no alcanzaba a ver del todo pues el mostrador me quitaba visibilidad.
Yo mismo comencé a tocarme sobre mi bermuda con ganas de poder tocarlo a él.
A su vez veía a la calle y uno que otro carro pasaba, pero ninguno se detenía.
Me metí la mano en mi bóxer y toqué la punta de mi polla la cual dejaba escapar un líquido espeso y traslúcido el cual sin pensarlo mucho me llevé a la boca y cerré los ojos imaginando que no era mi sabor si no el de Frank, lentamente abrí los ojos, y cuando miré al quiosco Frank me veía fijamente.
No supe que hacer me había dejado llevar y tal parece que pasé de vigilante a vigilado.
Pero Frank no había cambiado de actitud, más bien me veía y se apretaba más descaradamente el paquete, como invitándome a ir.
Eso me prendió mucho más, y mi racha de 4 meses sin sexo empezaba a ser evidente cuando casi me vengo nada más viéndolo allí.
No supe muy bien como lo hice, pero en fracciones de segundo me aliste y baje con la excusa de comprar unos chicles, mi hermano mayor se antojó de que le trajera unas mentas, lo cual acepte con gustó.
Baje y cruce la calle semi desierta, rumbo al quiosco cuando pasaron unas muchachas y se pararon en el quiosco, -Qué mala suerte, llegó gente- dije entre dientes.
Igual seguí al quiosco como un cliente más.
Me entretuve viendo unas revistas de ejercicios para hombres hasta que las atendió y se fueron.
Luego me acerqué hasta él.
-Hola, me de estos chicles por favor-dije – ¿De estos? -dijo señalando los que le indiqué-no vale esos pierden el sabor muy rápido mi pana, yo tengo algo mejor que te gustará más que estos chicles- dijo agregando una sonrisa con la ceja arqueada.
-me gusta cómo suena eso, pero ¿cómo hacemos para probar ESO? – respondí -Fácil- dijo, y abrió la puerta de su quiosco, invitándome a pasar, -pero pasa rápido-Entre y de pronto supe que no era una buena idea el espacio era muy cerrado y apenas entrabamos los dos.
Pero tenerlo cerca era demasiado excitante, a esa distancia podía olerlo, y sentir lo caliente que estaba.
Me miraba con esos ojos azul y verde a la vez y sentía como me deseaba.
-Te estabas tocando allá arriba, me di cuenta, ¿Por qué te chupabas los dedos? -me dijo agarrándome la verga la cual ya tenía muy prensada.
Luego metió la mano y sentí su mano áspera apretar mi polla firmemente y pajearme.
Al sacarla, tenia de mi líquido pre seminal en su mano, -lubricas full, eso es bien, yo también soy así, – entonces se lamió los dedos- así que esto es lo que probabas, ven para que pruebes esto- entonces se desabrocho el jeen, y dejó salir su polla.
Tenía un pene muy lindo, no era largo debía tener unos 15 cm, pero era bastante grueso, las venas lo cubrían, y una cabeza ligeramente redonda y de un color colorado lo coronaba.
De la punta le colgaba una gota babosa producto de su calentura.
-arrodíllate pues, dale rápido antes de que venga alguien- dijo.
Entonces me arrodille justo en el momento en que llegaba un señor a comprar.
Mi corazón se puso a latir como loco, que pasaría si alguien o conseguía allí haciendo esas cosas.
Hasta preso podría ir por hacer ese tipo de cosas en público.
Estaba congelado del miedo, pero a la vez ardiendo del calor y del deseo.
No me quería mover, pero Frank hablaba como si nada con su cliente y le vendió unos cigarrillos, y luego acto seguido le prendió un cigarro con el encendedor, el señor se dio la vuelta y se recostó del aparador para fumarse su cigarro.
Allí me di cuenta que había hecho una mala elección al acceder a entrar así por así allí.
Frank trato de alejar al tipo, pero el señor sacaba más conversa, entonces Frank dio unos pasos a mí y disimuladamente se recostó del mostrador, pero dejaba un espacio considerable para que yo estuviera frente a su polla.
Luego, agarro mi cabeza y me empujó a su verga, la cual metí en mi boca y penetró muy profundo.
La sensación fue demasiado placentera, su verga palpitaba y estaba durísimo, y como al sentir el control de poder comérmelo todo sin ahogarme comencé a darla la faena de la manera más silenciosa que pude.
Frank se limitaba a asentir y a seguirle la corriente al tipo, mientras me embestía suave pero profundamente, dejando su polla reposar en el principio de mi garganta por unos segundos.
Su cuerpo sudaba mucho pero no olía mal, olía a macho, a jabón y perfume.
Y su sabor era demasiado surreal, tenía un leve toque dulce, que no sé de dónde provenía, al sentirlo comencé a darle más y más rápido, por lo cual tuvo que encender una pequeña radio que tenía allí para compensar el ruido.
Sentía su polla muy dura, y palpitante, en cualquier momento iba a estallar en mi boca, y yo lo deseaba, quería probar su sabor.
Entonces se me ocurrió una idea, tomé unas mentas extrafuertes de la vitrina y me mastiqué una hasta trozarlas, y luego comencé a mamarle nuevamente la verga, pero ahora con la boca mentolada.
Sentí como el primer contracto hizo que se le estremecieran las piernas.
Y eso me dio pie a darle más fuerte, rodeaba con mi lengua el contorno de su grande, quería que me diera su leche en la boca, quería que no pudiera controlarse.
A su vez yo tenía ya mi pene afuera y me pajeaba al mismo ritmo que se lo mamaba.
El señor por fin se despidió y se fue, gusto para que Frank me sacara su polla y bajara a mi cara -que rico lo mamas, me tienes loquito, casi te acabo ahorita- dijo viéndome -bueno eso es lo que quiero, dame ese sabor que me prometiste-le dije, y lo halé y le robé un beso, el cual me devolvió con fuerza y se apartó solo para meter su polla en mi boca.
Lo chupé solo dos veces hasta que probé por fin su leche en mi boca, me moví para que mi lengua masajeara la parte del frenillo y recibir toda su leche en mi lengua.
Frank no pudo disimular y dio unos gemidos ahogados agarrándose del aparador.
Descargo como 6 lechazos en mi boca, y yo agarré y los escupí en mi mano y con esa leche y mi saliva me di una paja con su verga erecta aun en mi boca.
Llegue en fracciones de segundo.
Y el clavó su polla en mi garganta al notar mi orgasmo.
Y en eso escucho la voz de mi hermano -Pana Frank ¿no has visto a mi hermano? –
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