El largo camino – Capítulo IV – El marques
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por mena55.
Capítulo IV – El marques
Después del mediodía, Lucio llevaba a los dos niños al marqués.
Los dos vestían ropas barrocas de la época, parecían niños de gente bien.
Fue el propio hombre quien salió a saludar a Lucio y a ver a los dos niños, de los cuales se quedo encantados.
El hombre les hizo pasar dentro de su casa palacio, toda ella rodada de unos grandes jardines, una fuente de piedra con una estatua hacia de ornamento a la entrada del palacio.
Los dos niños andaban con sus bocas abiertas, ya que nunca habían entrado en semejante casa.
El hombre se les presento, Juan y lo mismo los niños, que en un principio no les gusto mucho el hombre, pero a medida que el hombre iba hablando los niños le fueron cogiendo confianza, ya que vieron que era muy buen hombre, eso les pareció.
-Juan- ¿Os gusta la casa? ¿es grande?
-Alvaro- ¡Si, muy grande! ¡vive solo!
-Juan- Si, no tengo más que la gente que trabaja para la casa… vamos al dormitorio… ¿quieren que juguemos ya? me ha dicho Lucio que son muy buenos…
-Alvaro- ¿Y cuanto nos va a dar?
-Juan- Depende de vosotros, lo bien que me lo hagan pasar… yo a Lucio le dijo una cantidad, puedo subir o bajar… quiero que se ganen el dinero…
Fueron entrando al gran dormitorio del marqués, todo ello al más puro barroco.
Grandes cuadros, cortinas de seda… Alvaro entendió que debía de hacer el mejor trabajo que nunca antes había hecho y viendo que el hombre salía por una puerta le recomendó a David que hoy debían de dar mucho cariño al hombre y hacerle disfrutar y que ellos dos eran los mejores haciendo aquello.
El hombre volvió a salir con una copa de licor en la mano.
Se sentó en un sillón y Alvaro se acerco hasta el hombre, le beso en la cara donde el hombre giro la cabeza ya que le había gustado aquello.
Le fue metiendo la mano por la camisa barroca blanca por el pecho, David por fin se decidió y se acerco.
El se arrodillo y le fue manoseando el paquete del hombre.
Alvaro le daba besos por la cara, el hombre se sintió muy feliz por lo que esos dos niños hacían.
-Juan- ¡Que niños estos! ¡qué niños! ¡hay, hay! –gemía de placer y alegría- ¡si, eso, eso! –le decía a David que le había desabrocho los cuatro botones del pantalón- ¡si, cométela, cométela! –David se había puesto a comerle la polla-
-Alvaro- Vamos a quitarle todo… ¡David, quítale todo lo de abajo!
David se lio a quitarle los zapatos, calcetines, pantalones, calzones y Alvaro hacia lo mismo con la ropa de arriba, dejando al hombre desnudo.
Su cuerpo grueso, pero con una piel fina, sin apenas arrugas, desprendía un buen olor a limpio, una gran tripa.
Alvaro se lio a comerle los pezones del pecho y David continuo con la polla.
-Alvaro- ¡Vamos a la cama! allí estaremos mejor… ¡David vamos a quitarnos todo!
-Juan- ¡Niños, niños! que cosas me hacen… si vamos a la cama… quiero veros desnudos… -los niños se fueron quitando sus ropas nuevas a los ojos del hombre- ¡que ríos, que ricos! –les decía sentándose al borde de la cama- ¡que bellos son!
-Alvaro- ¡Ahora póngase en cuatro, le vamos a comer el culo!
-Juan- ¡Lo que ustedes dos quieran! pero déjeme que les chupe la colitas a los dos…
El hombre se arrodillo en el suelo con los dos niños de pie.
Con ambas manos le cogió a cada uno sus pichas y empezando por David se la fue metiendo en la boca.
Al hombre le gusto aquellas pollas infantiles de los niños.
Alvaro le acariciaba la cabeza, el pelo blanco.
Le gustaba como el hombre le comía su picha, ya que desde Julio y aparte de David, ninguno le había chupado la polla.
Cuando el hombre se hubo cansado, en el mismo suelo encima de la alfombra se coloco en cuatro, ofreciendo su gran culo blanco, con muy poco bello en las nalgas.
Alvaro y David se pusieron a comerse la raja del culo, donde David con sus manos le tuvo que abrir las grandes nalgas, para que Alvaro pudiera comerle bien la raja.
Juan disfrutaba como nunca, no les tenía que decir nada a los pequeños, ellos solitos sabían lo que debían hacer y cómo dar semejante placer.
Alvaro tenía al hombre en el espacio, sus dos dedos entraban y salían de su culo y David le comía la dura polla de apenas 14.
-Juan- ¡Putos niños, putos! ¡dios mío, me van a matar como sigan así!
-Alvaro- Sabe, le voy a meter la mano, porque le tengo ya tres dedos dentro y mi mano le entra…
-Juan- ¡si, no pares, no pares!
-David- ¿Le vas a meter la mano?
-Alvaro- ¡Mira, ya tengo cuatro dedos y la mano entra!
Alvaro consiguió meterle la mano dentro del ano del hombre, este pego un chillo de placer, ese niño le iba a matar de un infarto si continuaba haciéndole aquello.
-David- ¡Ostia, ostia! te está metiendo el brazo ¿le gusta?
-Juan- ¡Muchoooooo! dios, dios que rico, que rico…
-Alvaro- ¡Jo, menudo agujero que se te va aquedar!
-David- ¡Para que cage mejor! ahora si cagaras mejor… ¡menudo gusto que te está dando mi amigo!
-Juan- ¡Si, si, si! mas, quiero más, no me saques eso del culo… no, no…
-Alvaro- Luego te podrás follar dos buenos culos… y te correrás donde quieras… ¡que culo más gordo tienes! –le dijo dándole una palmada con la mano izquierda, ya que la otra la tenia dentro del culo- ¿Cuántas pollas te habrán metido?
-Juan- ¡Mis niños, que rico, que rico es todo! muchas, me han metido muchos rabos…
Alvaro después de casi diez minutos fue sacando muy despacio la mano, hasta que consiguió que saliera toda.
Los dos niños vieron el enorme agujero que se le había quedado al hombre, donde este se le escapo varios pedos.
Los niños se miraron y rieron, lo mismo Juan que se quedo un poco cortado, pero vio que a los niños no les había molestado.
Alvaro se coloco de pie y apunto con su polla al agujero del hombre.
-David- ¡Creo que eso no le gusta! después de haberle metido el brazo y con eso tan pequeño…
-Juan- ¡Si que me gusta! dame mas, dame más…
-David- ¿Nos va a follar? ¡quieres chuparme la raja del culo!
-Juan- Si, ponte delante y te como el agujero…
David se coloco en cuatro bien abierto y su culo dando a la cara.
el hombre llevo su mano a las pequeñas nalgas del niño, se las fue abriendo con la mano y pudo verle la rajita del niño.
Llevo su lengua hasta el, done al niño le gusto, ya que nadie se lo había echo hasta ahora.
-Juan- ¡Que culito mas chico!
-Alvaro- ¡sabe, usted será el segundo que se lo folle! solo Lucio se la ha metido, bueno yo fui el primero, pero mi picha es pequeña… pero ¿tiene mantequilla?
-Juan- ¡Si, es para el culo! tienes que ir a la cocina… iré yo… tú no sabes donde esta…
-Alvaro- Dime donde está y voy… ¿hay gente por la casa? es que si no me visto…
-Juan- ¡No, no hay nadie! la cocina está bajando las escaleras, giras a la izquierda por un pasillo y la puerta de enfrente y ya la veras en una mesa…
-Alvaro- No se preocupe, que yo ya la busco…
Alvaro dejo de follar al hombre y fue en busca de la cocina.
Mientras Juan continuaba comiéndose el rico culo del niño.
Esos dos putitos le estaban haciendo pasar una tarde de gloria, nunca en la vida se lo había pasado tan bien con esos niños.
Alvaro tardo un poco en encontrar la cocina.
Volvió otra vez al cuarto, donde encontró a David follando al viejo en cuatro.
Se subió a la cama y mando al hombre que se diera la vuelta y se tumbara y a David le puso un poco de mantequilla en el culo y otro poco en el rabo del hombre.
El niño monto sobre el rabo, como Alvaro le había explicado y muy despacio se fue metiendo la polla dentro.
-Alvaro- ¡Valla, te la has metido toda! tampoco es muy grande… ¿te duele?
-David- ¡Un poco, solo un poco! pero no mucho…
-Juan- ¡Que rico culito, que rico! ostia, niño, estas poco sobado… luego me cogeré al rubito…
-Alvaro- ¡Cómeme el culo! –le puso el culo en la cara- eso es, pásame la lengua por la rajita…
-Juan- ¡Ostia, que par de culitos! ¡qué suerte tiene Lucio con vosotros!
-Alvaro- ¡Tu come culo, come culo! ¡mete la lengua dentro que luego te follaras este culo!
-David- ¡Jo, que gustito da en el culo! –dijo el niño cabalgando- ¡esta rico!
Alvaro mando al niño que se levantara que ahora le tocaba a él, cogió un poco de mantequilla y se la coloco sobre el ano y con un dedo se la fue metiendo para dentro.
Ya David fuera, se coloco sobre el rabo la guio a su ojete y fue bajándose por la polla hasta tenerla toda dentro.
Juan coloco sus dos manos sobre las nalgas del niño rubito, el niño le gustaba, le excitaba más que a David.
El hombre solo recibía por parte de los dos niños cariño, acaricias, como David que le chupaba los pezones.
-Juan- ¡sois muy buenos, muy buenos! me han hecho pasar una tarde inolvidable los dos…
-Alvaro- ¡Ese es nuestro trabajo! ¡qué rico, que rico! ¿le gusta como David lo hace?
-Juan- Los dos, los dos son muy buenos en esto… mejor que todos los que he estado y mejor que muchos putos que hay por los caminos…
Los dos niños les gusto, ya que habían hecho feliz a ese hombre.
Juan apenas podía aguantar más, se lo hizo saber a los niños que Alvaro se quito y cogiéndole el rabo dejo que el hombre se corriera dentro de su boca, soltando fuertes chorros de leche.
El hombre se quedo en unos segundos en éxtasis, esos dos niños habían sido realmente buenos, muy buenos.
Dos ellos aprovecharon para menease sus pichas y correrse encima del estomago grande del hombre, que este con la mano lo cogió y se lo llevo a la boca, le gusto el semen de los niños aunque hubiese sido escaso.
Los dos niños besaron al hombre, y se quedaron uno a cada lado sobre el pecho dormido.
Juan les miro, le daba pena apartarlos y los acogió con el brazo por el cuello y él se quedo dormido con ellos.
Juan ofreció a los niños quedarse a pasar la noche con él y ellos accedieron gustosamente.
Cuando Lucio volvió a buscar a los niños, Juan le dijo que se quedaban con él, que pasara a recogerlos por la mañana.
Así que esa noche los tres volvieron a tener sexo.
Lucio volvió a buscar a los niños, el cual ellos continuaban dormidos.
Juan le invito almorzar con el.
-Lucio- ¡Dime, son buenos!
-Juan- A por poco me voy al hoyo… que ricos están los dos, pero el rubio… ese vale mucho ¿qué piensas hacer con ellos?
-Lucio- Eso es cosa mía… por ahora cuidarlos y llevarlos a Madrid…
-Juan- ¡A Madrid! ¿pero esa tía vive?
-Lucio- ¡Ni idea! pero pasa que el crio se cree que su tía si vive lo va a recoger… ¡eso si vive!
-Juan- ¿Y, el?, que es lo que quiere hacer, porque si se presenta a su tía con el otro niño…
-Lucio- Fíjate, que hasta me ha dicho, que piensa hacerlo pasar por su hermano…
Los dos niños se despertaban en la cama de Juan, mientras se vestían…
-David- ¡Entonces, nos vamos con Lucio!
-Alvaro- ¡Creo que no! mira, que el siga su camino y nosotros el nuestro… además no creo que a unos niños solos, abandonados quieran robar nadie… y burrita se viene con nosotros… cuando llegamos a Madrid veré lo que hacemos…
-David- ¡Se lo has dicho a él! digo…
-Alvaro- ¡No, todavía no! pero que el siga su camino y nosotros el nuestro… además así vamos viendo pueblos, ciudades… pero con estas ropas no iremos, ya que si vamos con esto, llamamos la atención… iremos con ropa de pobres…
Juan subió al cuarto para decir a los niños que Lucio les esperaba para irse con ellos.
Alvaro le conto a Juan lo que él quería hacer…
-Juan- ¡No sé, ustedes son muy niños los dos! pero son libres de hacer lo que quieran… Lucio es un hombre muy bueno y jamás os haría daño alguno… incluso me ha comentado que si usted no tienen la tía esa, estaba dispuesto a quedarse con vosotros…
-David- ¿Usted que haría? póngase en nosotros…
-Juan- Creo que me gustaría ser libre y que nadie me tuviera que decir nada… ¡creo que os comprendo! primero vamos hablar con Lucio y se quedan aquí hasta mañana conmigo… saben tengo que ir a Madrid para asuntos económicos, creo que quedaremos allá… hasta he llegado a pensar en quedarme con ustedes dos, pero esto no se lo digan a Lucio, por favor.
Si esa tía no vive, o no quiere saber nada de ti, pienso adoptaros a los dos y que ustedes dos se queden con todo lo mío… no quiero que vallan por ahí, poniendo el culo a nadie…
-Alvaro- ¡Pero si a usted!
-Juan- ¿Por qué no? para eso os adopto… vamos a ver a Lucio, pero no le digan nada de esto… y el dinero os lo daré luego, pero no pienso daros todo, cuando nos veamos en Madrid les daré el resto, no veo bien que dos niños vallan con tanto dinero, pero os daré un documento que os servirá para muchas cosas…
Lucio le sentó un poco mal la decisión que habían tomado los dos niños, pero Juan le hizo entender que los niños sabían y podían cuidarse solo.
Además había quedado con ellos en Madrid y allí les daría el dinero.
-Alvaro- ¡Lucio, no te enfades! pero me gusta ser libre, no tengo a nadie, pero quiero cuidarme yo solo…
-Lucio- ¡Allá ustedes dos! el camino tienen muchos peligros… muchos robos y asesinatos…
-Juan- Pero roban a los ricos, no a dos niños pobres… ellos van a ir vestidos de pobres y con una burra.
Déjales que vivan ellos su aventura, esto les hará ser fuertes y aprenderán a no depender de nadie… hasta ahora ellos han sabido cuidarse y no tienen problema alguno…
Al final Lucio deseo suerte a los dos, y les prometió que les seguiría viendo por el camino, ya que no pensaba dejarlos solos y abandonados.
También les dijo que él estaría también en Madrid.
Beso a los dos niños y se despidió de Juan y marcho montado en su caballo.
Juan esa mañana, enseño a los niños la ciudad de León.
Les invito a comer en una posada.
Luego la tarde los tres la pasaron en la cama.
Al día siguiente, Juan despidió a los niños.
Les dio un documento, que en las ciudades de Benavente, Valladolid, Tordesillas, Medina del Campo… y otras ciudades, ellos se debían de dirigir a una dirección y en esa les darían una ayuda económica.
Los niños lo guardaron y junto con Burrita se echaron al camino.
Pasaron por un pueblo, campos de cereal, granjas.
Hasta que empezaron a buscar un rio donde poder descansar y lavarse.
-Alvaro- Bueno David, aquí paramos un rato… comeremos lo que Juan nos ha dado… que suerte hemos tenido…
-David- ¡Sí! crees que hoy tendremos clientes…
-Alvaro- Juan me ha dicho, que solo soldados, con la estrella real o un escudo… que ya no lo hagamos con otros… además vamos a llevar lo justo, es decir, que compraremos todos los días y haremos ver que no llevamos mucha cosa… ahora vamos a bañarnos en el rio… desnúdate y al rio… hay que lavar los calzones también… hemos der limpios…
-David- ¡Pero si ya lo somos! pues te digo, en el invierno te metes tu al rio…
Los dos se desnudaron, se metieron el rio y se pusieron a jugar los dos, a tirarse agua el uno al otro.
Los dos reían y se lo pasaban en grande con los juegos en el rio.
Luego salieron y cogieron las matas, se secaron, los dos se agacharon y se pusieron a cagar.
El uno al otro miraban como les salían la mierda, hasta totearon con aquello.
-David- ¡Alvaro, ahora me limpias el culo! –le dijo poniéndose en cuatro y abriéndose el culo con las manos y enseñándoselo a su amigo con la caca- ¡limpia! tienes que acostumbrarte a chupar los culos así…
-Alvaro- ¡Serás cerdo! qué asco, quita es de mis ojos, marrano… vamos a limpiarnos el culo, nos vestimos y comemos, tengo mucha hambre…
Pasado el tiempo, volvieron otra vez al camino, por el encontraron a dos frailes, vestidos con sus hábitos.
El fraile más mayor, les pregunto a los niños a donde iban.
-Mauro- ¡Así que a Valladolid!
-Rafa- ¡Os queda un poco lejos! ¿de dónde vienen?
-Alvaro- De León… ¿ustedes?
-Rafa- Vamos a Benavente, al convento… somos franciscanos… si quieren podemos ir juntos hasta allí… ahora buscaremos algún sitio para pasar la noche…
Los niños siguieron a los frailes, donde estos no hacían más que preguntarles cosas a los chicos, pero estos poco les contestaban.
Encontraron un granero en el cual los pastores lo usaban para guardar las ovejas.
Salieron del camino y atravesando un campo llegaron hasta la casa.
-Rafa- Bueno niños, antes de cenar vamos a rezar y a dar gracias a Dios, nos vamos a sentar… -Alvaro corto-
-Alvaro- ¡Recen ustedes dos! nosotros rezamos por nuestra cuenta… ¡vamos David!
-Mauro- ¡Alvaro! ¿Por qué no quieres rezar con nosotros?
-Alvaro- Eso a ustedes no les importan, llevan toda el camino interrogando… ustedes recen todo lo que quieran, vamos para allá David… ustedes hagan su vida y nosotros la nuestra…
-Mauro- ¡Que un crio nos hable así! ¡qué respeto tienes tú! ¡deberías de estar en un centro para niños! si…
Alvaro no quiso discutir con el fraile mayor y marcho, Rafa tuvo que parar a su compañero y recordarle que él no tenía autoridad para decirle nada al niño y que él era libre de rezar o no.
Los dos niños rodearon la casa.
Se prepararon la cena, queso, pan y embutido y las pastas que las monjas les dieron.
Los dos frailes vieron lo que los niños tenían para comer, ya que ellos no tenían nada, pero ninguno se atrevió a decirles nada y menos aun quitar la comida a dos niños.
Ellos tampoco supieron que ellos no tenían nada.
Como aquella cabaña tenía varios cuartos, durmieron por separado.
David pronto se quedo frito, pero Diego le costaba encontrar el sueño.
Miro a su derecha y vio a burrita también dormida.
Se levanto para hacer pis y oyó las voces de los frailes a fuera.
Muy despacio se acerco, se asomo por la ventana y vio, al más joven Rafa se levantaba el habito marrón y como Mauro le cogió el rabo y se lo llevaba a la boca.
-Mauro- ¡Le gusta, padre!
-Rafa- ¡claro que si, padre! chupe, chupe… estos pecados saben a gloria…
-Mauro- ¡Se ha fijado en el niño rubio! esta rico… pero que cabron es…
-Rafa- ¡Deja en paz al chaval! chupa, que lo haces muy bien, no los vallamos a despertar…
Rafa el más joven de treinta años, fuerte, alto, el pelo cortado a lo fraile, lo mismo su compañero, más bajo, muy delgado y de 55 años.
Mauro se levanto y el también su subió su habito y el más joven se arrodillaba para comerle el rabo.
Para Alvaro, el miembro de ese fraile le pareció pequeño, pero lo veía desde un poco lejos, pero a diferencia del joven que lo tenía más grande.
-Rafa- ¡Que rica la tienes cabron! ¡le gusta como se la chupo! ya sabe, que cuando mañana lleguemos al convento, esto se termina…
-Mauro- ¡Se termina una mierda… allá hay muchos que follan! ¿o no?
-Rafa- Venga, póngase allí en cuatro que se la meto por el culo
-Mauro- ¡Si, quiero que me la metas hasta el fondo! toda dentro…
El hombre mayor se subió todo su hábito y se coloco en cuatro abriéndose bien de piernas.
Todo ello observado por Alvaro, que ya tenía poca visibilidad, debido a que estaba anocheciendo.
Pero aquella noche había luna llena y había un poco mas de visibilidad.
Rafa se colocaba detrás de su compañero, también subiéndose el habito y le guio su dura polla al ojete de su amigo, pero sin lubricar y nada, toda de un golpe, que hizo que al hombre se le saliera un grito de dolor.
-Mauro- ¡Tu puta madre! ¡ostia, ostia! que daño…
-Rafa- ¡Lo siento padre! pero no teníamos nada… además tengo un hambre, mierda…
-Mauro- ¡Dímelo a mí! ¡ay, ayayayaaaaaa!
-Rafa- Eso le pasa por meterse con el chaval… si no le hubieras ofendido, igual nos habrían dado algo para comer… les viste…
-Mauro- Tampoco tenían mucho… además soy incapaz de quitar la comida a un niño… ¡ayyyyyy!
-Rafa- ¡Toma, toma, padre! que rico ojete tiene… ¡que rico es follar… no sé porque esto está prohibido… no es malo…
-Mauro- ¡Dígalo a la iglesia! al papa… hay muchos curas que follan… muchos que se tiran a las viudas, solteras…
-Rafa- ¡Si eso ya lo sé! prohíben las cosas que dan la vida… porque para tener vida hay que follar… ¡qué más da que se haga entre hombres!
Alvaro estaba duro y como no veía ya nada mas, les dejo y sin hacer ruido volvió a donde estaba su amigo.
Se metió en las mantas junto con él, le bajo el pantalón junto con los calzones sin que este se despertara y echándolo baca abajo y el encima le metió la polla por el culo que le hizo despertar.
-Alvaro- ¡Calla! no digas nada… -le dijo al oído- he visto a los frailes follar, calla… pasa que se me ha puesto dura…
-David- ¡Eso no lo pueden hacer!
-Alvaro- ¡Ya ves! mañana nos iremos nada mas cuando salga el sol o antes, pero sin hacer ruido, esos, no me gustan nada… aunque sean frailes… que rico ojete tienes…
-David- ¡Si, sigue, sigue!
-Alvaro- ¡Pero calla! como nos pillen, estos nos la meten… y encima gratis… mañana ya te contare…
Alvaro continúo por dos minutos follando a su amigo hasta que la saco y le echo sobre el suelo su corrida.
David le pidió que se la dejara meter, y este le ofreció su culo, pero le aviso que cuando se fuera a venir que lo hiciera fuera como él.
Al día siguiente muy temprano, Alvaro despertaba a David y sin hacer anda de ruido, recogieron todo y marcharon de ese lugar.
Ya que no querían saber nada de los frailes.
-David- ¡Cuéntame, que viste! ¿se la metieron por el culo? –iban hablando por el camino, ya media hora después-
-Alvaro- El joven se la metía al viejo, por un culo feo, muy feo… además creo que la tenía mas pequeña que Juan… pero mira esos, nos dicen que tenemos que rezar y míralos a ellos…
Una hora después, los frailes dieron alcance a los dos niños, que iban un poco cabreados porque ellos no se habían despedido.
-Mauro- ¡Vosotros son unos maleducados! además, pienso llevaros a un orfanato, dos niños no pueden vagabundear por ahí…
-Alvaro- ¡Ustedes que se saben! además si no les hemos despedido es porque ustedes estaban dormidos… ¡déjenos en paz!
-Mauro- ¡Niño, he dicho que pares! ¡te, tenía que dar una bofetada! ¡eres un pecador! –Alvaro cayo, ante aquello-
-Rafa- ¡Ya vale, Padre! mira niños, nos preocupamos por vosotros
-Alvaro- ¡Que nos dejen! vallasen a la puta mierda… -Mauro le dio un bofetón al chico- ¡hijo de putaaaaaa! ¡tú no eres nadie!
-Rafa- ¿Por qué le has pegado?
-Mauro- Lo siento chico… -de lejos vio a un caballo venir- ¡mira un soldado! creo que ese nos podrá ayudar y llevaros a un sitio seguro…
-Lucio- ¡Alvaro! ¿pero que te han hecho esos frailes?
-Mauro- ¿Conoce al niño?
-David.
– ¡Le ha pegado! nos quieren llevar no se a donde…
-Lucio- ¿Llevar a donde?
-Rafa- Estos niños están abandonados…
-Alvaro- Ya les he dicho que nos dejen en paz… llevan desde ayer metiéndose con nosotros…
-Mauro- De eso nada… mire soldado.
No sabemos nada de estos niños, pensamos que son unos vagabundos…
-Lucios- ¡Vagabundos!
-Mauro- Eso nos parece.
Además ayer les ofrecimos rezar con nosotros y no quisieron, dijeron que eso de rezar no sirve para nada, pues dios os castigara…
-Mauro- Díganos algo de estos niños…
-Alvaro- ¡No hace falta! a ustedes no les importa nada nuestra vida y se lo dije ayer y en cuanto pecadores, ustedes no tiren la primera piedra cuando ustedes son mas pecadores que cualquier puta que hay por ahí, ¡vergüenza les debía de dar! tengan más respeto a eso que llevan puesto –los frailes se quedaron de piedra porque les vio-
-Lucio- ¡Tenga cuidado a donde iba esa mano! si toca a uno, le denuncio por marica… dos frailes… anda veros
Los dos hombres ante aquello no pudieron decir palabra y con la cabeza agachada se fueron.
Lucio les advirtió que como les ocurriera hacer algo a los chicos, se iba a enterar hasta en Roma de lo que hacían fuera del convento.
Bajo del caballo y beso a los dos niños y juntos fueron andando para buscar un lugar para almorzar.
-Alvaro- ¡Que alegría de verte!
-Lucio- ¡Ven como necesitan de mi ayuda! ¿quien se iba a imaginar que esos dos? ¡da igual!
-Alvaro- Pero gracias, te mereces dos culos con dos bocas… ¿verdad David?
-David- ¡A ti no te cobramos!
-Lucio- ¡Encima esto! si que me apetece unas bocas y dos culitos… esta noche la pasare con ustedes dos, por si esos se les ocurre algo, no creo…
-Alvaro- ¡No, de eso nada! no le tenemos miedo y además ellos creen que tu estas con nosotros…
-Lucio- No se preocupen, pienso seguir viniendo a veros de vez en cuando… además mañana en la tarde estarán en Benavente… allá nos veremos… hay un puente que se llama Santa Teresa, pregunten por él, vale.
Mañana dormirán en cama.
Llegaron a un rio muy frondoso, con muchos árboles.
Allí prepararon el almuerzo y Alvaro contaba a Lucio la escena de los dos frailes, con todo detalle, poniendo caliente al soldado.
Este pronto se desabrochaba los botones de la camisa oficial de la guardia real, para luego hacer lo mismo para su pantalón.
, ofreciendo a los niños que se acercaran a chuparle la polla.
-Lucio- ¿A que esperan? ¿no pesaran cobrar a los amigos?
-Alvaro- ¡No lo pensaba! ¡vamos David! necesita de nuestra ayuda…
-David- ¡Que dura la tiene!
Cada uno se coloco a un lado del soldado.
David acerco su boca al rabo, abriéndola y chupándole la cabeza, para ir tragándosela.
Alvaro por su parte se puso a quitarle los botones de la camisa para dejarle al descubierto su pecho, con algo de vello haciendo una cruz.
Acerco su boca a las tetillas donde se puso a comérselas, haciendo que el hombre se excitara aun más.
-Lucio- ¡Dios, como han mejorado en esto! David, como la chupas condenado…
-David- ¡Te gusta! ya o hago bien… Alvaro me ha enseñado hacerlo…
-Lucio- Si, se nota… la chupas como el de bien… ¡chúpame el culo! me gusta que me metan la lengua por el ojete –el hombre levanto sus piernas, mientras David continuaba con el rabo, Alvaro se puso a comerle el culo, con olor a sudor-
-Lucio- ¡Que Alvaro! huele un poco
-Alvaro- ¡si, un poco!
-David- ¡No se porque tenemos que meter la lengua por ahí! además a este que no paga…
-Lucio- ¡Calla, enano protestón! vete preparándote el culo, que te la voy a meter toda…
-Alvaro- ¡Me dejas que te la meta! nunca te la he metido –diciendo eso bajo las piernas- ¿no quieres?
-Lucio- ¡Tu no metes nada por ahí! además, ustedes dos están para darme a mi placer…
-Alvaro- ¡Lo siento! –le gusto poco esas palabras y la manera en que se lo dijo- ¡ponte David! voy a buscar un poco de mantequilla…
-Lucio- ¡Alvaro, siento lo que he dicho! –se dio cuenta lo que había dicho- ¿me perdonas?
-Alvaro- ¡Tu lo has dicho! estamos para darte placer, solo para eso… pero si nos vuelves a decir algo como eso, pienso cobrarte… paso que no quieras que te la metan, pero que nos digas eso, pues no…
-Lucio- ¡Alvaro, David! lo siento… pasa que no me gusta que me la metan por el culo… solo es eso.
¡Somos amigos!
-Alvaro- si… amigos lo somos… pero no vuelvas a decirnos eso, no me importa que me lo digan otros, pero tu… te tenemos confianza…
-David- ¡Alvaro ya esta!- le dijo el niño- vamos a olvidarnos, además tu yo estamos para darle placer…
-Alvaro- ¡Da igual! ponte en cuatro, David, que te pongo un poco de mantequilla…
Lucio se quedo un poco cortado, ya lo que les había dicho a los niños pues no había estado bien.
Ellos confiaban en él.
Les había tratado como unas putas y ellos les estaban dando cariño.
Miraba a los niños, como Alvaro le estaba preparando el ano para que él se la pudiera meter.
-Alvaro- ¡Señor, ya la puede meter! tiene el culo preparado.
-Lucio- ¡Alvaro, no! no me hables así… estoy arrepentido, de vedad… ¡jamás os volveré a decir nada así! ¡por favor!
-Alvaro- ¡Venga mete! todo está olvidado, si me dejas que te la meta por el culo…
-Lucio- ¡Tu ganas! deja que me folle a este y luego me la metes…
-Alvaro- ¿Te han follado?
-Lucio- Cuando eres soldado y en las guerras, debes de poner el culo a tus superiores para ir ascendiendo…
Alvaro se quedo pensado en aquello, mientras Lucio guiaba su rabo a la entrada del ojete de David.
Muy despacio se la fue metiendo, con alguna queja por parte de David, ya que le dolía un poco.
-David- ¡Mete despacio, despacio! –la volvió a meter- ¡ostia, que duele!
-Alvaro- ¡Empuja, pero aguanta un poco! Lucio ves despacio, hoy anda estrecho el chico…
-David- ¡Estrecho, estrecho! es que mi culo es estrecho… mira mis mierdas como son… ¡duele un poco!
-Lucio- ¡Bueno lo dejo! te pones tu… -le dijo a Alvaro-
-Alvaro- ¡No! David, debes de tener un poco de aguante… no sirve de nada que este la saque… porque igual mañana tenemos a uno y le debes de poner el culo… haz lo que te digo… joder…
David no supo que contestar, su amigo tenía razón y no volvió a protestar y se guardo para él, el dolor.
Lucio le gusto la actitud del chico, además de llevar la razón.
-Alvaro- ¡Te sigue doliendo! ¡contesta!
-David- ¡No, ya no!
-Alvaro- ¿De verdad?
-David- ¡No! ¡mierda, me duele hoy me duele! ¡a ti te da igual!
-Alvaro- ¡Lucio, sácala anda! igual es que tiene algo… ¡cuando has hecho caca te dolía!
-David- Un poco… no se…
-Lucio- Igual tiene algún rasguño…
-Alvaro- Échate largo y prueba otra vez, igual a si no le duele tanto… esa postura es la mejor…
-Lucio- Espera… Alvaro, ábrele las nalgas, vamos a ver si podemos verle algo…
Alvaro le abrió las nalgas y Lucio miro a veri si el chiquillo podía tener algo, o solo era que le dolía.
Cogió un poco de mantequilla y le fue metiendo el dedo, eso no se quejo, al contrario le gusto.
No vio que tuviera nada extraño y le dijo a Alvaro que se la metiera él, a ver si con la suya no le dolía.
Alvaro le dijo que se echara largo y se la fue metiendo muy despacio.
-Lucio- ¿Te duele? ¿te raspea? porque el dedo te gustaba…
-David- ¡No duele! me da gusto… da gustito…
-Alvaro- ¡Ya te digo yo! hoy andas con el culo estrecho… -pero Lucio se colocaba encima de Alvaro para metérsela- ¡Ostia tío! si la metes, echa mantequilla…
-Lucio- ¡Perdona! espera… -se la puso y este se quedo quieto mientras Lucio le metía el dedo con la mantequilla- ¡ya está! ya lo tienes abierto… ¡que rico se ve!
-Alvaro- ¡Mete, mete! –le dijo girando la cabeza- ¡David hoy te chafamos!
-Lucio- Mira que bien… no te quejaras, follas y te follan…
Alvaro fue sintiendo la dura polla del soldado que entraba dentro de el.
Cerró los ojos, porque le dolía un poco y no continúo follando a su amigo porque no podía por el peso que tenia encima de suyo.
David también lo sintió, pero lo podía aguantar.
-Alvaro- ¡Joder, joder!
-Lucio- ¿No te gusta? ¿te duele? también vas tu hoy estrecho…
-Alvaro- Me duele un poco… pero parece que estoy en medio del pan y no puedo follar…
-David- Pues mira yo… aquí abajo…
Lucio rio y empezó a dar caña al chico, andaba muy excitado y deseaba correrse.
Alvaro ya sabía que no se iba a dejar follar, pero le dejo que continuara.
Ya no le hacía daño y solo recibía gusto por parte de su amigo.
Muy despacio fue moviendo el culo e iba follando a David y aquella sensación de follar y ser follado le estaba empezando a gustar.
-Alvaro- Vamos a cambiar… ¡ostia no! –sintió los chorros de leche de su amigo dentro- ¡cabron, te has corrido!
-Lucio- ¡Lo siento, no podía más!
-Alvaro- ¡Mierda, lo has hecho para que no te folle!
-Lucio- ¡No seas a si! pero seguro que otro día me follas…
Alvaro se molesto un poco, pero continúo moviendo su culo ahora que ya no tenía el peso del soldado y se desahogo con su amigo, follandole el culo.
-Lucio- ¿Pero para que quieres mi culo si tienes el de tu amigo? ese está más rico que el mío…
-Alvaro- ¡Vete a la mierda! la próxima te cobro…
-Lucio- ¡Tú no me vas a cobrar! ¡mira como mueve el culito! ¡David, esa te gusta!
-David- ¡Si, me folla rico! ¿pero yo no follo?
-Alvaro- Si, ahora me la metes a mí… espera que me corra…
Lucio se sintió un poco avergonzado por lo que había echo.
Los dos niños le apreciaban mucho y confiaban en el.
Viendo que Alvaro estaba para irse, se volvió a bajar los pantalones y poniéndose junto a David, le pidió que le follara.
Alvaro no se lo pensó dos veces, la saco y se coloco detrás del trasero blanco, con algo de vello y la guio a la raja donde muy despacio se la metió.
-Alvaro- ¡No te has puesto nada! está seco… pero se nota que tu culo es gordo…
-Lucio- ¡Mi culo puede con esa polla! dale, dale… luego tu David…
Lucio sentía el pequeño pene del niño dentro de él, le gusto la forma en que follaba.
Lo mismo Alvaro, que le gustaba el buen trasero de su amigo, duro, nalgón, que sin darse cuenta y por la excitación se corría dentro.
-Lucio- ¡Te corriste! mi culo le ha gustado tu follada… ahora tu David… métela hasta el fondo…
-Alvaro- ¿Cómo hasta el fondo? si quieres, te puedo hacer lo que le hice a Juan… ¿no te conto nada?
-Lucio- ¿Que le hiciste? no me han contado nada…
-David- Le metimos el brazo y vamos a por poco se muere del gusto…
-Lucio- ¡El brazo! ¡ni hablar! ¡de que van! -David le metió su pequeña polla por el culo del soldado, donde sintió los restos de leche de su amigo- ¡te gusta mi culo! ¡seguro que mejor que el de Alvaro!
-David- ¡Solo tiene leche! los dos me gustan… este es más gordo…
David no pudo aguantar mucho y en menos de dos minutos se corría, le había gustado follar con su amigo el soldado.
El soldado fue al rio a lavarse los restos de leche de sus amigos, que estos ya se volvían a ponerse sus ropas de niños pobres.
Los tres almorzaron juntos y también descansaron.
Lucio les estuvo acompañando un rato por el camino, hasta que se despidió de ellos, para verles al día siguiente en Benavente.
Les dijo que en caballo había unas cuatro horas y andado pues casi el doble.
Capítulo V – Descubriendo cosas nuevas
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