El largo camino -Capítulo VII – El secreto de Oscar
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por mena55.
A la mañana siguiente, los tres niños se despertaban conjuntamente, después de haber dormido los tres juntos.
Alvaro miro al niño nuevo, y desde la cama le dijo que hoy le tocaba aprender cosas del sexo.
El chaval andaba con deseos de tener sexo y saber lo rico que era.
Se levantaron los tres y fueron primero a lavarse al pozo que había.
Alvaro le dio al joven la pastilla de jabón y le dijo que se lavara el ojete del culo y la picha y que ellos dos mientras tanto iban a preparar el almuerzo.
-Alvaro- ¡Esta rico el chaval! ¿no crees David?
-David- ¡Si, tiene buen culo! y la pichota la tendrá más gorda que tu…
-Alvaro- ¿Ya se la has visto?
-David- No… como tiene un año más que tu… ¿tendrá pelos?
-Alvaro- ¡Ahora lo veremos! –le vieron entrar- ¿ya te has lavado?
-Oscar- ¡Sí! ¡joder, que de cosas tienen! –ya que vio, leche, pastas, queso, pan y chorizo curado- ¿de dónde sacan todo eso?
-Alvaro- Pues unas monjas nos dieron las pastas y la leche y lo otro lo compramos nosotros…
Los tres niños se pusieron almorzar.
Alvaro miraba mucho al chico, un poco más alto que el, pelo castaño un poco largo, ojos verdes, delgado, mirada alegre y su forma de hablar le hacía ser un chico muy agradable.
El chico les dio las gracias a los dos por lo bueno que estaba todo.
Ya fue Alvaro quien le dijo al chaval que si aun deseaba ir con ellos y ser puto.
Oscar les dijo que si y que deseaba probar tener sexo y saber lo rico que era.
Alvaro le dijo que se pusiera de pie y el mismo le desabrocho el botón del pantalón y le bajo los calzones cortes.
Dejo salir un miembro aun flácido, pequeño pero ya con algún pelo que se asomaba.
David fue quien se la cogió, para manosearla y llevársela a la boca, mientras Alvaro le tocaba los duros huevos del niño, haciendo que se le escapara algún que otro gemido.
-Oscar- ¡Ostia que rico es esto! ¡ostia no sabía que esto daría este gustazo!
-Alvaro- ¿Te gusta? pues ahora te toca a ti aprender a chupar un rabo… jope, la tienes ya gordota –le media ya 13cm-
-David- ¡Si, un poco más que tú! sácate la tuya y le digo como la tiene que chupar… ahora te pones de rodillas y te voy a enseñar a chupar un rabo…
Alvaro se ponía de pie y se fue bajando sus ropas, mientras Oscar se ponía de rodilla y miraba como David le decía como tenía que chuparla.
El niño la toco, le gusto el tacto de la picha y David le invito a que abriera la boca y se la llevara dentro.
Oscar pronto la abrió y se la llevo a la boca.
El raro sabor del principio le hizo sacarla de su boca, pero pronto deseo continuar mas y pronto le gusto chuparla.
Giro sus ojos y vio que David se levantaba y también dejaba caer sus ropas y le ofreció que se la chupara.
Alvaro le dijo que mientras se la chupaba a David, que con la mano la manoseara y le explico que eso era hacerse una paja y como se hacía.
-Oscar- ¿Lo hago bien?
-David- ¡Debes de chupar mucho! pero aprenderás, tu tranquilo…
-Alvaro- Este aprendió… ahora nos vas a chupar a los dos el culo y David te va a decir como lo debes de hacer…
-Oscar ¿El culo? ostia, que por ahí sale la caca…
-David- sí, pero si te lo dicen, lo debes de hacer y el culo de este y el mío están limpios, pero el de los soldados les huele y no te queda otra…
Oscar no dijo y nada y vio como Alvaro se ponía de rodillas sobre el suelo y le ponía el culo para qe se lo chupara.
David fue primero para que viera que no le daba asco y le dijo que le olía bien.
Le dijo como debía de pasar la lengua por la raja y metérsela por dentro.
Con un poco de asco, Oscar fue acercando su lengua a la raja, entre ascos la paso, y siguió las instrucciones de David .
David- ¡Lo haces bien! baja la lengua hasta los huevos y ahora me chupas a mí el culo…
-Alvaro- ¡Eso es, así! ahora te lo haremos a ti y luego la podrás meter en mi culo… y a David…
-Oscar- ¡Ya no me tanto asco! al principio pues te da cosa…
-David- A mí también me pasaba, pero luego se te quita y mira que los nuestros no tienen pelos, pues lo de los soldados…
-Oscar- ¡No pienso hacerlo! ¿y si tiene mierda?
-Alvaro- Hombre tu dirás… yo no meto la lengua hasta allí lego.
Pero hasta ahora nunca les hemos visto con caca, solo que les huele… tu imagina, están todo el día montados a caballo, cagan, se lo limpian, pero no se lo lavan y claro huele un poco… lo único que eso lo cobramos, cinco monedas más…
-Oscar- El de este más chico el culo…
David con sus manos le abrió las nalgas, para que le metiera la legua por la raja.
Alvaro se coloco a su lado y le dijo que le echara saliva y le fuera metiendo un dedo, que fuera muy despacio.
Con la lubricación de la lengua y de saliva, le fue metiendo el dedo por el culo muy despacio.
David pudo coger el rabo de su amigo y se lo pajeo, volviéndolo a poner duro otra vez.
-Alvaro- Ahora se la voy a meter por el culo, le voy a follar… quiero que veas cómo es… solemos echar mantequilla, pero como nuestras pichas son pequeñas no hace falta, pero con los soldados si…
Oscar vio como la dura picha de s amigo la metía sin problema alguno por el pequeño ojete del chico.
Le miro, vio que su cara era gozo, que meterla daba mucho placer y pronto quiso saber lo que se sentía y pido a Alvaro que le dejara probar.
No tuvo otra que dejar a su nuevo amigo que se la metiera a David, que este sintió que la picha era algo más gorda y grande que la de Alvaro.
-Alvaro- Luego vas tú… luego te la vamos a meter los dos…
-Oscar- Quiero saber lo que se siente, porque veo que debe de da gusto…
-Alvaro- Luego te coges el mío –se coloco en cuatro junto a David- ¿te gusta mi culo?
-Oscar- ¡Siiiiiii! joder, que dos culos… que ro es esto de follar…
Oscar saco su dura picha del ojete de David y se dirigió al trasero de Alvar, que este ya se había echado un poco de saliva y metido los dedos para abrirlo.
El niño la fue metiendo por el rico, estrecho ojete del niño rubio.
A este le gusto ser follado por el otro niño, la pucha le gustaba, le daba placer.
-David- ¡Folla rico! joder, para ser su primera vez ¡como la mete!
-Alvaro- s mete rico… mete, mete… si sientes que te vas hacer pis, no es pis sino el semen que sale…
-Oscar- Pues siento eso… ¿qué hago?
-Alvaro- ¡Para, para! sácala… -le dijo y el niño le hizo caso, le conto lo que era- ¡pon el culo! ahora te vamos a follar los dos, que tienes un buen culo…
El niño se puso en cuatro, donde los dos les gusto el rico trasero del joven.
Este se abrió bien de piernas donde se dejaba ver el pequeño orifico virgen.
Alvaro llevo su lengua, se la fue pasando y echando saliva.
Poco a poco le fue metiendo un dedo que al principio le daba un poco de dolor, pero a medida que ese dedo entraba y salía y le iba dando gusto le iba gustando un poco mas.
-Oscar- ¡Espero no tirarme un pedo! ¿alguno se ha tirado alguno mientras lo chupáis?
-Alvaro- ¡No, pero me tiran uno y dejo de chupar!
-David- ¡Tú no te pedas! eso es de marranos… ¿te gusta esto? ¿te gusta el dedo por el culo?
-Oscar- ¡Si, está muy rico! pero ahora quiero la picha dentro…
Alvaro ya con la picha dura, se la coloco en la entrada ya abierta y fue empujando que pronto tuvo que sacar por el dolor que tenia.
Pero volvió a probar otra vez y esta le aconsejo lo que debía de hacer para que le doliera un poco menos.
Oscar hizo lo que su amigo le decía y aguanto un poco el dolor que le iba produciendo la metida en su culo que ya empezaba a ser desvirgado.
-David- ¡Aguanta un poco, tío! que esa picha no es nada… veras cuando te metan una más grande… allí si que tienes que abrir bien el culo…
-Oscar- ¡Yo no digo nada, pasa que duele! pero no mucho…
-Alvaro- Espera, veras que gustito te da luego, veras…
Poco a poco la picha de Alvaro le empezó a darle gusto y este le empezó a follarle con un poco de fuerza para que su culo le diera mas gusto y placer.
Pronto Alvaro sintió que se iba y sacándola le dijo al chico que se la chupara, ya que le quiera enseñar lo que era el semen.
Este con la boca le hizo una mamada hasta que pronto sintió un líquido que se le iba por la boca, el cual le gusto muy poco, lo escupió y vio que era blanco, nuca lo había visto.
-Oscar- Eso es semen… pues a mí también me saldrá… ¡ayaaaaaa! –gimió al sentir la picha de David- ¡David!
-Alvaro- Eso es lo que da el gusto final, veras que rico… ahora cuando este acabe te la chuparemos para que te vengas por primera vez.
David pronto acaba dentro del chico, andaba muy excitado y le dejo su leche dentro, cosa que el chico le gusto, sentir el líquido dentro de él.
Solo faltaba el por acabar y poniéndose largo y mirando al techo, los dos chicos se colocaron uno a cada lado y sus bocas hicieron que el chico se fuera en su primera venida.
-Alvaro- ¡Venga, venga! ¡ya te sale, ya te sale!
-Oscar- ¡Ahaaaaaaaaaa! ¡ostia, ostia!
-David- ¡Rico, rico! ¿verdad?
-Oscar- Mucho… ¡jode si que me ha salido! y con esto se hacen los niños…
-Alvaro- Se la metes a una mujer, lo dejas dentro y preñada…
Acabado, se lavaron un poco y se vistieron.
Alvaro le dio la bienvenida al grupo y le dijo que por ahora no lo haría con soldados, ya que necesitaba practicar un poco más.
Recogieron todo y marcharon.
Hacia el mediodía pararon como siempre en un rio, el cal Alvaro siempre buscaba.
Allí los tres se quedaron en bolas y se metieron en el agua.
Luego se tumbaron en la manta para que el sol les secara.
Entre ellos hubo besos, caricias y hasta las pichas se les puso duras.
Entonces Alvaro le enseño hacerse una paja con la mano y así entre mamadas se volvieron a correr.
Se volvieron a vestir, comieron y los tres se quedaron dormidos en la manta.
Braulio el fraile del convento de los dominicos donde Oscar estaba, aparecía junto con varios soldados, donde rodearon a los niños que no se dieron cuenta de la presencia.
Braulio bajo del caballo y despertó a los niños…
-Braulio- ¡Por fin hemos dado contigo, pequeño! –le dijo un poco enfadado- ¿sabes lo que has hecho?
-Oscar- ¡Déjeme en paz! a mis amigos no les haga nada…
-Braulio- ¡No te preocupes! seguro que ellos no saben quién eres de verdad
-Oscar- No diga nada… ellos son amigos míos…
-Alvaro- Déjenos en paz, usted es malo, le pega…
-Braulio- ¿Pegar yo? al príncipe… jamás haría eso…
-Alvaro- ¿Príncipe? ¿Tu eres príncipe?
-Braulio- ¡Si, es el futuro rey de España! es hijo de Fernando III, futuro Carlos III… ¡coger a los tres niños!
-Oscar- ¡No, ellos no!
-Braulio- Llevarlos al castillo de Olot…
Por la fuerza cogieron a los tres niños, y fueron llevados al castillo de Olot, a una hora de allí.
Los dos niños aun no sabían porque ellos también eran llevados.
Cuando llegaron al castillo los tres fueron llevados a los calabozos del castillo donde el príncipe fue metido en otro calabozo distinto.
A la hora un señor muy bien vestido junto con Braulio bajaban al calabozo.
-Cesar- ¡Hola Maquetad! ¿sabes quién soy?
-Carlos- ¡Usted es! déjelos a ellos ir, ellos no saben y no tienen culpa de nada…
-Cesar- ¡Ellos se quedan! pero ahora han ido a tu padre, quiero la corona sino los tres morirán…
-Braulio- Bien Braulio… cuando sea rey, tu serás mi consejero…
-Carlos- ¡Noooooooooo! ¡jamás, tu no serás nada, nada! y ese morirá…
-Cesar- ¡vamos de aquí! carcelero, vigila a esos tres enanos…
Alvaro y David oyeron todo.
Tenían frio, aquel lugar húmedo, se les metía la humedad por todo el cuerpo.
Oyeron los lloros del príncipe y Alvaro ideo algo para salir de allí.
Vio al carcelero que tenía las llaves e ideo un plan con David, seguro que aquello podía salir bien.
Se acerco hasta la reja y le llamo…
-Alvaro- ¿Cómo se llama?
-Pedro- ¡Calla, mocoso! –le dijo dando un golpe a la puerta de reja- ¡calla, mierda!
-Alvaro- Sabes, yo soy puto y mi amigo…
-Pedro- ¿Putos? ¡como putos! no entiendo nada…
-Alvaro- Nosotros nos dedicamos a tener sexo con soldados, ellos nos dan dinero… espere y mire –se dio la vuelta y se bajo sus pantalones y le enseño su rico trasero, que el guarda se quedo mirando y se excito- la sabemos chupar muy bien ¿verdad? porque no mete el rabo y se lo chupamos un poco…
-Pedro- ¡No se! –miro a los dos lados y se tocaba el paquete, vio también el de David- ¡vale! acercar las bocas y chupar… -Alvaro se la llevo, le dio un poco de asco, debido a que el rabo lo tenía un poco sucio- ¡ahaaaaaaaa! ¡niños, que bien lo hacen! son muy buenos
Pero pronto tuvieron que parar, Cesar junto con Braulio hicieron su entrada.
Venía a comunicar al príncipe que ya su padre estaba al corriente de su secuestro y que le daba veinticuatro horas para dejar la corona, volvió a largarse.
El guarda al ver que se habían ido, volvió a cercarse a la reja.
Mando a los niños que continuaran y fue David quien se la chupo.
Alvaro por su parte se ponía en cuatro, ofreciendo su culo al hombre, que este al ver aquello abrió la reja, la cerro y se coloco detrás del niño para metérsela.
Ya con saliva que se había puesto, fue sintiendo el duro miembro del carcelero dentro de sus entrañas.
Era la primera vez que sentía asco.
Giro la cabeza y vio que en uno de los pantalones tenía un cuchillo.
Pensó como hacerse con él.
Le miro y de cerca le pareció la cosa más fea del mundo, bajo, gordo, le faltaba casi todos los dientes, medio calvo.
-Alvaro- ¡Sabe, así me duele un poco! ¿Por qué no se echa largo? yo me monto, folla muy bien… o David…
Pedro- ¡Como te guste! tienes un buen culo, pienso cogerte todos los días que estés aquí… si ahora me cojo al otro…
Alvaro al ver el tamaño del hombre vio que David no tendría problema en tenerla dentro de él.
Ya que no la tenía muy grande y más bien fina.
Antes le echo saliva y se lo abrió un poco.
David se coloco sobre el rabo tieso y poco a poco se lo fue metiendo para dentro.
De lejos el príncipe miraba, no sabía lo que esos dos tramaban, no sabía el porqué hacían aquello con el guarda que encima era un monstruo.
David tuvo que aguantar un poco de dolor y fingir que le estaba gustando.
Solo deseaba que el plan de Alvaro fuera un éxito.
Hasta que el hombre no pudiendo mas, apretando las piernas se corría dentro del niño, dejándole la leche dentro.
Ese era el momento en que Alvaro esperaba, ya que esos segundos dejaban a uno más relajado, cogiendo el cuchillo se lo clavo en todo el corazón al carcelero sin que este pudiera hacer nada, incluso no pudo chillar, ya que la muerte fue instantánea.
-Alvaro- ¡David, las llaves! coge el arma y el cuchillo y vamos!
–David- ¡Tengo miedo! joder, lo has matado…
-Alvaro- Ya lo sé… vamos a rescatar al príncipe…
Abrieron la puerta y Carlos abrazo a los niños dándole las gracias, pero aun les quedaba como salir de allí.
Vieron otra puerta al fondo y fueron hacia ella.
Estaba cerrada y probaron con las varias llaves y una de ellas abrió.
Vieron unas escaleras bajar, pero volvieron a cerrar la puerta.
Fueron bajando por ellas, hasta encontrarse otra puerta.
Vieron un gran túnel con varios calabozos y en uno de ellos vieron a un hombre, de media edad.
Carlos lo reconoció, era uno de los consejeros de su padre, que había desaparecido hacia casi un año.
Lo mismo el hombre que reconoció al príncipe.
Alvaro probó con las llaves y una de ellas abrió la puerta dejando salir al hombre que pronto abrazo al príncipe y dio las gracias a los niños.
Pero aun había mucho peligro.
Jaime sabía salir de allí.
Fue él quien hizo de guía.
Abrieron otra puerta que había que subir escaleras de caracol.
Tuvieron que abrir otra puerta con las llaves, aquel carcelero debía de tener las llaves te todo el castillo.
Fueron andando por un pasillo estrecho y recto, hasta otra puerta.
Por una de las ventanas pequeñas vieron que no había ningún guarda vigilando el castillo.
Volvieron abrir otra puerta dando a la vivienda del castillo, que allí se encontraron a un soldado que pronto les apunto con la pistola.
Pero Alvaro tuvo la suerte que no le pudo ver y se pudo esconder detrás de unas cortinas.
El soldado se fue acercando, con la mala fortuna que fue a aparar detrás de donde Alvaro estaba y con el cuchillo que uso para matar al carcelero lo volvió a usar para apuñalar al soldado y así para que Jaime lo pudiera rematar.
Lo metieron ya muerto por el pasillo por el cual habían venido.
Cuando fueron bajando las escaleras, otra puerta se abría, Braulio y Cesar junto con dos soldados les pillo, donde Alvaro pudo también esconderse sin ser visto.
-Braulio- ¡Mierda! ¿Cómo lo habrán hecho? cogerles y falta el otro niño…
-Cesar- Cogerlos… voy a dar orden de que busquen y maten al otro niño…
-Jaime- ¡Tenga cuidado, mucho cuidado!
-Cesar- ¿Qué va hacer?
Los dos niños junto con Jaime fueron llevados a un cuarto que había junto a las escaleras.
Mientras los dos soldados fueron en busca de Alvaro que aun continuaba escondido detrás de una ventana.
Cesar fue al cuarto donde estaban estos y dejo a Braulio que también se puso buscar al chico.
Cuando fue subiendo las escaleras le vio las botas por debajo de las Cortinas.
Saco el arma y fue hacia ella.
-Braulio- ¡Sal de ahí! te he visto y puedo disparar… ¡mocoso de mierda! ¡Cesar! ¡Señor! –salió del cuarto- ¡mírelo, está aquí!
-Cesar- ¡Mátelo! pero llévelo a otro lugar y lo matas…
Braulio se llevo al chiquillo a uno de los cuartos.
Lo metió y apunto con el arma.
Alvaro vio que el final de su vida había llegado.
Braulio miro al niño, se fue acercando y le toco el cabello rubio.
-Braulio- ¡Agáchate y chupa! antes de morir te voy a dar un poco de placer…
Alvaro vio que allí podía tener alguna salvación.
Vio al hombre que se bajaba sus ropas y le ofrecía a que se la chupara.
Allí Alvaro se la empezó a chupar, el fraile le pareció raro, que ese niño supiera chupar tan bien, ya que le estaba dando mucho placer.
-Braulio- ¡Mierda de crio! ¿cómo es que lo haces tan bien?
-Alvaro- Soy puto… me dedico a follar con los soldados y ellos me dan dinero…
-Braulio- Seguro que te has tirado al príncipe… pues chupa, porque luego te la voy a clavar por el culo…
Alvaro miraba al hombre, debía de pensar en todo.
Además era un hombre bajo, delgado, de unos 40 años, vio que si usaba la astucia podría salvarse.
Y pensó en lo mismo que en el carcelero.
Braulio le mando a que se diera la vuelta y que se bajara las ropas.
Alvaro le dijo que prefería que él se tumbar y el mismo metérsela, ya que de esa manera le entraba más fácil.
Braulio le dio igual, se puso como el niño le había dicho, largo y él se fue bajando sus ropas y cogiendo la polla se la apunto a su ojete y se la fue metiendo toda dentro, muy despacio, porque le dolía.
Aun lo tenía un poco abierto, de la metida que había tenido con el carcelero.
-Braulio- ¡Lástima que tengas que morir! bueno disfruta de tu ultima follada… dime tu amiguito es putito…
-Alvaro- ¡Si, los dos!
-Braulio- Dime ¿lo han hecho con el príncipe?
-Alvaro- ¡Si, le gusto mucho!
Braulio cerró los ojos y ya solo pensaba en hacer cosas guarras a los niños.
Disfrutando del pequeño orificio del niño, se descuido un poco debido al placer que el niño le daba, que bajo la mano donde tenía el arma.
En eso Alvaro aprovecho sacando su cuchillo del pantalón muy despacio y con todas sus fuerzas se lo clavo en todo el pecho del hombre.
-Alvaro- ¡Hijo de puta! tu ya no disfrutaras mas…
-Braulio- Te matare, te matare…
-Alvaro- ¡Nunca! –pudo quitarle el arma, pero en ese momento moría- ¡jodete!
Alvaro salió del cuarto muy despacio.
Fue hacia las escaleras.
Allí se abría una puerta en la cual Cesar sacaba a David a rastras.
El niño chillaba y este solo le decía que iba a morir como su amigo.
Alvaro saco un puñal que Lucio un día le regalo.
Apunto con él a la cabeza del hombre que se había parado dándole en todo el cuello matándolo en el acto.
Su buena puntería había salvado a su amigo que este fue corriendo a echarse en brazos de su amigo.
Sin perder tiempo los dos fueron hasta el cuarto donde el príncipe y Jaime se encontraban atados con cuerdas.
Alvaro les conto todo.
-Jaime- ¡Alvaro, eres grande! muy grande… de seguro que el rey te va a recompensar… vamos de aquí- en ello los dos soldados entraban- ¡que van hacer!
-Carlos- Déjame a mi… yo os dejo ir si nos dejan irnos a nosotros.
Ellos han muerto y han muerto en manos de un niño de doce años… yo os perdono como príncipe y futuro rey de España…
Ante aquellas palabras, los soldados salieron corriendo, sabían que ya no tenían nada que hacer.
Lo mismo ellos, salieron del castillo, donde ya amanecía.
Cogieron un par de caballo y marcharon de allí.
Estuvieron galopando hasta que vieron todo un ejército a una hora del castillo.
El rey Fernando, toda la guardia real y entre ellos Lucio que les vio venir y salió en busca de sus amigos, pero el jefe de la guardia se lo prohibió, ya que fue el rey quien fue al encuentro de los niños y con la sorpresa de ver a Jaime…
Jaime conto al rey la valentía y astucia de Alvaro, un niño de doce años les había salvado la vida y sobre todo, nunca le importo morir por salvar al príncipe.
El rey no se podía creer lo que estaba oyendo, ese niño había matado al hombre más odiado y malvado que nuca había conocido, que era su primo.
El rey bajo de su caballo y abrazo a Alvaro felicitándole por su valentía y también a David.
Luego abrazo a su hijo.
El rey junto con su hijo y los dos niños fue hasta sus soldados y les conto lo que ese niño había hecho.
Pero claro, Alvaro no le conto que debió de usar su trasero.
Lucio fue hasta los niños, pero el jefe de la guardia se lo prohibió.
Alvaro le dijo quien al rey que Lucio era su amigo quien les estaba cuidando.
-Fernando- ¡Que se acerque el soldado! gracias soldado por cuidar a estos niños… quiero que lleven a los niños al palacio de Tordesillas…
-Alvaro- ¡Burrita!
-Lucio- No te preocupes por ella, ella ira a Tordesillas…
-Fernando- ¿Quién es?
-Alvaro- Es nuestra burra, es nuestra amiga… y ella además lleva nuestras cosas…
-Fernando-Ahora mandare que vallan a buscarla, vosotros os marcháis y tu Lucio espera un momento… -montaron a los niños en caballos y fueron llevados a Tordesillas- ¡Jaime, acércate! dígame algo de esos dos niños…
-Lucio- ¡Majestad! poco se de ellos… solo sé que no tienen familia y que el niño mayor lleva casi un mes andando por los caminos para ir a Madrid… Yo junto con otros soldados pues les hemos estado un poco vigilando para que nadie les hiciera nada, pero he visto que son muy valientes y saben buscarse muy bien la vida.
El Marqués de Oron, deseaba adoptarlos, ya que los niños estuvieron un par de días en su casa y quedo muy contento con ellos…
-Fernando- ¡Valla, el gran capitán! ¿pero a que va a Madrid?
-Lucio- Cuando la madre de Alvaro murió, le dijo que en Madrid vivía una tía suya, hermana de ella.
Al principio su deseo era ir con ella, pero a medida qué pasaba los días, creo que su deseo ha ido disminuyendo, ya que es un chaval que le gusta mucho la aventura…
-Jaime- ¡Perdone majestad! creo que esos dos niños habría que darles una formación y que se les formara en la guardia real serian unos grandes caballeros, sobre todo el mayor, para el futuro rey de España…
-Fernando- Estoy en deuda con ellos…
-Jaime- Mire, majestad, ese niño es muy inteligente, ha sabido salir de ese castillo y ha ido matando uno por uno y a su primo tuvo la puntería de darle en todo el cuello con un puñal… creo que es de mucha valía…
-Lucio- Si, yo creo lo mismo… pero no se les puede separar a los dos niños…
-Fernando- Por eso no se preocupen… -llamo al jefe de la guardia real- cuando llegamos a palacio quiero hablar con usted…
-Pablo- Si, majestad… ¿qué piensa hacer con esos críos? he pensado de llevarlos a un orfanato…
-Fernando- ¿Qué dice? esos críos tienen mas cogones que todos ustedes juntos… aun no sabe lo que ese niño ha hecho… creo que será el futuro caballero y protector de mi hijo, el futuro Rey de España…
-Pablo- ¿Pero es un niño? es un vagabundo…
-Fernando- ¿Y usted? ese muchacho ha demostrado valentía, sino llega a ser por el… Jaime aun seguiría allí y mi hijo, dios sabe lo que le hubiera pasado… Quiero que busquen a la tía del niño…
-Lucio- Se donde esta… eso lo hizo el Marques, es monja… no se lo quise decir, porque al chico le gustaba esta aventura… además ha hecho muy buenos amigos con varios soldados…
Los dos niños junto con el príncipe fueron llevados al palacio de Tordesillas.
Parte II – Aventuras en la isla
Capítulo VIII – El pasado de Alvaro
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