El largo camino – Enseñando al nuevo putito III
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por mena55.
La tarde la pasaron los dos hablando, pero Alvaro no toco e ningún momento nada sobre el sexo.
Aquella tarde calurosa se les fue haciendo un poco larga, ya que debían de encontrar algún refugio donde pasar la noche.
En la entrada a un pueblo, Alvaro paro para comprar pan y leche a un granjero que se la vendió.
Pasado el pueblo después de casi media hora vieron una casa en ruinas y abandonada.
Se miraron y fueron hacia ella.
La casa se salía del camino y a unos doscientos metros, después de saltar un pequeño muro de piedra se acedia a la casa.
Alvaro mando a David que diera de comer a la burra, mientras él iba hacer sus necesidades.
-Alvaro- ¡Quiero que te laves bien el culo y la cola! vamos hacer sexo… allá hay un pozo con agua, saca y te lavas con la pastilla… voy por ahí hacer mis cosas…
-David- ¡Cosas! ¡te cagas!
-Alvaro- Pues si…
El niño hizo lo que su amigo le había dicho, se lavo muy a gusto, ya que deseaba tener sexo.
Mas tarde, Diego cogió una manta y fueron detrás de la casa, ya que por esa parte era más difícil que nadie les viera, si pasaban por el camino.
Mando al niño que se quedara desnudo, este sin decir nada se quito todo, quedándose completamente desnudo.
-Alvaro- ¡Levante y da una vuelta que yo te vea! –el niño hizo lo que le mando y cuando le dio las nalgas le mando pararse- ¡buen culo, si, buen culo! inclínate un poco y te lo abres con las manos, quiero verte la raja –el niño lo hizo- ¡buena raja! sabes, luego te voy a meter mi cola por el culo…
-David- ¿Cómo el soldado a ti? eso esta rico…
-Alvaro- Si, pero cuando ya te la han mentido varias veces, pasa que mi cola es un poco más grande que la tuya y la del soldado pues era aun mas grande… siéntate y quiero que me escuches.
Eres libre de hacer lo que quieras, pero si quieres estar conmigo deberás aprender todo sobre el sexo y hacer lo que se te mande…
-David- ¡Sí que lo hare! pero es rico, a ti te gustaba lo que ese te hacía en el rio…
-Alvaro- ¡David, calla y escucha! mira, no es lo mismo esta cola –se bajo los pantalones y se la enseño que la que tenia Lucio, la suya era más grande así –se la señalo con la mano- y así de gorda… la primera vez duele… pero cuando ya te lo han hecho varias veces, se quita y da placer.
También debes aprender a chuparla, y a veces los rabos pues no estarán muy limpios y los culos, tendrán olores y te tendrás que aguantar… ya que cobramos para hacer estas cosas a los mayores… esto es el sexo y los niños se hacen metiendo esto por el coño de la mujer… ¡qué dices!
-David- ¿Me dolerá? –el veía la de su amigo y pensó la del soldado-
-Alvaro- ¡Tranquilo, aun no lo harás con nadie! por ahora solo conmigo y lo que mas, harás mamadas con la boca… que yo te voy a enseñar hacer, por ahora yo te la meteré por el culo, para que se te valla abriendo…
Alvaro mando al niño a que abriera la boca y este le acerco su polla dentro de ella.
Al niño no le gusto el primer sabor raro que desprendía.
Pero pronto le gusto chupar la polla de su amigo y este le iba diciendo como lo debía de hacer.
-David- ¿Lo hago bien?
-Alvaro- ¡No lo se! pero pasado mañana se la harás a Lucio, el lo dirá.
Pero por ahora yo te iré diciendo como lo debes de ir haciéndolo, -se dio la vuelta y le mando que le chupara la raja del culo- ¡ahora chupa!
-David- ¿El culo? –acerco la nariz y olía un poco- ¡huele! yo no meto allí la lengua…
-Alvaro- Si no lo haces, no vales para esto… yo lo he tenido que hacer a varios soldados y olía pero que el mío y además con pelos… si te lo mandan lo tienes que hacer… mete la lengua o te vas de aquí… ¡lo siento David!
Aquello fue muy duro para él.
O metía la lengua o se tenía que ir.
Pero Alvaro le había dicho la verdad, si no hacia aquello no valía para estar con los hombres.
Alvaro le conto su primera vez, donde además fue hacia dos días, con los dos soldados.
Se armo de valor, saco la lengua y la llevo al ojete de su amigo y se la fue pasando.
El niño chupaba, chupaba.
-Alvaro- ¡Eso lo haces bien! pero mete la lengua por el agujero, eso da gustito…
-David- ¡Si lo hago bien! joder, me hubieras echado…
-Alvaro- ¡Sí! pero continua… te tengo que enseñar hacer sexo… sabes cuánto se cobra, cinco por una mamada y quince por todo y si lo haces bien, te suelen dar propina…
-David- ¿Tanto? ¡si chupo, chupo!
-Alvaro- ¿Tienes la cola tiesa?
-David- ¡Sí!
-Alvaro- Ahora la metes por mi agujero… eso no te lo pedirán nunca, ellos solo la quieren meter y que se la chupen… a ti no te hacen nada.
Pasa que a mí me gusta que me la metan y quiero que tú me la metas…
Alvaro se coloco en cuatro en el suelo y se abrió de piernas.
Indico al niño como debía de meterla y debía de mover el culo.
Así lo hizo, cuando la metió sintió mucho gusto, jamás pensó que eso diera gusto y que la cola se debía de meterse por el culo para que diera ese gusto.
-David- ¡Sabes, esto esta rico! siento que me meo… si, que me hago pis… espera
-Alvaro- ¡No es pis! sácala y te la meneas un poco con la mano y veras lo que te sale…
El niño viendo que se hacía pis, saco rápidamente la cola y Alvaro se dio la vuelta y vio al niño que se estaba viniendo en su primera corrida.
Este se asusto un poco porque no sabía lo que era aquello que tanto gusto le estaba dando.
-Alvaro- ¡No te asuste! eso es lo que se mete dentro de las mujeres para tener niños y es lo que da mucho gusto… eso es lo que les ocurre a los hombres mayores, que tienen que sacar eso y les gusta hacerlo con un culo o una boca que les des gustito…
-David- ¡ahaaaaaaa! pues si que da gusto…
-Alvaro- ¡Pero a los mayores les sale mucho más!
-David- ¡Entonces ahora tengo que poner yo el culo!
-Alvaro- ¡Claro! yo me tengo que correr… así que te pones como yo… pero hay algo que no te he contado, para que no duela se usa un poco de mantequilla, con eso el agujero se abre y entra más fácil… ¡espera que voy a coger un poco!
Pensó que con la mantequilla en el culo seria una guarrada.
Vio ir a su amigo en busca de la mantequilla a la burrita.
En nada regreso con un poco en la mano.
Alvaro le metió un poco en la raja y otro poco en su rabo.
Con el dedo se lo fue metiendo para dentro, muy despacio, de manera que el niño no se quejara mucho y le fuera gustando.
Muy despacio le fue metiendo y sanco el dedo índice sin que el chico se quejara en ningún momento, ya que se había prometido el mismo no quejarse.
Visto que el pequeño culito del niño estaba lubricado, Alvaro decidió clavársela.
Le mando que se echara largo y abriera bien las piernas y con las manos se abriera el culo.
-Alvaro- ¡Tranquilo, tu tranquilo! si ves que te duele, aguanta, eso se quita y dará gusto…
-David- ¡Tu mete, no pienso protestar! además si protesto me hechas… -le dijo-
-Alvaro- ¡Tu dirás! si te hecho, es que no sirves para este trabajo…
Alvaro fue metiendo muy despacio y la sacaba.
Así de esa manera muy despacio la fue metiendo hasta el fondo sin que oyera una sola queja por parte del chaval.
Aquello le gusto, porque vio que el niño quería estar con él.
Se hecho sobre él y se quedo quieto y muy despacio le fue metiendo y sacando del culo.
-Alvaro- ¡Sabes, te estás portando muy bien! creo que llegaras a ser un buen puto como yo… ya verás…
-David- ¡Tú crees que si! tú crees que me podrán meter las pollas mas grandes por mi culo…
-Alvaro- Pienso, yo tengo doce y tu once… no creo que haya mucha diferencia en mi culo con el tuyo… yo he podido y tu también podrás.
Creo que será con Lucio quien te estrene.
El me va a dar treinta monedas, mitad para cada uno…
-David- ¡Vale! sabes, ya no me duele, me gusta…
-Alvaro- si, es que mi picha es pequeña y por eso tu culo no tiene problema… ya veremos pasado mañana, cuando Lucio te estrene… mañana practicaremos las mamadas… eso es muy importante que lo hagas bien y chupar la raja del culo…
-David- ¡si, pero que no huela! antes…
-Alvaro- A mi me ha pasado y no me queje, con dos soldados, olía a sudor y mierda… lo mismo que las pichas… es lo que hay… ¡me voy a correr dentro!
Alvaro se corrió dentro de su amigo y se quedo un minuto encima de el, ninguno dijo nada, solo que aquello de estar unidos le gusto.
Cenaron y esa noche los dos durmieron juntos en las mantas, a su lado la burrita que les daba calor a los niños.
Al día siguiente se levantaron un poco más tarde.
Almorzaron los dos juntos y antes de salir, Alvaro le dio una clase de mamada al niño.
Por el primer pueblo que pasaron, Diego compro leche, mantequilla, pan y unas morcillas.
Los dos chavales vieron esa mañana pasar varios soldados que iban a la ciudad.
Como siempre, buscaban un rio para descansar, comer y también lavarse.
-Alvaro- Cuando mañana llegamos a la ciudad te compare ropa para los dos…
-David- ¡si, porque está ya está algo vieja… y zapatos
-Alvaro- si, espero que venga alguien por aquí… si viene algún soldado te escondes, vale… pero te dejo que mires, pero que no te vea…
Pero esa mañana no tuvieron suerte y no les vino nadie.
Después de comer y descansar, volvieron al camino.
Pasaron por una granja, en la cual Alvaro pregunto a la señora que cuanto se tardaba en llegar a la ciudad y ella le dijo que por lo menos ocho horas.
En la segunda parada que hicieron en otro rio, vieron a un soldado ya mayor y Alvaro no le gusto para nada, así que no hizo nada.
Este saludo y hablo con los chicos, pero ellos poco le dijeron al hombre.
Así que este una vez terminado con todo marcho.
Lo mismo ellos que empezaron a buscar un refugio donde pasar la noche.
Vieron un convento, en el cual por la tapia vieron a monjas que estaban cultivando la huerta.
Una de ella les vio y se acerco hasta los chicos.
Alvaro le conto su historia y esta fue a preguntar a la superiora si los dos chicos podían quedarse a pasar la noche y ella no tuvo ningún problema.
Las monjas dieron de comer cosas ricas a los niños, lo mismo dulces, que Alvaro y David agradecieron a las mujeres.
Ellos para pagarlas, decidieron hacer algo, y ella les mando que fueran a la huerta y ayudaran a recoger.
Así los dos niños pasaron la tarde ayudando a las monjas en la huerta.
Las religiosas se quedaron encantadas con los niños, porque hicieron todo cuanto se les mandaban sin que estos protestaran o dijeran nada.
La noche la pasaron los en el mismo cuarto, donde las monjas les habían preparado dos camas para los niños.
Les dieron de cenar y los dos cansados se quedaron dormidos, hasta casi las ocho del día siguiente.
Las monjas dieron a los niños de desayunar, incluso antes de que ellos marcharan, la superiora hablo con ellos.
-Adela- ¡Aun os queda mucho hasta llegar a Madrid! Alvaro dime ¿qué pasaría si tu tía no estuviera viva? ¿o no quisiera saber nada de ti? ¿tienes algo sobre ella?
-Alvaro- ¡Pues no lo sé! eso lo pienso mucho, no lo crea… pero tengo un escrito que mi madre me dio con sus señas, un soldado real, ya me ha dicho a donde me tengo que dirigir, además el me espera en el convento de las clarisas en León, me dijo que estaba a la entrada de la ciudad…
-Adela- Si, esta a unas tres horas de aquí… mira os voy a dar este dinero por vuestro trabajo de ayer, nos sorprendieron a todas, que unos niños como ustedes trabajasen de esa forma, además esta cesta que está llena de pastas que hacemos nosotras y unos jerséis que nosotras hacemos y luego vendemos en la ciudad, todo es para vosotros… además os doy esta carta, en la cual escribo que a todos los conventos que pasen, las monjas os acepten para que pasen la noche, son unos niños…
Alvaro lloro, ya que nunca llego a pensar que hubiera gente tan buena, la religiosa se levanto y abrazo al niño lo mismo que a David.
Todas salieron a despedir de los dos niños y todas iban a rezar por ellos.
Los dos my alegres se pusieron en camino.
Cuando ya no vieron el convento, abrieron la cesta donde la vieron llena de dulces, los dos se pusieron a comer y dieron a la burrita.
También abrieron el sobre el cual iba seis monedas de cinco.
Alvaro dio la mitad a su amigo.
Tardaron algo más de tres horas en llegar al convento de las clarisas, en el cual no vieron a Lucio.
Así que se sentaron en la muralla que daba al convento y se pusieron a comer.
Dos monjas vieron a los niños cuando ellas entraban…
-Elena- ¿Que hacen chavales? ¡no irán hacer nada malo!
-Alvaro- ¡No! esperamos a u soldado… ¿le han visto?
-Elena- ¿Soldado? no, no hemos visto a nadie… sería mejor que se fueran a otro sitio… -Alvaro saco la carta que le dio Adela y se la dio a la monja-
-Elena- ¡Perdonarme, perdonarme! ¡pobres niños! ¡hermana, vamos a darles de comer a estos pobres niños! espero que Dios me perdone…
-Alvaro- ¡Creo que ustedes juzgan demasiado pronto! esas monjas de ayer, jamás nos trataron así… pero da igual.
Las perdonamos, pero no queremos nada, ya ellas nos han dado muchas cosas.
Además esperamos al soldado, que me imagino que vendrá… solo queremos quedarnos aquí…
-María- ¡Que lección nos ha dado este niño tan guapo! ¡Perdonarla! saben, a veces vienen por aquí chicos como ustedes o un poco más grande y nos hacen estropicios… solo eso.
Pero se pueden quedar allí hasta que venga ese amigo vuestro… y ahora la hermana para que la perdonen, les van a dar otra cesta como esa que le han dado de dulces… ¿verdad hermana?
Los niños tuvieron que esperar casi dos horas, hasta que Lucio hizo su entrada con su caballo.
Alvaro se alegro de verle, lo mismo que David.
-Lucio- ¡Siento chicos, la tardanza! pero yo tampoco podía saber cuando ustedes dos tardarían en llegar.
Así que las monjas os han dado dulces.
Bueno vamos a ir a una casa que hay aquí cerca y pasaremos allí la noche.
Así que ya David, Alvaro te está enseñando el oficio de puto…
-Alvaro- ¡Si, ahora le harás una prueba! a ver si ha aprendido
-Lucio- Encantado… vamos en un cuarto de hora estaremos allí…
Llegaron los tres a la casa abandonada y en ruinas, donde los tres iban a pasar la noche.
Se metieron dentro y prepararon las camas.
-Lucio- ¡David, te voy hacer la prueba! pero no me puedes cobrar…
-Alvaro- ¿Cómo que no? por la mamada no, pero si se la quieres meter, son treinta… se lo dije…
-Lucio- ¿Pero se va a dejar?
-Alvaro- ¡Sí! creo que los dos tenemos el mismo culo… si yo puedo el también… pero deberás de ir con cuidado…
-Lucio- ¡Entonces, me dejas! -le dijo a David- ¿quieres? son treinta monedas… veinte para ti y diez para tu amigo…
-Alvaro- ¡Aquí, vamos a partes iguales!
-Lucio- ¡Me da igual! ustedes dos se reparten el dinero…
-David- ¡Vale! pero dolerá… ¿chupo bien? -le dijo ya que se había puesto a chuparla-
-Lucio- ¿Quieres que te diga la vedad? tienes que practicar mucho… no digo que lo hagas mal, pero tienes que llegar a como lo hace Alvaro… pero me imagino que esta será tu primera polla de este tamaño, va ahora Alvaro a decirte como debes de mover la boca…
-David- ¡Es que esta es muy gorda! y encima hay que meterla por mi culo…
-Alvaro- ¡No debes de protestar! recuerda, un puto nunca protesta… Lucio, date la vuelta y que te coma la raja del culo… ¡vamos David!
El hombre hizo lo que el niño mayor le había dicho.
El niño saco la lengua y ese culo también desprendía un olor un poco fuerte.
Pero no dijo nada saco la lengua y se dispuso a dar gusto al culo, así quería demostrar a Alvaro que valía para eso.
-Lucio- ¡Valla, eso lo haces muy bien! ¿le has enseñado a comer la raja del culo?
-Alvaro- ¡Si, hay algunos que lo piden! ¿Huele?
-David- ¡Tu dirás! ¡podías lavarte mejor!
-Alvaro- ¡Eso nunca lo debes de decir! los soldados tienen poco tiempo para el aseo, pero si te lo piden hay que hacerlo, pero creo que si quieren que se lo coman, deberán de pagar un poco mas… ahora Lucio date la vuelta y que te siga comiendo la polla…
El niño continuo chupando la polla del hombre, donde Alvaro se le unió y le fue enseñando al niño como debía de ir moviendo la boca.
Así David fue aprendiendo a chuparla un poco mejor y ya el soldado le iba felicitando por su buen progreso.
Pero aun le quedaba la prueba más difícil, meterse eso en su culo, donde ya Alvaro se lo estaba preparando con un poco de mantequilla.
Lucio miraba como el niño le metía dos dedos por el culo del pequeño sin que este se quejara.
-Alvaro- ¡Señor, vamos a probar! David túmbate y abre las piernas y ahora te diré lo que yo hice, pero te digo que no esperes que te de gusto, te tardara un poco, pero Lucio va hacer que te duela lo menos posible…
-Lucio- ¡David, tranquilo! Alvaro pudo y tu también… haz todo lo que tu amigo te ha dicho… se valiente y veras como te llega a gustar…
-Alvaro- ¡Venga amigo! somos amigos y si pasas esto, serás mi mejor amigo…
-David- ¡Lo hare, lo hare!
Lucio se preparo para desvirgar al niño.
Alvaro se coloco de rodillas para ver cómo le metían a su amigo el rabo y también para que no tuviera miedo.
Lucio guio el rabo al ojete del niño donde este al sentir la cabeza pego un pequeño chillo, pero Lucio no le hizo y caso y continúo metiendo muy despacio.
David en ese momento pensó en irse, huir del dolor que le estaba produciendo, pero recordó lo que su amigo le dijo y también pensó que el también paso por lo mismo y ahora su culo se metían sin problema alguno.
-Lucio- ¡Te duele, verdad! pero se valiente y serás un buen puto…
-Alvaro- ¡Venga David! yo quiero que seas puto conmigo… veras como luego te ira doliendo menos…
-Lucio- ¡Pobre, no dice nada!
-Alvaro- ¡Me acuerdo cuando me lo hizo Julio! se lo que está pasando… ¿a ti te han follado por el culo?
-Lucio.
– ¡Sí! pero me lo hicieron ya de mayor, con diecisiete años… y me dolió, me imagino a ustedes dos…
Lucio recordó su primera vez cuando ya era soldado, además aquello entre ellos era normal, cuando a falta de mujeres, los novatos deben de poner el culo a los mayores.
Recordaba que no fue nada placentero, pero con las recomendaciones de sus compañeros pronto encontró el gusto a su culo.
Pasaba los minutos y el rabo del soldado se le iba moldeando a la raja del niño y así a medida que el culo se ensanchaba el dolor inicial iba desapareciendo, pero sin llegar a que el chico tuviera placer.
-David- ¡Ya duele menos! pero de gusto nada…
-Alvaro- ¡No te preocupes por eso! lo importante es que la polla se acostumbré a tu culo y que se abra y ya el gusto te vendrá… yo solo sentí placer casi al final, cuando ya no pudo más me lo echo dentro…
-Lucio- Si, veras como poco a poco te ira dando gusto… Álvaro hoy no te follare, es mejor que siga con este, para que su culo se abra… ¿no te importa?
-Alvaro- ¡No te preocupes! además es David el puto… y lo está haciendo muy bien…
-Lucio- Si lo hace bien… -Lucio pensó en David, al marques le gustaría también ese niño- ¡joder, que estrecho agujero! ¡dios, me voy a correr, me voy a correr!
-Alvaro- ¡Échaselo dentro! ¡no! corete en su boca, es mejor que s valla acostumbrado al sabor de la leche
Lucio saco su polla y se la dio al niño para que la chupara y terminar dentro.
Alvaro le aviso que debía de ir tragando lo que iba a salir por la polla.
El niño hizo caso y fue tragando los choros de leche que el soldado soltaba, con el desagrado del niño, ya que le gusto poco el sabor, pero no quiso decir nada, porque ya sabía la repuesta de su amigo.
Alvaro le hizo poner otra vez en cuatro, ya que el tenia la picha dura y se tenía que correr.
Así que el niño le puso otra vez su culo, pero al tenerlo abierto, no le hizo daño alguno la polla de su amigo, al contrario, le dio el placer del día anterior.
-Lucio- ¿Te gusta? mira que buena puta te has convertido… te felicito Alvaro, este con un par mas de sesiones, y será como tú de bueno…
-David- ¿Si? ¡qué bien!
-Alvaro- ¡Si, eres bueno! y obediente, eso es lo más importante, que seas obediente… eso es lo más importante…
-David- ¿Y qué pasa si un culo tiene mierda? ¿me la tengo que comer? ¿tú la meterías en un culo con mierda?
-Lucio- ¡Si un culo tiene caca, lo mandas a que se lave! eso no lo tienes que hacer… pero si huele un poco como la picha si… veras, los soldados se lavan poco y a veces olemos un poco… pero a pocos veras que tengan mierda en el culo, ya que eso es molesto… voy a preparar la cena… ¿qué tienes Alvaro?
-Alvaro- Hay morcilla, queso, pan… ¡que rico culo!
-Lucio- voy a encender una fogata… que terminen pronto…
-David- ¡Que cara, no! termina el y se va…
-Alvaro- ¡A nosotros nos pagan para que ellos acaben! a ellos les da igual… yo solo folle a uno por el culo y fue al pastor que te conté… cuando ellos se van, pues me la meneo con la mano, como esta mañana te enseñe… vamos a terminar los dos… menéatela tu con la mano… mañana te dejo que me la metas…
-David- ¡No te preocupes por mi! tu échamelo dentro…
-Alvaro- Sabes una cosa, estoy muy orgulloso de ti… eres un buen amigo… si te he dicho todas esas cosas, era para que no tuvieras miedo y fueras fuerte… tu como yo, no tenemos a nadie y esta es la única forma de ganar dinero más fácil, ¿no crees?
-David- ¡Si, ya lo sé! sé que me quieres, pero cuando me dices que me echas, me pongo muy triste por dentro…
-Alvaro- ¡Nunca te voy a echar! y más ahora, ya eres un buen puto, mira lo que te ha dicho Lucio… además tu culo, a medida que te la metan te dolerá menos y te dará gusto, ¡venga que me sale!
Los dos niños juntos se corrieron.
David le gusto lo que su amiguito le acaba de decir.
Al día siguiente, Lucio despertó un poco antes a Alvaro, ya que deseaba hablar antes con él.
Los dos salieron fuera y fueron al pozo donde sacaron agua.
-Lucio- ¡Te quería comentar! le voy a proponer al marques, que David también se una, pero claro, sois dos, veré lo que le puedo sacar… por eso ustedes dos me esperan aquí, yo antes de un hora intentare estar de vuelta… quería preguntarte algo… ¿que piensas hacer en Madrid? digo, no creo que tu tía quiera quedarse con un sobrino que nunca antes ha visto y con otro niño huérfano…
-Alvaro- No creas que no lo pienso, no lo creas… además puede estar muerta, puede ser monja… ¡qué se yo! mira, gracias a esto voy consiguiendo dinero…
-Lucio- Creo que podría buscarte algo… pero antes lo tengo que hablar con una persona… antes tengo que ir a Valladolid y el dinero que tienes me lo voy a quedar yo… ¡no me mires así! no te voy a robar, pero te pueden robar… quiero ser tu amigo y ayudarte.
Además yo te puedo buscar gente como el marqués… ¿quieres?
-Alvaro- ¡Mira lo del dinero lo llevo yo! y la que me busques gente, pues no lo sé… ahora lo único que me interesa es ir a Madrid y punto…
-Lucio- Mira, yo ya veré… hay gente que le gusta los niños como tú y tu amiguito y te pueden dar mucho dinero y eso es menos peligroso que estés por los caminos sin saber cómo va a ser la persona.
Porque hasta ahora has tenido suerte, pero el camino es largo y te vas a encontrar con ladrones ¡ya verás! no pienso quedarme con el dinero de un niño… además yo también te podría secuestrar y utilizarte para mi interés… ¡vales mucho! más que el David… puede ser porque eres rubio… ¡piénsalo! ahora te dejo, en una hora nos vemos…
Alvaro se quedo pensado en lo que le había dicho y en su dinero.
En verdad tenía razón, hasta ahora todo le había salido bien y se había encontrado con gente buena.
Llamo a David para que se levantara y los dos esperaron a Lucio, que casi dos horas después hacia su regreso, pero solo quería hablar con Alvaro a solas.
-Lucio- ¡Todo arreglado! el marqués te compra a la burrita…
-Alvaro- ¿Pero yo no la vendo?
-Lucio- Mira, no te la compra si no te la cambia por un caballo, así podremos ir juntos hasta Madrid.
Vamos los tres juntos, pero antes iremos a Valladolid.
El marqués os va a pagar doscientas, cien para cada uno y cincuenta para mi…
-Alvaro- ¡Porque decides por mi! pero tienes razón, contigo será mejor y con un caballo pues mejor, pasa que me da pena la burrita… ella podría llevar las cosas…
-Lucio- Ya, pero…
-Alvaro- Yo ya hablare con el marqués ese…
-Lucio- ¡Por la burra no te preocupes! jamás haría daño a un animal, el quiere mucho a los animales y además tiene un gran terreno donde caballos y burros viven sueltos… creo que burrita se ha ganado un descanso y además ¿que ibas hacer con ella por Madrid? antes vamos a ir a unos baños públicos, se han de lavar bien y se podrán unas ropas que el me ha dado… os quiere limpios y bien vestidos…
-Alvaro- ¡Bueno iremos a por David y le explicaremos! ¡ese marques como es!
-Lucio- Pues tiene unos 50 años, es fuerte, bajo muy simpático.
En sus tiempos de joven fue marinero, capitán de barco, ha recorrido muchos mares, ha luchado contra muchos piratas, por eso el rey le dio ese título…
Capítulo IV – El marques
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