El malandro de la clase
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola, es mi primera vez.
Veamos que tal sale.
Comienzo por decir que vivo en Maracay, estado Aragua, Venezuela.
bueno, lo que queda de Venezuela.
Hace algunos años, hastiado de estar en casa, decidí estudiar una carrera, por lo que le comenté a mamá acerca de ello.
Ella, por supuesto, me ayudó mucho con los trámites y hasta me consiguió una entrevista con el Director para ingresar a estudiar.
Por supuesto, en vista de todo el papeleo y la "Palanca" ingresé.
Las primeras jornadas me mantenía silencioso y solo participaba lo necesario, no quería pasar a ser tan obvio.
En realidad, disfruto mucho de pasar desapercibido,
Cabe destacar que soy de tez blanca, ojos de color marrón y cabello de color negro, adicional a eso tengo barba, cosa que me hace un poco más atractivo de la cuenta.
Mis amigos insisten en que afeitado me veo mejor, pero en realidad creo que me veo bien de ambas.
Soy flaco, macizo, sin cuerpo atlético; pero sin exageraciones, no me veo mal.
El caso está en que observando a mi alrededor, noté que en mi grupo no había nadie apetecible, sin embargo, era un grupo muy agradable y panas todos; de hecho, había una parejita gay entre mis nuevos compañeros, y todo el mundo muy abierto.
En fin, una de esas clases noté que había un chamo de unos 24 años, tipo llanero y con la actitud desenvuelta de malandro.
Debo confesar que esa es mi debilidad, o sea, soy gay porque me gustan los hombres: Fuertes, serios, masculinos, zumbaos.
No las mariquitas tan abundantes de ahora que parecen una mala copia de una diva.
Con el tiempo comencé a tratarlo, pero en realidad no éramos nada cercanos.
Casi al final del trimestre, fuimos a lanzarnos todos en el grupo, unos tragos y allí fue que más lo conocí un poco más a fondo.
Supe que tenía 04 hijos, a pesar de sus 24.
Que trabajaba en un Centro comercial y que bueno, que se rebuscaba un poco, robando.
Él no los dijo a todos, no solo a mí.
Solo, me imagino, fue sincero.
Además era un completo aventurero y no podía ver una escoba con falda, porque SANTO DIOS, en el acto le caía encima.
Esa actitud desenfrenada, empezó a calarme y bueno, lo comencé a notar de otra forma; ya con el gusanito de la pasión.
Ya culminados dos trimestres, éramos muy panas todos.
por lo que empezó a hacerse común, bebernos algo y esas cosas.
En alguna oportunidad, me fui a un Karaoke con uno de mis amigos, éste último no tenía nada que ver con la universidad; era un amigo de hace años, gay también, claro.
El caso es que él quería conocer el Karaoke porque allí trabajaba uno de sus amigos de la universidad y bien, yo lo acompañé.
Apenas entré, estaba media Maracay, típico.
Saludé al gentío que había asistido a la inauguración de ese karaoke y vi al malandro muy ebrio.
En realidad me dio lástima, porque sus compañeros de trabajo (Que por cierto, su lugar de trabajo quedaba al frente del karaoke), lo habían dejado solo.
Sin dinero ni nada.
Luego supe que eso se debía a que el carajo era muy mala copa, y se tornaba con frecuencia agresivo.
Apenas me vio, ese tipo comenzó a gritar mi nombre pero de manera efusiva, bonita pues.
como feliz de verme.
Lo saludé con un abrazo.
Sí, soy de los que abrazan.
Y le invité una cerveza en la mesa con mi amigo y los amigos de este.
Todo fino.
Como cosa rara, el local anunció que iba a cerrar porque se quedaron sin licor y decidimos irnos a otro más cerca; por lo que nos fuimos hasta allá.
Cabe destacar que las últimas cervezas, el malandro no se las tomó, porque estaba completamente dormido encima de mí.
Yo no sabía exactamente donde vivía, Sabía la zona, pero ni idea dónde.
Por lo que me lo llevé al otro local.
Por allá se activó, siguió bebiendo y fino.
Cuando los amigos de mi amigo decidieron repartir a cada quien, eran las 4am, casi 5.
Y por supuesto, el malandro venía dormido, por lo que tuvo que quedarse en mi casa.
Lo acosté, me acosté y me dormí profundamente.
La cerveza me da sueño.
Calculo que había pasado media hora cuando comenzó a roncar el malandro, y yo al moverlo, noté que sudaba horrores.
A pesar de que yo estaba congelado por el aire.
Pensé que nada, que tenía una hipo o hipertensión y lo moví un poco, a lo que despertó.
Empezó a quitarse la franela y yo lo ayudé, tenía su cuerpo bien fibroso, sin musculos sin nada, pero marcado.
Luego se quitó el pantalón, quedó en boxer de color azul, sexy me dije.
Eso lo hizo sin mi ayuda y se acostó abrazándome.
Ahí fue que se me prendió el instinto y dije, nada: ¡Aquí fue!
Pasarían diez o quince minutos, cuando lancé la mano de una al paquete.
Me decepcionó un poco, pero me fijé que él estaba despierto aunque mantenía los ojos cerrados.
Me volteé y empecé a lamerle las tetillas y de manera rápida me metí su miembro a la boca desde encima del boxer, hasta que evidentemente los babeé tanto, que tuve que quitárselos.
Los primeros minutos notaba su erección a más no poder y me encantaba era que estaba seco, detesto los huevos babosos.
Sentí como leves movimientos en sus caderas; intenté besarlo pero me esquivaba la cara, lo que confirmó que en efecto sí estaba despierto.
Como ya les dije, nada costó la felación para mí, porque en realidad todo su pene me cabía, no debe llegar a los 15cms.
hasta creo que exagero.
Me fuí a los testículos y su respiración se aceleraba aunque igual se mantenía con los ojos cerrados; luego baje al "NIE" (Ese punto medio entre testículos y ano) y me zampé de una al ano para que me detuviera o qué se yo, para tantear.
Aunque amo más lamer el ano que cualquier cosa.
Pues no mi gente, me dediqué a mamar su ano, tanto tiempo que cuando me di cuenta, ya el tipo estaba boca abajo en la cama.
Busqué un preservativo en mi gaveta y empecé a lamer de nuevo el ano mientras lo colocaba, tanteé con un dedo sin llegar a introducírselo hasta que me arriesgué.
Empecé a rozar mi pene sobre su ano, ya yo completamente encima de él, mientras jugaba con mis manos en su tetilla y besaba su cuello.
Empecé poco a poco a meterlo, pero apretaba y no se relajaba.
En fin, parecía que disfrutaba del roce más que de la presión.
Así estuve largo rato.
volví a intentar metérselo y entró la cabecita.
Tampoco soy un monumento de guevo, pero si era más grande que el de él.
allí me quedé y aumente los besos en el cuello, ya en realidad eran chupadas.
No me atreví a moverme durante largo rato hasta que pensé un vaivén muy leve, relativo a la fricción inicial.
pero escuché quejas de su parte.
me intimidé.
Posteriormente salí de él de manera lenta, me quité el condón, lamí su ano hasta el cansancio y en vista de mi esperada eyaculación me dirigí a rozar nuevamente mi pene sobre su raja, no tardé en venirme, dejando mi semen sobre él.
Fui al baño y oriné, me subí sus boxer, me acosté a su lado simulando abrazarlo y listo.
Cuando desperté noté que estaba en el baño, defecando.
jajajaja
Luego hablamos como si nada, nos lanzamos otro poco de cervezas durante ese domingo; hasta las diez de la noche.
Sin embargo, como a las seis de la tarde llegó una de sus queridas, bien fea por cierto.
Noté mientras estuvo con ella que me veía con picardía.
Quizás eran ideas mías.
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