EL MENDIGO (PARTE 9)
Cuando William intento romper el silencio con su hermano menor, fue interrumpido por su esposa la cual entró a la habitación sin avisar. .
Con audacia y por instinto, ambos hombres ocultaron su desnudes, así que, Gabriel rápidamente se puso una playera e inmediatamente saludo a su cuñada para que su hermano William tuviera algo de tiempo y saliera bien librado de esa situación.
Gabriel: ¡hola cuñada! ¿cómo estás? (Nervioso)
Alicia: ¡hola, Gabriel! ¡muy bien! ¿y tú?
Gabriel: ¡pues la verdad, de maravilla! “ahora mismo estábamos conversando con mi hermano por video llamada”
Alicia: ¡qué bueno, me da mucho gusto! ¿oye amor?
William: “eeh” ¿si dime? (tartamudeando al responder)
Alicia: ¡solo vine a decirte que ahorita voy a preparar la comida!
William: ¡está bien amor! ¡me avisas cuando esté lista para que bajemos!
Alicia: ¡ok amor! ¡nos vemos Gabriel! (Haciendo ademán con una mano)
Gabriel: ¡hasta luego Alicia, un fuerte abrazo!
En cuanto aquella mujer salió de la habitación, ambos hermanos respiraron aliviados, pues sin duda alguna, ambos habían salido bien librados de esta situación tan incómoda.
William: “uuuufffffff” ¡que susto!
Gabriel: ¡sí, ya se!
William: ¡bueno hermano, tengo que dejarte porque tengo otras cosas que hacer! ¡cuídate mucho y me saludas a mamá! ¡hasta pronto!
Gabriel: ¡si hermano, cuídate!
La video llamada terminó abruptamente, así que Gabriel se quedó pensando en ¿por qué ese cambio de actitud tan radical de su hermano William? pues, sin duda alguna, en ese momento el creyó que después de lo que había sucedido ante aquella pantalla, ambos podían conversar abiertamente, pero desafortunadamente el panorama fue diferente, por lo cual, Gabriel tomó su distancia y le dio su propio espacio a su hermano para que el mismo se lo contara sin ninguna presión.
Al día siguiente, después de salir del trabajo, William fue a su casa muy pensativo pues en realidad, él no estaba seguro “si se había equivocado de persona” y entonces, para este momento, este se había delatado con su hermano menor por error, el cual le hacia suponer que, por amor hacia él, no lo había confrontado aún.
Está era una de las muchas suposiciones que William generaba en su mente, así que empezó a razonar en cómo podría lidiar este tema con su hermano menor y para ello dejo pasar varios meses para que las cosas se suavizaran y todo se fuera dando por si solo con mucho más calma.
Después de haber transcurrido algunos meses, William caminaba a casa y se topó con la inauguración de una bonita tienda, en ella se ofrecía todo tipo de juguetes y accesorios a muy buen precio, intrigado por la duda de conocer aquel lugar, William ingreso a dicha estancia para echar un vistazo a los productos que se ofrecían y así de paso ver si podía comprar algo.
William siempre le hacía regalitos a Carlitos y ahora más que nunca, él le agradecía a ese pequeño niño por permitirle seguir disfrutando las veces que quisiera de su pequeño y rico culito, así que, viendo las ofertas que aquella tienda ofrecía, él rápidamente compro algunos juguetes para la autocomplacencia del menor, los cuales entre ellos estaba el vaquero Woody, un sombrero y buzz lightyear.
Después, al llegar a casa, William rápidamente le entrego los regalos al pequeño Carlitos para que empezara a disfrutarlos, pues sin duda alguna, ese pequeño niño ya lo amaba como si fuera su hijo, por lo tanto, varios minutos después, William fue a ducharse para quitarse el sudor de la caminata y el desvelo.
Mas tarde, cerca del mediodía, Alicia recibió la llamada de su sobrina Támara, ella le pedía que la acompañara a comprar ciertas cosas que aún le hacía falta para el día de su boda, en ese momento, y ante el ruego de su sobrina, Alicia no pudo negarse, así que acepto y le dijo a su esposo que la llevara a la casa de Támara.
A William no le pareció mal en acompañar a su esposa y a su sobrina Támara, porque en ese instante recordó que a Carlitos le hacía falta por recibir un juguete especial, el cual era el más importante; en ese momento, William sonrío maliciosamente y vio como su esposa se iba a su habitación a ponerse hermosa para salir.
Mientras Alicia estaba en su habitación, William aprovecho este tiempo para ofrecer un último regalo a Carlitos; así que, con el temor de ser descubierto se apresuró a darle ese maravilloso regalo a Carlitos, el cual, en su momento, despertó y lloró por un instante, pues al parecer aquel obsequio no había hecho de su total agrado.
En cuanto Alicia bajó de su recamara, instantaneamente pregunto ¿porque Carlitos había llorado?, a lo que William rápidamente respondió “que había despertado y quería su biberón” cosa que no fue así, pero con eso el logro tranquilizarlo.
Cuando aquella pareja estuvo lista, los 3 partieron de casa y llegaron a casa de su sobrina, la cual los hizo pasar y les ofreció algo de beber mientras esperaban a la madre de Támara, pero en ese momento, William rápidamente tuvo una de sus ideas perversas y entonces preguntó.
William: ¿Roberto no te acompañara?
Támara: ¡no, él tiene otras cosas muy importantes que hacer! “y por cierto tío, Roberto me pidió que te entregará las llaves de su casa”
William: ¿las llaves de su casa? ¿y eso? ¿qué querrá? ¿tú no sabes?
Támara: “no tío” ¡solo me dijo que cuando estuvieras dentro, le marcaras y el llegaría, pues tiene unas cosas que platicar contigo acerca de la boda!
William: ¿Qué raro no?
Alicia: ¡amor, debe ser cosas de hombres! ¡y tú ya sabes a que se refiere! ¡no te hagas! “jajaja”
William: ¡si mi amor! ¡de seguro a de querer que le consiga una buena bailarina para su despedida de Soltero!
Támara: ¡tío, no seas así! ¡porque si no, también nosotras vamos a buscar un chico hermoso que nos baile! ¡verdad tía Alicia!
Alicia: ¡claro hija, también nosotras tenemos que divertirnos en tu despedida!
William: “eh” ¡sobrina no perviertas a tu tía!
Támara: ¡bueno, vámonos tío! ¡y te pasamos a dejar a casa de Roberto de una vez!
William: ¡claro hija, por mi está bien! ¡pues aprovecho para hablar con Roberto de una vez!
William tuvo curiosidad acerca de lo que Roberto pretendía, pero ante aquellas palabras de su esposa, rápidamente pensó que talvez para eso lo requería, pues no había otro motivo por el cual le pidiera acudir a su casa.
En cuanto llegaron a la casa de Roberto, William se despidió se su esposa y bajó del automóvil cargando a Carlitos, pues ante la ausencia de Alicia, el pretendía cuidarlo y mimarlo como siempre lo hacía. Así que, antes de entrar a aquella casa, William llamó por teléfono a Roberto y en esa llamada, le hizo saber que ya estaba afuera de su propiedad.
William: ¡hola, Roberto! ¿de qué quieres hablar conmigo?
Roberto: ¡pero pasa hombre, para eso te deje la llave con Támara!
William: pero ¿tu estas en casa?
Roberto: ¡no, ahorita estoy en el trabajo! ¡Pero puedes pasar y esperarme ahí! ¡yo llegare en 40 minutos aproximadamente!
William: ¡está bien, pero no tardes mucho por favor!
Roberto: “llegare en ese tiempo hombre” ¡mientras siéntete en casa, puedes prender el televisor y tengo algunas cervezas en el refrigerador!
William: ¡me tomaré una, ya que el calor esta insoportable!
Roberto: ¡pues adelante, estas en tu casa!
William: ¡muchas gracias!
Aquel hombre abrió la puerta y entonces entró a aquella casa, la cual lucía muy limpia y acogedora, nada mal para un hombre soltero de 29 años, William nunca había visitado ese lugar, así que, al estar en total silencio, decidió echar un vistazo a aquel acogedor hogar.
William empezó por la sala, luego pasó a la cocina y por último al patio donde quedó sorprendió, pues nunca pensó que en aquella casa pudiera haber una alberca, pequeña pero cómoda, y que, además, Roberto contaba con un asador y un bonito pasto.
Sintiendo el estrago del calor, William fue a la cocina y ahí se sirvió una cerveza, luego, él regreso al patio y se sentó en un camastro para relajarse un poco mientras esperaba la llegada de su futuro sobrino Roberto.
Tiempo después, William fue por su segunda cerveza, pero entonces, cuando regresó al camastro, él observo la hora en su celular y noto que solo habían trascurrido 15 minutos, en ese momento y como si le diera igual el tiempo, encogió sus hombros y tomó un trago de su cerveza.
Aquel momento era perfecto, pues sin duda alguna, aquella bella imagen demostraba que solo era un agradable momento entre padre e hijo que disfrutaban de aquel rico día tan caloroso; segundos después y un poco aburrido por el silencio, William habló por teléfono con su esposa la cual le comentó que tardaría un buen rato, ya que aún estaban indecisas en que cosas comprar.
Al tener esta respuesta de su esposa y después de colgar el teléfono, William decidió tomarse algunas fotos con Carlitos, pero, al estar completamente solos, aquellas fotos inocentes pasaron a ser perversas; pues en tan poco tiempo y muy drásticamente aquel panorama de padre dulce y amoroso cambió definitivamente.
Las primeras fotos que William tomó mostraban aún padre amoroso, segundos después, las fotos mostraban al mismo padre sin playera y sobre su pecho a su pequeño bebé, pero unos minutos más tarde, aquellas fotos subieron realmente de tono, pues ahora mostraban a un hombre completamente desnudo y sobre él estaba aquel inocente niño totalmente desnudito.
William nuevamente vio su reloj y ahí noto que solo habían transcurrido otros 15 minutos, entonces, al darse cuenta de que Roberto pronto llegaría, decidió llamarlo para ver si tenía tiempo de tomarse otras fotos más calientes y sexosas con aquel pequeño niño para aumentar su colección
William: ¡hola, Roberto! “disculpa que te llame, pero quería saber” ¿si ya estas por llegar?
Roberto: “hombre, se me había olvidado” “mira que tengo mucho trabajo” “pero dame 20 minutos para que termine y voy para allá” ¿te parece?
William: “no te preocupes” ¡toma tu tiempo, que yo acá te voy a estar esperando!
Esa era la respuesta que William estaba esperando, así que, en el momento que termino la llamada, el rápidamente acomodo a Carlitos sobre el camastro y empezó a tomarle una serie de fotos, en las cuales mostraba su último y fantástico obsequio.
El culito de Carlitos se veía adornado por una piedra enorme de color esmeralda, pero esa imagen rápidamente cambió, pues William la fue retirando lentamente y entonces dejó ver un gran agujero, a consecuencia del artefacto removido.
El último obsequio de Carlitos era nada más y nada menos, que un juguete anal, así que este fue el motivo de su llanto en casa, pues sin duda alguna, este juguete sexual, fue insertado en su culito muy bruscamente por William.
Aprovechando el momento y el lugar, William decidió pasar un rico momento de placer con ese pequeño niño, así que lo acostó en el camastro y enseguida empezó a introducirle en su pequeña boquita la punta de su húmeda y erecta verga.
Carlitos, al sentir aquél rico líquido pre eyaculatorio, rápidamente sujetó con sus dos manitas aquella gruesa verga y entonces, como si se tratara de su biberón, abrió enormemente la boca y trato de extraer más de aquel rico manjar.
Al sentir esa cálida cuevita, a William inmediatamente se le contrajeron sus enormes bolas, así que, como acto de complacencia, su boca rápidamente libero un fuerte gemido mientras se le erizaba toda la piel por sentir aquella rica sensación, que siempre le proporcionaba esa deliciosa boquita.
William: “aaaaahhhhh” ¡que rico bebé, nunca me cansaré de tu pequeña boquita!
Unos minutos después, aquel hombre ya metía y sacaba completamente su enorme verga de la boquita de Carlitos y no era para más, pues ese pequeño bebe, ya se había adaptado a las grandes dimensiones y fechorías que era sometido por aquellos hombres tan pervertidos que abusaban de su frágil cuerpecito.
Mientras William amamantaba a aquel hermoso bebé de más de un año y medio de vida, sus dedos no perdieron tiempo en abrir y lubricar muy bien aquel estrecho culito, el cual como de costumbre, ya estaba completamente listo para recibir a aquella enorme verga adulta.
Sin perder más el tiempo, William inmediatamente acomodo al niño boca abajo, pero como no tenía la postura que deseaba, le coloco unas toallas en forma de rollo debajo de su pequeño vientre; sin duda alguna, esto fue para levantarle un poco más el traserito, así que, una vez que lo tuvo como quería, de inmediato se puso detrás del pequeño niño y empezó a penetrarlo.
El culito de aquel pequeño bebé estaba abierto por el juguete anal, así que ese hombre no tuvo que batallar para meter completamente la cabeza de su húmeda y caliente verga, la cual ya daba pequeñas pulsaciones para que el pequeño niño sintiera que ya estaba entrando en él.
En ese instante, William ya había sacado sus conclusiones, así que suponía que tenía tiempo de sobra para cogerse sin problema a Carlitos, pero, esté hombre en realidad no sabía lo que estaba sucediendo, pues, aunque ya tenía cierta duda, esta vez cayo en la trampa de Roberto pues este lo había llamado intencionalmente.
Roberto ya había visto como William se cogía a ese pequeño bebito, así que, desde ese día, él no podía apartar de su cabeza aquel acto sexual tan aberrante entre ese hombre adulto y aquel inocente niño que sin duda alguna no podía defenderse.
Aquel hombre no entendía, el por qué aquel acto sexual tan fuera de lugar, le era tan morboso y demasiado excitante, así que, por impulso humano, él tenía que salir de dudas de una buena vez y por eso, está era la razón por la cual había llamado a William, pues, desde que presenció ese coito, aquellas imágenes lo atormentaban, pero esta vez ya había tomado su mejor decisión.
William seguía penetrando a Carlitos, así que, para este tiempo, él ya había logrado meter más de la mitad de su gruesa verga, pero lo que él no sabía, era que al estar disfrutando del rico placer que le estaba proporcionando ese rico culito, nunca se percató que Roberto lo estaba observando una vez más mientras se cogía al pequeño bebecito.
William: “aaaaahhhh” ¡que rico mi bebito! ¡es hora de que te la comas toda, como siempre! “aaaaaahhhhh”
Terminando de decir esto, William dio un gran empujón con su cintura y entonces, ante este acto, el resto de aquella gruesa verga adulta entró completamente en el culito del pequeño Carlitos, el cual, al sentir dentro ese gran pedazo de carne, rápidamente intentó moverse para tratar de sacarle de su agresor.
William: “shhhhhhh” ¡ya mi amor, ya paso, ya le tienes toda dentro, ahora sólo disfrútala! “shhhhhh”
El pequeño niño apenas tuvo tiempo para quejarse, pues en cuanto sintió que tuvo toda aquella verga dentro, rápidamente se retorció y pujó con fuerza para expulsarlo, pero todos sus intentos fueron en vano, ya que las envestidas de aquel hombre no cesaron ni un solo segundo.
William: ¡que rico culito! “mmmmmm” ¡aguántala bebe y disfrútala! “mmmmm”
Por otra parte, Roberto no podía creer lo que estaba sucediendo nuevamente, pues frente a sus ojos se encontraba su futuro tío William y se estaba cogiendo a un pequeño bebecito, el cual, ahora ya estaba disfrutando de aquel delicioso pedazo de carne que yacía dentro de su estrecho culito.
Para este momento, a Roberto ya se le marcaba en el pantalón su tremenda verga erecta, la cual no dudaba en apretarla con su mano derecha mientras observaba aquel maravilloso acto sexual que aquel hombre adulto y ese pequeño bebe le estaban proporcionando.
William: “aaahhh” ¡que rico! ¡sigues bien apretadito, así como el primer día que te rompí! “mmmmmm”
Para este momento, ese gran hombre ya estaba muy excitado, así que de su cuerpo emanaba calor y transpiraba una buena cantidad de sudor, las cuales, se transformaban en gotas y rodaban por todo su cuerpo desnudo.
William: “aaaaahhhhh” ¡ya casi termino mi amor! ¡recuerda que estamos en casa ajena! “aaaaahhhhh”
Al escuchar estas palabras, Roberto observó como William se ponía de pie junto con Carlitos, lo sujeto con ambas manos de su pequeña cintura y lo coloco justo a la altura de su entrepierna, en ese momento apunto su dura verga a la entrada de ese culito y de una sola estocada se la mando completamente hasta el fondo.
Ante esta rica estocada, el pequeño bebé gimió fuertemente, así que, en ese momento, Roberto no dudo dos veces para para quitarse toda la ropa rápidamente, y así, de esta manera, él observaba muy atento, como la enorme pelvis de ese hombre adulto chocaban fuertemente con aquellas pequeñas y redonditas nalguitas del bebé.
Ante aquel hermoso panorama, Roberto empezó a masturbarse, pero su intención no era correrse, ya que estaba esperando a que William terminará de eyacular y así descaradamente poder tener su oportunidad de cogerse a aquel hermoso bebé.
William continuaba cogiendo a Carlitos y por la posición en la que tenía al bebé, él claramente podía observar cómo su enorme verga entraba y salía aceleradamente de aquel culito tan rico, ante esta maravillosa escena, William cerró los ojos por unos minutos para guardar en su ente aquellas majestuosas imágenes, pero en ese lapso de tiempo, él no se percató de la presencia de Roberto, el cual se había metido muy cautelosamente a la alberca.
Al estar sumergido en el agua, Roberto se fue acercando lentamente y con total calma hasta donde se encontraba William, una vez ahí y con mejor panorama, continuó observando como ese hombre continuaba penetrando con su enorme verga a ese culito tan pequeño sin compasión alguna.
De pronto, la respiración de William aumentó, los músculos de su cuerpo se contrajeron y entonces, sin poder contenerlo más, su boca dejó escapar un fuerte gemido de placer, pues esto indicaba, que ya había llegado su majestuoso orgasmo; en ese momento y ante la vista de Roberto, aquella verga adulta empezó a palpitar rápidamente, pues estaba escupiendo una buena cantidad de leche dentro del culito del bebe.
William: “aaaaaaaahhhhhhhh” “aaaaaahhhhhhh”
Carlitos: (pujaba con la garganta y hacia fuerza para expulsar esa verga)
William: “aaaaahhhhh” ¡pero que rico, siempre me haces tan feliz bebe! “mmmmm” ¡eres fantástico!
Al ver que todo estaba consumado y después de escuchar esas palabras, Roberto por fin se animó a hablar, pues de esta manera, este asunto quedaría claro para ambos adultos de una buena vez.
Roberto: “wooooooo” ¡en verdad que sí es maravilloso ese bebito!
William: ¿Qué? ¿Cómo? (Pálido y temeroso)
Roberto: ¡estoy acá en la alberca! “jajajaja”
William: “pero” ¿qué haces ahí? ¿Desde cuando estás ahí? (Tragando duro y tratando de ocultarse)
Roberto: ¡tranquilo hombre! ¡yo solo quería hablar contigo y nada más!
William: “pero, pero” (Tartamudeando y asustado)
En ese instante y para que ambos tuvieran una buena conversación, Roberto se apresuró a salir de la alberca; entonces, cuando él estuvo completamente fuera, rápidamente se acercó a William para decirle.
Roberto: ¡tranquilo hombre! ¡te he visto cogerte a ese niño tan maravilloso, así que no tengas miedo en negarlo y ni quieras ocultarlo!
William: “pero, pero” ¿cómo pasó esto?
Roberto: ¡ya te dije que te quedes tranquilo! “ahora te propongo algo” ¡yo no diré nada, si tu tampoco no dices nada! (Guiñando un ojo)
En ese instante, Roberto estiro los brazos para pedir a Carlitos, entonces, en ese momento, William quedo realmente perplejo, pues observó que su futuro sobrino estaba completamente desnudo, pero eso no era todo, ya que, él estaba mostrando una enorme verga completamente dura.
CONTINUARA….
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Excelente historia la descubri hace unos días y cada parte se pone mejor que la anterior y me deja a mil. Que bueno es encontrar alguien con los mismos gustos, saludos! Espero la próxima parte
excelente historia esperando la continuacion y ojala en algun punto puedan encontrarse juntos todos los machos y disfrutar entre todos de ese hermoso anito infantil que tanto placer les ha entregado ,seria un cierre maravilloso.
Amo este relato
Quiero un hermano así de depravado
Mi telegram es @Jasmett, por si quieren platicar