El misterio de la noche del apagón (Epilogo)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ElMarques.
Parte 1
La noche avanzaba y los chicos, mediante del apagón, ocupados estaban. Rodrigo hablo con la abuela en la cocina, Luciano se ha ido a la cama, Leandro y Javier, creen, todavía jugar al escondite. Juan sigue en el establo y Martín a alguien en la cama sigue tocando.
1- Leandro.
Leandro es un chico; simpático, el cabello negro le cae por la frente, se peina de lado y el rostro pálido le hace resaltar el avellana del color de sus ojos, mayor por un año que Javier y menor por un año con Martín, aun así, es más alto que juan y de la misma delgadez de Luciano.
…8, 9, 10. Finalizo de contar y sale corriendo. Estaba en el fondo del patio, y cuando iba llegando a la casa, en total oscuridad, todo quedo. La impresión lo detuvo y perplejo en el patio quedo ciego.
Entra a la casa, Rodrigo está hablando con la abuela en la cocina. Sonidos en la escaleras, capta la atención de Leandro, yendo detrás de lo que va subiendo, se detiene y espera en silencio. Se esconde al lado derecho del pasillo, en ese momento; alguien sube la escalera y pasa directo al pasillo de los cuartos. Creyendo que sea unos de los muchachos, espera un momento y al oír que ha entrado en una habitación; camina y adivina que ha sido la última del lado izquierdo –la habitación de Javier–.
Al llegar a la última habitación, cree también; << que Rodrigo ha entrado a su habitación >>. Abría la puerta de la habitación de Javier, el sonido de una hebilla, lo detuvo y en silencio, detrás de la puerta se quedó oyendo.
2- Rodrigo.
Fue el primero en llegar a la casa de la abuela, no conocía a todos los primos, pero si conocía muy bien a Javier y a juan.
Esa noche llego Javier, en la sala Rodrigo; lo vio llegar. El chico, había crecido desde la última vez que lo vio; el cabello amarillo del joven, estaba opacado por haberse mojado con la lluvia. Rodrigo se puso de pie, y fue ayudar al muchacho con las maletas.
El joven incómodo con Rodrigo, no dejo que le ayudara, inmediato comenzó a la llamar a la abuela. Rodrigo desconcertado, le queda viendo y se dice; << sigue igual como siempre: ¡tímido! >.
La lluvia caía a cántaro esa noche, Rodrigo en su habitación acostado estaba pensando; << ¿será que aún tiene pena de lo que paso? >>.
3- (El recuerdo de Rodrigo)
Después de marcharse al matrimonio del tío Luis, en casa, nos dejaron a cargo. Mi hermana jugaba en la sala con un juego de mesa, junto con Javier.
Al rato, ya estaba en la cama acostado. Mi hermana al irse acostar en su habitación, mando a Javier a dormir junto conmigo.
Acostado de largo, solo con el calzoncillo puesto y sin sabana que me cubriera; la puerta del cuarto la están abriendo, cierro los ojos y finjo estar durmiendo. La luz que viene de la sala, entra por la puerta y alumbra mi rostro, aun con los ojos cerrados; siento la presencia de alguien parado a la puerta. Después de unos segundos, la luz de la sala, queda apagada; abro los ojos y como una sombra oscura veo entrar a Javier cerrando la puerta. El chico dudando, en donde acostarse; se queda de pie al lado de la cama.
Se acostó al lado mío, sentí el calor de su cuerpo y hasta sentí los nervios de él, temblando. Miraba al otro lado de la cama, y el chico incomodo se movía de un lado a otro, hasta quedar de espalda hacia mí.
Al rato, seguía despierto; cuando siento la mano suave de Javier, tocar mi brazo, me quedo quieto y sus dedos suaves comienzan a rosar todo mi pecho, se queda tocado los vellos que tengo por el esternón y después de acariciarlo, tropezando, acaricia mi mentón, con mis pelos rapando sus dedos.
Lo iba a interrumpir, pero quería ver hasta donde llegaba, mi primo –el que no habla–. Con los dedos, tocaba mi quijada, sobo mi mejilla y luego su mano, como si me abrazara en mi pecho quedo.
Lentamente fue bajando por el abdomen, sintió los pelos, bajar por el ombligo. Toco el elástico del calzoncillo, y por la abertura; encontró mi erección afuera. Retuvo el movimiento –y luego de pensarlo–. La mano de Javier, con los dedos arropo el glande cubierto de mi pene.
El contacto es caliente, y respirando hondo, dejo que el empiece a jalare el prepucio de mi verga. El chico masaje mi erección, la pulso y él se queda quieto, la vuelve agarrar y al sentir como palpitaba retiro la mano y de espalda quedo de nuevo.
Tragaba y remojaba mis labios secos –Javier me ha dejado empalmado y ahora está de espalda–.
Después de esperar que el volviese a tocar mi pene; desesperado ahí acostado a su lado. Me he movido y colocándome cerca de él, lentamente mi cuerpo quedo al ras del suyo.
El olor de su piel, era una mezcla de miel con almendras, aspirando su olor, casi podía sentir su piel erizada, se movió y el trasero casi pego con mi erección. Simulando que dormía, me moví y una pierna le monte arriba de él – ¡se espantó! –, pero inmediato relajado, y dejando más mi peso encima de él; oía como su corazón latía rápidamente.
Acariciando la espalda, con la barbilla rustica de mi mentón; le hacía vibrar debajo de mí. Metí un brazo por debajo del suyo, y casi abrazado lo tenía, lentamente mi erección fue tocando sus nalgas, la palpitación de mi sexo en la raja del medio de las nalgas; apoye mi virilidad completamente.
El calor de nuestros cuerpos, se unió en uno solo. Javier quedo completamente boca abajo, con una mía, atrapada debajo de su pecho –me atreví de ir más lejos–. Con todo mi peso, quede arriba de Javier, oliendo su rostro pegue mi sexi duro en sus nalgas, y moví la cintura; simulando estar cogiéndolo. Javier se removió debajo de mi peso, y levanto su trasero para sentir la dureza de mi entrepierna, le tome, por la cintura y le apreté con mi cuerpo, jadeando, le bese en los labios, en eso siento sus manos rodear mi trasero, para que apretara más mi erección contra su trasero.
Levante mi cuerpo y le voltee, para que quede boca arriba. Dejo caer la cintura, y mi entrepierna cae encima de la erección de Javier. El con ambas manos, mete las manos hasta llegar a mi sexo, lo toca y baja mi calzoncillo, me levanto y quedo de rodilla, montado en el colchón.
Con una liga que traía en la muñeca, me recojo el cabello en una cola, salgo del colchón y quedo de pie a la orilla de la cama, le jalo hacia a mí, y el quedando sentado en la cama; bajando, queda de rodilla y en mis bolas, mete su nariz, aspirando fuerte, el cosquilleo que sentí en mi glande me dejo aturdido en el sitio. Javier desinhibido, estira el prepucio de mi verga y al sentir el contacto de su legua, en un empujón; con la mano le apreté hasta hacerle ahogar con mi pene.
Le agarre de los lados de la cabeza, y controlando los impulsos de mi cintura, le metía y sacaba de su boca; mi miembro viril. Javier chupando, con las manos, acariciaba hasta jalarlos; lo pelos de mis piernas, el dolor al pellizcarme y con su boca mamando mi falo duro –el Javier que conocía, esa noche no era el mismo–. El chico, con las manos inquietas, agarro mi pene junto con las bolas, los apretó y chupando solo la cabeza de mi verga; el dolo con el placer se mezcló y en un solo trallazo de leche en la boca Javier, sin dejar de chupar (como tetero) se tragó los chorros de mi semen expulsado.
Parte 2
La noche del apagón
1- Javier
El chico, a pesar de preferir la soledad, esa noche acepto jugar el escondite con sus primos. Javier salió corriendo solo, hacia la casa, cuando alcanzo la escalera, el apagón dejo oscuro todo; quiso dar la vuelta, pero al sentir la voz de Rodrigo, termino de subir. Él iba hasta su habitación, pero el ronquido de la primera, le hizo parar en la puerta y oyendo más de cerca se preguntó; << ¿Quién estará ahí? >>.
Javier entrando a la habitación, la ajusto y camino por la oscuridad como ciego tratando de no chocar con objetos. Oía como un rugido suave en la cama, descansaba durmiendo, al chocar sus rodilla con la madera de la cama se dio cuenta que estaba cerca, pensó; << todos están abajo ¿Quién es este? >>. Con los dedos fue tocando, sintió la dureza y los vellos del muslo que tocaba. Devolviendo la mano, con cuidado regreso y toco la pierna cubierta de pelos –su sexo latió dentro del short –, humedeciendo los labios, con los dedos camino la pierna y el calzoncillo toco; cerro los ojos e imaginando el terreno, por la abertura el sexo empalmado con los dedos agarro.
Abrió los ojos y le sorprendió, tocar el pene erecto, aunque seguía rugiendo con pasividad, Javier se agacho y cuidadosamente, comenzó a tocar a su primo.
El pulso de su mano era débil, aun así; tocando el torso, sintió la humedad del muchacho acostado. El que estaba acostado, jadeo y hasta se removió en la cama, Javier esperando la tranquilidad de nuevo, tocando el abdomen, sintió los pelos que salía del calzoncillo; acarició y evito el impulso de jalarlos. Llego hasta al sexo empalmado y por la abertura saco el glande baboso, retiro el prepucio, y con el dedo pulgar; el líquido viscoso, lo unto en todo el glande.
Dejando a un lado el temor –Javier se atrevió y abriendo la boca, con deleite chupo el glande lleno de precum; el sabor era suave y dulce, se deshizo en su lengua, y como si fuera lo último que lamiera; con la lengua, limpio todo el miembro viril del joven acostado.
Javier se tragó completo la erección dura y gruesa. Cuando el joven durmiente, de repente despierta; con espanto y asombro se mueve y casi grita del miedo, Javier inmediato, sacando la verga de su boca, debajo de la cama se esconde.
–Interludio–
Leandro al saber, que Martín había salido de la habitación de Javier, también se dio cuenta que antes, había salido Rodrigo; –por ello cuando Martín comenzó a preguntar en la oscuridad ¿quién estaba en el pasillo? –. Leandro y Martín tuvieron una breve conversación, por ultimo Martín dijo; – baja tú, por la sala, que yo bajo por la de atrás–.
2- Luciano.
Después de relatarle los sucedido con Martín, a Juan; este salió del establo dejado solo a juan. Luciano que iba caminando con una erección en la entrepierna, al estar todo oscuro, entro a la casa y se iba tocando la virilidad de su pene por encima del short. Al subir al pasillo de los cuartos, Luciano entra a la habitación de él; cerrando la puerta se acuesta en la cama, y con rapidez, jala su verga y la paja comienza.
Luciano, quería más que una paja, por eso, con la verga afuera y dura; piensa en Martín y duda en su mente si ir a buscarlo o no. cuando una mano fría toca por la base su miembro viril, el asombrado, arque el cuerpo, pero la boca hábil, le empieza a mamar el falo.
Dejándose hacer, con las manos rodeo la cabeza y al tocar el cabello fino, recordó de quien era. Luciano pensó; << ¡Martín! >>. Presionándolo con la mano, le hizo tragar toda su herramienta de hombre, le acaricio los cabellos, le giro y Martín boca arriba quedo, el montándose arriba, movió la cintura y se lo cogió por la boca.
Martín apretando las nalgas de Luciano, se empujaba el peso del muchacho para sentirse ahogado, por el pene en su garganta. Luciano queriendo meter de nuevo su virilidad en el ano de Martín, se levanta y se trae con él, a su primo al piso. Ambos de pies, Luciano pone de espalda a Martín, este se baja el short y lo saca por completo, Luciano haciendo lo mismo, la franela, la sube y la sujeta con el mentón, con una mano tocaba las nalgas de Martín y con la otra le ensalivaba el culo.
Martín apoyando su peso, con las dos manos en la cama, levanto el trasero y Luciano apuntando la entrada del upite, afincando entro en el culo de Martín. El chico dio un respingo y aguantando, levanto el trasero y la penetración de Luciano, por completo su erección quedo tragada.
Con ambas manos en la cintura de Martín, Luciano frenéticamente, bombeaba la penetración; sintiendo con el tejido carnoso y caliente, atrapaba su virilidad; queriendo atravesar al primo, se quedó clavado dentro del culo de Martín, hasta sentir como de su pene, expulsaba lo los chorros espeso de semen, en el interior profundo del ano de su primo pelirrojo, Martín.
3-Leandro.
Al dejar atrás a Martín, él sabía que Rodrigo se tuvo que ver cogido a su primo. Cuando él le dijo a Martín; << –Sí, pero dejaron de jugar al irse la luz, creo que hacen otra cosa – >>. Leandro creyó que Martín le iba a decir lo que había pasado. Se dio cuenta, que sus primos andaban cogiéndose, –él se sintió como tonto al ver, que él no hacía nada, solo ver–. Después de oír, cuando Martín bajaba las escaleras, él iba bajar por las que están en la sala, pero el sonido de la cama al rechinar de la primera habitación, Leandro se detuvo y al ver la puerta medio abierta, entro sigilosamente y la oscuridad le cegó. Se dijo así mismo; – todos los primos cogen y yo no –, se agachó y quedo en cuatro en el piso, sabía que estaba en la habitación de su primo Pascual.
El aroma que olio, en el aire caluroso, le intrigó y al oír; que al parecer su primo pascual jadeaba, Leandro, esa noche se atrevió a dar el primer paso.
4- Javier
Debajo de la cama, el chico asustado, oye los pasos de alguien arrodillado y luego el movimiento brusco en la cama, le hace crispar la piel y llevarse las manos a los oídos.
El sonido de las arcadas provocadas y los chupones que daban, Javier sabía lo que pasaba y al oír como su primo pascual jadeaba entre dientes, se imaginó la mamada que estaba recibiendo ahí acostado. Aunque sintió decepción que otro le arruinara su momento; Javier debajo de la cama, la erección en su entrepierna, la pego al piso, hasta causarle dolor.
Después que el otro le mamara la verga a pascual, este salió de la habitación rápidamente, le corto las ganas de correrse, dentro del interior a Javier. El chico espero un momento y arrastrándose por el piso, también de la habitación de pascual salió. Llego a la habitación donde duerme, y pensando en lo que había pasado en la cama se acostó.
5- Rodrigo.
Liándose un cigarrillo, en el frente de la casa, Rodrigo pensaba que al que había puesto a mamar, hace un rato, cree que ha sido a Javier; sintiéndose culpable, por el modo que salió de la habitación abruptamente, al botar la colilla de cigarro. Una señora oscura como la noche; aparece por el porche de la casa del al lado, y llama gritando el nombre de Julio varias veces.
El muchacho sale del establo corriendo y saltando la acerca, se encuentra con la madre. Rodrigo le sorprendió que julio no haya salido aun del establo, cuando lo dejo ahí montado en el caballo. Entrando de nuevo a la casa, subió a su habitación, pero cuando estuvo por entrar, la habitación de Javier que esta frente la suya, Rodrigo se detiene, cierra la puerta de su habitación y entra a la de Javier.
En la cama, queda arriba de su primo, este sorprendido, le toca con las manos todo el rostro. Javier, siente la barba de Rodrigo y el aliento a cigarro, le atrae los labios y le besa cuidadosamente, Rodrigo le dice al oído; – ¿me jalas los pelitos? –. Sintiendo el movimiento de cabeza de Javier, Rodrigo introduce la lengua dentro de la boca de su primo. Javier sintiendo en su rostro lampiño, en la comisura de su labios, la barbilla de Rodrigo le raspaba y hacia cosquilla.
La ropa de ambos quedo en el piso, Javier de piernas abierta, acotado en la cama, en el medio arriba de él, tenía metido a su primo. Rodrigo entrando y saliendo, del ano de Javier, –mientras este le estiraba los pelos del pecho–, quedando afincado en el culo de Javier, toda el semen lo depositó.
6- Juan.
Julio estaba de rodilla, con las manos en las piernas de juan, este tragaba todo su falo. Juan le apretaba, y le hacía ahogar. Sonriendo con malicia, pone de pie al chico, y le voltea; julio muy sumiso se deja hacer, y ayudando a bajar el pantalón; se pone en cuatro sobre un montículo de paja.
Juan ensalivando su herramienta gruesa; escupe el culo de julio y apuntando sin compasión, de un solo golpe se la mete sin dolor. Julio recibió la embestida, chillando entre dientes, mientras juan bombeando la cintura con rapidez, sentía como con su glande rasgaba el interior de julio.
El chico sufriendo, casi un infarto tiene, cuando oye la voz de su madre llamarlo, se quiso zafar de juan, pero este con fuerza lo detuvo y hasta no llenarle el culo de leche, no lo dejo ir. Juan terminando de acabar fuera del culo de julio, aguantando la risa vio, como el chico se acomodaba la ropa en velocidad, y rápido salía del establo.
Epilogo.
Leandro sintió lo babosa que estaba la vega de su primo pascual aun así se la metió en la boca y sabiendo que su primo estaba despierto, continuo y se la chupo hasta sacarle y tragarse, completamente la leche, para luego salir velozmente, e imaginar que pascual, en ningún momento iba saber que fue el, quien le chupo la verga…
A la mañana siguiente, los nietos de la señora Rosario; estaban en la mesa de la sala, desayunando. Todos en silencio comían, la abuela Rosario, sorprendida, al terminar de colocar unas arepas en la mesa, les dice; – ¿por qué tanto silencio? – Carcajea y termina por decir; – ¿se han vuelto decentes? –. Los chicos en la mesa, dejando de comer, levantaron la vista, y en expresión seria; ocultaron lo que sucedió, en la noche del apagón.
Tota de autor:
Espero le haya encantado… sigo con ánimos de escribir, y síganme en Facebook; Todo es sexo y Eventual.
Gracias…
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