El misterio de la noche del apagón (prologo)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ElMarques.
Los chicos en casa de la abuela materna, jugaban a las barajas. Las vacaciones de esa época había reunidos a los primos lejanos y cercanos; muchos se conocían, otros no tantos. Aquel verano del 92, el misterio de la noche del apagón, comenzó.
1- Pascual
Era tarde, la noche había caído. Pascual el nieto criado por la señora Rosario; esa noche venia en el autobús. Ese día había salido del servicio militar, ya estaba por llegar a casa de su abuela-madre. Iba con el pensamiento largo, una situación incomodad en el cuartel, le traía con el pensamiento vago y perdido.
El autobús hizo parada en la estación 23, pascual ahí bajó. Con maletas en las manos; el joven camina por la carretera de tierra amarilla. Al llegar a casa de su abuela, esta lo acobijo con sus brazos abiertos, Pascual ignorando su malestar, abrazo a su abuela. Estando ahí en el porche de la casa, mientras abrazaba a la abuela; este oyó ruidos de risas en el fondo del patio. Los gritos y los silbidos le hizo saber de quienes eran los que estaban en casa. La abuela le miro a los ojos y le hizo señal que entraran; –ahí están tus primos, han llegado esta semana–.
Pascual caminó y atravesó la sala grande, entro por la cocina y encontró en el patio reunidos en una mesa redonda, a sus a cuatros primos sentados, jugando a las barajas. Luciano fue el primero en ponerse de pie; el chico de cabello rulos y bucles, se levantó rápido y fue, abrazo a su primo. Los demás dejando las barajas volteadas en la mesa, se levantaron y corrieron también a saludar y abrazar a pascual.
Juan, Leandro y Martín rodeaban a pascual y a Luciano. Los cincos chicos, eran casi de la misma altura, solo Martín el más chico y pascual el de contextura más gruesa. La abuela Rosario viendo desde la puerta del patio, sintió la alegría de ver a todos sus muchachos, juntos de nuevo en su casa de gran tamaño para acobijarlos.
2- Javier
¿Quién te besará de pies a cabeza?
¿Quién te hará el café por la mañana?
¿Dime quien te bañará de besos?
Solo yo
¿Quién te hará tripear?
Guayo guayo….
En la habitación oscura, solo el televisor, de un azul claro bañaba de iluminación. Javier sentado en el piso; veía con emoción la televisión, comenzaba su programa favorito: << la telenovela Vampi >>. Él era unos los primos más chico, introvertido, se divertía viendo la televisión.
3- Julio y Rodrigo
Julio un joven vecino y ayudante de la abuela Rosario. En caballo; esa anoche, paseaba por el monte junto con Rodrigo. Ambos jóvenes, intentando ser cazadores, salieron temprano y tarde a la casa llegaron, derrotados por la inexperiencia (sobre todo Rodrigo) que venía de la cuidad. Rodrigo, alcanzaba la mayoría de edad, pero aun temía de los regaños de su abuela; apurado le dice a julio: que mueva el paso, –no quiere llegar tarde a la casa–.
4-El apagón.
Se sentía cansado, veía a los muchachos y notaba lo tanto que habían crecido; Martín con el cabello más rojo que nunca y Juan tan guapo como siempre. Luciano hablaba, y Pascual no dejaba de pensar; lo alto que era, sus cejas casi unidas, le daba un atractivo en su rostro afilado. El sueño pesaba en sus parpados, pero aun quería estar con ellos ahí reunido en el patio.
Después de jugar una partida de barajas con ellos, les dijo;
Lo siento muchachos, pero el sueño me gana–
Vale, ve a dormir– responde Luciano.
Pero mañana si juegas con nosotros ¿verdad? – añade Martín con una sonrisa en su labios finos.
Pascual le mira, y los ojos verdes de Martín, con brillo lo ven con aire de emoción. Sonrió, le giño el ojo y le dijo que sí, –mañana si juego con ustedes–.
Subió la escalera. Después de negarle la cena a la abuela; esta en el pasillo de los cuartos. Parado frente a la puerta de su habitación, en el último cuarto del pasillo; la luz del televisor –llama su atención–. Deja la puerta abierta y camina hacia el último cuarto.
Javier sentado en el piso, casi cerca del televisor, esta de espalda, el cabello le cae por el cuello, pascual quiso ir a saludar, pero se contuvo, pensó << tal vez sigue igual como siempre; indiferente ante la presencia de otros >>.
Se devuelve a la habitación, entra y medio cierra la puerta; se quito las botas, el uniforme y todo lo que lleva encima de su cuerpo. Quiso ir al baño, a darse una ducha, pero la flojera y el sueño; hizo que fuese directo a la cama. Solo estaba en calzoncillo, no se quiso arropar; el calor le humedecía la piel.
Después de aburrirse de tanto jugar a las barajas; Martín sube, y va hasta la habitación, donde esta Javier viendo televisión. Asustando al muchacho por la espalda, Javier de un brinco reacciona, Martín está riéndose de él, viendo que Javier está molesto, le dice;
¿Juegas con nosotros? –
¿A qué? – pregunta Javier.
¡A las escondidas! – sonriendo le responde Martín.
Pero no me toca a mí, ¿buscarlos? –
No, claro que no, ¿vienes? – le dice Martín.
Los chicos ya estaban grandes para estos juegos, pero con una abuela que les permitía todo…
A las 10:20 de la noche, un apagón en el barrio, oscureció por completo aquella noche.
Pascual estaba en el cuartel, dormía incomodo esa noche. Estaba solo esa noche en esa pequeña habitación. El capitán lo había mandado a dormir solo ahí, por puro capricho; molesto el acepto el castigo, aunque no le preocupaba dormir solo, esa noche no fue la mejor que tuvo en ese periodo dentro del cuartel.
Sudaba el calor lo bañaba, una corriente de aire frio entraba por la puerta y le enfriaba los pies. No quiera la cobija, igual hacía calor ahí en esa habitación. Pascual no conciliaba el sueño –hasta por un momento pensó, en tener fiebre –. Abrió los ojos y se puso a mirar al techo.
Por el orillo de debajo de la puerta una luz blanca intentaba filtrase por la abertura. Pascual pensó << que fuese la luz de la luna >> al no poder dormir, el chico con las manos debajo de la cabeza (como almohada) noto una sombra atravesada en la puerta; pudo ver como oscurecía la abertura entre el piso y la puerta. El asombro le entumeció el cuerpo, su sentido de alarma se activó, y pensado en un espanto; pascual con la cobija se arropó de pies a cabeza.
El pecho del muchacho descendía lentamente, no se imaginaba que era lo que estaba atravesado en la puerta, pero su cuerpo se crispó de terror mucho más, al oír que la puerta rechino al ser abierta, la luz plateada de la luna lleno la pequeña habitación, y después del alumbrado, en oscuridad de nuevo quedo.
Sobresaltado despertó, pascual sudaba, el rostro lo tenía húmedo de tanto sudor correrle de la cabeza. Respirando hondo, y recordando la pesadilla; el chico siente la presión en su entrepierna. Esta duro, se lleva una mano y se la toca, su sexo palpita al ser tocado, y siente lo babosa que la tiene. Para pascual, –le parece extraño, muy mojado tiene su pene–, se dice así mismo; << como si alguien me la hubiese mamado >>. Aun empalmado, pascual con la mano se jala el prepucio. Su virilidad desarrollada, queda expuesta en la oscuridad de la habitación, el huele su propio olor, –el olor de su verga erecta–.
Pascual cierra los ojos, piensa en el sueño y luego recuerda lo que paso en el cuartel. El miembro viril, le pulsaba si parar; sentía las ganas de hacerse una paja lenta y suave, en eso; un contacto frio en su verga, le hace abrir los ojos de repente.
La mano apretó duro su sexo, –el contuvo la ganas de estremecerse; agarrando las sabanas del colchón–.
La boca atrapo el glande carnoso y palpitante, saboreo y luego hasta abajo, trago por completo a la erección de pascual. En sus labios sintió la espesa cobertura de pelo en la ingle, presiono la nariz y olio la fragancia de macho joven. El glande pulso en el fondo de la garganta, y chapando como una paleta de dulce; el trozo de carne tiesa, se le metió por el lado derecho del cachete.
El chico que proporcionaba la mamada a pascual, se deleitó y se atraganto la garganta a punta de verga. Sacándola de la boca, la chupa en el glande grueso y luego baja para lamer las bolas; con la lengua va dando lenguazo por todo el tronco, sintiendo la textura suave y caliente, pero a la vez dura y jugosa de néctar adolescente. El olor le embriaga y le excita; con desespero su cabeza baja y sube, sacando y metiendo de su boca la longitud y grosor del pene de pascual.
Hacia el intento por no jadear, su mandíbula apretada, contenía las ganas de agarrar a la persona por el cabello y hundirla con su verga. Pascual tenías días sin hacerse una paja, la tensión en su cuerpo acumulada le tenía la piel de gallina, y dejando que esa boca experta succionara su sexo erguido; oía como el sonido provocado por la boca chupando, se encerraba en la habitación, hasta excitarlo de sobremanera.
La mano le apretó la verga duro por la base, con la otra mano le tocaba las bola, y teniendo el glande presionado; con la punta de la lengua (por la fisura del orine) se metía. Con un movimiento rápido en la mano; por el tronco del pene, la mano jalaba la verga de pascual, hacia arriba y hacia abajo. La lengua explayada sobre la punta del glande, esperaba con deseo que pascual en su boca acabara.
La tensión en su cuerpo se fue acumulando, más y más en la base de su erección. La corriente explosiva en su glande se aminoro en cada lengüetazo y en cada movimiento de mano en el tronco. Ya sentía las ganas de correrse. Con un movimiento rápido y sin pensarlo; no lo dudo, y por el cabello lo agarro.
Agarrando y presionando con fuerza a la cabeza en medio de la oscuridad total. Pascual con impulsos descontrolado en su cadera; en la boca del otro acabo. Las pulsada de semen salió disparada en la garganta pego y en borbotones de mucho más la boca se la lleno completamente.
Chupando y con temor a la vez, el que chupaba el sexo de pascual. Ansioso y hambriento con la leche de pascual esa noche ceno.
Todo paso rápido, pascual acabando y el otro desconocido; levantándose del piso corrió hacia la puerta y se perdió en la oscuridad de la noche. Pascual sudando y aun con el sabor de haber acabado, vio como la sombra rápido corrió hacia la puerta; tragaba una y otra vez, lo que había pasado lo tenía sorprendido y aun excitado, había acabado pero aun deseaba saber quién de sus primos le dio una mamada tan placentera que él, disfruto.
Había pasado más de tres horas después de la mamada del desconocido. Pascual en la cama aun sin poder dormir pensaba, en todo lo que había sucedido.
Después de un rato con la mente vagando; la tensión en su cuerpo había sido liberada, gracias a esa mamada que recibió. Pascual comenzó a recordar lo que sucedió en el cuartel y porque había tenido esa pesadilla…
5-En el cuartel.
Dormía, –o al menos eso intentaba hacer–, pero no lograba conciliar el sueño. Estaba solo ahí esa habitación por culpa de un compañero. El capitán sin preguntar, me vio a los ojos y me dijo; –Hoy duermes en la habitación solo –. La voz del capitán, corrió por todo mi cuerpo; esa voz gruesa hacia temblar hasta al hombre mas duro del cuartel.
Veo una sombra atravesar la puerta. El miedo me encoge las bolas, y de inmediato con la cobija me arropo. La puerta se abre y el sonido de ella me hace temblar ahí acostado –no imaginaba lo que podía ser–. Tapado completamente de pies a cabeza, una mano se posa en el muslo de la pierna; el contacto iba durmiendo mi piel como si agua fría se tratase. Al llegar a mi entrepierna con firmeza, en un apretón arropa mi abultada zona.
No me contuve y con pavor en mi rostro, destapo la cobija para salir corriendo, al ver quien era, me quedo en la cama impactado.
El capitán; ese hombre casado, de bigotes marrón que cubriría sus labios, me miraba directo a los ojos. Su mirada fría nunca antes me había visto de esa manera –o al menos eso creo –. Esos ojos marrones me apaciguaban mi tensión espantada. Lo veía, y la musculatura de su cuerpo amarillo, resplandecía con la luz de la luna. La tolla blanca que rodeaba la cintura al capitán, con una mano; utilizando sus dedos gruesos, la desenfundo y al piso fue a dar.
El cuerpo alto, ancho y duro del capitán Rojas, brillaba en cada zona. La virilidad de su entrepierna; aun dormida pero gruesa y con el glande medio descubierto, la ingle peluda, veía por primera vez a un hombre tan masculino; desnudo frente a mis ojos.
Pegado al espaldar de la cama, la mano ancha del capitán toco de nuevo mi pierna, la fue subiendo y viendo como llegaba a mi sexo; por la abertura del calzoncillo entro. Dos dedos gruesos sacaron mi verga un poco erecta. Los ojos de él, miraba los míos y poniéndose de rodilla, –su altura quedo a la mitad de lo que es su tamaño–. Firmemente agarro mi verga por el tronco, se puso dura como piedra en un instante; sin dejar de ver a mis ojos, fue abajando y llego hasta al glande mi pene. Su bigote hizo cosquilla, y sin verle los labio, esa boca de mi capitán; apretando todo mi trozo de carne la fue tragando hasta desaparecerla en su garganta. Mis ojos se voltearon hacia atrás, y mis manos con la que me apoyaba en la cama, flaquerón.
Sin poner resistencia, él fue bajando mi calzoncillo hasta dejarme solo con la franelilla puesta. Abrió mis piernas y metiendo hasta el fondo mi pene en su garganta, se daba arqueada hasta poner sus ojos rojos de tanto salirle lágrimas. En un movimiento rápido me jalo de las piernas y me dejo completamente acostado en la cama.
Se puso de pie y los pelos negros de su ingle capto mi atención, para luego ver la dura erección levantada hacia arriba. Su rostro serio, era igual; cuando nos ponía hacer ejercicios en el campo. Giño el ojo y casi una sonrisa si diente, mostraba en su expresión. Se dio la vuelta y le vi la espalda, apuñada de músculos duros, el trasero del capitán es; grande, voluptuoso y adornado pelos oscuros.
Con ambas manos el abrió su culo, lo dejo expuesto para mi mirada. Con lascivia volteo a verme ya hora sonriendo, mostrando los dientes; un escupitón oí, para luego ver como con la mano derecha se ensalivaba el culo.
Acercándose a la cama y a mi erección que apuntaba al techo; abrió las piernas, una la puso encima de la cama y la otra seguía en el piso. Pude ver como ese semental de hombre ancho iba cayendo sentado en mi cuerpo apenas desarrollado.
El culo blanco del capitán, mostró lo rosado que es por dentro. Los pelos hicieron contacto primero. Luego viendo como mi glande grueso, desaparecía al ser presionado por el culo del capitán; apretando todo mi tronco, fue bajando, produciendo un vahído de placer en todo mi cuerpo.
El estómago sentí que me dio vuelta y mi cuerpo temblando pensó que ya había acabado –y por u momento pensé que así fue–. Al sentir como todo mi placer estaba concentrado en mi miembro viril; abrí los ojos. Su culo atragantado de mi verga, mostraba el orillo rozado de sus entrañas. El sube y baje que hacía, era como un masaje de aceite tibio.
La saco por completo, y al salir fue como si apretara mi verga hasta dejarla con el prepucio cubriendo el glande. Miro hacia atrás, y me dijo; –acaba en culo de tu capitán ¿sí? –.
Dicho eso, de un solo golpe, chocando sus nalgas con mi ingle; se introdujo mi trozo de carne dura. Un millar de sensaciones me hizo sentir, y dando varios sacudidas, mientras apretaba su culo, –sin darme más chance para seguir disfrutando del placer–. Agarrándolo por la cintura dura de músculos, le apreté y me quede pegado a su culo. Chillo y jadeo con voz gruesa de placer.
Sintiendo como pulsaba dentro del culo del capitán, mi verga de leche lleno su cavidad anal.
6
Pascual despertó del pensamiento. Había recordado todo lo que paso con su capitán, pero lo que más le había dejado concertado después; fue que el día de salida del cuartel, un compañero suyo, le dijo; – ¿Qué te pareció el culo del capitán? –.
Pascual acostado en la cama, noto el movimiento de la puerta de la habitación, inmediato se quedó viendo fijo a la entrada, pero nadie a su cama llego. Su pene erecto estaba de nuevo fuera del calzoncillo, se la estaba empezando a jalar. Y ahora se preguntaba; << ¿Cuál de los muchachos seria? >>. Deseó esa noche, que regresara de nuevo a su cama.
Nota de autor:
Queridos lectores, le traigo otro misterio. A diferencia de, –cuando nadie nos ve–; en este relato, el misterio no solo se centra en el personaje “desconocido” sino que, en cómo se desenvuelve los hechos de la noche del apagón.
El próximo relato… El misterio de la noche del apagón (Martín)
¿Quién será?: ¿Javier? ¿Martín? ¿Leandro? ¿Juan? ¿Luciano? ¿Rodrigo? ¿Julio?… o la ¿abuela?… no mentira la abuela ¡no!
P.D:
Cieloverde, Hades68, damiangay… y muchos otros más. Espero en este relato, le guste y ustedes se puedan materializar en cada uno de ellos, como si fuesen lo propios protagonistas… ¡¡Besos!!
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