EL MONAGUILLO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Al otro día me encontré con el monaguillo después de la escuela, el venía de la secundaria, los dos íbamos a colegios públicos.
Que tal, como andas, me dijo
Todo bien,
Te haría problema que me acompañaras a casa, después te acompaño a la tuya
Bueno, me gustaría.
Cuando llegamos la casa estaba sola y al entrar y cerrar la puerta, me alzó y me dio un beso en la boca, me gustas mucho, y te agradezco que al confesarte no dijeras de nuestro secreto al cura.
Habíamos quedado que no se diría a nadie lo que había pasado en el campanario. Tu al confesarte dijiste algo?
No, por supuesto que no, tenemos media hora para estar solos, que te parece si volvemos hacerlo,
Me gustaría mucho, es muy rico lo que haces
Y tu también lo haces muy rico
Nos desnudamos los dos y nos fuimos a su cuarto, en la cama nos revolcamos, nos besamos y se la chupe hasta que le salió todo mientras el me chupaba mi culito y me hacia delirar, me tomé toda su leche, y seguí chupándolo pasando mi lengua por la cabeza y el cuello de su pitito y el se enloquecía en contorciones y gritaba de placer. Mientras el ya había metido dos dedos en mi culito y los separaba, me molestaba bastante, pero después el metía su lengua en mi culito y eso me llenaba de placer, por eso nunca me queje y aguantaba lo que me hacía.
Luego me acompaño hasta mi casa y se presentó a mi mamá y le dijo que si podía todos los días estaría en su casa para ayudarme con los estudios,
Mamá al saber que era monaguillo se quedo muy feliz y lógico que permitió, que yo hiciera mis estudio con el, vaya estudios. Porque a diario aprendí muchas cosas sexuales por supuesto
Así fue como acostumbró a mi culito a soportar un palo de escoba, mientras me chupaba mi pitito o me besaba para eso usaba un liquido, que después supe que era vaselina, luego, me lavaba muy bien mi culito y me acompañaba a casa, al día siguiente, me metía el palo y un dedo. Yo le indicaba que me dolía y el paraba de meterme pero lo dejaba hasta que yo le decía que ya no sentía dolor.
De esa manera a diario hacía algo nuevo en mi culito el cual ya sentía grande y me iba a casa sintiendo que tenia algo adentro.
El sábado, fue por casa para buscarme, claro yo no tenía escuela, fue después del medio día, papá no quería dejarme ir pero mamá le dijo que el chico era de confianza que me ayudaba con los deberes, los cuales si hacíamos en su casa mientra adaptaba mi culito.
Ese día me mostró un aparato que había conseguido en el hospital con un enfermero amigo.
Era un aparato fino de metal muy brillante y que tenía dos tornillos el cual hacia que se abriera separándose parejo después con el tiempo y los estudios me enteré que era un especulo ginecológico.
Llegamos y nos comenzamos a besar, rápidamente nos excitábamos los dos, nos desnudamos y el preparó una caldera y puso en una taza agua tibia donde puso el aparato, luego de un tiempo. Lo sacó, lo secó y le puso mucha vaselina, ni lo sentí cuando me lo metió, era del grosor de un dedo, pero largo como de 10 cm, luego me hizo poner en la cama con las piernas abiertas y comenzó a mover los tornillos, lo hizo hasta que le pedí que parara, ahí me lo dejo un rato, luego cuando vio que yo ya jugaba con su pitito y se lo besaba y chupaba, el lo abrió un poco mas hasta que nuevamente le pedí que parara, así estuvimos como 8 veces, luego me trajo un espejo para que viera mi culito.
Me asombre, entraba toda mi mano, me llevo al baño y me sentó en el sanitario, y que hiciera fuerza como para defecar, lo hice y salió mucho, luego con un irrigador que lleno de agua tibia, me limpiaba adentro, me puso dos dedos de el enjabonados y volvió a limpiarme.
Luego aflojo los tornillos y me sacó eso de mi cuito, inmediatamente me metió su pitito hasta el fondo, juro que no sentí nada, solo placer cuando suavemente entraba y salía de mi culito con sus movimientos de vaivén, yo lo gozaba y quería besarlo me sentía en el limbo con todo aquello dentro de mi, me movia y saltaba en su pitito, estaba como enloquecido, y ahí escuche las palabras mágicas.
Quieres ser mi novia novio?
Siiiiiiiiiiiii fue mi respuesta,
Pero tu también me la vas a meter
Siiiiiiiiiiiii
Cuando te penetre serás mi mujer, cuando me penetre serás mi hombre, te gusta la idea.
Si mi amor, te amo, te amo, te amo, le decía yo que ya estaba al punto del delirio, gozando todo aquello.
Se descargo dentro de mi con gritos que también yo hice cuando sentí ese liquido bañándome los intestinos, nos besamos enloquecidamente hasta que su pitito por si solo salió de mi culito y chorreaba su leche por mis piernas y las de él.
Fuimos al baño y nuevamente me lavó bien con el irrigador y me limpió totalmente.
Somos novios, pero nadie debe saberlo, ok?
Yo sabía que no se les trataba bien a los maricas así que solo me hacia la nenita cuando estaba con el. En la calle, en la escuela, la iglesia y en casa me comportaba como un hombrecito
Al otro día, en el campanario, me la metió de una, mientras me besaba, comenzó a hacer volar las campanas se iba hacia atrás y salía un poco su pito de mi culito, al recibirlas se paraba en punta de pie y me la metía toda que hasta sentía sus testículos golpeando mi cola
Así llamamos a misa y el se derramó en mi, con papel me limpió y bajamos corriendo a la misa.
El padre parece que desconfiaba porque me llevaba al confesionario y me preguntaba que hacíamos en el campanario.
Nunca dije lo que pasaba, pero un día el nos bicho, se subió al campanario lentamente y asomo su cabeza cuando estábamos en plena faena, entonces nos llamo a la sacristía
Pero eso ya es otra historia.
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